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miércoles, 4 de diciembre de 2024

CONSEJO NACIONAL ELECTORAL Y SU TURBIA INSTITUCIONALIDAD

 

Por Germán Ayala Osorio

Uno de los conceptos más manoseados por la clase política y empresarial en Colombia es el de la institucionalidad. Cada que revienta un escándalo de corrupción pública o una tensión entre los poderes públicos de inmediato congresistas, columnistas, periodistas y dirigentes gremiales, entre otros más, salen a decir que lo más importante es que se “mantenga, se fortalezca y se respete la institucionalidad”. Sin duda alguna, una frase con una gran carga eufemística y ética y moralmente turbia.

La institucionalidad puede ser un concepto ambiguo y difícil de asir porque en su concepción y representación social y política suelen confluir circunstancias contextuales que se alimentan de la ética ciudadana, la moral pública, la tradición, el poder económico, las formas regladas y las maneras como se establecen relaciones y transacciones entre sectores de poder político (partidos políticos y líderes), económico y social (élites).

La institucionalidad se hace evidente cuando las instituciones operan en sus ámbitos de acción, legal y procedimental, y en el contexto de una sociedad que moral y éticamente se alimenta de su funcionamiento, especialmente, de aquellas instituciones que se consideran faros determinantes que iluminan tanto la vida institucional interna, como la que trasciende a la vida societal.

Propongo que examinemos la aplicación del ya manido concepto a partir de dos hechos que se dieron casi de manera simultánea dentro de una de las instituciones estatales más desprestigiadas en Colombia: el Consejo Nacional Electoral (CNE). Sus niveles de ignominia superan los que arrastran históricamente el Congreso de la República y la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. El CNE es una entidad politizada y politiquera dado que la llegada de los consejeros-no magistrados- se da por favores y simpatías políticas al interior de los partidos políticos. Ese origen politiquero le resta legitimidad a las decisiones electorales que suelen tomar. Muchos de los que llegan a esa corporación son verdaderos politicastros que los jefes de sus partidos políticos no saben en dónde poner. 

Los hechos acaecidos tienen que ver con la renuncia al CNE del consejero César Lorduy, cuota política de Germán Vargas Lleras y el clan Char de Barranquilla. La dimisión del ladino personaje se da por el proceso que le abrió la Fiscalía por acoso sexual que habría cometido contra la congresista Ingrid Aguirre. También es acusado de haber asesinado hace años atrás a una joven mujer, proceso este que a lo mejor ya prescribió. Pocas horas después de conocido el retiro “voluntario” de Lorduy, en su remplazo fue escogido Álvaro Hernán Prada, político del Centro Democrático investigado por la Corte Suprema de Justicia por el delito de manipulación de testigos. El hoy presidente del CNE fue llamado a juicio en mayo dentro del mismo caso al que están vinculados al expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez y su aboganster Diego Cadena.

Además de los procesos penales a los que están vinculados los dos políticos, sobre sus hombros reposan la acción temeraria de erosionar el fuero presidencial al ordenar investigar al presidente Petro y a su campaña presidencial por irregularidades y delitos que se habrían cometido en el manejo de millonarios recursos económicos que entraron a la campaña Petro presidente. Esa decisión la hicieron dejando conocer en las redes sociales su animadversión personal hacia el presidente Petro. 

Bajo las anteriores circunstancias, qué clase de institucionalidad es la que se deriva de la operación del CNE cuando dos de sus consejeros mantienen una condición sub júdice por los procesos penales que tienen abiertos por la comisión de graves delitos. A pesar de la tardía renuncia de Lorduy, su dimisión bien pudo entenderse como una acción ético-política conducente a no afectar más la ya maltrecha institucionalidad procedente de la autoridad electoral. Pero una vez eligieron a Prada como su remplazo, nuevamente la institucionalidad del CNE quedó en entredicho y se confirma que está capturada por un ethos pernicioso. 

La permanencia de Lorduy en la presidencia del CNE permitió consolidar un tipo de institucionalidad negativa, ilegítima, irreflexiva, hostil y burlesca en la medida en que al ser requerido por la Fiscalía su renuncia debió darse ipso facto para no usar el "fuero" que le provee ser miembro de esa autoridad electoral para evitar comparecer y responder por el caso de abuso sexual. El tiempo que Lorduy se mantuvo en el cargo permitió que de su permanencia se derivara un tipo de institucionalidad vulgar y sucia, que se mantiene vigente y se naturaliza con la llegada a la presidencia del CNE de Álvaro Hernán Prada. Lo curioso es que los mismos políticos, empresarios y periodistas que suelen usar la ya manida frase  “que se respete la institucionalidad”, frente a los casos aquí reseñados guardan un atronador silencio. 

Varias horas después de la llegada de Prada a la presidencia del CNE, los alcaldes de Cali y Barranquilla, Alejandro Eder y Alex Char, felicitaron al recién ascendido. El apoyo político dado por los dos mandatarios locales confirma la naturaleza ilegítima, politiquera, y perniciosa de la institucionalidad que emana esa autoridad electoral. Las felicitaciones enviadas vía X por Eder y Char, dos consagrados uribistas, se entienden porque Prada es ficha del expresidente Uribe, poderoso político al que estos dos alcaldes le deben pleitesía y total sumisión. 

Adenda: en su editorial del 6 de diciembre, EL ESPECTADOR crítica al presidente Petro por asumir una "actitud irresponsable" al insistir en que hay un golpe blando en su contra. En el caso del CNE, aunque el diario bogotano le da la razón a Petro en el caso de que esa entidad no puede investigar al presidente, es tímido al momento de cuestionar el ascenso de Prada a la presidencia de esa cuestionada corporación. Al final, el diario cae en el mismo llamado a respetar la institucionalidad. "La institucionalidad no puede estar al vaivén de peleas con lógicas tuiteras", dice El Espectador. 


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martes, 26 de noviembre de 2024

PETRO, VISAS DEL REINO UNIDO Y EL PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Más allá de las razones expuestas por el cuerpo diplomático del Reino Unido con las que se justificó la disposición de volver a exigir visa a los colombianos, dicha medida es hostil, antipática y arrogante.

Que unos cuantos colombianos hayan mentido en sus solicitudes de asilo no debió motivar la hostil decisión, en particular cuando no existe una amenaza a la seguridad del país por la llegada masiva de nacionales a ese territorio. Los connacionales que cometieron fraude para conseguir ese beneficio de protección deben ser procesados bajo las normas locales o por el contrario deportados a Colombia.

No se puede desconocer que internamente hay presiones sociales y políticas sobre el gobierno del Reino Unido para que frene la llegada de migrantes latinoamericanos. 

Al conocerse la nueva medida, de inmediato agentes de la derecha colombiana responsabilizaron al gobierno de Petro y a su equipo diplomático, por lo que consideraron como un “retroceso propio de un gobierno de izquierda”. Actores políticos del uribismo como Paloma Valencia y Vicky Dávila de Gnecco, entre otros, aprovecharon para lanzar pullas a la actual administración. Hablan de “retroceso” y evitan calificar la decisión como exagerada, fatua o enojosa porque Valencia y Dávila de Gnecco son aventajadas defensoras de las históricas relaciones de dominación entre el Norte opulento y un Sur pobre que, a pesar de todo, les provee recursos y productos que benefician las vidas resueltas de europeos y americanos.

El presidente Petro, en respuesta a la decisión del Reino Unido dijo en su cuenta de X que “bajo el principio de reciprocidad, el país también exigirá visas” a los ciudadanos irlandeses, ingleses, escoceses y galeses que viven en ese territorio que abriga cuatro nacionalidades. La casi inmediata respuesta del presidente Petro está cargada de dignidad y nacionalismo, cuestiones a las que el país no parece acostumbrado que sean exigidas por los jefes del Estado o siquiera mentarlas porque naturalizamos la subvaloración identitaria y los procesos de estigmatización que acompañan las exigencias de visados a los colombianos por parte del Reino Unido y los Estados Unidos, para nombrar tan solo dos destinos. A las autoridades de este último país la cancillería del actual gobierno progresista le solicitó formalmente estudiar la posibilidad del retiro del visado para los colombianos.

