Por Germán Ayala Osorio
La Corte Constitucional (CC) dejó en firme la Ley 2385 de 2024, conocida como la Ley No Más Olé. Con esta decisión el alto tribunal traza el camino para que los sectores de poder asociados a la tauromaquia, corralejas, los coleos y peleas de gallo se animen a transitar hacia estadios civilizatorios a partir del cambio en las relaciones establecidas con los animales usados como objetos en aquellos grotescos espectáculos.
La decisión de la CC debe leerse como un acto cultural y civilizatorio que, soportado en una ética ecológica biocéntrica, pone en crisis las relaciones de explotación y sometimiento establecidas entre los seres humanos y aquellos seres sintientes torturados en corralejas y en una fiesta brava que por años sirvió como lugar de enunciación de una élite clasista, violenta y mafiosa cuyos miembros jamás imaginaron que llegaría la prohibición al burdo espectáculo, validado por la cultura dominante. Todas estas bárbaras actividades daban cuenta de una sociedad culturalmente empobrecida por el discurso antropocentrista que por muchos años les dio un exagerado e insostenible ropaje cultural que hoy la Corte Constitucional les negó.
Al correr y anular el velo de la culturalidad con el que los amantes de la tauromaquia defendieron su "derecho" a maltratar a los toros de lidia, la CC les da la oportunidad para que se vayan instalando y poniendo a tono con los nuevos vientos que soplan de la mano de una ética biocéntrica y la consecuente revisión de las relaciones entre los animales humanos y los seres sintientes (animales no humanos).
Las congresistas Esmeralda Hernández y Andrea Padilla son las más visibles figuras de todo el grupo de organizaciones y grupos sociales que vienen luchando por los derechos de los animales y en contra de la Fiesta Brava, las corralejas y otros espectáculos violentos en los que los seres humanos disfrutan viendo sufrir toros, gallos y perros.
La reacción de la congresista-animalista Andrea Padilla no se hizo esperar. Esto dijo en su cuenta de X: "¡Bendita Corte Constitucional que hoy prohíbe las corralejas, las peleas de gallos y el coleo, además de las corridas de toros! ¡Persistiremos en la lucha contra las cabalgatas! #NoMasCrueldad #LeyAngel #JusticiaAnimal".
La decisión del alto tribunal rompe la comunión entre la violencia contra los animales asumida por una élite privilegiada como una practica cultural y la inmoralidad de sus miembros que usaron por años el poder político y económico para imponer sus extravagantes gustos, cargados de clasismo y el morbo con el que disfrutaron de las sangrientas corridas de toros. Las corridas de toros, en particular las que solían realizarse en el marco de la Feria de Cali, siempre estuvieron atadas a la presencia de traquetos exhibiendo a sus voluptuosas mujeres, sus enormes prótesis mamarias y cinturas esculpidas por talentosos cirujanos plásticos. De igual manera, la fiesta brava estuvo ancorada al poder político y económico de aquellos privilegiados que, alienados con la supremacía de la condición humana sobre los otros animales, sintientes, pero no hablantes, convirtieron el cruel espectáculo en una práctica cultural atávica. Unos y otros siempre compartieron las graderías de la plaza de Cañaveralejo.
Ahora solo queda que la sociedad en su conjunto acepte la invitación que hace la Corte con el histórico fallo para que empecemos a respetar la vida humana, lo que implica y exige hacer ajustes a las maneras como se asumen el poder y el ejercicio de la política, así como de las ideas políticas con las que hemos aceptado la captura mafiosa del Estado para el disfrute de los amantes de la tauromaquia y de otras violentas y anacrónicas actividades humanas.
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