Por Germán Ayala Osorio
La hegemonía informativa en
Colombia le sirvió por mucho tiempo a la derecha para consolidarse como la
única opción de poder y para ocultar actos de corrupción público-privada y
matizar los impactos negativos de un modelo de desarrollo y de una apuesta
cultural enemigos de la biodiversidad y la pluralidad étnica. Y fue así hasta
que en el 2022 un poco más de 11 millones de colombianos eligieron al primer
presidente progresista en la historia del país.
Después del 7 de agosto de 2022,
la prensa hegemónica, siguiendo las instrucciones de sus patrones, convirtieron
al presidente Petro, a su familia y a su gobierno en un solo “objetivo
periodístico”, lo que significó la implementación de un cubrimiento noticioso cargado de "mala leche" y una inusitada y jamás vista animadversión, resultado
del clasismo, el racismo y la aporofobia que desde la prensa tradicional se
impulsa desde los orígenes de la República. Nunca la prensa tradicional se
volcó para esculcar las decisiones de un gobierno. Por el contrario, los
medios tradicionales fueron cómplices de gobiernos como los de Álvaro Uribe,
Juan Manuel Santos e Iván Duque Márquez. Con Uribe naturalizaron lo que se
conoció como el unanimismo
ideológico y político. Esas empresas mediáticas se hincaron ante el poder
intimidante del político antioqueño. Con Santos mantuvieron la misma actitud
complaciente. Y con Duque, periodistas de derecha como Néstor Morales (Blu
radio) y Luis Carlos Vélez (de La FM) actuaron de forma complaciente y lo trataron como un amigo más, como un “parcero”,
lo que significó el abandono de la actividad periodística, en particular de
aquel principio de “molestar al poder”.
Con la llegada de Petro a la Casa
de Nariño, todo cambió en esa relación de la prensa hegemónica con el
presidente de la República. Jamás imaginaron los periodistas, conductores y
editores de medios como Blu radio, La FM, La W, El Colombiano, El Tiempo,
Semana y El País y los noticieros de televisión de RCN y Caracol que un
presidente de la República los confrontaría de la forma como lo viene haciendo
Petro. El presidente los desmiente y confronta sus versiones, lo que relativiza
el impacto negativo de las lecturas malintencionadas de unas empresas
mediáticas que actúan como actores políticos en oposición. El carácter
contestatario del presidente Petro y el uso de su cuenta en la red X
como trinchera política e ideológica sacudió las rutinas de los medios masivos
tradicionales de Colombia.
La irrupción de medios
alternativos y de los influencer petristas ha servido para que los
niveles de crispación política e ideológica en las redes sociales aumentaran significativamente en una sociedad altamente intolerante como la colombiana.
Así las cosas, la generación de estados de opinión pública ya no es una tarea
exclusiva de la prensa hegemónica y tradicional. Y esa inesperada competencia
tiene desesperados a los periodistas-vedettes de los señalados medios, acostumbrados
a manipular a la opinión pública de acuerdo con sus corporativos intereses.
“Uniendo voces”
es la estrategia político-mediática del gobierno Petro para consolidar en
Colombia un frente mediático capaz de enfrentarse a los medios hegemónicos de
la derecha corporativa. Ya hubo una primera convocatoria de periodistas y
medios alternativos en la ciudad de Armenia. Al encuentro llegó el presidente
Petro para darle la “bendición” a una estrategia periodística y política jamás
vista en la historia del país.
“El
presidente Gustavo Petro intervino en el marco de “Uniendo Voces”, un encuentro
organizado por el Ministerio de las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC), donde resaltó la importancia social y política de los
medios de comunicación alternativos, comunitarios y digitales en el país.
Ante medios comunitarios de todo el país, el presidente Petro afirmó que
significan “esa enorme constelación diversa, que es una de nuestras principales
riquezas como sociedad, pero que pareciera que quiere ser aplastada por una
homogenización de las mentes, un pensamiento único que sale de los grandes
medios de comunicación”.
Eso sí, el
gran reto de esa cofradía de medios alternativos que acompañan y defienden la
causa progresista es no hacer un periodismo mediocre como el que vienen
haciendo los medios hegemónicos. Acompañar las ideas de una izquierda
democrática moderna y del progresismo exige que se cubran los hechos
noticiables con responsabilidad y profesionalismo. “Uniendo voces” no puede
convertirse en una trinchera ideológica sectaria que defiende a dentelladas un
proyecto sin crítica alguna. Hacerlo de esa manera es igualar lo hecho por las
empresas mediáticas de la derecha durante más de 50 años.
reunión de petro con medios alternativos - Búsqueda Imágenes (bing.com)
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