Ya deben estar los medios corporativos buscando a excancilleres y expertos en diplomacia para “analizar” la reacción presidencial. Como mínimo dirán que hubiese sido mejor que el anuncio no lo hubiera hecho el presidente Petro en su cuenta de X, sino a través de los canales diplomáticos establecidos. Y que hubiese sido preferible que dicha reacción fuera el fruto de una discusión amplia al interior de la Cancillería.

De cualquier manera, ojalá el anuncio de Petro no se quede en una bravuconada y que efectivamente se aplique el principio de reciprocidad, y que este se extienda a los americanos y a otras nacionalidades, en particular a los extranjeros hombres que vienen en planes de “turismo sexual”, lo que no es otra cosa que violar niñas y adolescentes colombianas. De la misma manera como las autoridades migratorias de esos y otros países miran con resquemores y sospechas las identidades y los perfiles de los colombianos que desean entrar, con esas mismas sospechas deben recibir los agentes de Migración Colombia a los puteros gringos y de otras nacionalidades que les encanta visitar a Medellín y Cartagena para violar menores de edad.

Que haya colombianos que se portan mal por fuera del país, que violan las normas de los países que visitan y que además participan de actividades ilegales, ello no puede justificar maltratos en aeropuertos y otros puntos de control migratorio. La ya exigencia de visados es una medida arrogante, antipática y grosera adoptada por países de un Norte opulento que presumen tener mejores procesos civilizatorios y de socialización ancorados a esa idea recreada del “primer mundo”, cuando en la actualidad y a lo largo de la historia quedó demostrado que en todas las latitudes hay vagos, ladrones, violadores, asesinos, drogadictos y políticos corruptos.




Petro dice que exigirá visa a los ciudadanos del Reino Unido - Búsqueda Imágenes

martes, 1 de octubre de 2024

BLU RADIO Y LA NOSTALGIA DE PETRO POR EL M-19

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El trabajo ideológico-periodístico de Néstor Morales a través de Blu radio consiste en generar zozobra, incertidumbre, miedo, desazón y por supuesto sobredimensionar todo lo que diga y haga el presidente Petro. Y cuentan con un presidente de la República que les facilita el trabajo a los miembros de la emisora en cuestión por su carácter confrontador y retador y ese espíritu revolucionario que aún conserva y del que se siente orgulloso porque deviene asociado a su paso por la guerrilla urbana del M-19.

Esta vez el presidente Petro dijo que Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, “fue colaboradora y militante del M-19". Además, señaló que “el M-19 ha dado dos presidentes en América Latina”. Sin duda alguna se trata de una exageración política e histórica del jefe del Estado, resultado de esa nostalgia que parece sobrevenirle al presidente Petro cada vez que se acuerda de su pasado guerrillero. El M-19 como grupo armado ilegal desapareció, fruto de una negociación política, para darle vida a la Alianza Democrática M-19, grupo político que puso a 20  de los 70 delegatarios que ayudaron a redactar la carta política de 1991.

Los titulares de las empresas mediáticas de la derecha no se hicieron esperar: RCN, por ejemplo, tituló “Crece la polémica por frase de Petro sobre nueva presidenta de México: "fue colaboradora y militante del M-19". Con la frase “crece la polémica”, el medio de información pretende recrear un complejo y convulsionado escenario político que no existió por cuanto la notoriedad de lo dicho por Petro está ancorada a la amplificación interesada que hicieron los medios que le hacen oposición política a Petro.

Entre tanto, Semana, otro medio uribizado, hizo lo propio con un titular que coincidió con el calificativo de mentiroso que espetó uno de los miembros de la mesa de trabajo de Blu radio: “Everth Bustamante desmiente a Petro tras afirmar que presidenta de México hizo parte del M-19: “Mentira de la dimensión del tren de la casa en el aire de Escalona”. Aunque el fatuo e inefable de Néstor Morales le “llamó la atención al aire” al colega por llamar “mentiroso” al jefe del Estado, ya el juicio de valor estaba dicho con todo y lo que ello significa en términos de los posibles efectos negativos o daños producidos a la imagen presidencial.

Por supuesto que a la lectura maliciosa de Morales y de su equipo de Blu radio le faltan elementos contextuales que el conductor del programa radial prefirió ocultar porque le resulta más “rentable” en términos ideológicos y de rating insistir en que el M-19 fue un “grupo terrorista” por la toma del Palacio de Justicia. Entre esos elementos de contexto histórico aparecen, por ejemplo, la enorme simpatía que en las décadas de los 70, 80 y 90 despertó esa guerrilla en sectores sociales de clase media y media baja en ciudades como Cali y Bogotá, entre otras, justamente por sus golpes simbólicos y mediáticos y por la asociación que varios colectivos hicieron de las actividades adelantadas por el M-19 con el personaje de Robin Hood.

La referencia nostálgica de Petro al grupo guerrillero y el odio social y político que una parte importante de los colombianos profesa aún hacia todas las guerrillas que existieron y existen aún, alejan cualquier posibilidad de que lleguemos como sociedad a perdonarnos y reconciliarnos. Al final, todo lo que huela a izquierda, así sea democrática, es motivo de rechazo por parte de millones de colombianos que aprendieron a odiar a quienes militaron y militan en ese espectro ideológico, evitándose el trabajo de analizar y comprender las razones históricas y circunstancias objetivas que legitimaron el levantamiento armado en los convulsionados años 60.

No se trata de validar el objetivo de esas agrupaciones armadas de tomarse el poder a tiros. Simplemente lo que deben hacer lo periodistas y los ciudadanos del común es comprender esas complejas condiciones contextuales de los años 60 y las posteriores que ayudaron a consolidar el escenario sociopolítico, económico y militar que aún se conoce como conflicto armado interno.

En aras de bajarle un tanto a los altos niveles de polarización política y crispación ideológica que soporta el país desde el 7 de agosto de 2022, convendría que el presidente Petro fuera menos retador y evitara expresar su nostalgia por un pasado armado y revolucionario que dejó más desprestigio que gloria a todos los actores armados involucrados. Y para qué recordar los sufrimientos de millones de colombianos por el desplazamiento forzado, las masacres cometidas por paramilitares y guerrillas, los falsos positivos y la aplicación de la doctrina del enemigo interno a intelectuales, académicos y periodistas de izquierda y críticos de los gobiernos de derecha.  Y del lado de Blu radio y Semana, entre otros medios hegemónicos que defienden los intereses de la derecha, harían bien en “soltar” un rato al presidente de la República y preocuparse más por hacer periodismo, dejando de lado el activismo político e ideológico que hoy los caracteriza.




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martes, 24 de septiembre de 2024

PETRO EN LA ONU: ¿CATASTROFISTA O LÍDER DE LA ÚLTIMA UTOPÍA?

 

Por Germán Ayala Osorio



El discurso del presidente Gustavo Petro -otro más- ante la Asamblea 79 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puede ser leído en clave catastrófica o, por el contrario, como el grito desesperado de un mandatario al que genuinamente le preocupan las consecuencias que viene y seguirán dejando las crisis civilizatorias, ecológicas y ambientales que confluyen en lo que se conoce como el cambio climático.

Quienes lo asumen en clave catastrófica terminan alineándose sin querer y quizás sin darse cuenta con la tesis negacionista de quienes creen que los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) exageran en sus análisis y mediciones, a pesar de llevar 30 años en esa tarea juiciosa de entender los efectos negativos que deja el desarrollo económico basado en los combustibles fósiles y en el consumo frenético de mercancías.

A los negacionistas se suman aquellos que expresan una confianza absoluta en que, si los problemas ecológicos, civilizatorios y ambientales actuales fueron generados por la comprensión y manipulación de la ciencia, la tecnología y la técnica, ello supone que, con la misma ciencia, la tecnología y la técnica se hallarán las soluciones a problemas como la sequía, el aumento de los niveles de los océanos que amenaza la vida de islas y extensas zonas costeras del Pacífico, intensas lluvias, peores huracanas y tifones y calores insoportables, entre otros más. 

