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lunes, 27 de enero de 2025

FICO GUTIÉRREZ: LACAYO E IGNORANTE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Se da por descontado que los funcionarios elegidos por voto popular están preparados para ejercer esos cargos, esto es, que conocen las funciones a desempeñar y tienen claras sus competencias y los límites de sus jurisdicciones territoriales. Pero no es así. Muchos llegan a aprender y en el mejor de los casos, a cumplir las órdenes que les dan los que financiaron sus campañas.

El reciente rifirrafe entre los presidentes Petro y Trump que provocó la tensión diplomática superada horas después, sirvió para que expresidentes de la República, exministros, alcaldes en ejercicio, periodistas de los medios hegemónicos y tuiteros dejaran ver que sus posturas políticas pronorteamericanas están atadas a sus niveles de sumisión al “imperio” como dirían los mamertos que jamás leyeron el libro de Michael Hardt y Toni Negri, titulado Imperio.

Entre los alcaldes en ejercicio que rechazaron con vehemencia la decisión del presidente Petro de no permitir el aterrizaje de dos aviones militares con 160 colombianos deportados bajo el estigma de ser delincuentes, están el alcalde de Cali, Alejandro Eder y de Medellín, Federico Gutiérrez.

El alcalde de la capital de Antioquia aprovechó la tensión diplomática para proponer la conformación de una “delegación de alcaldes de Colombia para viajar a Washington y procurar que el gobierno de Estados Unidos en cabeza de @realDonaldTrump entienda que Petro no nos representa”. Semejante estupidez solo se le puede ocurrir a un político que ignora que el manejo de las relaciones internacionales es del resorte exclusivo del presidente de la República. Quizás la incontrastable animadversión que Fico siente hacia Petro, sumado a su desconocimiento de la Constitución política, lo llevaron a proponer semejante pendejada.

No sé qué se imaginó el ignaro burgomaestre antioqueño al llegar a Washington y decirles a funcionarios americanos que “Petro no los representa”, cuando la Casa Blanca solo se entiende con quien ejerce la presidencia de la República. En inglés sería algo así como: “President Trump, we come to tell you that Petro does not represent us. Sorry for the inconvenience”.

No es la primera vez que Gutiérrez deja ver que desconoce la operación del Estado. Durante un debate entre candidatos presidenciales el flamante alcalde de Medellín demostró su completa ignorancia en el manejo de las regalías que llegan a las regiones. Al final, el vergonzoso episodio quedó reducido a la frase “no, pero plata es plata”.

Así entonces, Federico Gutiérrez, el indocto y lacayo terminó siendo el hazmerreír de este episodio diplomático. Fico olvidó que a su ciudad llegan cientos de gringos puteros a violar niñas y niños y a consumir cocaína y afectar el mercado inmobiliario.

Al alcalde de Medellín parece que le encanta que Petro le llame la atención o como se dice en el argot popular, “lo peine”. Esto le dijo el jefe del Estado: “No me extraña que se arrodillen, pero prefiero que usted se arrodille antes las madres de las víctimas de la escombrera. Lo invito a hacerlo juntos y pedir perdón”.



federico gutierrez y la Escombrera - Búsqueda Imágenes

domingo, 26 de enero de 2025

SUPERADA LA CRISIS USA-COLOMBIA: HORA DE HACER EL BALANCE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con los anuncios de ambos gobiernos, la crisis diplomática entre USA y Colombia se dio por superada. Esas tensas horas vividas por el cruce de trinos entre Trump y Petro dejaron lecciones, pero sobre todo evidencias de que en Colombia hay colombianos dispuestos a exigir respeto y un trato digno, mientras que otros disfrutan siendo cipayos dispuestos a abandonar cualquier asomo de dignidad al momento de reclamar respeto por los derechos humanos.

