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martes, 12 de agosto de 2025

LA PRENSA BOGOTANA HACE POLÍTICA CON LA MUERTE DE MIGUEL URIBE TURBAY

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los tratamientos periodísticos heroizantes y lastimeros que la gran prensa bogotana está haciendo del fallecimiento del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay apuntan al logro de tres objetivos interconectados: el primero, “relanzar” a la derecha uribizada por estos días golpeada por la sentencia condenatoria contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez y por supuesto por la  pérdida del precandidato presidencial de esa colectividad, quien de todos sus compañeros, era el  que más quería parecerse al expresidente antioqueño y propietario del Centro Democrático.  

El segundo, insistir en equiparar el crimen de Uribe Turbay al de líderes de la talla de Gaitán y Galán y de esa manera posicionar el catastrofista relato de que el país retrocedió a los tiempos de la violencia política de las estructuras narcoparamilitares que terminaron con la vida de tres candidatos presidenciales. Y el tercer y último objetivo consolidar el imaginario colectivo que indica que el “héroe nacional y esperanza del país”, Miguel Uribe Turbay, fue asesinado por el discurso de odio del presidente Petro. Más claro: fue asesinado durante el gobierno de izquierda, lo que significa que esa orilla ideológica es “mala”, por lo que sus militantes y defensores deben aniquilarse por ser una “plaga infame”.

Sobre la mala hora del uribismo, los medios hegemónicos abrirán en adelante sus micrófonos y encenderán sus cámaras en función de ayudar a esclarecer el panorama político y electoral de la secta uribista. Quién será el candidato que finalmente recibirá el guiño del condenado líder del Centro Democrático es la pregunta sobre la que las empresas mediáticas relanzarán ideas como la seguridad democrática, la negación a buscar salidas negociadas con la estructuras armadas ilegales y por esa vía el escalamiento del conflicto, lo que terminará por afectar la vida de las comunidades rurales con una declaratoria de una “guerra total” contra las “guerrillas”. Es decir, el país necesita de una “mano firme y de un corazón grande”, esto es, de un macho que ofrezca, como lo hizo Uribe en el 2002, acabar con la izquierda armada de una vez por todas. Esa estrategia de “guerra total” servirá a los propósitos de echar para atrás la mini reforma agraria que está impulsando el gobierno Petro.

Poner a Miguel Uribe Turbay en el mismo nivel de importancia política, legado, oratoria y comprensión de los problemas y necesidades del país que identificaron a Luis Carlos Galán Sarmiento y a Jorge Eliécer Gaitán Ayala constituye una jugada propia de los laboratorios del marketing político. La pretensión es clara: minimizar las debilidades discursivas, de formación académica e incluso las capacidades para gobernar a Colombia que exhiben María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín y Andrés Guerra. Quizás esa sean las mayores preocupaciones del expresidente y reo, Álvaro Uribe Vélez si compara los perfiles de sus cuatro fichas con la formación académica de precandidatas como Carolina Corcho e incluso la misma Claudia López Hernández con quien podría acercarse Uribe en segunda vuelta, pues la exalcaldesa de Bogotá tiene muchas cosas en común con la derecha.

Y finalmente, al insistir en el relato que indica que durante el gobierno de Petro fue “asesinada la esperanza de Colombia” y ultimado un “héroe”, los medios masivos le apuntan a generar miedo e incertidumbre entre los votantes en torno a la posibilidad de que la izquierda continúe en la Casa de Nariño. Estamos ante el surgimiento de un “nuevo coco”: pasamos del miedo al comunismo o a la “mordaza neocomunista” de la que habló recientemente el Gran Reo desde su lugar de reclusión, al terror de regresar a lo que los colombianos sufrieron en los años 90. La idea que nos está vendiendo la presa bogotana es clara: no se puede “reelegir” un gobierno que promueve odio, que no es capaz de garantizar la vida y que es responsable político del asesinato de Miguel Uribe Turbay, un “hombre joven que quería transformar al país”.



miguel uribe turbay en camara ardiente - Búsqueda Imágenes

lunes, 11 de agosto de 2025

SI LA PRENSA NO CAMBIA, LA POLARIZACIÓN CONTINUARÁ

 

Por Germán Ayala Osorio

Los llamados a “desescalar el lenguaje o a despolarizar el país” que están haciendo varias figuras públicas, obligados política y moralmente por el fallecimiento de Miguel Uribe Turbay, lo hacen de manera cándida de la mano de uno de los actores responsables de los altos niveles de crispación ideológica y polarización política que se respiran en el país: las empresas mediáticas, que actúan más como actores políticos, que como medios de información masiva.

Por supuesto que hay que cuestionar a quienes insisten en promover un discurso de odio, pero antes de hacerlo hay que revisar el papel que vienen cumpliendo los medios hegemónicos, convertidos por sus propietarios en máquinas de hostigamiento y linchamiento moral en contra de todo lo que huela a petrismo, progresismo y a izquierda. Es claro que el país requiere de un pacto político entre todas las fuerzas y sectores de poder político y económico, pero lo primero que habría que hacer es cuestionar las formas en las que las empresas mediáticas están asumiendo el ejercicio periodístico y aceptar que efectivamente se vienen cometiendo excesos jamás vistos en el pasado como la promoción del sicariato moral en contra del presidente de la República: no lo bajan de borracho, dictador, drogadicto y homosexual. Lo desprecian como ser humano.

Quienes creen que es posible desescalar el lenguaje sin cuestionar el papel que vienen jugando medios como Semana, El País de Cali, El Colombiano y El Tiempo; así como los noticieros Caracol y RCN y espacios radiales como La FM, Blu radio y La W, están tan perdidos como aquellos que buscan los cadáveres río arriba.

Los magnates que compraron esos medios de comunicación para convertirlos en agencias de propaganda política que simulan informar a los colombianos se equivocaron de cabo a rabo. Las audiencias cambiaron, aunque haya sectores poblacionales que aún creen que las noticias son la realidad, lo cierto es que ya no se consume la información de la misma manera. Hay colombianos que saben muy bien que los hechos noticiosos son una construcción artificial de las salas de redacción en donde se define qué es noticia y qué no lo es.

De esa manera, las realidades que a diario construyen los medios masivos de información están soportadas en los intereses económicos y políticos de los mecenas que saben muy bien que tienen en sus manos a un poder históricamente incontrastable, hasta que irrumpieron las redes sociales y los creadores de contenido que vienen contrarrestando los relatos periodísticos investidos de realidad. Pero, sobre todo, cuando se encontraron de frente con un presidente distinto que desde su cuenta de X los deja en evidencia, los confronta y corrige. Han caído tan bajo los colegas de varios de los medios hegemónicos que lo único que  les falta decir es que la ética nada tiene que ver con el periodismo. 

Ningún pacto o salida política que se plantee para superar el clima de animadversión entre uribistas y petristas funcionará si los propietarios de los medios masivos asumen el error que cometieron al comprar empresas mediáticas para convertirlas en sus apéndices ideológicos y por esa vía arruinar la credibilidad que les demoró años consolidar. Hablo en particular de medios como El Tiempo y Semana, convertidos hoy en agencias de desinformación y laboratorios electorales en donde se maquillan los candidatos presidenciales que sus propietarios desean patrocinar para luego ponerlos en la Casa de Nari en calidad de sirvientes.