Por el contrario, quienes asuman lo dicho por Petro como un grito humanizador, irán alineándose con aquellos que aún creen en la posibilidad de que la humanidad pueda tomar conciencia de los reales riesgos que se ciernen sobre millones de seres humanos que viven en zonas y territorios vulnerables a los efectos del cambio climático. Sin duda alguna, se trataría del renacimiento de una gran utopía, o quizás de la última, esta vez de carácter universal, planetario y civilizatorio que haría posible un diálogo entre las potencias económicas, políticas y militares responsables de la continuidad de la vida humana.

Petro se queja de que no lo escuchan. Y es cierto. Y se explica el caso omiso a los reclamos del presidente colombiano porque el mundo y la humanidad entera responden a una inercia que hace casi imposible controlar. Ya Pepe Mujica, siendo presidente del Uruguay lo había dicho en una conferencia de carácter ambiental. “Porque hemos creado una civilización en la que estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta globalización, que significa mirar por todo el planeta. ¿Y estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía que está basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad? Nada de esto lo digo para negar la importancia de este evento. No, es, por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan   al hombre. Y a   la vida.   Porque   no   venimos al planeta   para desarrollarnos en términos generales. Venimos al planeta intentando ser feliz. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y esto es lo elemental.  Pero si la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor, -porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, o si se detiene la economía, y si se detiene la economía, es el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros- pero ese hiper consumo, a su vez, es el que está agrediendo al planeta”.

Mientras que el ejército de Israel hace ingentes esfuerzos por eliminar hasta el último palestino en la franja de Gaza, la ONU exhibía al mundo y a sus propios miembros la complacencia de los Estados Unidos con las prácticas genocidas implementadas en Gaza. Al fin y al cabo, las guerras y los genocidios son los escenarios preferidos de aquellos presidentes, fabricantes y comerciantes de armas que creen que, ante una crisis ecológica y ambiental de carácter universal, el camino más expedito, ya mostrado por el cine, será la eliminación de aquellos pueblos señalados como débiles u obstáculos para la expansión territorial y civilizatoria de las potencias dominantes.  

La actual crisis de legitimidad y credibilidad de la ONU quizás abra la posibilidad para que, en un futuro no lejano, el planeta quede a merced de una legión de hombres que determinarán qué pueblo tiene el derecho a vivir o a sobrevivir en definidas condiciones. Pepe Mujica se quedó corto al decir que la crisis es o era de carácter político. La crisis es civilizatoria. Y esta dejó ver su rostro en el Holocausto Nazi, en las dos guerras mundiales y ahora con el genocidio que comete Israel desde hace más de seis meses. Estamos ante un sostenido proceso de bestialización de la especie humana, orientada por unas cuantas familias ricas que gobiernan el mundo hoy.. 

Cito este párrafo del discurso de Petro, que con enorme claridad define lo que es el mundo hoy. “En este recinto la capacidad de comunicación de un presidente depende de la cantidad de dólares que tenga en su presupuesto, en la cantidad que tenga de aviones de guerra y en el fondo en la capacidad que tenga su país de destrucción sobre la humanidad. El poder de un país en el mundo ya no se ejerce por el tipo de sistema económico o político o de ideas que irradie, sino por el poder de destruir la vida de la humanidad. El proyecto democrático de la humanidad está muriendo con la vida, mientras los racistas, los supremacistas, los que creen estúpidamente que los arios son la raza superior, se aprestan a dominar el mundo escribiendo el terror de las bombas sobre los pueblos".



petro en la onu asamblea 79 - Búsqueda Imágenes (bing.com)

sábado, 21 de septiembre de 2024

RIFIRRAFE ENTRE PETRO Y EMBAJADORA GRINGA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el rifirrafe entre el presidente Petro y la funcionaria de los Estados Unidos, Deborah Lipstadt subsiste, por supuesto, la defensa inveterada que USA hace de Israel, su aliado militar en el Medio Oriente.

Que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza no se puede ocultar, así las “buenas maneras y la diplomacia” indiquen que ese tipo de realidades es mejor matizarlas con llamados a la cordura o posturas tibias que terminan por favorecer los intereses económicos que se ciernen sobre los territorios en disputa. Una vez Israel extirpe al último palestino, vendrán las empresas de construcción americanas y de otras latitudes a hacerse dueñas del inevitable proceso de gentrificación que se adelantará con la reconstrucción de las zonas devastadas por los bombardeos del ejército sionista de Israel. Después de la limpieza étnica, esos territorios de la franja de Gaza se transformarán en paraísos hoteleros.

La postura del presidente Petro es tan legítima como la defensa que los Estados Unidos hace de Israel, así a la prensa tradicional y a la derecha colombianas les parezca que esos “encontronazos” afectan las relaciones políticas y diplomáticas entre USA y Colombia. Una vez se conoció del enfrentamiento verbal entre Petro y la embajadora Lipstadt, Noticias Caracol entrevista al aire al señor Gabriel Silva Luján, exembajador de Colombia en Washington, quien calificó al presidente de la República de “provocador”  y de exhibir su ideología, hecho inadmisible para un jefe del Estado.

De lo que aquí se trata es de llamar a las cosas y a los hechos por su nombre. Por aquello de las “buenas maneras” el mundo no puede seguir callando que Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo Palestino. Lo curioso es que Silva Luján defiende al pueblo Israel de las “arremetidas” de Petro, pero ignora el sufrimiento del pueblo palestino. Es claro que el presidente colombiano ha hecho referencia en sus opiniones al Estado de Israel y en particular a su Ejército de incurrir en prácticas genocidas.

La intención del noticiero privado era construir el relato de que la "impertinencia y la grosería de Petro" iba a generar tensiones diplomáticas entre los dos países. Casi de inmediato, el embajador de Colombia en Washington salió al paso para desvirtuar el relato periodístico: Daniel García-Peña negó que hubiera tensiones entre los dos gobiernos como ya lo había advertido el noticiero. Ese cruce de trinos no debilitarían las relaciones bilaterales señaló el diplomático. Nuevamente queda en evidencia la "mala leche" de las empresas mediáticas que decidieron hacerle oposición política al gobierno Petro. 

Los gobiernos americanos y en particular funcionarios de agencias como la DEA, el FBI y los agentes diplomáticos están acostumbrados a que los presidentes colombianos apelen a una diplomacia meliflua, ancorada a esa ya conocida actitud sumisa de los políticos colombianos al abordar asuntos que riñen o tocan las relaciones bilaterales.

En el cruce de trinos, la señora embajadora asume una postura arrogante, propia de una potencia militar, económica y política. Petro, para bien o para mal, es el jefe del Estado colombiano y por tanto una funcionaria diplomática no puede venir a insultarlo llamándolo antisemita. 

Esto dijo Lipstadt: “Colombian President @petrogustavo's continued rhetoric normalizes antisemitism. We cannot accept this. We cannot tolerate this. We must condemn these harmful narratives”.

La respuesta de Petro fue así de contundente: “Señora embajadora. Los palestinos son semitas de acuerdo a la biblia, dado que la palabra semita designa a los descendientes de Sem y su lengua. Por tanto es antisemita matar niños y niñas arrojando bombas en Gaza y no oponerse a ello. Lo más antisemita que hay hoy es repetir el holocausto de Hitler sobre la humanidad y en especial sobre el pueblo palestino. Yo no soy antisemita, no confunda y respete. No soy antijudío, creo en la libertad de cultos y si hubiera nacido en esa época hubiera dado mi vida en la resistencia armada contra los nazis. Pero creo en la libertad que genera el derecho internacional, el que se construyó ante la derrota de Hitler por norteamericanos y soviéticos y por todos los pueblos del mundo: la humanidad. El señor Netanyahu y su gobierno, reo ausente de la justicia internacional, no es el semitismo, es el nazismo”.

Este rifirrafe pasará y será uno más en el hipócrita, pero “necesario” mundo de la diplomacia y las relaciones internacionales. Mientras tanto, Israel seguirá en su práctica genocida porque los Señores de la Guerra (americanos, israelíes y europeos) convirtieron a Gaza en un dealer en donde se venden y prueban armas letales. Esos señores de la guerra necesitan de conflictos y de las guerras para sobrevivir. Esa es la realidad.



