viernes, 23 de mayo de 2025

LUIS GILBERTO MURILLO Y SU CANDIDATURA DE "CENTRO"

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Luis Gilberto Murillo confirmó que será candidato presidencial. En su primera presentación apeló a la ya manida estrategia de presentarse como “independiente”. Le faltó decir que se presentará por firmas, lo que le implicará crear un movimiento político coyuntural y pasajero al que de todas maneras llegarán las mafias clientelares asociadas a los partidos tradicionales.

En eso se parece a Vicky Dávila, quien insiste en decir que “no tiene jefes”, pero todo el país sabe que es la ficha de los clanes Gilinski y Gnecco, a lo que se suma su cercanía con Uribe, quien la considera como su “mona preferida”.

Murillo, hijo de Andagoya (Chocó) niega ser el candidato de un político en particular, a pesar de su cercanía a Sergio Fajardo, haber sido ministro de Ambiente de Santos y embajador de Colombia en Washington y Canciller en el gobierno de Petro. “No soy el candidato de ningún político”, dijo en su cuenta de X. Esas experiencias políticas y laborales quizás las sepa aprovechar para crear un proyecto político que supere los yerros cometidos tanto por Santos como por el propio Gustavo Petro.

Este ingeniero de Minas entiende muy bien que el actual escenario de crispación ideológica lo obliga  a presentarse como un político componedor, capaz de construir puentes entre quienes siguiendo o no las ideas de Petro son conscientes que el país necesita de reformas sociales y de profundos cambios en las correlaciones de fuerza para avanzar hacia estadios de modernidad para superar las taras civilizatorias que arrastra la sociedad colombiana, guiada por unas élites feudatarias que asumieron el control del país desde la avaricia y la incapacidad de consolidar un proyecto de Nación en el que quepamos todos.

Murillo se cuida de mencionar al presidente Petro. El mensaje es claro: “…Soy consciente de que nuestro país necesita y merece un candidato de la gente y diferente. No creo en los caudillos, creo en los pueblos. Hace un año asumí el mayor honor de mi vida: ser Canciller de Colombia. Hoy, un año después, reafirmo mi compromiso con lo que verdaderamente importa: servir a nuestro pueblo, unir al país y construir una nueva Colombia desde el territorio. Ha llegado la hora de escribir una nueva página de la historia de Colombia. Una historia con alma. Y de todos”.

En las frases resaltadas se nota la intención de Murillo se construir una candidatura de Centro, tomando distancia de Petro y de sus maneras de dirigir el Estado, en particular de su decisión de chocar ética, ideológica y políticamente contra los sectores de poder tradicional que se opusieron a sus reformas sociales.  El exministro afrocolombiano lo confirma cuando dice que “la división, la polarización ha frenado reformas y congelado sueños y ha multiplicado los vacíos”. Este hijo del Chocó dice que no cree en caudillos, pero trabajó junto a Petro, un caudillo popular que llegó a la presidencia porque durante su campaña se presentó como el candidato de la gente.

Luis Gilberto Murillo deberá luchar contra el racismo estructural que opera en Colombia. Las demostraciones de odio contra Francia Márquez Mina le deben dar una clara idea a lo que deberá enfrentarse como candidato presidencial.

Murillo debe ser consciente de que edificar un proyecto político de Centro implica reconocer que ese espectro político e ideológico está en construcción en el país justamente por el poder totalizante de una derecha neoliberal y uribizada que supo capturar el Estado para el beneficio exclusivo de unas cuantas familias. Si de verdad le apuesta a consolidar un gobierno de Centro, deberá ser capaz de pararse firme frente a los líderes de los conglomerados económicos que se acostumbraron a manosear a los presidentes de la República. Si cede a las pretensiones de los poderosos, el desarrollo económico inclusivo que pretende lograr en beneficio de la gente que sobrevive en territorios olvidados como el Chocó Biogeográfico, quedará aplazado cuatro años más. 

Ya veremos qué sucede con su campaña. Por lo pronto ya dejó clara su intención por lo menos pública de zafarse del llamado Petrismo. Ojalá no se acerque a Fajardo, tome distancia de César Gaviria y enfrente con decisión a Uribe. Un Centro sin ellos es posible si de verdad está pensando en servirle a los pueblos olvidados del país. De no hacerlo, habrá probado que no es posible en Colombia una opción de Centro o una “tercera vía” como la que en su momento propuso Juan Manuel Santos Calderón.

Resulta curioso que en el portal Wikipedia no se indica de manera explícita que trabajó para el gobierno de Petro. Estos son los datos que aparecen en la consulta: “Luis Gilberto Murillo Urrutia (Andagoya, 1 de enero de 1967) es un ingeniero de minas, político y defensor de derechos humanos colombiano. Fue gobernador de Chocó (1998-1999; 2012), ministro de Medio Ambiente en el gobierno de Juan Manuel Santos (2016-2018), embajador de Colombia en Estados Unidos (2022-2024) y ministro de Relaciones Exteriores (2024-2025)”.


Imagen tomada de Wikipedia. 


jueves, 22 de mayo de 2025

CANDIDATAS PRESIDENCIALES HACEN EL RIDÍCULO


Por Germán Ayala Osorio

Ver cada cuatro años a los candidatos presidenciales haciendo “monerías”, bailando, degustando comida callejera, abrazarse con ciudadanos del común, cargar bebés y acercarse a los pobres hace parte de las estrategias para “convencer” a los electores que ellos hacen parte del pueblo. Sin duda alguna, se trata de estratagemas que configuran formas de burla y manipulación política de aquellos candidatos que tienen ya su vida asegurada y llena de privilegios que contrastan con las precariedades y las afugias diarias de las personas con las que se abrazan y sonríen con el doblez propio de quienes siguen el libreto que les entregan sus asesores.

Por estos días la candidata de los clanes Gilinski y Gnecco, Vicky Dávila aparece en las redes sociales con videos en los que canta en medio de cafetales, tratando de parecerse a la Gaviota protagonizada por Margarita Rosa de Francisco; en otro, baila como lo hizo en su momento el entonces candidato presidencial, Óscar Iván Zuluaga. Al final, Zuluaga quedó como un viejo ridículo, un “cocacolo” tratando de vender una imagen “fresca” enfrentada a su nulo carisma y a su amargo rictus; hemos visto a Dávila de Gnecco saludando de mano, de manera confianzuda, a soldados y policías y hasta ordeñando una vaca, simulando tener simpatía por la vida campesina. Su desprecio por los miembros de la fuerza pública lo dejó ver cuando dijo que al otro día de resultar electa, todos los procesos de paz se acaban. Como buena uribista y por ser “la mona preferida” del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe, solo sabe ofrecer bala, bala y bala, lo que implica mandar a morir a los policías y militares que saludó.

Se trata de actividades electoreras que dan cuenta de su intención de “bajarse o rebajarse” al nivel de aquellos que desde el discurso elitista hacen parte de las comunidades de subalternas a las que ella aspira a “sacar adelante” a pesar de su clasismo y arribismo. Al final, y de acuerdo con su discurso neoliberal, esos subalternos seguirán padeciendo las angustias y los problemas generados por unas élites familiares que actúan con el “señorío” natural de los señores feudales a los que les disgusta tener que interactuar con la indiamenta.

