Por Germán Ayala Osorio
Mientras el país político y mediático en Colombia decanta lo sucedido en el bochornoso Consejo de ministros, hay que ocuparse de la nueva amenaza expansionista de Trump: los Estados Unidos asumirían el control de la franja de Gaza, lo que varios sectores de opinión del mundo asumieron como otra etapa del proceso de “limpieza étnica” adelantado por Israel en contra del pueblo gazatí. Recordemos que el mismo mandatario gringo ofreció compra por Groenlandia, amenazó a Panamá con recuperar el Canal para los Estados Unidos y le sugirió a Canadá anexarse como otro Estado más de la Unión Americana.
Esto dijo el octogenario
presidente norteamericano: “Estados Unidos se hará cargo de la Franja de
Gaza y nosotros también haremos un trabajo en ella”. Seremos dueños de ella y seremos responsables
de desmantelar todas las bombas peligrosas sin explotar y todas las demás armas
que se encuentren en el lugar”. En lo que respecta a Gaza, haremos lo que sea
necesario, y si es necesario lo haremos”, afirmó. “Vamos a ocupar esa parte y a
desarrollarla, crear miles y miles de puestos de trabajo, y será algo de lo que
todo Oriente Medio podrá estar orgulloso”.
Aunque voceros de la Casa Blanca
trataron de matizar los alcances de lo dicho por Trump, lo cierto es que reubicar
a los casi dos millones de habitantes que hoy están retornando a la devastada
zona bien puede prestarse para consolidar un desplazamiento forzado que termine
beneficiando los intereses de las empresas constructoras que muy seguramente
están interesadas de participar de los cuantiosos negocios de lo que será la
reconstrucción y la gentrificación de esa zona. La recuperación de ese
territorio estaría atada a propuestas de desarrollo turístico presentadas por
las grandes cadenas hoteleras.
Si los proyectos de gentrificación
están animando a los Estados Unidos a controlar Gaza, se podría estar inaugurando
una especie de “limpieza étnica” a través de la reubicación espacial de ese
adolorido pueblo, una esperada aculturación y una forzada integración socio-
económica y política que terminará afectando los intereses de Hamas de mantener
la simpatía de los palestinos.
Esa forzada reubicación del pueblo palestino, mientras inician las actividades de desminado y gentrificación ya fue asumida por varios países vecinos como un riesgo para la ya frágil estabilidad de la región del Medio oriente. De cualquier modo, la errancia palestina de tiempo atrás se asume como una forma controlada de ir “limpiando” lo que USA e Israel consideran como inconveniente, feo, sucio, bárbaro, ilegítimo, impío y hasta pecaminoso: el pueblo palestino.
En la nueva era Trump el mundo se
está acercando de manera peligrosa a la naturalización de una xenofobia migratoria
en medio de acciones políticas y económicas y discursos étnico-culturales
orientados a construir un "nuevo enemigo" para los Estados Unidos y Europa: los latinos, población
que hoy está siendo expulsada de los Estados Unidos con el inri de “criminales
y el de ser una amenaza para la seguridad nacional”.
No vaya a ser que en pocos años los nacidos en este hemisferio sean estigmatizados como un pueblo bárbaro, impío, violento y criminal, circunstancias que alentarían a la derecha internacional que insiste en la necesidad de que en el Norte global mantenga una "pureza étnica", esto es, una supremacía sobre los malolientes "sudacas".
Foto tomada de Trump dice que EEUU "tomará el control" de Gaza ¿Cómo han respondido los líderes mundiales? - Newsweek El Salvador