Imagen tomada de Semana.com 

viernes, 13 de septiembre de 2024

“UNIENDO VOCES” PARA DEFENDER A PETRO Y AL PROGRESISMO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La hegemonía informativa en Colombia le sirvió por mucho tiempo a la derecha para consolidarse como la única opción de poder y para ocultar actos de corrupción público-privada y matizar los impactos negativos de un modelo de desarrollo y de una apuesta cultural enemigos de la biodiversidad y la pluralidad étnica. Y fue así hasta que en el 2022 un poco más de 11 millones de colombianos eligieron al primer presidente progresista en la historia del país.

Después del 7 de agosto de 2022, la prensa hegemónica, siguiendo las instrucciones de sus patrones, convirtieron al presidente Petro, a su familia y a su gobierno en un solo “objetivo periodístico”, lo que significó la implementación de un cubrimiento noticioso cargado de "mala leche" y una inusitada y jamás vista animadversión, resultado del clasismo, el racismo y la aporofobia que desde la prensa tradicional se impulsa desde los orígenes de la República. Nunca la prensa tradicional se volcó para esculcar las decisiones de un gobierno. Por el contrario, los medios tradicionales fueron cómplices de gobiernos como los de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque Márquez. Con Uribe naturalizaron lo que se conoció como el unanimismo ideológico y político. Esas empresas mediáticas se hincaron ante el poder intimidante del político antioqueño. Con Santos mantuvieron la misma actitud complaciente. Y con Duque, periodistas de derecha como Néstor Morales (Blu radio) y Luis Carlos Vélez (de La FM) actuaron de forma complaciente y lo trataron como un amigo más, como un “parcero”, lo que significó el abandono de la actividad periodística, en particular de aquel principio de “molestar al poder”. 

Con la llegada de Petro a la Casa de Nariño, todo cambió en esa relación de la prensa hegemónica con el presidente de la República. Jamás imaginaron los periodistas, conductores y editores de medios como Blu radio, La FM, La W, El Colombiano, El Tiempo, Semana y El País y los noticieros de televisión de RCN y Caracol que un presidente de la República los confrontaría de la forma como lo viene haciendo Petro. El presidente los desmiente y confronta sus versiones, lo que relativiza el impacto negativo de las lecturas malintencionadas de unas empresas mediáticas que actúan como actores políticos en oposición. El carácter contestatario del presidente Petro y el uso de su cuenta en la red X como trinchera política e ideológica sacudió las rutinas de los medios masivos tradicionales de Colombia.

La irrupción de medios alternativos y de los influencer petristas ha servido para que los niveles de crispación política e ideológica en las redes sociales aumentaran significativamente en una sociedad altamente intolerante como la colombiana. Así las cosas, la generación de estados de opinión pública ya no es una tarea exclusiva de la prensa hegemónica y tradicional. Y esa inesperada competencia tiene desesperados a los periodistas-vedettes de los señalados medios, acostumbrados a manipular a la opinión pública de acuerdo con sus corporativos intereses.

“Uniendo voces” es la estrategia político-mediática del gobierno Petro para consolidar en Colombia un frente mediático capaz de enfrentarse a los medios hegemónicos de la derecha corporativa. Ya hubo una primera convocatoria de periodistas y medios alternativos en la ciudad de Armenia. Al encuentro llegó el presidente Petro para darle la “bendición” a una estrategia periodística y política jamás vista en la historia del país.

El presidente Gustavo Petro intervino en el marco de “Uniendo Voces”, un encuentro organizado por el Ministerio de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), donde resaltó la importancia social y política de los medios de comunicación alternativos, comunitarios y digitales en el país. Ante medios comunitarios de todo el país, el presidente Petro afirmó que significan “esa enorme constelación diversa, que es una de nuestras principales riquezas como sociedad, pero que pareciera que quiere ser aplastada por una homogenización de las mentes, un pensamiento único que sale de los grandes medios de comunicación”.

Eso sí, el gran reto de esa cofradía de medios alternativos que acompañan y defienden la causa progresista es no hacer un periodismo mediocre como el que vienen haciendo los medios hegemónicos. Acompañar las ideas de una izquierda democrática moderna y del progresismo exige que se cubran los hechos noticiables con responsabilidad y profesionalismo. “Uniendo voces” no puede convertirse en una trinchera ideológica sectaria que defiende a dentelladas un proyecto sin crítica alguna. Hacerlo de esa manera es igualar lo hecho por las empresas mediáticas de la derecha durante más de 50 años.




reunión de petro con medios alternativos - Búsqueda Imágenes (bing.com)

jueves, 12 de septiembre de 2024

COMUNICACIÓN, VERDAD, PETRO Y LA ORDEN DE ASESINARLO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Volvió el presidente de la República a dirigirse al país, sin mirar a los colombianos. Otra vez la oficina de comunicaciones pasa como alocución una “conversación” del jefe del Estado con Pedro Vaca, exdirector de la FLIP y relator de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), que terminó siendo una especie de “soliloquio” o quizás un circunloquio. Como fuere, lo dicho y lo no dicho por Gustavo Petro en su particular alocución de la noche de hoy hacen pensar en que al presidente lo están acosando varios hechos o circunstancias, a saber.

Dijo el mandatario que “lo quieren matar” y que la orden ya fue dada por un poder económico que cuenta con el apoyo de la mafia y la anuencia de las mismas empresas mediáticas que desde el 7 de agosto de 2022 vienen atacando al presidente de forma sistemática. Con la misma determinación con la que informó al país lo del software espía (Pegasus), el jefe del Estado debió y debe señalar con nombres propios quiénes son los que están detrás del golpe de Estado que le quieren dar o del plan para asesinarlo.

Al no entregar los nombres, Petro les facilita el camino a sus detractores y a los propios periodistas que lo declararon como su “objetivo periodístico” para que señalen que está paranoico o que por lo menos afronta graves problemas emocionales que intenta ocultar o minimizar su impacto, inventando que lo quieren asesinar o sacarlo de la Casa de Nariño.

Si lo del plan criminal es cierto, Petro puede estar sintiendo miedo de morir, pero, sobre todo, de pensar que todo lo que desea hacer por el país, pueda quedar truncado de un momento a otro. Petro es mesiánico y eso no lo puede ocultar. También es posible que lo acose algo de rabia por no ver mayor preocupación en las huestes que lo respaldan y claro, al pensar en la satisfacción que deben estar sintiendo sus enemigos, críticos y detractores. Petro también puede estar experimentado la soledad que siempre acompaña a todos aquellos que ostentan poder, así el presidente reconozca que el poder del capital está por encima del presidencial.

Lo cierto es que la alocución de esta noche deja dudas sobre lo que realmente está pasando en la Casa de Nariño y con el propio jefe del Estado. Es claro que Petro no se siente cómodo por todo lo que representa ese Palacio para quien no soporta a la vieja oligarquía y en particular los lujos extravagantes propios de un palacete, en uno de los países más desiguales del mundo.

Cambiemos de tercio. Las disquisiciones que hizo Petro en torno a la Verdad y a la verdad periodística y a la comunicación resultan interesantes, a pesar de que en este país las grandes mayorías, incluidos los comunicadores sociales-periodistas, poco o nada han leído a Habermas o estudiado los aportes de la Escuela Crítica o de Frankfurt.

Y claro que le cabe razón al presidente cuando recoge lo dicho por Habermas en el sentido en que la violencia es la expresión del fracaso de la comunicación. Como proceso humano, la comunicación, esto es, el reconocimiento del Otro como un igual con el que es posible dialogar y contemplar, tenderá al fracaso cuando los agentes que hacen parte de la situación de comunicación no comparten las mismas actitudes y aptitudes para mantener un diálogo horizontal, equilibrado o la simple intención de reconocer.

El lenguaje es un elemento clave para Habermas en su Teoría de la Acción Comunicativa. Hay unos usos particulares de la lengua que impiden que la comunicación fructifique. El lenguaje periodístico, cuando se usa para exaltar los conflictos societales, se convierte en el mayor obstáculo para la comunicación. De hecho, llamar a las empresas mediáticas medios de comunicación constituye un error. Los medios masivos no comunican. Ni siquiera informan. De ahí la constante pelea de Petro con los periodistas afectos al viejo régimen, en la red X.