Se trata de actuaciones que rayan con la hipocresía dado que la señora, emparentada con el clan Gnecco, ha dado muestras de clasismo, racismo y desprecio por lo popular. Baste con recordar cuando se burló del abogado Miguel Ángel del Río por haber trabajado de azafato. Esto dijo en su cuenta de X, la periodista-periodista: “El azafato que se volvió abogado y no hace sino perder sus casos. ¿Ya devolvió los 50 millones de pesos que le cobró al Coronel Oscar Dávila que murió por cuenta de las chuzadas a Marelbys Meza?”

En la misma línea electorera y ridícula aparece la senadora María Fernanda Cabal, ficha del uribismo. Cabal se ha hecho grabar degustando empanadas y lechona, comidas callejeras que claramente no disfruta. En los videos se nota a leguas el desprecio o por lo menos el miedo que le produce pensar cuál sería el origen y la calidad de lo que se comió. 

Cabal y Dávila creen, junto con sus equipos de asesores, que “juntarse” por unos minutos con agentes de la cultura subalterna les da la legitimidad suficiente para ser vistas y aceptadas como las candidatas del pueblo. Lo contradictorio del asunto es que critican todo el tiempo las medidas y el carácter populista de Petro, pero con sus bailes y degustaciones caen en lo que bien puede llamarse como el “populismo electorero”. Creo que sus asesores deben estar pensando en proponerles ir a dormir a la casa de una familia humilde como hizo Petro en campaña.

Vicky Dávila y María Fernanda Cabal seguirán “untándose” de pueblo y de lo popular como estrategia para ocultar que no tienen un programa de gobierno serio y consolidado. En sus salidas se limitan a hablar mal de Petro y a ofrecer rebajas de impuestos a los más ricos, incluida la eliminación del impuesto a las comidas ultra procesadas. Estas dos “tigresas” de Uribe seguirán haciendo el “oso”, porque es preferible hacerlo, que dejar ver sus vacíos conceptuales y la vileza de sus ideas políticas. 




VICKY DAVILA ORDEÑANDO UNA VACA - Búsqueda Imágenes

miércoles, 21 de mayo de 2025

EXPRESIDENTE CÉSAR GAVIRIA INVITA A DESCONOCER AL PRESIDENTE PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En Colombia los expresidentes de la República mantienen su vigencia política básicamente por tres circunstancias: la primera, porque la “viudez del poder”, como enfermedad catastrófica, los obliga a opinar sobre los problemas que ellos en el ejercicio de la presidencia jamás resolvieron y sobre los cuales sus sucesores suelen “restregárselos” cuando activan el “espejo retrovisor”; la segunda, porque conservan las redes clientelares que construyeron durante sus mandatos, lo que se traduce en que las fichas que dejaron en sus partidos o en cargos burocráticos en instituciones como la Procuraduría, Contraloría, Defensoría del Pueblo y otras entidades,  estarán prestas a devolver favores políticos; y la tercera, porque aún el Estado no construye la casa de retiro en la que deberían de pasar la mayor parte del tiempo. Alfonso López Michelsen dijo en su momento que los expresidentes “son muebles viejos que estorban”.

Pues bien, el expresidente César Gaviria Trujillo es uno de los “muebles viejos” que siguen dando lora en virtud de la permanencia de las tres señaladas circunstancias. Convertido en el más visible iliberal de estos tiempos, el propietario del Partido Liberal hizo público un comunicado de prensa, cuyo contenido fue recogido por la prensa hegemónica que suele hacer eco de lo que espetan los serviles momios del Establecimiento.

El título del comunicado da cuenta del verdadero talante democrático de Gaviria: “la arbitrariedad de Petro nos puede llevar a desconocerlo como presidente”.  Habría que preguntarle al político pereirano ¿qué significa “desconocer a Petro como presidente”? ¿Acaso tumbarlo o simplemente ignorar su llamado al “pueblo” para que sea este y no el Congreso el que apruebe las reformas sociales que el Legislativo no quiere discutir, siguiendo las directrices de los mecenas que les regalaron las curules a quienes fungen hoy como los sepultureros de los proyectos del gobierno Petro?

Estamos ante una grave amenaza al orden constitucional de parte de un expresidente de la República, acostumbrado a manosear a los presidentes electos, pidiéndoles puestos para sus hijos o para sus entrañables amigos. El país recuerda que “César Gaviria le habría pedido el ministerio de Hacienda a Gustavo Petro”. La afirmación la hizo el entonces excandidato presidencial Rodolfo Hernández. La revista Cambio recogió la versión de esta manera: “Gaviria le dejó saber a Petro que su partido aspiraba a manejar los ministerios de Hacienda y Defensa. Luego de un silencio, el líder de la Colombia Humana respondió en tono jocoso: “Ah, no quiere nada. Solo las armas y la plata”.

Volvamos al comunicado publicado por el carcamal, responsable de la quiebra de cientos de empresas con su “audaz” apertura económica de los años 90 para la que jamás preparó al país.

Gaviria le dice a Petro que “A usted no lo elegimos dictador sino presidente de todos los colombianos y no solo presidente del Pacto Histórico”. Curiosa acepción del concepto de dictadura que maneja César Gaviria. Petro puede ser visto como agitador de las masas y un “pelión” profesional, pero “graduarlo” de <<dictador>> por el solo hecho de “echarle encima al pueblo a la oligarquía” es un bufido propio de quien no encuentra sosiego por la viudez del poder que padece.

Y tal como lo anunció en el título del comunicado, Gaviria Trujillo insistió en la idea de desconocer la autoridad del presidente de la República: “Señor presidente, si insiste en imponernos una Constitución paralela a la de 1991, nos veremos en la obligación de desconocer su autoridad como jefe del Estado”. ¿De qué constitución paralela hablará Gaviria? Ahora resulta que apelar a los mecanismos de participación ciudadana consagrados en la Carta de 1991 es aplicar una constitución particular.

¿Quiénes hacen parte del colectivo al que alude Gaviria cuando habla de “nos veremos en la obligación…”? ¿Cuenta acaso con el respaldo de un grupo de militares, neo paramilitares, narcos, de gremios económicos, de los clanes políticos tradicionales y de los partidos tradicionales?

El tono desobligante y agitador del comunicado de César Gaviria continúa cuando dice que “Hoy nos enfrentamos al reto de restablecer el Estado de Derecho y asegurar el acatamiento pleno a las decisiones de nuestras tres altas cortes: la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado. Son ellas las llamadas a dirimir las profundas diferencias que estamos enfrentando con el actual gobierno en materia constitucional".

Cualquier parroquiano desprevenido que lea el comunicado del expresidente iliberal podría pensar que efectivamente los pesos y contrapesos de la democracia colombiana están en riesgo de colapsar por culpa de Petro.

El excanciller Luis Gilberto Murillo reaccionó así a lo dicho por el carcamal iliberal: “Me preocupa profundamente el tono y el contenido de ese pronunciamiento. Llamar a desconocer la autoridad presidencial no solo trasciende los límites de la crítica política legítima, sino que roza la incitación a la desobediencia institucional, un riesgo inadmisible para la estabilidad democrática. Calificar de <<autoritarismo>> el uso de la consultar popular es cuando menos una contradicción”.