Las posturas asumidas por políticos de la derecha colombiana como Federico Gutiérrez, Alejandro Eder, Iván Duque, Claudia López,  Juan Manuel Santos, Alex Char; periodistas como Ricardo Ospina de Blu radio y el propio Daniel Coronell, voceros empresariales como Bruce Mac master y la actitud del senador republicano de origen colombiano, Berny Moreno, explican con claridad que ellos hacen parte de ese selecto grupo de lacayos dispuestos a mantener puestas las rodilleras frente al arbitrario presidente americano. Y no se trata de enarbolar aquí el discurso antiyanqui o antiimperialista para reconocer que efectivamente, en semejante crisis diplomática le demostraron al país que disfrutan siendo los pajecitos del Departamento de Estado y del anacrónico y condenado presidente estadounidense.

Las actitudes asumidas por unos y otros resultan a todas luces vergonzosas e indignas. Si bien hay que llamarle la atención al presidente Petro para que controle sus impulsos y morigere un tanto su discurso antiyanqui, también urge que los colombianos comprendan que las amenazas proferidas por Donald Trump son, además de inaceptables, humillantes y arbitrarias.

Trump pisoteó la dignidad de los migrantes ilegales que quiso devolver en dos aviones militares como si fueran reos y por esa vía, la de todos los colombianos y latinoamericanos. Petro salió en defensa de los derechos humanos de los compatriotas que regresarán al país en condición de deportados porque entiende muy bien que esos derechos, junto al honor, la libertad, la honra y el orgullo confluyen en el concepto de dignidad.

Hasta el momento es el primer presidente colombiano, en la historia reciente, que se les planta duro a los americanos en su intención de exhibir una supremacía étnica e identitaria que los señalados cipayos aceptan sin chistar. Comete un error el presidente Trump al creer que podrá “devolverle la grandeza a su país” pisoteando los derechos y las identidades de los pueblos que sobreviven en su patio trasero.

Eso sí, después de este primer pulso político, la molestia en ambos lados se mantendrá hasta que nuevamente el gobierno del Norte intente pisotear la dignidad de los colombianos y de los latinoamericanos. Trump reculó y eso es innegable. Petro, sin bajar la moña, recibirá a los deportados en las condiciones dignas exigidas. En términos futbolísticos se puede hablar de un empate con sabor a victoria para Petro y la de los colombianos que entienden los alcances de aquello que se llama dignidad.

Es tiempo de acelerar la búsqueda de nuevos mercados y socios dispuestos a establecer relaciones diplomáticas bajo condiciones de dignidad, decoro, pero, sobre todo, civilizadas. Trump, por varias horas, le dio a Colombia un trato de enemigo político, como si se tratara de Irán, Cuba o Irak.




CRISIS USA-COLOMBIA: DE LA SAMPERIZACIÓN A LA PETRORIZACIÓN

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La negativa del presidente Petro de recibir dos aviones militares procedentes de USA con 160 colombianos deportados fue la disculpa perfecta para que  el gobierno de Trump decidiera adelantar contra Colombia el aumento de aranceles a los productos importados procedentes del “País de la Belleza”. Eso sí, con una agravante:  con castigos financieros y diplomáticos asociados a la cancelación de visas a familiares de Petro, funcionarios gubernamentales y simpatizantes del Pacto Histórico.

Aunque existen convenios para afrontar asuntos relacionados con la deportación de nacionales de ambas naciones, lo que ha trascendido es que el gobierno de Trump no activó los protocolos que garantizarían el regreso de los 160 connacionales en condiciones de dignidad y respeto. Equiparar migrantes ilegales con delincuentes como lo viene haciendo el gobierno de los Estados Unidos constituye una actitud hostil contra Colombia, considerado históricamente como un “importante socio comercial y aliado político” de USA.

Sin duda alguna, Trump está superando con creces la crisis diplomática de los años 90 durante el gobierno de Ernesto Samper, a quien le cancelaron la visa por la probada penetración de los dineros del Cartel de Cali a su campaña presidencial. En pocas horas, pasamos de la “samperización” de las relaciones entre USA y Colombia, a la “petrorización” de las mismas, con un elemento adicional: el gobierno Petro es el nuevo enemigo de los Estados Unidos. Detrás de esa implícita declaración de USA está la mano del cubanoamericano, Marco Rubio, Secretario de Estado.