Adenda: y al clima de polarización viene contribuyendo Alfredo Saade, jefe de despacho del gobierno Petro, con sus alocadas propuestas de "cerrar los medios y el Congreso". No, así no, señor Saade. El presidente Petro debería de llamarle la atención al pastor evangélico, quien le hace daño a la imagen del gobierno porque sirve de comidilla a los periodistas. Con Saade en ese cargo, Petro le "da papaya" a los medios que lo odian por el solo hecho de existir. 




jueves, 7 de agosto de 2025

COMUNICADORES SOCIALES VS CREADORES DE CONTENIDO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

De la mano de las redes sociales llegaron los “creadores de contenido” cuya labor de muchas maneras confronta, reta y compromete el trabajo, la formación y el futuro de los comunicadores sociales-periodistas formados en universidades públicas y privadas. Esa competencia entre los creadores de contenido y los comunicadores me hizo recordar la que años atrás se presentó entre los periodistas empíricos y los egresados de las universidades. Por supuesto que hay diferencias y similitudes, pero ese no es el tema de esta columna.

El asunto central que abordo en esta columna parte de unas preguntas que me hizo llegar un colega que prepara un informe periodístico sobre estos dos perfiles. El primer interrogante es este: ¿Cuál puede ser la diferencia entre un comunicador y un creador de contenido desde la comunicación... que lectura se le puede dar a estos roles?

Esto le respondí al periodista: hay un asunto o quizás un problema en el que confluyen el comunicador social- periodista y el creador de contenido: desconocen qué es la comunicación y la confunden con difundir información. La comunicación es más que eso porque compromete creencias, discursos, posturas políticas y formas de entender y asumir la vida. Por supuesto que se trata de un problema compartido con la sociedad y más en estos tiempos en los que los likes son más importantes que lo que se dice y peor aún, más valioso que dialogar y discutir las ideas en condiciones de horizontalidad, pero sobre todo de la capacidad compartida entre los agentes comunicativos que intervienen para hacerlo de manera razonada. En la actual coyuntura política y mediática por la que atraviesa el país hablar de relaciones dialógicas o de resolver conflictos y diferencias a partir del intercambio de razones es prácticamente un imposible.

La segunda pregunta dice: ¿Qué habilidades son esenciales desde la comunicación para implementar en la sociedad este tipo de roles?

R/ta: el diálogo respetuoso y horizontal entre los sujetos que se encuentran en las redes sociales y por fuera de estas; el respeto por el Otro, con todo y sus ideas es un factor clave para la comunicación humana. Lo que sucede es que estamos usando las nuevas tecnologías sin haber aprendido qué es eso de la comunicación, circunstancia que explica los altos niveles de violencia discursiva en las redes sociales convertidas en unas trincheras ideológicas desde donde dos o más bandos lanzan improperios y amenazas, en lugar de argumentos y lecturas críticas apoyadas en conceptos y no en meras percepciones o prenociones.

La pregunta número 3. ¿Cómo se debería adaptar un comunicador social a las nuevas tecnologías?

R/ta: el comunicador formado en la academia y que comprende qué es la comunicación y sabe diferenciarla de la información tiene dos opciones: 1. Si se trata de competir por sintonía, likes y por hacerse viral, entonces puede optar por olvidarse  de lo aprendido y de los conceptos y produzca contenidos sin ninguna clase de escrúpulos y límites éticos y comunicativos, característica de varios de los creadores de contenido. 2. Si no está obligado a competir porque tiene ya a un público cautivo, lo que puede hacer es confrontar de vez en cuando a los “creadores de contenidos”, mientras cumple con sus labor informativa, sin olvidar de los fundamentos de la comunicación como proceso humano, aunque no exclusivo del homo sapiens

¿Qué papel juega un comunicador en la gestión de la reputación online?

R/ta: el papel que todo ciudadano debería de jugar: reconocer a los otros actores informativos y comunicativos como seres humanos y agentes culturales en un mundo interconectado, pero no comunicado, y lo que es peor, sometido a la dictadura del consumo frenético de información, y a la hipersensibilidad de una sociedad que reacciona, pero que parece incapaz de comprender sistémicamente lo que sucede a su alrededor.

La problemática que emerge entre los creadores de contenido y los comunicadores sociales- periodistas se torna compleja al revisar las circunstancias con las que las universidades están formando a unos y otros. Y una de esas circunstancias tienen que ver con el debilitamiento de las Humanidades y la pérdida del ambiente académico fundado en el pensamiento crítico.



creadores de contenido y los comunicadores sociales, conflicto - Búsqueda Imágenes

sábado, 26 de julio de 2025

SEMANA "PERFILÓ" A LA JUEZA SANDRA HEREDIA

 Por Germán Ayala Osorio

El artículo que publicó la revista Semana sobre la familia de la jueza 44, Sandra Heredia hace parte del largo proceso de macartización de la izquierda en Colombia como si se tratara de un asunto pecaminoso o propio de seres extraños y malignos. Ser de Izquierda en este país es sinónimo de "guerrilleros, perezosos y mantenidos". Por el contrario, ser de Derecha se asocia a "gente de bien, trabajadora y echada para adelante". 

En algunos apartes del texto “periodístico” se lee: “En Alpujarra (Tolima), un municipio que comparte su patio con el Huila, ubicado a 162 kilómetros de Ibagué, donde nació Heredia, su familia está con los pelos de punta. No habla del tema. No quiere que se mencionen a sus integrantes en las historias que se escriben en los periódicos sobre la jueza 44 penal del Circuito de Bogotá. Y no pretenden pagar algún precio por la decisión que profiera la abogada, octava de nueve hermanos. Alpujarra es un municipio de sexta categoría, tiene 5.000 habitantes, vive exclusivamente de la agricultura y es pequeño. Como si fuera poco, la mayoría de sus pobladores tiene ideología conservadora. Sin embargo, Sandra Heredia, a juzgar por los recuerdos que tienen algunos de sus compañeros de colegio con los que habló SEMANA, es progresista. Incluso, la califican como una persona con “ideología de izquierda”.

Lo que hizo Semana fue poner sobre la operadora judicial el “inri” de ser de izquierda, que nos hace recordar a la Letra Escarlata o la imposición de la insignia judía en negocios hebreos y en los uniformes que les obligaron a llevar en los campos de concentración nazi.

Lo único que le faltó a la Redacción de Semana fue poner sobre la fotografía del rostro de Sandra Heredia la letra I, para que sus lectores y las audiencias en general la identificaran como militante de la Izquierda, entendida esta como una ideología inmoral y dañina para el país y la sociedad. Lo peor de todo es que a la jueza no se le dio la oportunidad de desmentir o confirmar que evidentemente simpatiza con esa ideología política.

Semana al parecer recogió una versión que circula en la Alpujarra (Tolima), pueblo en el que vive la familia de la juez Sandra Heredia; o quizás, Semana se la inventó para el propósito político del texto que publicó y generó rechazo en la red X: poner en duda la idoneidad jurídica de la jueza 44, a pocas horas de fallar, bien para absolver o condenar al expresidiario y expresidente Álvaro Uribe Vélez por los delitos por los cuales fue llevado a juicio. Se trata de un artículo a todas luces tendencioso, peligroso, de “mala leche” y que bien se puede asumir como una acción de perfilamiento ideológico y político.