Después de leer el comunicado de César Gaviria, de 78 años, hay que decir que el expresidente Alfonso López Michelsen tenía razón: los expresidentes son “muebles viejos”. “El expresidente español Felipe González decía en alguna ocasión que “para mí, los expresidentes son como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes (…). Nadie sabe bien dónde ponerlos y todos albergan la secreta esperanza de que, por fin, algún día un niño travieso le dé un codazo y lo haga añicos[1].

Sin duda, se necesita con urgencia un Conpes que garantice la construcción de la Casa de Retiro para arrumar en ella a esos “jarrones chinos” o “muebles viejos” que no solo estorban, sino que hacen daño cuando de repente cobran vida.



Cesar Gaviria le advierte a Petro que será desconocido como Presidente si continua con su "arbitrariedad" - El País

martes, 20 de mayo de 2025

GENOCIDIO EN GAZA Y LA ESTUPIDIZACIÓN DEL MUNDO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El genocidio en Gaza, perpetrado por el sionista ejército israelí, debería de superar con creces las crisis civilizatorias y las lecturas pesimistas que sobre el futuro de la humanidad generaron el Holocausto nazi, las dos guerras mundiales y el criminal lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos. Pero no, parece que las dinámicas de cada país, más la guerra de aranceles entre USA y China, la universalización del fútbol como deporte espectáculo y el poder distractor, envilecimiento, estupidización y de entretenimiento de las redes sociales y la IA impiden consolidar una sola narrativa que bajo el título de genocidio convoque al mundo entero a rechazar los vejámenes, la tortura, persecución y la eliminación del pueblo palestino a manos del sionista ejército de Israel.  

El genocidio en Gaza se torna invisible porque hay un escenario cultural que facilita su inmaterialidad. “Como está establecida nuestra cultura, con ancestros colonizados y un marco económico y político de corte capitalista, la educación, a través de mecanismos de alienación masiva (los medios, la moderna tecnología, la televisión, la prensa, el entretenimiento), se ha convertido en herramienta útil para mecanizar los comportamientos de los individuos, para quitarles el tiempo para reflexionar en su misión en la tierra, para no pensar en los problemas de su entorno ni en los suyos, para mantener unos niveles de ignorancia que facilite su manipulación con los espejitos, las recompensas, los premios y halagos mentirosos que crea la fantasía en las mentes pobres.”[1]

La transmisión en vivo y en directo de las prácticas genocidas implementadas por Israel, legitimadas por los Estados Unidos y otras potencias del mundo desarrollado, convirtió la salvaje persecución étnica contra el pueblo palestino en un entretenido espectáculo atado a las lecturas amañadas de empresas mediáticas de carácter universal que evitan a toda costa calificar de genocidio lo hecho por Israel en la franja de Gaza. Los términos guerra, muertes, masacres[2], ataques y enfrentamientos sirven a los propósitos mediáticos y políticos de los gobiernos cómplices de las prácticas genocidas perpetradas por Israel. El objetivo es claro: evitar a toda costa calificar de genocidio lo que evidentemente constituye un genocidio. La BBC Mundo habla de “guerra”. El País[3] de España hizo lo propio. En Colombia, la prensa hegemónica sigue temerosa de calificar de genocida al Estado de Israel. Estas corporaciones mediáticas titulan “Israel mató”, cuando el titular más preciso, para no hablar de objetividad, sería Israel asesinó, por cuanto la muerte y la acción de matar puede producirse de manera accidental.

El Papa Francisco habló de “guerra” en referencia a los acontecimientos de Gaza, al igual que su sucesor, León XIV.  Todos esos vocablos son usados de manera cobarde como eufemismos por quienes dicen guiar la vida de por lo menos 1400 millones de católicos que oran por la paz en la martirizada región, sin asumir la postura política requerida para asumir la defensa consciente de la vida en medio de las diferencias étnicas.

Se suma a todo lo anterior la irrupción de un factor económico cuya semilla quizás empezó a germinar dentro de procesos de reconstrucción en escenarios postbélicos como el Plan Marshall: la gentrificación, fenómeno neoliberal que le permite a Israel y a los Estados Unidos rediseñar, repensar o reinventar a la franja de Gaza entregándola a las multinacionales de la construcción y de la hotelería para convertir sus playas en atractivos turísticos en donde quizás los viejos oficiales sionistas, sus hijos y nietos puedan viajar para descansar. Para lograrlo, urge eliminar hasta el último palestino y gazatí. Y el único proceso que puede garantizar la gentrificación de ese territorio es con el genocidio y la diáspora.

Las tímidas reacciones contra el genocidio en Gaza validarán hacia el futuro las prácticas genocidas contra otros pueblos previamente señalados de ser obstáculos para el desarrollo económico y los procesos hegemónicos que suponen lo que bien se puede llamar como “estandarización étnica”. Si en un futuro no muy lejano la pluricrisis climática golpea a potencias militares del norte global, muy seguramente mirarán hacia el sur para poner en práctica lo hecho por Israel en Gaza y de esa manera iniciar los procesos de ocupación, captura de recursos y gentrificación de territorios. Por lo anterior, el sistema  mundo capitalista necesita de genocidas como Netanyahu.



genocidio en gaza - Búsqueda Imágenes



[2] Hoy, por primera vez, el noticiero privado de Colombia, Noticias Caracol habla de masacre, en referencia a la estrategia de Israel de usar el hambre como estrategia de eliminación de los gazatíes, provocando la muerte por inanición de cientos de miles de bebés.

[3] En una nota de 2024, el título fue “Claves culturales para comprender la guerra de Gaza”. https://elpais.com/babelia/2024-08-10/claves-culturales-para-comprender-la-guerra-de-gaza.html



 

ESTUDIANTES ATROPELLADOS Y EL ESTREPITOSO SILENCIO DEL ALCALDE ALEJANDRO EDER

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El alcalde de Cali, Alejandro Eder se hizo elegir con la idea de campaña “vamos a recuperar a Cali, a devolverle la dignidad a los caleños y a reconciliarnos”. Las acciones con las que buscó concretar la etérea y electorera propuesta se redujeron a tratar de disciplinar a los conductores de motos y automóviles imponiéndoles comparendos y confiscando motocicletas. Esto parece significar que los demás problemas de la ciudad podrán esperar o terminar profundizándose porque la apuesta de Eder es “disciplinar a los caleños”.

Eder ha sido un alcalde mediático, lo que le ha permitido construir una imagen de un mandatario diligente y defensor número uno de su idea de “recuperar el orden”, lo que implica respetar las normas, proscribir todas las formas de violencia y reconciliar a los caleños.

Llama la atención su estruendoso silencio frente al caso del atropellamiento de 4 estudiantes de la Universidad del Valle por parte de dos ciudadanos que usaron sus vehículos como armas en contra de los alumnos que bloqueaban la avenida Pasoancho, en el marco de una protesta por el feminicidio de Sirley López, estudiante de la misma universidad. Dicho crimen se perpetró días atrás en la sede de Palmira.

Hay quienes atribuyen su estrepitoso mutismo a la lectura ideologizada y de clase que estaría haciendo de los hechos, dado que los protagonistas son estudiantes de Univalle, alma máter sobre la que recaen procesos estigmatizantes por los eternos enfrentamientos con la policía y actos vandálicos protagonizados por los “históricos capuchos”, mientras que el victimario sería un norteamericano.

