Por Germán Ayala Osorio
Montada en una tractomula, María
Fernanda Cabal anunció su prematura aspiración de llegar a la Casa de Nariño en
el 2026. La temprana candidatura presidencial de María Fernanda Cabal se da en
medio del desespero de la derecha uribista por recuperar el Estado, para que
este siga en manos del régimen de terror que por más 30 años viene operando en
Colombia, el mismo que es responsable de los millones de pobres que existen en
el país, de la informalidad laboral, de la violencia política en el campo y del
desempleo estructural.
Sus ideas y convicciones hacen posible
pensar en que un eventual gobierno de la hoy congresista, el país entraría en
una sólida dinámica de echar para atrás todo lo decidido por el gobierno de Petro.
Se trataría de un gobierno que, montado en una resistente tractomula, atropellaría
todos los programas y avances en materia social y ambiental. Por ejemplo, en
materia ecológica, cuidar y parar la deforestación de las selvas no sería una
prioridad para la señora Cabal, cuya vida está atada a la agroindustria cañera
y a la ganadería extensiva, actividades económicas propias de lo que llamo la Sostenibilidad
Asistémica Funcional (SAF), factor clave que reproduce la lógica economicista con
la que se “valoran” los ecosistemas naturales y se aseguran las condiciones de
insostenibilidad socio ambiental, política y ecológica del vigente modelo de
desarrollo económico. Huelga recordar que Cabal no cree en el cambio climático,
porque considera que es pura charlatanería.
María Fernanda Cabal no gusta de
quienes reivindican y luchan porque haya garantías para el cumplimiento de los
derechos consagrados en la carta política de 1991. Su cercanía al partido
español VOX, la acerca a la extrema derecha, lo que constituye un llamado de
alerta para las comunidades LGTBI+, sindicatos, grupos de feministas y todos aquellos
que creen en las ideas liberales. En lo económico, Cabal cree a pie juntillas
en el modelo neoliberal. Es amiga de la privatización del Estado, lo que
significa la entrega de subsidios a los más ricos tal y como sucedió con la política
Agro Ingreso Seguro (AIS), de la que recibió millonarios recursos; y la disminución
de todos los subsidios y programas encaminados a ayudar a comunidades campesinas.
La señora Cabal gusta de la política de importación de alimentos, en detrimento
de la seguridad y la autonomía alimentarias.
Es apenas obvio que detrás de la
candidatura de María Fernanda Cabal estarán Uribe Vélez, el banquero Sarmiento
Angulo, terratenientes, ganaderos y azucareros de todos los pelambres.
Cabal es determinada, terca y con
tendencia a imponer sus ideas por encima de las de los demás. Es autoritaria
como Uribe, su gran mentor. El expresidente y expresidiario la considera leal,
pero preferiría apoyar a un hombre porque el caballista antioqueño sigue
pensando que el lugar de las mujeres está en la cocina, atendiendo los hijos y
a los maridos. La respaldará hasta cuando el 1087985 consiga a un títere mejor
que Iván Duque Márquez.
Su discurso es básico, en el
sentido en que no está formada para dar discusiones teórico-conceptuales. En
eso se parece mucho a Duque y al propio Uribe. En el video que recién grabó
montada en una tractomula, dijo lo siguiente: “Se acuerdan cuando los
‘petristes’ decían que el cambio era en primera, pero era con caja de cambios
de aquella que ponía la primera soltado en el clutch y se apagaba el carro o
esa primera en subida que terminaba quemando la caja ¿o no’?”.
La señora Cabal insistirá en
revivir el fantasma del castrochavismo, invención de su patrón, Álvaro Uribe.
Es más, en el señalado video dijo: “El cambio es en automático, el cambio no
es con el socialismo de ideas arcaicas, el cambio es a lo
moderno. Vamos a hacer la primera vez que tenemos la oportunidad de tener
una mujer en la presidencia. Eso sí es el cambio”.
Como se puede apreciar, insiste
en que el gobierno de Petro está llevando al país hacia el socialismo, cuando
viene respetando la regla fiscal, la propiedad privada y el modelo económico. En
su caos conceptual, Cabal confunde la modernidad con lo moderno. Debe
saber la senadora que si algo no hemos alcanzado en el país es la modernidad.
Quizás nos hemos modernizado (lo moderno, en su vocabulario básico) apoyados en
la tecnología, pero aún estamos lejos de alcanzar ese estadio de la modernidad
en el que están instaladas democracias europeas de tiempo atrás. Sin entrar en confrontación con la sociedad
patriarcal que ella representa, ya sabemos que María Fernanda Cabal buscará
llegarles a las feministas con el deseo y la idea de ser la primera mujer en gobernar al
país. De llegar a la Casa de Nariño, su condición de mujer solo serviría para
maquillar el patriarcado y el machismo aún vigente en el país.
Cabal seguirá montada en la
tractomula, con la que buscará arrollar y pisotear todas las acciones y
decisiones que Petro está tomando en aras de alcanzar la esquiva modernidad que
la señora Cabal aún no comprende. Serán por lo menos 16 o 20 cambios los que
Cabal ejecutará montada en el tractocamión del cambio. Finalmente, hay que
decir que la derecha prendió motores para regresarnos a los tiempos de la
seguridad democrática. ¡Ajúa!
Imagen tomada de Infobae.
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