Estamos ante un artículo con el que claramente la revista hebdomadaria ideologizó los valores y los criterios que dan vida a lo periodístico-noticioso, factor clave sobre el que se soporta en gran medida el trabajo informativo de los medios de información. Detrás de la publicación debe haber intereses políticos de alguno de los miembros del clan Gilinski. Limpiar la raída imagen de Uribe como político probo hace parte del grupo de políticos, periodistas y medios masivos como Semana que intentan presionar a la jueza Heredia para que falle a favor del exmandatario antioqueño, al tiempo que buscan imponer la narrativa de que el juicio contra el temido político está politizado.

La familia Gilinski compró la revista Semana y la convirtió en una trinchera ideológica y política desde donde macartiza y ataca al presidente Petro y ahora perfila a la jueza que tiene la enorme responsabilidad de fallar en derecho después de un juicio en el que Uribe Vélez tuvo todas las garantías procesales. “Salvar a Uribe” es un propósito periodístico y político de aquellos sectores de poder que extrañan el ethos mafioso que el país naturalizó entre el 2002 y el 2010.



sandra heredia jueza 44 - Búsqueda Imágenes

 


 


domingo, 20 de julio de 2025

SERGIO FAJARDO, EL CANDIDATO PRESIDENCIAL DE NOTICIAS CARACOL

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Noticias Caracol, el medio que mintió al decir que el gobierno Petro debía a las EPS 39,2 millones de pesos, en su emisión central del 20 de julio dejó ver su preferencia política por Sergio Fajardo Valderrama, quien oficializó su candidatura presidencial para las elecciones de 2026.

En la sección El Radar de la Política, el señalado informativo privado pasó un fragmento muy bien seleccionado de lo que sería el video oficial de la campaña Fajardo presidente. Se escucha decir que los años de desgobierno- sin nombrar a Petro- necesitan de un nuevo líder que ponga orden. Y ese líder, por su puesto, es Fajardo Valderrama.

En lugar de registrar la decisión política del exalcalde de Medellín, el noticiero publicó sin ningún filtro periodístico el mensaje publicitario, sin advertirle a sus públicos que se trata de publicidad política pagada. Así las cosas, Caracol Noticias de manera taimada engaña a sus audiencias haciendo pasar como información periodística apartes de la campaña promocional con la que Fajardo, por tercera vez, intentará llegar a la Casa de Nariño.

La decisión editorial y política de Caracol lo confirma como un medio pro-establecimiento, lo que compromete en materia grave la ética empresarial y la periodística de un medio que tiene la obligación constitucional de informar con veracidad y de hacerlo bajo criterios de responsabilidad social. Si la decisión de apoyar la candidatura del exalcalde de Medellín, en los tiempos de la llamada “donBernabilidad” está tomada, Caracol Noticias está obligado ética, moral y periodísticamente a decirle a sus audiencias que respaldarán informativamente la aspiración del político antioqueño.

Fajardo será el candidato del GEA, esto es, de la derecha empresarial colombiana, que buscará revertir los impactos de las reformas sociales y las acciones de gobierno y Estado adoptadas por el presidente Petro. El exgobernador de Antioquia es cercano a Álvaro Uribe Vélez, lo que confirma su carácter neoliberal y el interés de mantener las condiciones de privatización que impuso el uribismo desde el 2002, siguiendo la línea ideológica de César Gaviria Trujillo.

De esa manera se van destapando las cartas electorales y políticas de la derecha política y mediática, en su afán de recuperar la Casa de Gobierno. Es probable que el Centro Democrático decida acercarse a Fajardo al ver el creciente rechazo que generan sus precandidatos, vistos como parte de la logística del teatrino que el expresidente y expresidiario antioqueño, Álvaro Uribe, inauguró en el 2018 cuando dispuso que Iván Duque pernoctara en la Casa de Nariño para asumir el rol de títere del exdirector de la Aerocivil, exgobernador de Antioquia y padre de la nefasta política de seguridad democrática bajo la cual se produjeron los 6402 crímenes de Estado, mal llamados falsos positivos.



fajardo es el lider para poner orden al desgobierno de Petro - Búsqueda Imágenes

viernes, 18 de julio de 2025

PETRO LLAMA “MENTIROSOS” A LOS PERIODISTAS Y NO PASA NADA

 

Por Germán Ayala Osorio

Véase este resumen: https://www.youtube.com/watch?v=LlNK_wPwkXA&t=1s

 

Después de que en su alocución del 15 de julio el presidente Gustavo Petro les dijera “mentirosos” a los periodistas de los medios tradicionales, el silencio de la FLIP, de las facultades de periodismo y el de las propias empresas mediáticas involucradas en el señalamiento ético del jefe del Estado, bien puede producir dos efectos claramente contrarios: el primero,  hacer aún más verosímil el cuestionamiento de Petro y el segundo asociarlo a las malas relaciones del mandatario con la prensa y en consecuencia  a la ojeriza desarrollada por el  presidente hacia la prensa por su labor de “control a la gestión de su gobierno”.

Eso sí, en el trasfondo hay una realidad que toca a los periodistas y al oficio mismo: la nula capacidad de los comunicadores para revisar sus propias actuaciones, pero sobre todo las lógicas noticiosas que, contaminadas de intereses políticos y económicos y de la línea editorial trazada por los directores en consonancia con los deseos de los propietarios de las empresas mediáticas, terminaron por convertir a los periodistas en estafetas y amanuenses y a los medios en actores políticos.  

Lo mismo sucede al interior de las facultades de periodismo en las que sus decanos y las directivas de las universidades suelen evitar cuestionar a los medios tradicionales dado que estos operan como centros de práctica a donde son enviados los estudiantes. Mantener las buenas relaciones con el entorno (esto es, con los medios y otros agentes del Establecimiento) es una directiva que profesores y decanos suelen cumplir al pie de la letra. Se permiten hacer análisis del discurso, pero los profesores críticos del actuar de la prensa hegemónica suelen ser “mal vistos” al interior de las facultades de comunicación social-periodismo en la medida en que los alumnos pueden entrar en conflicto con el sentido mismo de la carrera.

Ser “profesor anti medios” es la mácula que reciben los docentes que investigan y analizan los discursos periodísticos-noticiosos con los que se logran advertir errores como los que cometió Noticias Caracol cuando dijo que el gobierno debía 39,2 billones de pesos a clínicas y hospitales. Lo llamativo es que Caracol hizo referencia al informe publicado por la Contraloría General de la República, cuando realmente el ente investigador aseguró que son las EPS las que le deben a las IPS esa cantidad de dinero. No creo que se haya tratado de un error en la lectura del informe. Mas bien de manera deliberada el director pudo ordenar que se dijera semejante mentira con el fin de afectar la imagen del gobierno Petro. La salida del director Juan Roberto Vargas es posible que se haya producido porque nuevamente el numeral #CaracolMiente se hizo viral en las redes sociales, en particular en X, convertida en una verdadera “caldera ideológica” en la que circulan discursos de odio, medias verdades, exageraciones, mentiras, insultos, amenazas y las correcciones cotidianas que Petro suele hacerles a los periodistas que lo atacan desde sus trincheras.

 


petro le dice a los periodistas mentirosos en su alocución - Búsqueda Imágenes

sábado, 5 de julio de 2025

SILENCIOS POLÍTICOS Y PERIODÍSTICOS FRENTE A LOS DESEOS GOLPISTAS DE LEYVA DURÁN

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La intentona golpista liderada por Álvaro Leyva Durán contra el presidente Petro deja notorios hechos políticos y periodísticos que dicen mucho del talante de los actores involucrados. Por ejemplo, resulta preocupante el silencio de los expresidentes Uribe, Gaviria, Duque y Pastrana frente a los audios publicados por El País de España en los que se escucha decir al excanciller Leyva que hay que sacar al presidente de la Casa de Nariño: “hay que sacar a ese tipo”.