El abogado penalista, Elmer Montaña Cuéllar, veedor y crítico de la alcaldía de Eder, en su cuenta de X se refirió al silencio del burgomaestre. El jurista señala que resulta inaceptable que Eder no haya salido a los medios masivos a rechazar la intencional embestida de los dos conductores y a solidarizarse con las víctimas del atropellamiento. Y de verdad que llama la atención la extraña discreción de Eder por cuanto en el mencionado caso confluyen las prácticas sociales que él como alcalde desea erradicar de la ciudad: la violencia, la intolerancia y el irrespeto a las normas de tránsito. No creo que se pueda “reconciliar a los caleños” haciendo lecturas ideologizadas y de clase frente a unos hechos que de acuerdo con abogados las primeras valoraciones penales oscilan entre lesiones personales dolosas, terrorismo y homicidio en grado de tentativa.

Recientemente salió en defensa del Guarda José Félix Angulo, víctima de expresiones racistas de parte de Alexis Velasco. Así reaccionó el burgomaestre ante la arremetida racializada emprendida por Velasco: “en Cali no hay espacio para el racismo, la ilegalidad ni para la violencia. Desde un principio he sido claro: estamos trabajando por recuperar el orden, y eso lo logramos recuperando el orden. Caleños, los invito a cumplir con las normas y a ser respetuosos con el prójimo”.

Está muy bien la defensa que hizo del Guarda José Félix Angulo. Los estudiantes atropellados merecen, como mínimo, un mensaje de solidaridad de quien prometió “recuperar el orden y reconciliar a los caleños”.




Imagen tomada de la red X. 


lunes, 19 de mayo de 2025

¿EN DISCUSIÓN LA INDEPENDENCIA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL?

Por Germán Ayala Osorio

 

El sistema político colombiano está diseñado para hacer perenne el ethos mafioso[1] que de tiempo atrás la sociedad naturalizó y que el mismo sistema se encarga de reproducir. A pesar de esa circunstancia institucional y cultural, en momentos muy precisos de su historia el país fue testigo de la operación legítima, ejemplar y limpia de magistrados de la Corte Constitucional.

Eran los tiempos de Carlos Gaviria Díaz, José Gregorio Hernández, Eduardo Cifuentes y Rodrigo Uprinmy, entre otros magistrados de esa alta corporación judicial, valorada por los colombianos por la calidad humana, la formación jurisprudencial, su visión liberal y la probidad de esos togados. Por cuenta del Cartel de la Toga ese referente de probidad y excelsa condición de los magistrados perdió brillo y por tanto, legitimidad.

Circunstancias como las señaladas arriba pusieron en entredicho la tan cacareada independencia de la Corte Constitucional (CC). Con cada gobierno esa cualidad vuelve a cuestionarse cuando llega el momento de escoger los togados con la participación del Senado, instancia esta cuya legitimidad siempre deviene cuestionada por los intereses particulares y políticos de los senadores que revisan las ternas enviadas por el jefe del Estado, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado. Aunque el mecanismo pareciera suficiente para garantizar la probidad de los elegidos, la fuerza del ethos mafioso suele ponerse por encima del ideal y el deseo de que a esa corporación lleguen los mejores juristas.

Gabriel Cifuentes escribió una columna en la que alude a la independencia de la Corte Constitucional, atribuyéndole elementos milagrosos a esa deseada y cuestionada condición: “la independencia de la Corte Constitucional se da por descontada. Ese es un error. En cada elección de sus miembros se juega la conservación de ese atributo del cual depende su legitimidad, la que hasta ahora gracias a un milagro continuado se ha mantenido pese a la intervención en su designación de los dos órganos más políticos del Estado: el Presidente y el Senado.

El columnista refiere a la independencia del alto tribunal porque por estos días debe elegirse el remplazo de la magistrada Cristina Pardo. El analista político tituló así su texto de opinión: ¿La independencia de la Corte Constitucional, en vilo? No creo en el “milagro” del que habla Cifuentes. Y mucho menos después de los hechos relacionados con el Cartel de la Toga, indiscutible prueba de que el ethos mafioso hace rato permeó a la CC y a otros altos tribunales de la justicia colombiana. El columnista restringe el origen político de los magistrados al Senado y a la Presidencia de la República, cuando está claro que los inconvenientes éticos y morales están atados al sistema político y al diseño constitucional colombiano.  Quizás ese no sea el problema de fondo, sino la manera misma como los operadores políticos y judiciales asumen el poder y el ejercicio mismo de la política, así como la interpretación de los mandatos de la carta política de 1991.

Vamos ahora a mirar a la terna de la que saldrá el remplazo de Cristina Pardo, a la que hizo referencia el columnista: se trata del abogado del presidente Petro, Héctor Carvajal; la magistrada auxiliar de la JEP, Dídima Rico, y la magistrada auxiliar de la Corte Constitucional, Karena Caselles.

Caselles fue ternada por el presidente de la República y Carvajal es cercano al jefe del Estado. Sobre esa incontrastable condición política que rodea la llegada de los dos juristas a esa instancia en la que cualquiera de los dos puede resultar elegido, el columnista señala lo siguiente: “A su cercanía con el mandatario –a quien representó ante el CNE en el proceso que se adelanta en contra de su campaña por la presunta violación de topes– se le suma también la amistad con el expresidente Uribe por haber sido el apoderado de sus hijos en el escándalo de las zonas francas. Pero, además, es bien sabido que el jurista se mueve como pez en el agua en la Corte Suprema y los órganos de control, así como en las arenas del mundo político. Valga recordar que en su exitosa carrera ha sido representante de personajes como Oneida Pinto, Daniel Quintero y de los Aguilar, entre otros. El acceso que tiene a las esferas del poder haría pensar que esta es una ‘terna de uno’”.

En lo que toca a Caselles, el reconocido analista y columnista sostiene que “…la candidata Caselles ha comenzado a crecer en la intención de voto de los congresistas que ven con cierto temor y desconfianza la elección del abogado del Presidente…En momentos en los que la Corte Constitucional no se puede dar el lujo de terminar cooptada por intereses eminentemente políticos, toma aliento la esperanza de que llegue una jurista mujer que ha construido una brillante carrera en la Rama Judicial, y ajena a cualquier tipo de presión externa. Existen todavía sectores del Legislativo que estiman necesario preservar la independencia del alto tribunal, y más en escenarios de polarización y amenaza a la separación de poderes. El acierto del Presidente de haber incluido a esta jurista en la terna, digno de ser celebrado, no debería ser borrado con el desacierto, que sería endosable al Senado, de no elegirla”.

Aunque el analista político no entrega mayores detalles del recorrido de Caselles, Carvajal no debería de ser elegido magistrado no tanto por haber sido el abogado de Petro, sino por haber tenido relaciones con el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez.

A Cifuentes le preocupa que la Corte Constitucional termine cooptada por el presidente Petro si el Senado elige a Carvajal, de quien el columnista da por descontado que actuaría en la misma línea ideológica del gobierno y de la mano del magistrado Vladimir Fernández, elegido recientemente. Fernández se desempeñó como secretario jurídico de la presidencia. Esa condición lo haría “incondicional” del presidente Petro al momento de discutir, entre otros temas, la exequibilidad de la reforma pensional.