Las históricas relaciones bilaterales, atadas a la lucha contra el narcotráfico y las guerrillas pasan hoy por su peor momento por cuenta de la postura antiinmigrantes latinoamericanos que prometió Trump en su campaña y la exigencia de Petro por un trato digno a los colombianos deportados.  Bastaron seis días en el poder para que el octogenario republicano pusiera a Colombia, su histórico socio comercial y aliado político, en la condición de nación enemiga y parte de una especie de nuevo eje del mal en el que USA estaría incluyendo a países como México, Colombia y Brasil, entre otros, por ser “exportadores” de migrantes ilegales o por facilitar el paso de los indocumentados por sus fronteras.

Las decisiones adoptadas por Trump se sostienen en la ojeriza con la que miran al gobierno de Petro, al que lo ubican como de “corte socialista” para justificar las medidas adoptadas por USA, a todas luces hostiles y desproporcionadas. Cerrar las oficinas en las que se tramitan cientos de miles de visas para colombianos que desean entrar a territorio americano o buscan regularizar su estadía en ese país es una medida exagerada y arrogante.

El proteccionismo económico que prometió implementar Trump deviene asociado a una peligrosa xenofobia y supremacismo étnico e identitario de un país como Estados Unidos que, a pesar de haber sido construido por migrantes, hoy, por cuenta del putero y condenado presidente lo quiere convertir en una especie de “excelsa cuna genética” en la que solo nacen ciudadanos blancos, con pelo anaranjado y ojos azules.

Por supuesto que en el fondo de esta crisis diplomática y política aparecen los conceptos de dignidad y grandeza; el primero, incorporado por Petro a su defensa de la condición de ser colombiano; y el segundo, asumido por Trump como parte de su discurso nacionalista con el que justifica el desprecio por la gente que vive en su patio trasero. Mientras que Petro y Trump le apuestan a que "ambos conceptos se vuelvan costumbre", la derecha colombiana disfruta de la crisis y se apresta para aprovechar los efectos económicos de las sanciones americanas para revivir el fantasma que acompaña la vieja advertencia electoral: “nos íbamos a convertir en Venezuela”.

Si Petro y Trump siguen en esa tónica confrontacional, quizás el presidente colombiano termine considerando sacar las bases militares gringas del territorio. ¿Se atreverá en nombre de la dignidad y la soberanía estatal? Haber congelado la ayuda que los gringos entregan al país para su lucha contra el narcotráfico bien puede servirle a Petro como disculpa para exigir el retiro del personal civil y militar americano apostado en Tres Esquinas, Palanquero y el fuerte de Tolemaida, entre otras más.


Nota: hacia las 10 pm el gobierno colombiano informó que da por superada la crisis diplomática. Colombia recibirá a los deportados y USA recula o echa para atrás las medidas sancionatorias. Este primer pulso político entre Trump y Petro puede verse como un triunfo para el presidente colombiano pues se le plantó al poderoso gringo con dignidad, decoro y firmeza. Eso sí, la molestia en ambos lados seguirán presente por largo tiempo. Perdieron los tibios y la derecha en Colombia. Dejaron ver que la palabra dignidad no está dentro de su discurso y mucho menos dentro de sus prioridades. Así las cosas, políticos como Federico Gutiérrez, Efraín Cepeda, Alejandro Eder, Iván Duque, Juan Manuel Santos y el senador republlicano, Bernie Moreno, de origen colombiano, se comportaron como verdaderos cipayos. 


crisis diplomática colombia y usa - Búsqueda Imágenes


sábado, 29 de junio de 2024

BIDEN Y TRUMP: DOS VIEJOS REPRESENTANTES DEL IMPERIO

 

Por Germán Ayala Osorio

Con ocasión del televisado debate electoral entre Biden y Trump, las críticas recayeron sobre los ya casi octogenarios por representar, de acuerdo con sus críticos, la decadencia de la política bipartidista en el gran país del norte. Ambos políticos son longevos, pero la diferencia de tres años que le lleva el presidente de los Estados Unidos al candidato republicano parece multiplicarse por cuatro, justamente por la imagen cacreca que proyecta Biden. Trump se ve "más entero", quizás por su carácter belicoso, de macho cabrío y putero. 