El expresidente Ernesto Samper, por el contrario, rechazó la conspiración del señor Leyva Durán: “No es la primera vez que el exministro @AlvaroLeyva intenta armar una conspiración contra un gobierno legítimamente elegido. En mi caso también lo hizo tratando de fraguar una siniestra alianza entre: las FARC, el paramilitar Carlos Castaño, el esmeraldero Víctor Carranza, algunos militares, la ingenua bendición de tres expresidentes, algunos prelados de la iglesia y un vicepresidente. Se le olvidó que en Colombia los golpes no prosperan mientras no se involucren los Estados Unidos –que no lo hacen, al menos públicamente, desde el derrocamiento de Allende– y los militares en ejercicio que en este país son civilistas desde la independencia de la República”.

La misma actitud silente la asumieron gremios económicos y reconocidos agentes económicos y políticos de la sociedad civil colombiana, quienes, en lugar de salir en defensa de las instituciones y la institucionalidad, optaron por pasar de agache ante semejante deseo de desestabilizar al país, rompiendo el orden legal y constitucional. Eso sí, al unísono salieron a rechazar lo dicho por el jefe del Estado en el sentido en que hay un “complot internacional” para sacarlo del poder del que participa un “jefe gremial”.

Del mutismo de los expresidentes también se contagiaron empresas mediáticas como Blu radio, La FM, La W, El Colombiano, El Tiempo, El País de Cali y la revista Semana, así como los noticieros de televisión RCN y Caracol, entre otros medios corporativos que bien pudieron asumir una postura de rechazo frente a la propuesta golpista del exministro de Relaciones Exteriores, quien en reciente entrevista concedida a la revista Semana insistió en que el presidente Petro debe entregar el poder.

Aunque asumir posturas políticas a través de editoriales es propio de diarios como El Tiempo o El Espectador, publicaciones hebdomadarias como Semana e incluso noticieros de televisión y radio también pueden apelar a ese género periodístico para rechazar o legitimar acciones políticas. Los medios “suelen hablar” a través de los editoriales.

El Espectador es hasta el momento el único medio masivo que rechazó a través de un editorial los devaneos golpistas de Leyva Durán. El titular del editorial es contundente: Rechazo total al intento golpista de Álvaro Leyva.  

Con el nacimiento y consolidación de medios alternativos que le hacen contrapeso a la influencia social y política de los llamados medios hegemónicos, la pluralidad informativa en Colombia viene mejorando de la mano de nuevos medios, plataformas informativas en YouTube y los influencers que, aunque suelen defender la gestión gubernamental, constituyen ejercicios de contra discurso frente a las acciones desinformativas y de autocensura de los medios tradicionales.  

Dentro de esas nuevas opciones de periodismo informativo y análisis destaco a TEP (Todo es Política) por haber asumido recientemente una postura editorial frente a la propuesta y deseos de Leyva Durán y de otros actores políticos y mediáticos que le apuestan a la ruptura institucional que significaría impedir que el presidente Petro termine su mandato. Dicha postura la pueden escuchar dando clic en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=01BRAU2qz-g

Todo es Política” es una plataforma de periodismo narrativo que va más allá del hecho: investiga sus raíces. No entendemos la política como espectáculo electoral, sino como el sistema que regula la vida cotidiana, define derechos, distribuye silencios y moldea la dignidad. Nuestras historias desarman la apariencia de lo “normal” para revelar relaciones de poder, vacíos del Estado y mecanismos de exclusión. No informamos para contar qué pasó, sino para entender por qué pasó y quién se beneficia. Contamos con una mirada crítica, estructural y profundamente humana, porque lo realmente transformador es comprender los hilos invisibles que sostienen la realidad.


expresidentes pastrana, uribe, gaviria y duque - Búsqueda Imágenes

domingo, 29 de junio de 2025

EL ESPECTADOR SE AUTOCENSURA: LEYVA ESTABA "GESTIONANDO" LA SALIDA DE PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

En la historia del periodismo colombiano El Espectador ocupaba un lugar privilegiado por su lucha contra la corrupción, la defensa de la democracia y la doctrina liberal. Pero hoy, y en el marco de la cofradía mediática que conformaron varios medios para deslegitimar al gobierno Petro, el diario bogotano está escribiendo una historia deshonrosa y vergonzante gracias a sus tratamientos periodísticos sesgados, a la práctica de la autocensura y por hacer parte de esa congregación de empresas mediáticas que optaron por confirmarse como actores políticos que le hacen oposición al gobierno Petro.

En el registro noticioso de las revelaciones del diario El País acerca de un golpe de Estado que el excanciller Álvaro Leyva Durán quería organizar contra Petro con un eventual apoyo de los Estados Unidos, el diario bogotano en lugar de calificar las pérfidas intenciones de Leyva Durán prefirió bajarle los alcances políticos al deseo de defenestrar al presidente de la Casa de Nariño.

En el resumen o bajada de una nota titulada “¿Quién es el titiritero?: Montealegre sobre supuesto plan para sacar a Petro, se lee lo siguiente: “La prensa internacional reveló audios en los que, al parecer, el excanciller Álvaro Leyva estaría gestionando la salida de Gustavo Petro de la presidencia en Estados Unidos”.

Sin duda alguna El Espectador minimiza, esconde y de alguna manera aprueba las temerarias acciones adelantadas por Leyva Durán. El periódico capitalino apela a un eufemismo a todas luces inconveniente e irresponsable. El excanciller golpista no estaba “gestionando la salida de Gustavo Petro de la presidencia”. Por el contrario, y de acuerdo con la versión periodística, estaba organizando un golpe de Estado con todo y lo que ello conlleva en materia de un rompimiento institucional y constitucional.

Desde el título El Espectador minimiza el hecho político con la frase “sobre un supuesto plan para sacar a Petro”. Con el resumen de la nota se confirma que su intención editorial es restarle importancia y gravedad a lo que informó el diario El País de España. Señor Fidel Cano, tumbar, dar un golpe de Estado o defenestrar al presidente de la República no es lo mismo que intentar "sacar" a Petro  "gestionando" su salida de la presidencia. El mismo Leyva Durán habla de "sacar a ese tipo", pretensión que no depende de una "gestión diplomática", sino de una acción político-militar. 

En el primer párrafo de la noticia o lead, el diario bogotano dice lo siguiente: “El País de España, en la edición de este 29 de junio, reveló audios que comprometerían al excanciller Álvaro Leyva con un supuesto plan para derrocar al presidente Gustavo Petro, para el que, incluso, presuntamente solicitó ayuda a asesores cercanos a la administración del presidente estadounidense Donald Trump. La publicación ha generado una amplia controversia política durante el día e incluso hay voces que plantean la situación como un “golpe de Estado”.  Es posible que El Espectador esté dudando de la versión periodística entregada por el diario español o por el contrario esté tratando de bajarle el tono al escándalo político que ya está generando lo publicado por el periódico europeo. Sospechosa y vergonzosa actitud editorial la que asumió el otrora orgullo del periodismo colombiano.  