La columna de Cifuentes no constituye un ataque al gobierno como lo consideraron algunos petristas en la red social X.  Lo que creo es que el título de la columna resulta inconveniente por el momento histórico por el que atraviesa el país, en la medida en que sugiere que la independencia de la CC está en vilo justo en el gobierno Petro. Claro que es un error dar por descontada la independencia de la Corte Constitucional por las circunstancias aquí expuestas. Quizás por ser hijo del magistrado Eduardo Cifuentes Muñoz y por moverse en las esferas de poder tradicional el columnista prefirió hablar de una “milagrosa independencia” en la que ya muchos hace rato dejamos de creer.



gabriel cifuentes - Búsqueda Imágenes



[1] Se entiende por ethos mafioso el conjunto de prácticas proclives a violar las normas, ajustarlas a los intereses de particulares que buscan favorecerse con decisiones judiciales, económicas y políticas; la captura de las instituciones públicas en favor de miembros de las élites tradicionales, corporaciones o grandes empresas hacen parte de aquellas prácticas, al igual que el clientelismo, la compra de votos y el diseño de pliegos tipo “sastre” para la entrega a dedo de millonarios contratos.  El ethos mafioso es, en sí mismo, una tara civilizatoria que toca a todos los estamentos de la sociedad colombiana. 







domingo, 18 de mayo de 2025

URIBE Y VARGAS LLERAS SE UNIRÍAN PARA RECUPERAR LA CASA DE NARIÑO

Por Germán Ayala Osorio

 

La posibilidad de que Germán Vargas Lleras y Álvaro Uribe Vélez unan esfuerzos para que la derecha recupere la Casa de Nariño en el 2026 da cuenta de las enormes preocupaciones que ese sector social y político tiene frente a la posibilidad de que el petrismo logre mantener el control de la casa de Gobierno. Ya el líder natural había enviado un mensaje a Uribe y a otros agentes del viejo establecimiento: “debemos llegar unidos”, espetó en ese momento el poco carismático y eterno candidato presidencial. En el pasado, Uribe había despreciado al hijo de la vieja oligarquía bogotana.

La prensa hegemónica dio cuenta de ese acercamiento entre los dos políticos, enfrentados en el pasado reciente por mutuos señalamientos de tener relaciones con grupos paramilitares. “Expresidente Uribe no descarta una posible alianza con Vargas Lleras para las elecciones en 2026” es uno de los titulares con el que la prensa derechizada registró las intenciones de Uribe y Vargas Lleras de llegar juntos a las elecciones para Congreso y presidenciales.

El pragmatismo en la derecha se asume como una “virtud” pues logran de esa forma superar “diferencias”. Eso sí, no se trata de diferencias conceptuales en materia de filosofía política. No. Al interior de la derecha suelen aparecer inconformidades en las maneras en las que el poder o la “torta” burocrática se reparte entre los jefes de los partidos que triunfaron en coalición. Esas discusiones conceptuales bizantinas son comunes entre la izquierda y el progresismo.

Ese pragmatismo que nuevamente dejan ver Uribe y Vargas Lleras sirve para darle vida a una frase cotidiano dentro de la política colombiana: “la política es dinámica”. Dicha sentencia es de uso común en políticos, politicastros y periodistas con la que ocultan lo que realmente sucede cuando se apela a esta para dar cuenta de una coyuntura o “jugadas” político-electorales. La política menuda y las prácticas asociadas a hacerse con el poder mantiene constantes los “valores y principios” sobre todo cuando ya hay un ethos malicioso naturalizado.

Para el caso colombiano, el ethos mafioso ya está tan entronizado en la sociedad y por supuesto entre la clase política y empresarial, que sus “valores y principios” los extienden en el tiempo los politicastros para transar y negociar todas las formas posibles de capturar el Estado para el beneficio privado de unas cuantas familias.

Falta poco para las elecciones presidenciales y la derecha no oculta sus preocupaciones porque no tienen un candidato presidencial fuerte y carismático capaz de recoger las banderas del uribismo, sector de poder que ya sufrió derrota en el 2022; y mucho menos esconde la pretensión de volver a conquistar la Casa de Nariño (de Nari) y así “recuperar el rumbo” que no es otra cosa que poner el Estado al servicio de la clase política tradicional, o en términos petristas, de la oligarquía. Lo anterior significa echar para atrás aquellas medidas, decisiones y acciones de políticas económica y diplomáticas adelantadas por el gobierno Petro que afectaron las correlaciones de fuerza, los intereses, apuestas y los viejos compromisos burocráticos.

El manejo que el actual gobierno le viene dando a la Sociedad de Activos Especiales (SAE) afecta los intereses y el mantenimiento de lealtades al interior del uribismo, situación que difícilmente podrán remediar, lo que no impide que lo vayan a intentar si vuelven al poder en el 2026. Si al final logran hacerse con la Casa de Nari, en adelante todos los bienes incautados a las mafias se usarán como en el pasado: para pagar favores políticos a su más cercanos financiadores y amigos. El desalojo del hacker responsable de manejar las bodegas uribistas, Carlos Escobar Marín del pent-house 1002 del Edificio Praderas (El Poblado, Medellín) es un buen ejemplo para entender la frase “vamos a recuperar a Colombia”.

Y de la mano del clan Vargas Lleras y Cambio Radical, su empresa electoral, la derecha buscará echar para atrás las medidas de control financiero que el gobierno Petro aplicó sobre las EPS y los cambios que decretó en el manejo de un sistema de salud permeado por el ethos mafioso que los colombianos entronizaron. Está claro que a millones de colombianos les importa muy poco que Uribe esté acusado de graves delitos y que junto a Vargas Lleras sean los líderes de los partidos con más congresistas investigados, procesados y condenados por actos de corrupción. 


vargas lleras dice que Uribe es paramilitar - Búsqueda Imágenes

ATAQUES RACISTAS EN CALI, LA CIUDAD QUE SEGREGA A LA POBLACIÓN AFRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El ataque racista que sufrió un Guarda de Tránsito de Cali fue repudiado tanto por la Alcaldía de Alejandro Eder y la ciudadanía en general. El registro noticioso coadyuvó en gran medida a volver “famosos” tanto al victimario como a la víctima, pero ocultó las condiciones culturales e institucionales que sostienen el racismo.

Estamos ante una actitud racista que es común en Cali y en el país. Baste con recordar las arremetidas racializadas contra Francia Márquez Mina de parte de una señora que la llamó “simio”; también Piedad Córdoba; o el acto de habla segregacionista del subpresidente Iván Duque Márquez cuando les dijo a los indígenas que “retornaran” a sus resguardos porque nada tenían que hacer en la capital del Valle del Cauca. O lo sucedido al interior de El Nogal, cuando una socia del “prestigioso” club social, furiosa preguntó “qué hace aquí esta indiamenta”. Y cómo olvidar el titular de Noticias Caracol durante el estallido social en la Sultana del Valle: “ciudadanos se enfrentan con indígenas”.

Este nuevo caso- muy seguramente vendrán más- se inscribe en el racismo estructural que en Colombia sigue operando porque “se encarna en acciones y omisiones concretas que, derivadas del funcionamiento mismo del sistema institucional, tienen el efecto de reproducir las desigualdades y jerarquías entre individuos y poblaciones racializadas” (Restrepo, Eduardo).