Lo cierto es que Biden y Trump son perfectos para los americanos, para Occidente y los inmigrantes, en especial para los latinos que exponen disímiles razones en la defensa de cada uno. Incluso, diría que necesarios para esta parte del hemisferio que continúa viendo a USA como ejemplo de democracia, referente (in) moral y judicial, paraíso turístico y agente defensor de la doctrina Monroe frente a la "amenaza" que representan Rusia y  China. En particular esta última potencia que,  con sus nuevas rutas de la seda, desafía la hegemonía gringa sobre América Latina. Esas "nuevas rutas de la seda" no son otra cosa que formas de "imperialismo comunista" a los que Estados Unidos no ha sabido responder de manera adecuada, quizás por las luchas intestinas entre republicanos y demócratas y los cambios culturales e identitarios que llegan de la mano de  una migración ilegal que le representa millones de pesos al fisco de la Unión, de allí el interés de demócratas y republicanos de no regularizar la situación de millones de ilegales que pagan a pesar de todo, pagan impuestos y renuevan cada cierto tiempo sus licencias, sin contar a los gastan millones de dólares en abogados, buscando normalizar su estadía en territorio gringo. Es muy difícil consolidar una identidad nacional cuando quienes llegan a Estados Unidos lo hacen con crisis identitarias. Muchos hijos de inmigrantes terminan defendiendo a la Unión Americana en guerras "justas". Una forma cruel de dar las gracias por haberlos recibido y de construir identidad americana. 

A Biden y Trump, insisto, los necesita América y Occidente porque ambos fungen como homicidas universales. El apoyo militar, económico y político ofrecido por Biden a Israel en su proyecto genocida contra el pueblo palestino lo confirman. De igual manera, su estrategia de enfrentar a Rusia, usando el territorio ucraniano para  medir fuerzas directas con Putin e indirectamente con los chinos. Trump no es precisamente un pacifista. 

Entre Trump y Biden, por supuesto que hay diferencias. El republicano no oculta su xenofobia y machismo; mientras que Biden se muestra menos machista y cercano a las luchas de las mujeres por sus derechos, incluido el de abortar;  frente a la crisis migratoria, Biden se muestra "más humanitario" que Trump, quien ve a los migrantes ilegales como un peligro para la seguridad nacional. Eso sí, estos dos políticos saben, así no lo reconozcan en público, que de muchas maneras es responsabilidad del coloso del Norte que millones de ciudadanos del sur empobrecido quieran llegar a territorio americano por las relaciones de dominación que generan históricamente republicanos  y demócratas con los países latinos de donde migran cada año cientos de miles de ciudadanos en busca del ya fantasmal "sueño Americano". Apoyan gobiernos corruptos y regímenes de mano dura siempre y cuando se mantengan alineados con la "causa" americana. 

Santos Discépolo describió el mundo como una porquería. Pues bien, Biden, Trump, Obama o de pronto un Kennedy siempre harán sus mejores esfuerzos para mantener vigente lo dicho por el músico y dramaturgo argentino. Para gobernar una potencia militar como los Estados Unidos se requiere de presidentes que sean capaces de presentarse como faros morales para el mundo, así sepan que esa condición está soportada sobre actos inmorales. Así es el poder y así opera el Imperio, en el sentido dado a este concepto por Toni Negri. Y funciona tanto para liderar a la China, a Rusia, a la India... 