La autocensura, como práctica periodística recurrente, es peor que la censura oficial, porque el periodista y los medios que la practican terminan por engañar a las audiencias. En este caso, El Espectador se autocensura para beneficiar a Leyva y a los personajes que nombró el excanciller. 




jueves, 26 de junio de 2025

EVA REY Y SU INTERÉS POR SABER CÓMO “TIRABA” EMILIO TAPIA EN LA CÁRCEL (II)

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La malograda, farandulera, irresponsable, inconveniente y lujuriosa entrevista que Eva Rey le hizo a Emilio Tapia y a su esposa la congresista Saray Robayo Bechara es un buen ejemplo de lo que no se debe hacer en periodismo.  

Hay unas líneas rojas que el periodista-entrevistador está obligado a trazar al momento de dialogar con politicastros e incluso con miembros de las “guerrillas” o de otras estructuras armadas ilegales. La primera de línea roja y quizás la más importante es evitar risitas, coqueteos e incluso aprobaciones que le permitan a las audiencias pensar que la periodista aprueba o minimiza los delitos cometidos por el político o los miembros de las organizaciones al margen de la ley.

Para el caso del diálogo entre Eva Rey y el corrupto de Emilio Tapia el trato afable, las risitas y el tono cercano y familiar de la periodista resultaron grotescos en la medida en que el entrevistado fue hallado culpable de corrupción y lo que menos se espera es que esas conductas dolosas terminen validadas por el tratamiento farandulero que Rey le dio al encuentro con la curiosa pareja que da cuenta de la estrecha relación entre crimen y política. “Aunque sigue estando vigilado por el Inpec, Emilio Tapia se da la gran vida en Montería mientras planea su siguiente movida. Conocida su ambición, está asfaltando el camino para las elecciones de 2026 donde aspira que su esposa Saray de el gran salto al Senado y por la puerta grande con 200 mil votos, que quedaron marcados en la torta de la celebración de la celebración privada que le festejó en plena Feria Ganadera”.

Las circunstancias que aparecen en el texto citado debieron ser tenidas en cuenta por Eva Rey antes de contactar al putrefacto contratista y a su esposa la congresista del partido de la U.  Darle semejante vitrina a un ladrón, como si se tratara de un artista, resulta a todas luces imperdonable. Invitar a un corrupto para conversar de temas “calientes” es una conducta periodísticamente irresponsable, propia de una periodista que parece naturalizar el ethos mafioso que guía la vida de Emilio Tapia.

Al preguntar por las condiciones en las que la pareja tuvo relaciones sexuales durante el tiempo en el que Tapia estuvo preso, Eva Rey intentó distraer a la audiencia que ocasional o tradicionalmente consume sus ridículas entrevistas, por la imagen de corrupto de Emilio Tapia, la misma que arrastrará hasta el final de sus días. Al ver que no lo logró y de recibir una andanada de críticas la periodista farandulera optó por retirar los cortos de la entrevista, al tiempo que reconoció que la “cagó”.

Para hacer periodismo serio y riguroso no se necesitan 70 mil millones de líneas rojas. Basta con mantener una prudente distancia con los entrevistados, pues cualquier risita, coqueteo o gesto de asentimiento por parte del periodista corren el riesgo de ser leídas como conductas cómplices con quienes han violado la ley. Haría bien que Eva Rey revise con cuidado la deontología del oficio porque su estilo farandulero de entrevistar claramente va en contravía del deber ser. 




Imagen tomada de Con parranda, el corrupto Emilio Tapia anunció que su esposa Saray Robayo será la baronesa electoral de la Costa

miércoles, 25 de junio de 2025

EVA REY Y SU INTERÉS POR SABER CÓMO “TIRABA” EMILIO TAPIA EN LA CÁRCEL (I)

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Eva Rey es una periodista de farándula que entrevista personajes de la vida política a los que convida para hablar de asuntos privados, como la sexualidad y el consumo de drogas, que terminan por tocar la moral de sectores societales cuyos miembros se caracterizan por ser pacatos, premodernos, faranduleros, morbosos, mojigatos y puritanos, además de clasistas, racistas, machistas, homofóbicos y transfóbicos. Hablar en televisión de sexo y de consumo de marihuana y cocaína como lo ha hecho Rey con varios de sus invitados por supuesto que despierta todo tipo de reacciones que benefician el rating del espacio periodístico de la reconocida periodista y ponen en cuestión aquello que se conoce como criterio e interés periodístico.

Eva Rey busca y logra espantar a unos por su “libertinaje”, mientras que otros se sienten atraídos por su espíritu liberal. Rey entrevistó a Emilio Tapia, reconocido político y contratista, condenado por corrupción, junto a su esposa Saray Robayo. El tema: sus encuentros sexuales al interior de la cárcel en donde pernoctó varias noches el paradigmático corrupto.

De acuerdo con la misma periodista del espectáculo o de la farándula recibió una andanada de críticas y llamadas que la “obligaron” a bajar de sus redes sociales los apartes de la entrevista que le hizo a la amorosa pareja. Así explicó lo sucedido Eva Rey: “bueno, ante el aluvión de críticas que he recibido después de la entrevista a Emilio Tapia he decidido bajar los cortos que había subido a todas las plataformas y no se va a publicar la entrevista. La verdad es que la entrevista la hice con todo el sentido del interés periodístico, pero la verdad entiendo y veo que hay mucha gente que se ha sentido ofuscada, que he herido sensibilidades en un momento que ha vivido el país, creo que cuando uno la caga tiene que reconocer que la cagó, así que nada, he decidido… asumir que la cagué”.

Aunque la periodista dice que en la entrevista también tocó los actos de corrupción en los que ha incurrido Emilio Tapia, decidió priorizar en la difusión del encuentro con la pareja lo concerniente a las maneras como se “tira” dentro de una celda. Entrevistar a un corrupto termina por legitimar el ethos mafioso que guía la vida de Emilio Tapia y de otros tantos politicastros que abundan en Colombia.

Quizás el gran error en el que incurre Eva Rey está en su tratamiento farandulero y morboso de hechos públicos y privados que ameritarían un abordaje serio y riguroso pues de por medio está la imagen del oficio del periodismo. Que haya gente que le guste su “estilo” no reduce el impacto negativo que genera ese tipo de entrevistas en el periodismo colombiano y en los periodistas que a diario se le juegan por informar con rigor.

Si, Eva, la cagaste, pero es que lo vienes haciendo de tiempo atrás, con una salvedad: tienes rating y seguidores en tu cuenta de X. Al final poco importa que hayas bajado los cortos de la malograda entrevista porque los periodistas que cubren el espectáculo o los hechos de la farándula suelen justificar sus publicaciones apelando a un discutible interés periodístico.

Lo sucedido con Tapia y su esposa me hizo recordar el caso del paseo de Petro en Panamá en el que medios y periodistas como Eva Rey confirmaron la inclinación a contaminar el periodismo con la basura del oficio: la farándula. Algunos hablan de un "periodismo de farándula" que se auto valida con frases que millones de colombianos recuerdan de espacios "periodísticos" dedicados a hurgar en la vida íntima de los famosos: "el dulce sabor del chisme, la esquina del chisme y en la Red, nada se nos escapa". Creo que en el fondo subsiste una confusión conceptual entre hacer periodismo y divulgar chismes. Para popularizar y hacer virales los segundos no se necesita apelar a la existencia del “interés periodístico” pues basta con que haya al otro lado de la pantalla chismosos, murmuradores, mirones, fisgones y los que les gustaría ver o alcanzaron a imaginar cómo “tira” un corrupto en la cárcel.





martes, 24 de junio de 2025

¿POR QUÉ INSISTEN EN LLAMAR PRESIDENTES A LOS EXPRESIDENTES?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Entrevistar al presidente de la República suele asumirse como un privilegio periodístico por todo lo que representa para una sociedad como la colombiana que lo asume como una figura emblemática con un aura especial, casi como una deidad.  