A lo anterior se suma que Cali es una ciudad segregacionista, hecho que hace parte del racismo estructural del que habla Eduardo Restrepo. El distrito de Aguablanca es la prueba fehaciente de esa manera de excluir, segmentar, diferenciar y estigmatizar a la población afro allí asentada. “La Cali del principio de la tercera década del siglo XXI es el reflejo de la herencia colonial que, a lo largo del tiempo terminó configurando un mapa urbano que muestra una ciudad segregada, con urbanizaciones opulentas rodeados de inmensos bolsones de pobreza…”

Así entonces, José Félix Angulo, el Guarda de Tránsito que sufrió la agresión verbal de parte de Alexis Velasco, quien lo llamó “Negro basura... Si fueras inteligente no serías guarda, pedazo basura” fue víctima del “blanquito Alexis”, de la ciudad y de su élite clasista y racista, así como de la sociedad colombiana que arrastra taras civilizatorias entre las que se cuentan, por supuesto, el racismo.

Alexis Velasco debe responder penalmente por el delito que cometió, pero no dejemos pasar esta oportunidad para aceptar que, en Cali, la ciudad afro, segrega territorialmente a la población negra, a cuyos miembros solo los quiere ver jugando al fútbol, practicando atletismo y boxeo, disciplinas deportivas a través de las cuales logran “salir adelante”. Y por supuesto, bailando salsa. De resto, a cientos de miles de caleños, incluidos a miembros de la dirigencia política y empresarial les estorba la población afro que busca conquistar otros espacios, como la política. Está muy bien el "reconocimiento" que le hizo y entregó el alcalde Eder al Guarda Angulo, pero miremos la ciudad que tenemos, dejemos tanta hipocresía.  



Imagen tomada de Vergonzoso acto de racismo en Cali contra guarda de tránsito: el culpable puede terminar en la cárcel | Marca

sábado, 17 de mayo de 2025

HUMBERTO DE LA CALLE: PETRO ERA NECESARIO, PERO…

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Humberto de la Calle Lombana es el típico defensor del Establecimiento. Una especie de protector de las “buenas costumbres y la tradición en el ejercicio del poder”. De esa manera, él y otras figuras políticas ayudan a impedir o negar transiciones o cambios en las correlaciones de fuerza, a pesar de las evidencias que dan cuenta de la lumpenización de las familias, clanes y los miembros de las élites tradicionales en Colombia. De la Calle, exvicepresidente de Ernesto Samper Pizano defiende con la habilidad y las sutilezas propias de un político que supo negociar la paz con las Farc-Ep, cumpliendo con la instrucción que le dieron de hacerlo sin ceder un centímetro de poder.

Su defensa a ultranza de las instituciones y de las institucionalidades derivadas de cada unas de estas lo hacen proclive a evitar críticas profundas a quienes desde los privilegios de clase y un incontrastable poder económico son en gran medida responsables de que Colombia sea uno de los países más desiguales y corruptos del mundo. En su más reciente “reflexión”, De la Calle hizo referencia a lo que en poco tiempo constituirá una realidad histórica y política: la llegada y el paso de Petro por la Casa de Nariño. Lo hizo en su cuenta de X.

Un Petro era necesario. E inevitable (1). Era impracticable continuar sobre la vergonzosa desigualdad y la política entregada a la corrupción sistémica. Petro quedará en deuda, no porque no lo dejaron sino porque cayó en la tentación pragmática de buscar un cambio utilizando los mismos instrumentos (2). Pero aún deja una ilusión al 30%. ¿Qué sigue? Ojalá una sólida gobernanza que recorra el camino de la ingeniería social progresiva. Sin clausurar el cambio, pero sin la consigna de tomarse la sociedad para unos olvidando a los otros. Ni el camino es el regreso a la vieja torta ni voltear la torta para asumir un nuevo poder excluyente. No a una nueva oligarquía(3).

Trataré de “desmenuzar” lo dicho por el exconstituyente y exsenador de la República. El planteamiento número 1 del político conservador me hizo recordar lo que en su momento dijo el profesor Malcom Deas sobre Uribe:Uribe era un presidente que necesitaba Colombia. Después de él hay un antes y un después…sí, yo creo que hay momentos para la guerra y para la paz. En 2002 el momento era para una política como la seguridad democrática, ahora el país vive otro momento”.

Cuidado. No estoy comparando a Uribe con Petro. Hay por lo menos 6402 diferencias entre los dos caudillos. Simplemente, los dos crearon coyunturas políticas, sociales y culturales, con disímiles resultados. El primero es la más inconveniente invención mediática en una sociedad con visos de fascismo; y el segundo, un outsider que le mostró al país y a sus élites los caminos hacia la modernidad a la que le vienen huyendo de tiempo atrás.

Académicos como Deas y políticos como De la Calle suelen explicar ese tipo de coyunturas políticas cuidándose de señalar a los más visibles agentes del poder económico como responsables de las taras civilizatorias que como sociedad arrastramos. Muy atrás quedó el espíritu nadaísta de Humberto de la Calle Lombana.

Sigamos con la segunda idea lanzada por el entonces negociador de paz de Santos. De la Calle reconoce que la desigualdad y la corrupción en el país son vergonzosas, pero se cuida de poner su dedo índice en perspectiva histórica para nominar a los responsables. De la Calle entiende que debe actuar con fina diplomacia pues se vienen las elecciones presidenciales, lo que podría significar un ministerio, un contrato millonario, la creación de una fundación, o de pronto ser invitado nuevamente a ser fórmula vicepresidencial.

Detengámonos en esta parte de lo dicho: “Petro quedará en deuda, no porque no lo dejaron sino porque cayó en la tentación pragmática de buscar un cambio utilizando los mismos instrumentos”. De manera ladina, De la Calle invalida los señalamientos del presidente de la República, exagerados o no, de un golpe blando o de un bloqueo institucional orquestado desde el Congreso de la República y otras instancias de poder legal e incluso, ilegal.

En lo que respecta al planteamiento número tres, el excongresista del partido Oxígeno Verde vuelve a hacer una lectura parcializada – de clase- de la coyuntura política. Veamos: “Ni el camino es el regreso a la vieja torta ni voltear la torta para asumir un nuevo poder excluyente. No a una nueva oligarquía”.

De la Calle termina su “reflexión” como le corresponde a un defensor a ultranza del Establecimiento colombiano. Resulta inviable pensar en el surgimiento de una “nueva oligarquía”. Para qué si ya el país cuenta con una lo suficientemente robusta, excluyente, legítima y decente, parece preguntarse y responderse el político caldense, nacido en Manzanares.



Imagen tomada de Infobae. Petro respondió a Humberto de la Calle en pelea por la reforma pensional: “Hacer esclavos es odio de clases, y emancipar es lucha de clases” - Infobae


viernes, 16 de mayo de 2025

ENRIQUE VARGAS LLERAS PIDE A LOS GRINGOS QUE “DESCERTIFIQUEN MENTALMENTE” A PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las históricas e histéricas relaciones bilaterales con los Estados Unidos devienen atravesadas por la estolidez y las posturas lacayas asumidas por una clase política y económica que se benefició de alimentar la “superioridad moral” de los gringos a cambio de poder viajar a los parques de diversión en Orlando para saludar a Mickey Mouse, a Pluto, a Blancanieves y sus 7 enanitos. Quizás de allí venga la fascinación del subpresidente Iván Duque Márquez por los protagonistas del tierno cuento infantil.