Igualmente, cuando el lenguaje técnico y el científico se usan para engañar, burlarse o discriminar a quienes apenas exhiben los niveles más básicos en su capacidad de hablar, el fracaso de la comunicación está garantizado.

Señor presidente, comunicar también es poner en común una verdad, una postura, una decisión. Y al no dar los nombres de aquellos que según Usted lo quieren asesinar, aporta para que la comunicación fracase.

El que seamos una sociedad clasista, machista, aporofóbica y racista es la más clara muestra del fracaso de la comunicación. Insistimos en ese fracaso porque no nos hemos reconocido como pueblo diverso. La prensa hegemónica es responsable en gran parte de esa realidad. Y si fracasa la comunicación, lo más probable es que pase lo mismo con los procesos civilizatorios en los que estamos inmersos. 

viernes, 6 de septiembre de 2024

CONSEJO DE ESTADO, VARGAS LLERAS Y GUSTAVO PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El Consejo de Estado le ordenó al presidente de la República, Gustavo Petro, retractarse y ofrecer públicas disculpas a la familia Vargas Lleras, por haber señalado que Enrique Vargas Lleras tenía que ver con el desangre económico de la Nueva EPS. Vargas Lleras hizo parte de su Junta Directiva. El alto tribunal de lo contencioso administrativo ampara así el derecho al buen nombre y a la honra de los miembros del clan de los Vargas Lleras.

El alto tribunal considera que “el señor presidente no se limitó a expresar opiniones en el contexto de un debate político ni a informar a la opinión pública que se estaba adelantando una investigación por presuntas irregularidades en la citada entidad. En estas comunicaciones se imputó concretamente la existencia de un desfalco millonario, por el que debía responder la familia Vargas Lleras”.

En cuenta de X, el mandatario de los colombianos dijo meses atrás que “la familia Vargas Lleras debería de responder por esa inmensa pérdida de recursos públicos y clínicas y hospitales sin pago. Hoy encontramos que ocultaron en la Nueva EPS deudas de cerca de 5 billones de pesos en el año 2023”.

El fallo y la orden perentoria se da apenas horas después de que se levantara el paro empresarial camionero que duró cuatro días, y que fue orquestado por sectores de poder económico y político cercanos al uribismo y a familias como la de los Vargas Lleras que pertenecen al viejo establecimiento y que le hacen oposición al actual gobierno.

Se puede pensar que el sentido del fallo va más allá de la intención manifiesta de proteger los derechos del mencionado clan, conculcados por el señor presidente de la República, de acuerdo con lo señalado por el alto tribunal. ¿Realmente los Vargas Lleras necesitan de una tutela para recuperar su buen nombre? No lo creo. La orden del Consejo de Estado bien puede hacer parte de las estrategias a las que viene apelando la derecha colombiana con las que buscan minar la legitimidad y la gobernabilidad del gobierno y graduar a Petro de “dictador”. Sobre esto último, parece que los magistrados y los miembros del clan Vargas Lleras suponen que Gustavo Petro hará caso omiso al acto de habla conminatorio expresado en el ya mencionado fallo de tutela, pues conocen muy bien su carácter combativo contra la corrupción público-privada. Petro está respaldado por informes de la Contraloría General de la República que indican que efectivamente hubo malos manejos de recursos públicos en esa entidad prestadora de salud.

Lo ordenado por el Consejo de Estado de inmediato servirá a la prensa que le hace oposición a Petro para armar un caso de “choque de trenes” por la demora en retractarse, por no hacerlo o por hacerlo a medias. Habrá que esperar qué actitud asume Petro en este caso.

Lo curioso de todo es que ese mismo Consejo de Estado acaba de nominar a Luis Felipe Henao y hará parte del grupo de candidatos a remplazar a la inefable procuradora, Margarita Leonor Cabello Blanco, ficha del clan Char. Henao es cuestionado por haber tenido relaciones políticas con el Ñeñe Hernández, señalado por la Policía de ser narcotraficante. Henao, además, es cercano a Germán Vargas Lleras, exvicepresidente de Santos y añejo delfín político de la ultraderecha colombiana. Es decir, políticamente los magistrados del alto tribunal son cercanos a la derecha colombiana, lo que convierte el fallo en una clara acción jurídico-política que varios sectores de poder político y mediático sabrán explotar a su favor y siempre con la intención de desprestigiar al mandatario progresista.


Nota: el 13 de septiembre el presidente Petro se retractó: "Me retracto de la afirmación que hasta hoy es materia de investigación. Hemos encontrado hallazgos de irregularidades en la Nueva EPS donde Enrique Vargas era miembro de la junta directiva. Esta es la corresponsabilidad de ser investigado penalmente como hoy se hace. Esperemos los resultados de las investigaciones". Mientras tanto, casi al tiempo su ministro de Salud demandó penalmente a Enrique Vargas y a otros miembros de la Junta Directiva. Petro también impugnó el fallo de tutela. 



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miércoles, 4 de septiembre de 2024

ESCÁNDALO POR COMPRA DE "PEGASUS" Y EL FUTURO DEL PARO CAMIONERO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La “bomba” que soltó Petro en su alocución de esta noche, en pleno Paro Nacional Camionero, hace pensar en que el presidente de la República tiene información de inteligencia que comprometería a los agentes políticos que están detrás de las movilizaciones de los camioneros o que están instrumentalizando a las empresas transportadoras responsables de los bloqueos.  

Es probable pensar también que con lo dicho sobre el caso del millonario software Pegasus, comprado durante el gobierno de Iván Duque por 11 millones de dólares, Gustavo Petro está dispuesto a jugar duro, muy duro, con aquellos sectores de poder que, según él mismo, lo quieren tumbar o que le están apostando a “hacer invivible la República” con un paro camionero muy bien planeado, orquestado y apoyado por el uribismo.

La alocución presidencial confirma lo que ya varios medios alternativos habían informado: que el gobierno del inefable Iván Duque Márquez compró un sistema informático para espiar a los opositores, incluido el propio Petro, durante el estallido social. Estamos ante un hecho de suma gravedad pues se habría dispuesto de agentes estatales y recursos públicos para espiar sin orden judicial a quienes se atrevieron a criticar al gobierno de Duque, apoyaron social y políticamente las movilizaciones y los bloqueos durante el llamado estallido social que tuvo a las ciudades Bogotá y Cali como los epicentros de las masivas y violentas protestas. La adquisición de Pegasus se habría hecho con la anuencia de la Dirección de Inteligencia de la Policía (DIPOL).

Petro debe estar convencido de que detrás del paro camionero están las manos del uribismo.  Basta con examinar los cubrimientos periodísticos hechos por Blu radio, La FM y Caracol Noticias para entender que el Paro Nacional Camionero hace parte de la estrategia político-mediática de la derecha uribizada de generar miedo, desazón e incertidumbre y llevar al país a una crisis social parecida o igual a la vivida durante la pandemia y el estallido social.

Después de escuchar al presidente, surgen varias preguntas: ¿de dónde salieron los 11 millones de dólares en efectivo que pagó el gobierno de Duque para comprar el sistema Pegasus? ¿Estamos ante un caso de lavado de dinero desde la presidencia de la República? ¿Supieron los gringos de esa compra y la apoyaron? ¿En dónde está ese software Pegasus? ¿Petro cree que con el escándalo de Pegasus, podrá "matar" el paro camionero?

Quienes califican lo dicho por Petro en su alocución como una “cortina de humo” para ocultar la gravedad de las protestas del sector camionero desestiman las reuniones que se adelantan entre el gobierno y los representantes de los transportadores que tienen paralizado a medio país, así como la voluntad de las partes para llegar a un consenso que permita levantar los bloqueos y superar la crisis. Y lo que es peor, minimizan lo denunciado por Petro, porque a los críticos del presidente les interesa seguir defendiendo la nefasta administración de Duque, el títere de Uribe y directo responsable, de acuerdo con lo señalado por el jefe del Estado, de la adquisición del software con el que ese gobierno chuzó y espió a agentes políticos, líderes sociales, congresistas y periodistas que legitimaron los hechos ocurridos durante el estallido social.