A la hora de votar, a millones de americanos y latinos les importará muy poco que sobre Trump pesen 34 cargos penales. El caso del candidato republicano es muy parecido al de Álvaro Uribe Vélez en Colombia: está en etapa de juicio por delitos graves de manipulación de testigos y fraude procesal, pero ello no es óbice para que cientos de miles de ciudadanos, incluidos periodistas y políticos, lo llamen "Presidente", como reclamando su regreso. Aunque Uribe no puede ser candidato presidencial, hay millones de colombianos que aún legitiman su condición de gran elector, lo que les permite aspirar y soñar que en el 2026 vuelva a poner en la Casa de Nari al payaso de su predilección. Ya en el 2018 puso en el Solio de Bolívar al puppet Iván Duque Márquez.  Así como Biden y Trump son "perfectos" para los americanos y para Occidente, todos los que representan al uribismo son necesarios y perfectos para esa parte de la sociedad colombiana que deviene confundida moralmente y para una minoría que hizo de la inmoralidad y del ethos mafioso su modus operandi y vivendi. 

Eso sí, la decadencia de la política no es exclusivo de demócratas y republicanos. Los colombianos soportan de tiempo atrás esa circunstancia por cuenta de políticos como Germán Vargas Lleras, María Fernanda Cabal, César Gaviria Trujillo, Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque Márquez. Todos admiradores obsecuentes de Donald Trump, a quien ven como un referente inmoral a seguir. 


  




 

Imagen tomada de la red

miércoles, 17 de enero de 2024

JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES, UN GENERAL SIN CONDECORACIONES Y GLORIA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con un decreto ministerial, al general Jesús Armando Arias Cabrales le acaban de retirar cinco de las más altas condecoraciones que recibió durante su larga carrera militar, la misma que el alto oficial manchó con sus actuaciones durante la retoma del Palacio de Justicia en 1985.

Sin duda alguna, se trata de una decisión con una enorme carga simbólica con la que se acaba de hundir en el mayor descrédito y deshonra a la que se puede someter a un militar como Arias Cabrales que, en algún momento de la historia del país, sectores de la opinión y del establecimiento colombiano consideraron como un “héroe de la Patria”. Condenado a 35 años de prisión y expulsado de la JEP por negarse a reconocer sus responsabilidades durante el operativo con el que el Ejército retomó el control del Palacio de Justicia a sangre y fuego, acción temeraria que terminó con la vida de magistrados. Entre las víctimas del operativo militar se cuenta el magistrado Carlos Urán Rojas, quien fue asesinado por tropas oficiales.

La decisión político-administrativa con la que se despoja a Arias Cabrales de cinco condecoraciones constituye una acción ética ejemplarizante justamente por su condición de general de la República. Por lo anterior, la decisión alcanza una especial notoriedad. Aunque se trata de un acto político, ya otros oficiales de manera voluntaria habrían devuelto las condecoraciones que en otros tiempos lucieron con orgullo.

Jesús Armando Arias Cabrales morirá en la deshonra por haber creído, como otros altos oficiales que al recuperar el edificio del Palacio de Justicia “estaba defendiendo la democracia”. El coronel Plazas Vega, autor de la tristemente célebre frase, “aquí, defendiendo la democracia, maestro”, debería de devolver sus condecoraciones y medallas por el vergonzoso y ultrajante operativo de retoma del Palacio de Justicia del que hizo parte, aunque la justicia señala las mayores responsabilidades en generales troperos como Arias Cabrales.

Ojalá que en las escuelas de formación de oficiales y suboficiales se estudie con rigor histórico, militar, humanístico y ético-político lo ocurrido con la toma y retoma del Palacio de Justicia. Es preciso también que el concepto de democracia no se vuelva a reducir a la defensa de un edificio, tomado por un grupo armado ilegal. Primero está la vida de los civiles, lo demás, es secundario. Tan secundario,  como las medallas y condecoraciones que, manchadas de sangre de inocentes, brillaron en los pechos de generales y coroneles.




Imagen tomada de Semana.com

sábado, 25 de noviembre de 2023

JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES NO PODRÁ ENTRAR A LOS ESTADOS UNIDOS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El 24 de noviembre los Estados Unidos, a través de un comunicado, informó que el ex alto oficial, uno de los responsables del operativo de retoma del Palacio de Justicia en 1985 y, por lo tanto, de las violaciones a los derechos humanos cometidos durante esa acción militar, no sería aceptado en territorio americano.