Justamente, esa “superioridad moral” gringa sirvió para someter los intereses del país a los caprichos de republicanos y demócratas, expresados en y desde oficinas para asuntos latinoamericanos, tanques de pensamiento de la derecha americana, lobistas de las empresas fabricantes de armas, la DEA y la siempre indignante “certificación” por una lucha contra las drogas que aunque fracasada, la necesitan los americanos para extender en el tiempo todas las formas de dominación sobre el país, siempre visto  como su estratégico “patio trasero” para instalar bases militares y aplicar planes de intervención militar como el Plan Colombia.

Ahora que el gobierno Petro busca que Colombia haga parte de la Ruta de la Seda, los dirigentes gremiales, actuando como verdaderos cipayos, ponen el grito en el único cielo que conocen: el estadounidense. Detrás de la molestia por el acercamiento a China está la animadversión que les genera el presidente de la República, fruto de la pugnacidad ideológica y política que se respira y palpa el país desde el 7 de agosto de 2022.

Asociada a esa polarización está el proyecto mediático de anular moralmente al presidente Petro y por esa vía consolidar la narrativa que le facilite a la derecha uribizada hacerle un juicio político y declararlo incapaz de gobernar el país. Para lograrlo, vienen insistiendo en la idea de que Petro es un drogadicto que necesita ayuda médica y quizás psiquiátrica.

María Fernanda Cabal y otros actores políticos les propusieron a las bancadas de la oposición en el Congreso que le exijan al presidente que se haga exámenes toxicológicos para “probar la tesis” lanzadas por la periodista María Jimena Duzán y el exministro Álvaro Leyva Durán que indica que Petro consume drogas, que es un adicto a la cocaína. Es decir, un vicioso.

Es claro que la derecha colombiana, con la ayuda de los medios de información hegemónicos están interesados en consolidar la imagen del presidente de Colombia como un hombre enfermo, un vicioso, un adicto que debe estar recluido en un centro de rehabilitación. El congresista republicano Díaz-Balart “calificó a Petro como una vergüenza internacional e insinuó que el mandatario podría estar bajo el efecto de sustancias psicoactivas o alcohol, declaraciones que intensificaron las tensiones políticas entre ambos países”.

Se trata de una muy bien coordinada estrategia de desprestigio político y moral, a la que se sumó Enrique Vargas Lleras, hermano del exvicepresidente de Juan Manuel Santos, Germán Vargas, declarados enemigos del presidente Petro. La ojeriza de los Vargas Lleras hacia el jefe del Estado se explica por el control presupuestal que este gobierno viene haciendo a las EPS, convertidas durante más de 30 años en la mina de oro de politicastros, del mismo Vargas Lleras en su condición de miembro de juntas directivas de EPS y agentes gremiales que convirtieron la salud en un lucrativo negocio en detrimento del bienestar de los pacientes.

Enrique Vargas, en su cuenta de X, espetó lo siguiente: “Tras las cartas enviadas por el excanciller Álvaro Leyva, he solicitado al gobierno de EE. UU. que, en el marco de la cooperación de Estados Unidos en la lucha contra las drogas, sea requerido examen de adicción a Petro”. ¿Es en serio, me pregunto aún?

Si no estamos ante una fake news, la misiva de Vargas Lleras resulta infantil, estúpida, improcedente y ridícula. Este tipo de solicitudes sirven para confirmar que Enrique Vargas Lleras es un cipayo consumado y un pobre estólido que cree que el uso cotidiano de las “rodilleras proamericanas” le devolverán la legitimidad social y política a Cambio Radical, la empresa electoral de su clan familiar.

Por cuenta de Enrique Vargas Lleras, ahora los gringos deben además de certificarnos por la lucha contra las drogas, hacer lo propio con la salud mental y física del presidente de la República. Creo que “Enriquito” está somatizando la crisis emocional provocada por la viudez del poder. Para comprobar si ello es cierto no es necesario viajar a los EE. UU. para practicarse el examen. Con su indigna misiva es suficiente.


enrique vargas lleras envia carta a los Estados Unidos para que digan si Petro está enfermo - Búsqueda Imágenes


miércoles, 14 de mayo de 2025

HUNDIDA LA CONSULTA POPULAR

Por Germán Ayala Osorio

El hundimiento de la Consulta Popular en la plenaria del Senado es un suceso político que confirma y naturaliza el sentido formal y procedimental con el que los representantes de los poderes públicos asumieron la consolidación del sistema democrático en Colombia. Al final, el resultado no puede ser más negativo y deprimente: la democracia en el país es un remedo si se compara con experiencias de democracias modernas que operan en otras latitudes. Esa incontrastable realidad dice mucho de la división de poder y la operación de los poderes públicos.

En general, a los magistrados de las altas cortes, a los congresistas cuyas curules siempre patrocinaron conglomerados económicos y gremios de la producción y a los anteriores presidentes de la República les dio miedo profundizar la democracia en los términos planteados por Chantal Mouffe. Al final, optaron por dejar de lado los ideales democráticos y someterse a las condiciones económicas, socioculturales y políticas generadas por aquellos clanes y familias dueñas del capital que defienden una idea restringida de la democracia.

Aquello de que la democracia es el poder del pueblo es un mero ideal que solo cobra sentido cuando los populistas de izquierda apelan para buscar el bienestar de las grandes mayorías, sin que ello suponga, necesariamente, acciones como la nacionalización de la producción o su estatización y por ese camino la proscripción de la iniciativa privada. Entre tanto, cuando la derecha apela al populismo lo hace para consolidar el Orden (el imperio de la ley), en combinación con políticas públicas asistencialistas (entrega de subsidios) que no construyen ciudadanía y poco mejoran las condiciones de vida de sus beneficiarios. Consolidan las 'trampas de la pobreza'.

El haberse negado a discutir las reformas a la salud y la laboral, por presiones de los más visibles agentes de los gremios económicos, ratifica el interés del Congreso de extender en el tiempo la precariedad laboral y la operación mafiosa de un sistema de salud que priorizó los negocios de los privados, por encima de los derechos de los pacientes, asumidos como usuarios o clientes.

Lo anterior es el marco cultural y político en el que hay que ubicar y entender lo sucedido el 14 de mayo de 2025, cuando con “jugaditas” y al parecer con fraude, la derecha uribizada hundió la Consulta Popular y “revivió” la reforma laboral, la misma que muy seguramente terminará hundida.  

Las reacciones del presidente Petro, de la bancada oficialista y de los “petristas pura sangre”, el llamado a la “calma” de políticos y analistas, así como el júbilo de los integrantes de las bancadas de la Oposición por el golpe dado al Gobierno, abren nuevamente las compuertas al escenario predilecto del jefe del Estado y temido por la Oposición y en general por la derecha: la movilización social.

El Pueblo a la calle

En su alocución desde la China, el presidente Petro invitó al pueblo a declararse en “cabildo abierto” como forma de rechazo al hundimiento de la Consulta Popular. Nuevamente Petro “le tira encima el pueblo a la burguesía y a la oligarquía”. Apelar a las acciones colectivas y a la concentración en las plazas constituye una forma de presión que hace recordar al país los hechos violentos del estallido social.