Las próximas 48 horas serán claves para el gobierno de Petro y para los sectores de poder que están detrás del paro de los transportadores. O se agudiza la crisis y Petro declara la Conmoción Interior, o la derecha le baja a las presiones y retrocede en su intención de “hacer invivible la República”. Cualquiera sea el escenario, lo cierto es que la derecha quiere poner contra las cuerdas a Petro, para obligarlo a tomar decisiones que lo acerquen a un gobierno de mano dura, como los que vivió el país entre el 2002-2010 y entre 2018-2022. 

 


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domingo, 1 de septiembre de 2024

PETRO Y LAS "MUÑECAS DE LA MAFIA"

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Que “Colombia es la democracia más antigua de América Latina” es quizás el imaginario colectivo que más daño le ha hecho a los colombianos, cuando se trata de evaluar críticamente los violentos gobiernos de Turbay Ayala (1978-1982), Uribe Vélez (2002-2010) e Iván Duque Márquez (2018-2022). Sumando las dos últimas administraciones, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que fueron 12 años de un régimen que violó sistemáticamente los derechos humanos de campesinos, comunidades ancestrales, defensores del ambiente y los DDHH y los jóvenes que salieron a protestar durante el estallido social de 2021.  Durante el gobierno de Turbay Ayala se aplicó el temido Estatuto de Seguridad. En los tiempos de Uribe, la también temida Seguridad Democrática. Ambas políticas de represión, persecución, estigmatización y muerte.

La manida frase deviene respaldada en el hecho de que no hubo en el país rupturas constitucionales por la toma del poder por parte de los militares, como las que soportaron países como Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, para nombrar solo las del cono sur. Salvo la “dictadura” de Rojas Pinilla, la democracia colombiana ha gozado de buena salud, eso sí, de la salud que conservadores y liberales le permitieron tener. Ha sido una democracia restringida, procedimental y reglada, pero incapaz de garantizar derechos colectivos e individuales de millones de colombianos que viven en la pobreza y en la miseria.

El uso cotidiano de esa frase sirvió para ocultar una realidad: hemos sido, por largos años, una narcodemocracia, un narco Estado, esto es, un régimen democrático capturado por mafias asociadas al contrabando de todo tipo de mercancías, incluidas las armas y al narcotráfico. Eso en cuanto a la ilegalidad. En lo que respecta a la legalidad, operan en Colombia mafias de tipo político, expresadas en la compra de votos, el clientelismo, la financiación de campañas políticas y la captura de instituciones del Estado de parte de corporaciones, clanes o familias políticas que prácticamente privatizaron la operación estatal, evitando así que cumpliera con lo prescrito en la Carta política de 1991.

Es en ese marco en el que debe entenderse la frase expresada por el presidente Petro, que causó revuelo en las redes sociales y los ámbitos mediático y político. El jefe del Estado dijo que “las periodistas del poder, las muñecas de la mafia construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir basta”.

Tratemos de desmenuzar el sentido de lo dicho y lo no dicho por el mandatario de los colombianos. Como es evidente, Petro hace referencia exclusivamente a mujeres periodistas. Curiosamente, algunas de las periodistas que “brincaron” por aquello de “muñecas de la mafia” están atadas a clanes políticos cuyos miembros han sido investigados y condenados por actos de corrupción electoral; otros afrontan investigaciones por paramilitarismo y homicidios.

Aunque el presidente de la República evita dar nombres, él sabía muy bien que el guante se lo iban a calzar o a chantar específicas periodistas que vienen confrontándolo política y mediáticamente. Ha sido tal el hostigamiento que ha sufrido Petro y su familia, que las relaciones prensa tradicional vs presidente de la República devienen marcadas por una fuerte, visible y mutua animadversión. Estamos ante un tipo de violencia discursiva jamás vista en el país recientemente entre un presidente de la República y el sector de la prensa que defiende adentelladas eso que se conoce como la derecha uribizada.

La recién posesionada Defensora del Pueblo, Iris Marín, refutó la expresión del presidente Petro. Dijo la funcionaria- investida por el propio presidente de la República, que "No esperen de mí como defensora del pueblo que justifique el lenguaje discriminatorio o que estigmatiza a las mujeres. “No somos muñecas, ni instrumentos de nadie”.

Lo curioso del debate que desató lo dicho por Petro es que nadie recoge la segunda parte de la frase. Es decir, a nadie parece importarle que, durante el gobierno de Duque, siguiendo las directrices de Uribe Vélez, se calificara la protesta social como “terrorismo urbano”. De esa manera, Duque y su gobierno tomaron distancia de las más mínimas garantías constitucionales y democráticas para consolidar un gobierno de mano dura, que fue capaz de desaparecer muchachos, de sacarles los ojos a por lo menos 60 jóvenes, de asesinar a otros tantos y violar mujeres durante el estallido social. Videla y Galtieri, en Argentina, hicieron lo mismo. Pinochet en Chile, con las “caravanas de la muerte”, hicieron lo propio. De igual manera, Stroessner en Paraguay.

La expresión presidencial resulta estigmatizante y profundamente machista. Hay allí una salida en falso del mandatario que contribuye aún más a la crispación ideológica y política que vive el país desde el 7 de agosto de 2022. Otra cosa es que Petro falte a la verdad histórica que cientos de miles de colombianos quieren ocultar o no desean ver: que somos un narco Estado, una narco democracia, y que la gran prensa, con o sin muñecas, defiende de tiempo atrás a un viejo régimen de poder que se ha portado de manera dictatorial, criminal, corrupta y mafiosa.

La reacción de Petro bien puede obedecer a que pasa por un momento de inestabilidad emocional a raíz de la salida intempestiva de su hija menor Antonella, por cuenta del matoneo y el hostigamiento contra la menor que lideraron periodistas y artistas mujeres. 

Quizás va siendo hora de mirarnos en el espejo de nuestra propia historia y reconocer que eso es lo que hemos construido por acción o por omisión. Somos un país de bandidos: unos de cuello blanco, otros vestidos de camuflado; otros con micrófono en mano. Sobre esto último baste con recordar el listado de periodistas que hacían parte de la nómina del Cartel de Cali. Dejémonos de sensiblerías y aceptemos que como sociedad venimos confundidos moralmente y arrastrando taras civilizatorias y democráticas.


Imagen tomada de petro - Búsqueda Imágenes (bing.com)


sábado, 31 de agosto de 2024

LA PETROFOBIA MEDIÁTICA Y FARANDULERA SACÓ DEL PAÍS A ANTONELLA PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

La salida intempestiva del país de Antonella Petro Alcocer, hija del presidente de la República, da cuenta de los niveles de odio a los que hemos llegado en Colombia por cuenta de tres hechos sociopolíticos ligados entre sí: el primero de estos está enlazado a la llegada al poder por primera vez de la izquierda democrática, en más de 200 años de República,  realidad inesperada para la que no estaban preparados la mayoría de los agentes del "viejo" establecimiento. 

El segundo hecho está atado al pasado de ese primer presidente progresista: se trata de un exguerrillero del M-19, guerrilla urbana caracterizada por dar golpes mediáticos como el robo de 5 mil armas del cantón norte de Bogotá, el robo de la espada de Bolívar y protagonista en la redacción de la Constitución de 1991. La toma del Palacio de Justicia, de la que no participó Gustavo Petro, ha servido de catalizador a la animadversión que profesan cientos de miles de colombianos hacia el presidente y su familia. 

El tercero está enlazado a la Petrofobia alentada por las empresas mediáticas que acordaron hacerle oposición política apelando a mentiras, exageraciones, amañadas interpretaciones y ataques personales contra el presidente y los miembros de su familia. Todas esas acciones como resultado del clasismo y el sectarismo ideológico de la derecha hegemónica. Todos los santos días en los magacines radiales Blu radio y La FM el tema de conversación es lo que hace, dice o deja de decir el presidente de la República. Entre tanto, diarios como El Colombiano y El Tiempo tergiversan los hechos políticos con el claro objetivo de deslegitimar al gobierno y generar incertidumbres y en casos muy precisos, pánico económico. Lo que viene haciendo la revista Semana es la constatación de la ideologización del periodismo y por tanto, del fallecimiento de su deontología y de sus mínimos éticos. 