El escenario se torna mágico y trascendental cuando dichas entrevistas se realizan en la Casa de Gobierno a la que la prensa suele llamar el Palacio de Nariño, como si en su interior pernoctara un inmaculado Rey, acompañado de doncellas, la guardia real e incluso mosqueteros como Atos, D'Artagnan, Portos y Aramis preparados para ofrendar sus vidas al momento de proteger la del encopetado soberano.

Cuando entrega el poder el presidente de la República, abandona el frío Palacio y adquiere la condición de expresidente, hay periodistas que lo siguen llamando “presidente” en lo que bien se puede catalogar como una actitud zalamera más propia de un súbdito que la de un reportero preparado para confrontarlo por lo hecho durante su periodo de gobierno o consultarlo por asuntos coyunturales.

A diario escuchamos en la radio y la televisión a periodistas aduladores que llaman a Uribe, Duque, Gaviria y a Santos “presidentes” cuando ya no ostentan esa condición. Y lo que es peor: ninguno de los exmandatarios es capaz de corregir a sus interlocutores porque quizás les fascina oír la palabra presidente como una manera de sobrellevar la viudez del poder.

Si ya no ostentan la condición de jefes de Estado ¿por qué los periodistas de la prensa tradicional insisten en llamar “presidente” a los expresidentes de la República?  Trataré de encontrar respuestas a esa actitud lisonjera y servil de los colegas. Es posible que haya una excesiva admiración hacia el exmandatario, lo que justifica llamarlo “presidente”. También es probable que por filiación política al reportero poco o nada le importa que lo califiquen como adulador y sumiso; quizás la línea editorial “les ordena” a los periodistas, presentadores y directores de medios llamar presidente a quien ya no lo es como una manera de mantener las relaciones con el poder económico y político que aún mantenga a pesar de la condición de expresidente.

Ese periodismo melifluo en lugar de generar confianza en las audiencias produce dudas por cuanto se piensa que ese periodista adulador será incapaz de confrontar las ideas que exprese el expresidente durante la entrevista. Hoy, en la emisión central del Noticiero Caracol Noticias, Juan Roberto Vargas, su director, entrevistó junto a una colega a Juan Manuel Santos Calderón, a quien por lo menos tres veces lo llamaron “presidente”. Los apartes televisados de la entrevista confirman el talante zalamero, sobón, cobista, quitamotas y empalagoso de los dos periodistas interesados más en aprobar todo lo dicho por Santos, en particular cuando hizo una lectura catastrofista del actual gobierno al decir que el “país va a la deriva”.

Sin caer en la grosería y sin desconocer al “calificado” interlocutor, los periodistas deberían de abstenerse de llamar “presidente” a quien ya no ostenta esa condición. Por respeto a las audiencias y en una clara muestra de independencia, lo correcto es llamarlo expresidente o señor Santos, Uribe, Duque o Gaviria. A lo mejor a los colegas les gusta actuar como periodistas lisonjeros y quitamotas. Bueno, esa también es una opción de vida.

 

entrevista a juan manuel santos en caracol - Búsqueda Imágenes

viernes, 20 de junio de 2025

PETRO Y LA GRAN PRENSA: RELACIONES TORMENTOSAS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las relaciones entre la prensa bogotana y el presidente de la República han sido tirantes desde el 7 de agosto de 2022, por dos razones fundamentales: la primera, porque el jefe del Estado es un consumado polemista acostumbrado a debatir y confrontar versiones y lecturas sin importar el bando desde donde se promuevan o difundan; y la segunda, porque por primera vez las más grandes empresas mediáticas decidieron fungir o se vieron obligados a actuar como agentes políticos en oposición.

Bajo esas circunstancias se entienden varios de los rifirrafes, correcciones y confrontaciones hechas por Petro a los periodistas de los medios corporativos. El más reciente de esos encontronazos ocurrió el 20 de junio. En su cuenta de X, el presidente de la República confrontó a Noticias Caracol por la información publicada en torno al caso Miguel Uribe Turbay.

Esto dijo Gustavo Petro: “en este momento estoy viendo la información de @NoticiasCaracol sobre el atentado al senador Miguel Uribe. Casi no veo televisión, ya no me gusta, pero si millones de colombianos. Y entiendo el mensaje subliminal, que enredan en información, sugieren que la fiscalía dijo que había un fin político. Eso no se puede decir, aún hoy, y aunque es una hipótesis de investigación, aún no se puede decir con certeza que haya fines políticos en el atentado y peor aún cuál interés políticos tendría el verdadero asesinoCaracol debe ser responsable con la sociedad colombiana. No se conviertan en heraldos de la muerte, sean heraldos de la vida y la verdad. Sean responsables”.

Más allá de si detrás del atentado sicarial contra el político uribista hay móviles políticos, lo cierto es que es inevitable pensar que la planeación y ejecución del ataque hace parte del propósito político-electoral de generar desazón y miedo en la población para finalmente recuperar la narrativa de la seguridad democrática a través de frases que se vieron impresas en pancartas y camisetas durante la Marcha del Silencio: “sin seguridad no hay paz”. De manera concomitante, varios políticos señalaron como responsable de la tentativa de homicidio al presidente Petro por su “discurso incendiario y provocador”.

Volvamos a los agrios enfrentamientos entre Petro y la gran prensa bogotana. La revista Semana, convertida en la plataforma ideológica y política del clan Gilinski, el 12 de mayo de 2023 tituló así una nota sobre el espinoso asunto: “El ataque de Gustavo Petro contra la prensa: una estrategia peligrosa que tiene encendidas todas las alarmas”. En el sumario del texto periodístico se lee que “el presidente convirtió a los medios de comunicación en el blanco de sus ataques. Su discurso atenta contra la libertad de expresión y la democracia”.

Según Semana y otros medios, al presidente no se le pueden criticar sus decisiones y mucho menos evaluar su gestión. La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) señaló que los mensajes del presidente Petro “…terminan restándoles credibilidad (a los medios); buscando presionar la agenda mediática para que aborde favorablemente su gestión; alimentando un discurso en el que la prensa es antagonista, y así abre la puerta a la criminalización de los medios.

Después del 7 de agosto de 2022, la prensa hegemónica, siguiendo las instrucciones de sus patrones, convirtieron al presidente Petro, a su familia y a su gobierno en un solo “objetivo periodístico”, lo que significó la implementación de un cubrimiento noticioso cargado de "mala leche" y una inusitada y jamás vista animadversión, resultado del clasismo, el racismo y la aporofobia que desde la prensa tradicional se impulsa desde los orígenes de la República.