El Departamento de Estado de los Estados Unidos decidió que el “ex general Jesús Armando Arias Cabrales, su esposa Martha Paulina Isaza de Arias y sus hijos Francisco Armando Arias Isaza y Martha Lucia Arias Isaza no son elegibles para ingresar a Estados Unidos”.  La decisión se adopta por “su participación en una violación grave de derechos humanos durante la operación de retoma del Palacio de Justicia de Bogotá en noviembre de 1985”.

Arias Cabrales fue expulsado de la JEP por su nula colaboración para el esclarecimiento de lo acontecido en la retoma del Palacio de Justicia, en manos de una célula del M-19. Junto al señalado ex oficial, aparecen otros exmilitares colombianos a los que los gringos restringieron su entrada a territorio americano. De acuerdo con El Espectador “el Gobierno de Estados Unidos ya le había cerrado las puertas de su país a tres altos mandos militares por presuntamente participar en “graves violaciones de derechos humanos” durante el conflicto armado. Los implicados eran los coroneles en retiro Juan Carlos Figueroa Suárez y Publio Hernán Mejía, exmiembros del Batallón La Popa, y el general en retiro Iván Ramírez Quintero, excomandante de Inteligencia del Batallón Charry Solano, de la XIII Brigada del Ejército”.

Para ciertos sectores societales tener la visa americana constituye un plus y quizás también se asuma como la puerta para salir y escapar de obligaciones penales en Colombia o simplemente para huir de presiones mediáticas y/o descansar de la agobiante realidad del país. En particular, para hijos de clanes políticos, tener la visa gringa es sinónimo de prestigio y reconocimiento social y político. Incluso, dicho permiso los políticos lo asumen como un aprobado examen de “buena conducta”.  

Las cancelaciones de las visas a personajes públicos o el aviso de prohibición para pisar territorio americano se producen en medio del carácter discrecional de la medida, aunque las mismas autoridades americanas dejan entrever que hay motivaciones que van desde la violación de los derechos humanos, información de inteligencia que asocia a políticos colombianos con mafias del narcotráfico o lavado de dinero, entre otras actividades ilegales.

Lo cierto es que, para los políticos, magistrados, militares activos o en uso de buen retiro, perder la visa o no poder pisar suelo americano constituye una vergüenza que raya con el ostracismo o el confinamiento en el país en el que no suelen pasar vacaciones: Colombia.

Baste con recordar el impacto mediático que en su momento tuvo la cancelación de la visa al entonces presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, por los escandalosos hechos por la probada entrada de dinero del Cartel de Cali a la campaña que lo llevó a la Casa de Nariño. El país no olvida la reacción de Samper ante el aviso: “Yo no necesito visa para venir a Chaparral". Y posterior a la cancelación, el expresidente espetó: “la visa sirve para que presionen magistrados. Sin visa sí hay paraíso, han creado el mito de que perderla es la muerte, como si fuera un certificado de buena conducta”.

Hay que sumar también los casos de Fuad y Alex Char, miembros del clan que domina Barranquilla y el departamento del Atlántico, como si se tratara de su feudo. Así registró Cambio lo sucedido con estos poderosos políticos: “Alejandro Char recientemente vio cómo su trámite de renovación de visa le fue denegado. Su padre, Fuad Char, quien fue gobernador del Atlántico, senador, embajador en Portugal y ministro de Desarrollo Económico en el gobierno de Virgilio Barco, también perdió su visa en la década de los noventa”.

Eso sí, el país no podrá esperar que Arias Cabrales diga algo similar a lo que en su momento dijo Ernesto Samper, pues lo de él es guardar prudente y obediente silencio.   


Imagen tomada de las 2 Orillas. 

URIBE EN MISA Y SU SAGRADA VICTIMIZACIÓN

  Por Germán Ayala Osorio   A los ya tendenciosos cubrimientos periodístico-noticiosos- en el marco de una evidente autocensura- que los m...