Es bajo esa realidad sociopolítica que es posible entender el obligado abandono del país de Antonella Petro, sometida a un proceso de acoso y hostigamiento en redes sociales y en escenarios públicos como estadios de fútbol, por ser hija de Petro. Los ataques a la menor de edad incluyeron burlas asociadas a su figura física, elemento este que hace evidente la ruindad y la bajeza de quienes atacaron y asediaron a la joven, hasta obligarla a abandonar la Casa de Nariño. 

Lo sucedido con Antonella Petro Alcocer debería de hacernos reflexionar sobre los violentos y peligrosos niveles de crispación ideológica a los que hemos llegado por cuenta de aquellos periodistas vedettes y figuras de la farándula, como Marbelle, que se resisten a aceptar que 11 millones de colombianos votaron y eligieron al exguerrillero del M-19 que una vez perdonado por el Estado, se acogió al sistema político y democrático. Y fue bajo esas reglas que se convirtió en jefe del Estado. 

Hay que recordar que la cantante Marbelle atacó por lo menos en dos ocasiones a Antonella. En la primera, se burló del tamaño de los ojos de la hija del presidente. Y en la segunda, la descalificó haciendo alusión a que se veía como una habitante de calle. Marbelle hizo un juicio estético, fruto de su evidente arribismo. 

En la red X Petro ha sabido "capotiar" los ataques políticos e incluso personales que ha recibido de una oposición social y política a la que le ha faltado grandeza, argumentos y dosis de eticidad y moralidad muy comunes en sociedades civilizadas. No se puede esperar que una menor de edad como Antonella asuma los sistemáticos hostigamientos de la misma forma como lo ha hecho su progenitor. 

Si las partes enfrentadas no le bajan un tanto a la violencia discursiva y los medios masivos hegemónicos hacen lo propio con la Petrofobia, las elecciones de 2026 pueden resultar más violentas. 





domingo, 25 de agosto de 2024

LA DIVISIÓN DE PODERES Y LA DÍFICIL TAREA DE GOBERNAR A COLOMBIA

 

Por Germán Ayala Osorio

Son varias las razones y circunstancias que hacen ingobernable a Colombia. A simple vista se notan las circunstancias culturales que, asociadas a un naturalizado ethos mafioso, impiden que cualquier esfuerzo de cambio en las corruptas prácticas políticas y el ejercicio criminal del poder fructifique en el mediano plazo.

Como sociedad arrastramos una especie de "tara civilizatoria y democrática" que exhiben de tiempo atrás los grupos armados, en especial aquellos que en los años 60 se presentaron como "revolucionarios", pero que terminaron convertidas en estructuras criminales que le hacen el juego a los sectores de poder tradicional que los llevaron a pensar en que era posible tomarse el poder a tiros.  

Esa "tara" también es la marca visible que dejan ver los miembros de una élite tradicional rentista, inmoral, pero pacata; esa misma "tara civilizatoria y democrática" es la fuente de su racismo, aporofobia, clasismo y una homofobia de dientes para afuera, porque adentro de sus clanes conviven con todo tipo de experiencias homosexuales que en el fondo avergüenzan a sus más importantes líderes. 

Todo lo anterior termina manifestándose en las maneras como operan instituciones estatales que, permeadas por el ethos mafioso y la "tara civilizatoria y democrática", consolidan ideas disímiles alrededor de lo que debe ser el Estado.

La operación de los tres poderes públicos en Colombia hace pensar en que a las dificultades culturales se suman las institucionales, ancoradas a disímiles concepciones del Estado que terminan en una separación de poderes que supera el espíritu de los pesos y contrapesos de la democracia, para terminar en las siempre caprichosas interpretaciones de la Constitución de 1991 de parte de encopetados magistrados que no son inmunes a las "taras civilizatorias y democráticas" que como sociedad arrastramos.  

Las altas cortes no actúan siempre como garantes del cambio en las maneras como actúa el Estado y en los resultados de esa operación en materia de de garantía de derechos humanos, justicia ambiental y tributaria, entre otras. 

Para la derecha, por ejemplo, el Estado debe estar al servicio exclusivo de los intereses particulares y en particular de los más ricos. Ello explicaría el sentido de recientes fallos de la Corte Constitucional a los que el jurista Rodrigo Uprimny caracteriza como "pro ricos". 

"Nuestra Corte Constitucional parece estar entrando en una suerte de era Lochner por decisiones que están dando al traste con la reforma tributaria de Petro, que precisamente buscaba una mayor justicia tributaria. La primera de ellas fue la sentencia C-489/23, que declaró inconstitucional la prohibición de la deducción de las regalías, con lo cual privó al Estado de unos seis billones de pesos anuales, que ahora quedan en manos de las industrias extractivas. Y ahora, según información de prensa, existe un riesgoso empate en la Corte que podría acarrear la caída del impuesto al patrimonio...Pasaríamos así de la vieja Corte, que protegía a los más vulnerables y defendía el Estado social de derecho, a la época Lochner de la nueva Corte: un tribunal que sobreprotege las libertades económicas y la propiedad en desmedro de la garantía de los derechos sociales, con lo cual termina favoreciendo a los ricos y poderosos y minando los esfuerzos de justicia social".

Nadie puede atreverse a desconocer que la violencia política en los territorios rurales, a lo que se suma la inseguridad en las ciudades capitales aportan su grano de arena a la difícil tarea de gobernar del primer presidente progresista en más de 200 años de República. Pero quizás la mayor dificultad para lograr cambiar lo que viene mal en el país está en una división de poderes permeada por los mezquinos intereses de los miembros de una élite rentista que acostumbró al país a que la operación del Estado debe estar orientada exclusivamente al servicio del capital y del enriquecimiento de unos pocos. 

No todos los magistrados que llegan a las altas cortes, en especial a la Corte Constitucional y el Consejo de Estado están alineados con la idea de consolidar en Colombia un Estado moderno, civilizado y una República. Por el contrario, muchos togados llegan a esas instancias de poder con la firme intención de mantener las condiciones históricas de un establecimiento que le apunta a mantener las injusticias ambientales y tributarias.

Así las cosas, olvidémonos de cualquier posibilidad de superar las injusticias ambientales, laborales y la tributarias con una Corte Constitucional que funge más como opositora política del actual gobierno, que como garante de la Carta Política; de igual manera, desechemos cualquier deseo de que algún día Colombia se comporte como una verdadera República. 



Imagen tomada de Colombia.com




viernes, 23 de agosto de 2024

OPOSITORES Y DEFENSORES DEL GOBIERNO: UNA LUCHA DIARIA

 


Los sectores políticos y mediáticos que le hacen oposición al gobierno Petro han apelado a todo tipo de exageraciones, mentiras, interpretaciones maliciosas y noticias falsas para generar un mal ambiente político y económico y crear pánico en la opinión pública. Eso es innegable. Hay suficientes pruebas que así lo demuestran. 

El objetivo inicial de desestabilizar al actual gobierno cambió. Al faltar apenas dos años para terminar, ahora le apuntan a consolidar una mala imagen de figuras como Francia Márquez Mina y en general de todos los que participaron del primer gobierno progresista y de izquierda en la Colombia derechosa, clasista, homofóbica, aporofóbica y racista.  Ya están en "modo" elecciones de 2026, lo que indica que la guerra sucia ya empezó. 

Eso sí, ante las bajezas y ruindades de esos sectores de poder político y mediático, el gobierno, sus más fieles congresistas y sus simpatizantes en la red social X, se han defendido de buena manera, sin superar el problema de comunicación que aún acompaña a la actual administración. ¿Qué ha faltado? 1. Saber  "cacarear" los logros, en lugar de enfrascarse en disputas discursivas que desgastan más al gobierno que a quienes le hacen oposición.  2. Una gran dosis de auto crítica para reconocer que se han cometido errores garrafales. En la  más reciente alocución, Petro reconoció que el ethos mafioso permeó las huestes de su gobierno. 