Nunca la prensa tradicional se volcó para esculcar las decisiones de un gobierno. Por el contrario, los medios tradicionales fueron cómplices de gobiernos como los de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque Márquez. Con Uribe naturalizaron lo que se conoció como el unanimismo ideológico y político. Esas empresas mediáticas se hincaron ante el poder intimidante del político antioqueño. Con Santos mantuvieron la misma actitud complaciente. Y con Duque, periodistas de derecha como Néstor Morales (Blu radio) y Luis Carlos Vélez (de La FM) actuaron de forma complaciente y lo trataron como un amigo más, como un “parcero”, lo que significó el abandono de la actividad periodística, en particular de aquel principio de “molestar al poder”.

Los constantes encontronazos entre Petro y los periodistas de los medios hegemónicos se dan en medio de procesos de editorialización de las noticias y de la conversión de los reporteros, comentaristas y conductores de programas informativos en activistas políticos.

A pesar del llamado generalizado a “desescalar el lenguaje violento” al que han apelado el presidente Petro y los agentes más visibles de la Oposición mediática y política, lo más probable es que hasta el 7 de agosto de 2026 el jefe del Estado confrontará a los periodistas bien porque considere que están mintiendo, exagerando o haciendo lecturas parciales e interesadas de los hechos noticiosos.

Eso sí, el rol hasta ahora cumplido por los medios masivos expone con claridad que por razones políticas e ideológicas muchos de los periodistas que le hacen oposición al gobierno Petro corrieron la línea ética y por ese camino pusieron en cuestión la deontología de un oficio como el periodismo que siempre estuvo asociado a los sectores de poder económico y político que al igual que los directores, conductores y periodistas no imaginaron jamás que por primera vez en Colombia llegara a la Casa de Nariño un presidente progresista.

Es tan alto el nivel de pugnacidad entre Petro y la gran prensa bogotana que las audiencias no saben si el jefe del Estado es quien ataca a la prensa o es esta última la que puso en la mira lo que haga y deja de hacer el presidente de la República.


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viernes, 13 de junio de 2025

EL TIEMPO NO SE DETIENE CUANDO DE MENTIR SE TRATA

Por Germán Ayala Osorio

 

La llegada del primer gobierno progresista en Colombia sirvió para develar hasta dónde los propietarios de los medios masivos, de la mano de sus periodistas y editores podían estirar la ética periodística. Corrieron tanto la línea de la eticidad del oficio que además de consolidarse como actores políticos, naturalizaron la mentira, la mala leche como herramienta de confrontación ideológica y la intención manifiesta de forjar estados de opinión pública proclives a generar incertidumbres, miedos y animadversión entre agentes de la derecha y la izquierda. Es decir, la prensa hegemónica viene actuando desde el 7 de agosto de 2022 como estructuras políticas en las que, en lugar de trabajar periodistas, laboran activistas políticos.

Bajo esas circunstancias se entiende la actitud asumida por el diario EL TIEMPO de tergiversar los hechos noticiosos, alimentar el odio desde sus tribunas de opinión y lo que es peor, decir mentiras con el propósito de generar pánico económico y preocupación en los colombianos.

El diario conservador[1], en manos de Sarmiento Angulo, mintió al decir que el gobierno estaría contemplando incrementar el IVA del 19% al 26%. Semejante falsedad circuló por varias horas en las redes sociales, en particular en la red X. La reacción no coordinada de varios tuiteros e incluso de periodistas obligó al diario capitalino a reconocer el “error” y ofrecer disculpas. Aunque en la “corrección” publicada El Tiempo reconoce que se trató de un error, todo indica que se trató de una acción deliberada de alguien de la redacción que pretendió afectar la imagen del gobierno Petro y generar rabia en los agentes económicos responsables del IVA y pánico económico.

Esto dijo el periódico del poderoso banquero: “El Tiempo aclara que en una versión inicial de la noticia sobre los anuncios de una eventual reforma tributaria se informó de manera errónea de un supuesto aumento del 19% al 26% del IVA en Colombia, información que no corresponde a lo anunciado por el Gobierno”.

Por supuesto que no se trató de un error involuntario, sino de una acción deliberada, por cuanto el gobierno en ningún momento dijo estar contemplando el incremento del impuesto de valor agregado, IVA.

Lo hecho por El Tiempo es una prueba más de que corrieron la línea ética del oficio, afectando en materia grave la credibilidad del periódico, convertido por Sarmiento Angulo en su más poderosa trinchera ideológica y política desde donde se “dispara” hacia la Casa de Nariño toda suerte de mentiras, pullas y lecturas amañadas de los hechos noticiables.  La frase-lema con la que el diario bogotano se identifica dice que “El Tiempo no se detiene”. Por las mentiras y exageraciones publicadas parece que a la frase-lema hay que sumarle una idea complementaria: “El Tiempo no se detiene cuando se trata de mentir y afectar al gobierno Petro”.











[1] Cuando perteneció a la familia Santos, en su Manual de Redacción se presentaba como un diario liberal. A partir de la compra por parte del banquero Sarmiento Angulo, esa condición de liberal cambió. Hoy parece defender las ideas conservadoras de los sectores más retardatarios del país.

lunes, 2 de junio de 2025

TRATAMIENTOS PERIODÍSTICOS SESGADOS DE LA ORDEN DE CAPTURA CONTRA CAMARGO Y VELÁSQUEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

Las órdenes de captura emitidas por el Ministerio Público de Guatemala en contra de la fiscal general Luz Adriana Camargo Garzón y el embajador en el Vaticano Iván Velásquez Gómez constituyen un innegable hecho noticioso que activa en las empresas mediáticas dos elementos claves para su ejercicio informativo: el interés de informar sobre el hecho noticioso sobreviniente y el criterio editorial con el cual se hará el cubrimiento.

En su emisión de las siete de la noche el noticiero privado Caracol Noticias abrió con el suceso noticioso, lo que resulta perfectamente explicable desde el punto de vista del interés social y político que despierta la orden de captura contra dos altos funcionarios del Estado colombiano.

En la nota emitida, Caracol Noticias dejó ver con claridad que su política editorial sigue anclada a la decisión de sus directivas de afectar la imagen del Gobierno Petro y por supuesto la trayectoria pública de la fiscal general y del exministro Iván Velásquez; en particular la del actual embajador en el Vaticano porque en el pasado, cuando fungió como magistrado auxiliar en la Corte Suprema de Justicia fue el responsable de las investigaciones que el alto tribunal adelantó contra por lo menos 50 congresistas con vínculos con los grupos paramilitares. Además, Velásquez es odiado por el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez y su círculo de poder más cercano. De ahí que los medios que defienden a Uribe y a todo lo que huela a uribismo, asumen al embajador como "su propio enemigo". 

Volvamos al cubrimiento noticioso hecho por el referido noticiero de televisión. El tratamiento periodístico-noticioso resultó tendencioso y desafortunado en la medida en que obviaron lo dicho por dos expertos que consultaron en la sección que se conoce como Caracol Ahora, y que se emite horas antes de la emisión central. Se trata de los abogados Pedro Alejandro Carranza y Juan Pablo Estrada. En particular, Carranza explicó con amplitud los alcances y los problemas de legitimidad y aplicabilidad de las órdenes de captura emitidas por la fiscalía de Guatemala. Habló de un desconocimiento de la fiscalía guatemalteca de cómo funciona el sistema internacional e interamericano del que son parte Guatemala y Colombia.

Las dos fuentes consultadas desestimaron los efectos de las órdenes de captura internacional contra Camargo y Velásquez porque las actividades desarrolladas en territorio guatemalteco se hicieron bajo el amparo y respaldo de la ONU, en el marco de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala). Bajo esas circunstancias y de acuerdo con los expertos, los dos exmiembros de dicha Comisión contarían con inmunidad, lo que dejaría sin efectos la orden judicial.