Las movilizaciones en sí mismas no lograrán reversar lo decidido al interior del Senado. Para lo único que servirán es para adelantar el pulso político de las elecciones de 2026, a las que llegará el país en medio de una inquietante pugnacidad ideológica, contaminada por el discurso de la lucha de clases, alimentada tanto por el gobierno Petro, como por los congresistas que a pesar de resultar elegidos a través del voto y con las reglas de la democracia, representan a una minoría racista, clasista y aporofóbica.  

Resulta curioso y perfectamente comprensible que en un ejercicio democrático al interior del Senado se haya impedido que el pueblo se manifestara democráticamente frente a las 12 preguntas con las que el gobierno radicó la consulta popular. Aparecen entonces dos ideas de democracia que dan cuenta de los límites y alcances de un régimen de poder que se mueve entre lo real y lo ideal. Una de esas ideas está limitada por los intereses de los congresistas que negaron a millones de colombianos la oportunidad de manifestarse a través del voto; y la otra que deviene también limitada por la sapiencia del pueblo al que se convocó y que se alistaba para participar de una jornada electoral temida por la derecha.

Noto una excesiva confianza en ese pueblo al que Petro le habla. A veces creo que los petristas y el gobierno olvidan que dentro de esa “unidad” llamada pueblo hubo y hay aún cientos de miles de pobres que votaron por Álvaro Uribe Vélez, reconocido verdugo que les quitó a los trabajadores los derechos laborales que se pretendían devolver con las 12 preguntas formuladas con las que se dio vida jurídico-política a la negada consulta popular.

Aquella idea que señala que “el pueblo es superior a sus dirigentes” deviene manida y hueca si se revisa muy bien el apoyo popular brindado a Uribe, el más dañino presidente de la República elegido en democracia.

El gobierno Petro debería de esperar el desenlace de la reforma laboral que el Senado revivió de manera maliciosa y estratégica. Si la hunde como se sospecha que lo hará, el llamado al pueblo se justificaría siempre y cuando se comprendan varias circunstancias: dentro del pueblo pobre hay gente descontenta con el actual gobierno; hay otros a los que les asusta el fantasma del “castrochavismo” y otro grupo que por tradición e ignorancia siempre votó a la derecha, única opción de poder que conocen sus integrantes. Hay gente a la que le asusta cuando le hablan de libertad, de abandonar sus “invisibles” prácticas enajenantes, se le sugiere ponerle límites al individualismo y consolidar una conciencia de clase para la cual jamás fue educado.

La izquierda y el progresismo podrían usar de una mejor forma el poder popular que dicen y creen tener para cumplir con lo prometido, derrumbar los miedos inoculados por la prensa uribista y hegemónica; formar cuadros en los sectores populares y de clase media y terminar el gobierno con mejores indicadores en materia macroeconómica. Provocar un nuevo estallido social sería contraproducente para el proyecto político que encarna Petro.


Adenda: estando el presidente en la China, al parecer el Senado le salió  al pueblo con una coCHINAda. 



Armando Benedetti discute con el secretario general del Senado, Diego Gonzpalez, por votación que hundió la consulta popular. // Colprensa

martes, 13 de mayo de 2025

CIRO RAMÍREZ SALIÓ DE LA CÁRCEL A VOTAR NO A LA CONSULTA POPULAR

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el ejercicio de la política hay una práctica muy común entre los políticos profesionales: manosear los conceptos. Y en Colombia, por estos días los más ajados, deslucidos, palpados, ensuciados y opacados son el constituyente primario o pueblo, legitimidad e institucionalidad. Se trata de vocablos o categorías que en su uso cotidiano y dentro de las dinámicas del poder aportan a la construcción de una idea más o menos clara de lo que significa la democracia como régimen de poder.

Esas tres ideas y nomenclaturas confluyen en la siniestra coincidencia representada en la salida de la cárcel del congresista del Centro Democrático, Ciro Ramírez y la captura de los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, Iván Leonidas Name Vásquez y Andrés Calle Aguas, justo antes de comenzar las discusiones al interior del Congreso en torno a la viabilidad o no de la Consulta Popular del gobierno Petro.

Todos tres investigados por casos de corrupción. Ramírez, llamado a juicio por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por el caso conocido como el de las Marionetas y Name y Calle por los hechos relacionados con el escándalo de la UNGRD, dan cuenta de una situación jurídico-política que toca los intereses del gobierno y de las bancadas de los partidos que deberán votar si le dan vía libre a la Consulta Popular.

Que la CSJ haya dejado en libertad a Ciro Ramírez por no “representar un peligro para la sociedad y el proceso penal en su contra” despierta todo tipo de suspicacias porque al recuperar su curul podrá participar de la votación de la Consulta Popular, asunto político que por estos días ocupa el interés nacional. Es probable que la votación a favor o no de la Consulta Popular se defina por unos cuantos votos. Es allí en donde nacen gran parte de las suspicacias alrededor de la libertad otorgada al procesado Ciro Ramírez, quien desde su curul espetó que logró probar su inocencia ante los magistrados del alto tribunal, cuando aún la Corte no define de fondo su situación jurídica. Es decir, Ciro Ramírez mintió. El congresista dijo: “Si estoy aquí parado es porque en el juicio pude demostrar mi inocencia”.

Así registró la prensa la decisión judicial: “este viernes 02 de mayo la Sala Especial de Primera Instancia tomó una decisión crucial en la investigación contra el exsenador Ciro Ramírez, investigado por presunta corrupción en el entramado conocido como “Marionetas II”.

Ya el sub júdice ciudadano anunció que votará No siguiendo la directriz de su congregación el Centro Democrático. Justamente, por tener esa condición en la que su inocencia está en entredicho hasta que su juez natural no tome una decisión de fondo, la legitimidad de su curul queda en entredicho, así como las posturas que decida asumir y expresar a través del voto dentro de las dinámicas al interior del Congreso.

Estamos ante una situación ético-política y jurídica que además de restarle legitimidad a sus pronunciamientos dentro de sus actividades como congresista, afecta negativamente la ya maltrecha imagen del Legislativo en la medida en que su responsabilidad en los hechos punibles por los que la CSJ ordenó enviarlo a prisión durante 15 meses no está aún probada o desechada. Así las cosas, sobre la institucionalidad asociada y derivada de las reglas y actuaciones del Congreso recae una enorme carga negativa dado que la ya comprometida legitimidad de la curul de Ramírez por su condición sub júdice, deviene inexorablemente ligada a las formas regladas y protocolos dentro y fuera de la Ley 5 de 1992 (Ley del Congreso).

Sobre el último vocablo, el pueblo o el constituyente primario, el manoseo es histórico, cotidiano y acomodaticio de acuerdo con los intereses de quienes lo invoquen. Los sectores de la derecha y la izquierda cada uno parecen tener su “propio pueblo”. Lo único claro en los tres casos penales que enfrentan Ramírez, Name y Calle es que ninguno de los congresistas aquí señalados representa los intereses del pueblo colombiano, a pesar de haber sido elegidos a través del voto popular.




Ciro Ramírez reaparece en el Senado y dice que “pude demostrar mi inocencia, el juicio ya se acabó”

PETRO Y LA GRAN PRENSA: RELACIONES TORMENTOSAS

  Por Germán Ayala Osorio   Las relaciones entre la prensa bogotana y el presidente de la República han sido tirantes desde el 7 de ag...