Nombro algunos de esos errores sobre los que la prensa hegemónica y afecta al "viejo" régimen les cobra a diario: haber hecho alianzas con políticos del talante de Armando Benedetti, crear el ministerio de la Igualdad sin haber entendido que en sus dinámicas las otras carteras y en general el Estado es paquidérmico, ineficiente e ineficaz por cuenta de una cantidad de burócratas a los que solo les interesa cobrar el sueldo; otro error garrafal fue haberse metido  con el negocio de los pasaportes sin haber asegurado la existencia de la firma y la infraestructura suficiente para asegurar el control estatal de la emisión de esos documentos; y mantener dentro del gobierno cuotas burocráticas asociadas a los intereses de varios expresidentes y congresistas uribistas.

Para defender las gestiones de Petro y su vicepresidenta los activistas de las redes sociales exponen como argumentos los malos ejemplos Iván Duque y Martha Lucía Ramírez. Ello constituye un error pues caen en comparaciones que terminan aprovechando los periodistas y las empresas mediáticas que en el pasado defendieron a los gobiernos uribistas, tapándoles todas sus cochinadas. 

Cuando se llega a gobernar, el espejo retrovisor es importante para exponer aquellas decisiones tomadas en el pasado que afectan en materia grave la operación y la propia de toma de decisiones de la actual administración. Lo que está mal es quedarse en la queja que señala que antes la prensa tradicional jamás criticó lo hecho por la dupla Duque-Ramírez y que hoy sus medios y periodistas están dedicados a examinar con lupa, pero sin perspectiva histórica, todo lo que hacen y dicen Petro y Francia Márquez. 

Se sabía de antemano que la derecha apelaría a todas las formas de lucha con tal de desprestigiar al primer gobierno de izquierda. La unión de empresas mediáticas y la permanente consulta periodística a los enemigos y detractores de Petro y Márquez Mina es la más evidente de las estrategias a las que apelaron los sectores de poder que perdieron el control de la Casa de Nariño.

Queda realmente un año para ejecutar bien el presupuesto. Ojalá se haga de manera inteligente, sin mezquindades y sin las prácticas clientelistas y corruptas que se prometieron superar. El 2026 será un año electoral, lo que obliga al gobierno y a sus defensores a consolidar un balance y una narrativa convincente y certera que destaque los logros, reconozca lo que no se hizo, así como los errores cometidos. Y de una vez ir preparando los cuadros y la estrategia electoral si de verdad están pensando en darle continuidad al proyecto político que dejará andando Gustavo Petro. 







Imagen tomada de Facebook

martes, 20 de agosto de 2024

COMISIÓN ASESORA DE RELACIONES EXTERIORES: DUQUE, PASTRANA, GAVIRIA Y URIBE DIJERON NO; SAMPER Y SANTOS, SÍ

 

Por GERMÁN AYALA OSORIO


Los expresidentes de la República son figuras políticas de las que la opinión pública espera, imagina y hasta desea que sus comportamientos sean ejemplares y acordes con la dignidad que representan en su calidad de ex jefes de Estado. 

Dentro de ese deseado perfil se espera que actúen con sindéresis y la madurez suficientes para responder ante coyunturas en las que sus opiniones se consideran importantes para el devenir del país, en lo que tiene que ver con las relaciones exteriores. 

Ante la compleja crisis política que enfrenta Venezuela, el gobierno de Petro ha tratado de no afectar las relaciones comerciales, diplomáticas y políticas con el vecino país. Ello explica su cautela ante los hechos electorales que hacen pensar en que efectivamente hubo fraude en las pasadas elecciones presidenciales en la República Bolivariana de Venezuela; Petro propuso, junto con México y Brasil, salidas políticas y civilizadas a esa difícil situación. 

Pensar en volver a cerrar la frontera con Venezuela y romper relaciones, como lo hizo Iván Duque durante su gobierno, afectaría en materia grave la vida de cientos de miles de colombianos y venezolanos que sobreviven del comercio legal e ilegal que ocurre en la porosa frontera entre los dos países. 

En la actual coyuntura, Colombia prácticamente se quedó sola lidiando con las presiones internacionales. Petro debe lidiar a diario con las presiones que le hacen los medios y los sectores de la Oposición que lo califican de ser "cómplice de Maduro en el robo de las pasadas elecciones presidenciales" en Venezuela. 

Así las cosas y quizás buscando consensos en medio de un clima político crispado, el gobierno de Petro invitó a los expresidentes a reunirse bajo el manto de lo que se conoce como la Comisión Asesora  de Relaciones Exteriores (artículo 225 de la Constitución). 

Los exmandatarios Andrés Pastrana e Iván Duque Márquez dijeron no a la invitación. Se sumaron a la negativa, los expresidentes Gaviria y Uribe. Este último conversó con el canciller Murillo, a quien le expuso sus consideraciones.  Al final, solo Juan Manuel Santos y Ernesto Samper asistirán. 

Aunque no están obligados a asistir, de ellos se espera que ante la invitación del actual Gobierno acudan al llamado dejando de lado las diferencias ideológicas, personales y políticas. La convocatoria del Canciller, emanada del presidente de la República, debe entenderse como un acto político con el que todos deponen sus diferencias para poner por encima un asunto de Estado clave: conservar  o no las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas con el régimen de Nicolás Maduro Moros. 

El mentecato de Iván Duque expresó públicamente sus razones:  “No asistiré a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores porque no comparto la posición ambivalente y cómplice del gobierno Petro con la dictadura de Venezuela, frente a las atrocidades, sistematicidad de la violación de los derechos humanos”.

En el mismo sentido se pronunció el también mentecato expresidente Pastrana: “En lo internacional Colombia siempre ha mantenido una política clara de respeto a la libertad y la democracia. Este gobierno prefirió el apoyo a las tiranías y al terrorismo”.

Sin duda alguna, las reacciones de Pastrana y Duque devienen con un carácter infantil, propias de dos exmandatarios viscerales en sus posturasy declarados enemigos del presidente Petro. El primero está enfrentado judicialmente con el jefe del Estado por una demanda que interpuso el presidente contra Pastrana por  injuria y calumnia. Entre tanto, Iván Duque y Petro mantienen agarrados en la red X por decisiones  económicas equivocadas que según el jefe del Estado tomó Duque durante su administración. 

Todo el tiempo se quejan Pastrana y Duque que el actual presidente ideologizó los temas económicos, la diplomacia y los asuntos políticos. Pero actúan de manera similar, exponiendo argumentos ideologizados que por estar atados a la naturaleza misma de la Derecha, les parece que no devienen con ese carácter. Para este par de mentecatos solo existe la ideología de izquierda en razón a que aún no se acostumbran a ver en la Casa de Nariño a un político diferente y un tanto hostil para las maneras en las que el establecimiento colombiano está acostumbrado a relacionarse con los jefes de Estado: a manosearlos y a imponerles decisiones de carácter macroeconómico. 

Bien por Santos y Samper que al decir sí a la invitación, dejan ver su talante de estadistas, en el sentido en que son capaces de deponer sus diferencias y reparos, en beneficio del Estado y de la nación. Muy mal por Duque y Pastrana dos infantiles expresidentes. El hijo de Pastrana envejeció y no maduró. Y Duque, más joven, prefiere seguir actuando con la inmadurez propia de un cuarentón que se encontró con la presidencia y con una vida pública que lo supera porque claramente actúa como un hombre falto de juicio, esto es, un cretino. Entre tanto, el expresidiario y expresidente Álvaro Uribe por lo menos tuvo la gallardía de llamar al Canciller a exponer sus puntos de vista. César Gaviria morirá siendo el mismo político ambivalente del que se puede esperar cualquier cosa. Al igual que Pastrana, también envejeció mal. 



Imagen tomada de EL TIEMPO.COM


“VAMOS A RECUPERAR EL PAÍS”

  Por Germán Ayala Osorio   En el ejercicio de la política suelen aparecer frases que bien pueden servir como eslogan de futuras campañ...