Si bien el Noticiero Caracol, en la mencionada nota de su emisión central entregó elementos contextuales para entender la decisión judicial, no recogió en la misma lo expresado por las dos fuentes en el espacio de Caracol Ahora. Se trata de una decisión editorial (política) acompañada de un tratamiento espectacular con el que claramente se buscó ensuciar la imagen del gobierno y por ese camino los nombres de los dos funcionarios.

Al consultar el portal[1] de Caracol Noticias las dos fuentes consultadas en la sección Caracol Ahora, dirigida por el presentador Pablo Arango, tampoco aparecen. Eso sí, el titular responde a la lógica noticiosa, atada por supuesta a la ya señalada intención editorial: Guatemala ordena la captura del exministro Iván Velásquez y la fiscal Luz Adriana Camargo.

Suele pasar que cuando lo dicho por los expertos consultados va en contravía del enfoque preestablecido por el periodista o sugerido por el editor general e incluso por el director de emisión, esas interpretaciones y lecturas de los hechos se desestimen o se editan para no afectar el sentido de la narrativa que se quiere imponer. Lo expresado por Carranza claramente no le sirvió al jefe de emisión que quiso darle un tratamiento espectacular y rimbombante a unas órdenes de captura que muy seguramente no prosperarán, pero que si podrían afectar las relaciones diplomáticas entre de los dos países. Horas después, el gobierno de Guatemala rechazó la decisión de la fiscalía. 

El mismo tratamiento periodístico-noticioso hizo El Espectador[2], en una nota publicada en su portal, bajo el titular Guatemala ordena captura de exministro Iván Velásquez y fiscal Luz Adriana Camargo. En la bajada, resumen o sumario se lee: “El Ministerio Público de ese país señaló que el exministro y la fiscal, cuando eran investigadores en ese país, habrían favorecido a la multinacional brasileña Odebrecht en medio de pesquisas en ese país”. Al final de la nota, El Espectador registró la reacción del exministro de Defensa, en su cuenta de X.

Estamos ante un trabajo periodístico ideologizado y politizado muy propio de unas empresas mediáticas que operan como actores políticos y sus periodistas como activistas y estafetas del régimen de poder que le apuesta a deslegitimar a la fiscalía y directamente al gobierno por tener como embajador al odiado exmagistrado auxiliar, Iván Velásquez. 




Imagen tomada de El Espectador.com

miércoles, 28 de mayo de 2025

ÉTICA PERIODÍSTICA, YERROS JURÍDICOS Y CONSULTAS INEXISTENTES

 

Por Germán Ayala Osorio

En tiempos de guerra o de paz, los periodistas suelen prestarse o ser obligados para recrear narrativas, consolidar versiones y construir realidades a favor o en contra de los bandos que las empresas periodísticas optaron por defender. Ello explica el carácter quimérico con el que deviene la búsqueda de la Verdad.

El complejo escenario de convulsión ideológica y política por el que atraviesa el país entre la derecha retardataria y premoderna y el progresismo que en su versión moderna tardíamente llegó a la Casa de Nariño ha puesto de presente la más grave crisis deontológica del oficio. La actual crisis del periodismo terminó proscribiendo a la ética o haciéndola acomodaticia y complaciente con quienes asumieron el control de los medios masivos para agregarlos a la lista de actores políticos con los que suelen jugar en escenarios electorales.

Por cuenta de esa conmoción ideológica, los medios tradicionales de información cerraron filas en torno a los intereses de los sectores de poder que desde el 7 de agosto de 2022 se propusieron “hacer invivible la República”, por cuenta de la llegada al poder presidencial de Gustavo Petro, en representación de la “izquierda” y el progresismo.

La historia del periodismo y la política deberá registrar que en Colombia operó, durante y en contra del mandato de Petro, la más sólida y vergonzosa cofradía mediática[1] inspirada en la frase del líder de la ultraderecha colombiana, Laureano Eleuterio Gómez Castro. Con mentiras, lecturas amañadas de los hechos, nocivos tratamientos noticiosos, tergiversaciones y verdades a medias, esa cofradía de medios es en gran medida responsable de los altos niveles de crispación ideológica por los que atraviesa el país. A lo anterior se suman los egos y las prácticas propias de una interminable Hoguera de las Vanidades en la suelen vivir periodistas y políticos.

Dos nuevos hechos noticiosos confirman el juego político en el que están las empresas mediáticas aquí nombradas: el primero tiene que ver con el anuncio en la red social X que hizo el exministro de Justicia, Wilson Ruiz: “presenté denuncia penal ante la Corte Penal Internacional contra Gustavo Petro por crímenes de guerra, lesa humanidad y omisión”. La denuncia de Ruiz fue divulgada por varios medios radiales que usan la mismas red X para hacer eco y servir de ruedas de transmisión de los actores políticos que le apostaron a desestabilizar y deslegitimar al gobierno de Petro.

El que hayan recogido la versión y la actuación misma del exministro se justifica porque es un miembro visible de la ultraderecha colombiana. Ruiz fue ministro de Justicia durante el gobierno de Iván Duque Márquez. Pero los periodistas, muy dados a no leer y mucho menos a confrontar a las fuentes, no vieron el yerro jurídico en el que incurrió el abogado demandante: ese tipo de acciones legales en contra de mandatarios solo se pueden hacer desde otro Estado que haya aceptado la jurisdicción de la CPI. El abogado penalista Elmer José Montaña, en la misma red social confrontó a su colega: “el exministro desconoce que las denuncias ante la CPI no pueden ser presentadas por particulares, sino por los Estados”.

El segundo hecho noticioso tiene que ver con la aclaración pública que hizo de manera obligada la Corte Constitucional (CC) ante la información amañada y perniciosa que hizo la congresista Katherine Miranda en torno a una consulta que ella elevó ante el alto tribunal. En su pronunciamiento, la CC desmintió la existencia de ese concepto al que hizo referencia pública la señora Miranda, en torno a la exequibilidad de la consulta popular que el gobierno estaría pensando decretar.

En el ejercicio del periodismo dudar y contrastar lo dicho por las fuentes, así estas sean oficiales o no, son dos principios de ineludible compromiso. En estos dos casos la prensa tradicional falló por exceso de credibilidad y simpatías ideológicas con el exministro Ruiz y la congresista Miranda, ambos consagrados enemigos del gobierno Petro. Eso de “hacer invivible la República” agranda la crisis de legitimidad y credibilidad de la prensa hegemónica, hoy en manos de banqueros que desprecian el ejercicio ético del periodismo; y convierte a los periodistas tradicionales y a sus vedettes en activistas políticos y azuzadores ideológicos






[1] Hacen parte de esa cofradía El Tiempo, Semana, El País de Cali, El Colombiano de Medellín, El Espectador, El Heraldo, de Barranquilla; medios radiales como Blu, La FM y la W y los noticieros de televisión Caracol Noticias y RCN. Se suman columnistas y otras vedettes del periodismo bogotano.

COLOMBIA: EL PAÍS DEL ABSURDO, LA ESTOLIDEZ Y LA BELLEZA

  Por Germán Ayala Osorio   Colombia es el país del absurdo y de la belleza. En el 2016 el triunfo del No en el plebiscito por la paz co...