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martes, 9 de diciembre de 2025

FAJARDO, DIRECTO A PRIMERA VUELTA PRESIDENCIAL

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con la negativa de Sergio Fajardo de presentarse a las consultas interpartidistas para definir candidaturas presidenciales, la derecha va decantándose en una centro derecha que de todas maneras será efímera, llegue o no a la Casa de Nariño el reconocido político antioqueño y gestor turístico para el avistamiento de ballenas. No existe en Colombia la cultura política y mucho menos la tradición de un centro político por culpa de la hegemonía de los partidos Liberal y Conservador en los tiempos del Frente Nacional; y recientemente, por la irrupción de Uribe y Petro, líderes populistas de derecha e izquierda convertidos en grandes electores. 

Con su decisión de ir directamente a la primera vuelta presidencial, el exgobernador de Antioquia envía un mensaje de independencia y toma de distancia del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez, representante de la derecha neoliberal, retardataria, violenta y premoderna que con su influencia gobernó al país durante 20 años. Se trata de una jugada política, más no electoral, de quien siempre fue un cercano admirador de Uribe. Si la campaña de Juan Carlos Pinzón Bueno no despega, entonces el uribismo terminará apoyando al profesor y matemático, lo que evitará la consagración del fantasmal centro que dice representar Fajardo.  

Sergio Fajardo Valderrama, con la ayuda de varias empresas mediáticas, está buscando posicionar la narrativa que señala que el país deviene polarizado entre dos extremos irreconciliables que promueven odio en medio de incertidumbres y problemas sociales y económicos por resolver. Y lo que es peor: no ofrecen soluciones reales. De esa manera, el exalcalde de Medellín se presenta como el líder capaz de superar no solo la crispación ideológica y la violencia política, sino las históricas dificultades de una República que deviene en “obra negra”. ¿Realmente Fajardo conoce el país, pero sobre todo será capaz de reconocer que más allá de la evidente polarización política lo que hace rato emergió en el país es un movimiento social y popular que ya no le come cuento al tenebroso e injusto proyecto de país que siempre propuso y ejecutó la derecha?

La existencia de los extremos ideológicos suele verse como un grave problema político, cuando claramente habla de dos ideas de país: la aplicación a rajatabla de la amplia receta neoliberal de parte de la derecha terminó por darle vida a una izquierda progresista que, sin romper con los agentes económicos y financieros internacionales y nacionales responsables del diseño de la señalada fórmula, está intentando mejorar las condiciones de vida de los trabajadores asalariados y del campesinado desde la idea romántica del Estado de Bienestar europeo.

Fajardo deberá luchar contra sí mismo, esto es, contra la imagen que él mismo generó con célebres frases como “yo no inspiró nada” y por supuesto contra el remoquete de “tibio” que se ganó con creces en la campaña presidencial de 2018 cuando se fue a ver ballenas, a lo que se suma su débil carácter para criticar a los agentes privados  que se robaron los billonarios recursos de la salud y  tomar distancia del uribismo, sector de poder en gran medida responsable de los problemas que arrastramos como sociedad. 

Fajardo debe saber que en Colombia hay más de un pueblo: el pueblo de la derecha y el de la izquierda. Pensar que hay una sólida unidad es pensar en la posibilidad de unas comunidades rurales y urbanas bien informadas de sus derechos y formadas para sostener diálogos respetuosos sustentados en el dominio de conceptos claves como democracia, Estado social de derecho, progresismo, liberalismo y neoliberalismo, entre otros más. No es despreciable el negativo impacto que por años generaron las empresas mediáticas, instrumentos ideológicos del Establecimiento que Fajardo defiende a dentelladas. 

He aquí varias frases espetadas por Fajardo Valderrama que resultan indescifrables para un pueblo que poco lee y que es muy dado a dejarse llevar por las emociones y que en los últimos años se ha movido entre los discursos populistas de Petro y Uribe. 

Yo no soy un caudillo, yo no inspiro odio ni miedo, yo inspiro confianza.” ¿Se tratará exclusivamente de la confianza inversionista, uno de los tres huevitos de Uribe? “Yo no grito, yo no polarizo, yo no soy el mesías que viene a salvarlos.” Yo no levanto masas, yo levanto ideas.” “No soy el líder que los va a llevar de la mano, soy el que les va a dar herramientas para que caminen solos.” Yo no genero emociones fuertes, genero confianza a largo plazo.”. ¿Caminar solos bajo un régimen presidencialista y en medio de un débil aparato productivo?; ¿Caminar solos cuando la política es un negocio para los más ricos que financian campañas para privatizar el Estado, mientras que los más pobres y la clase media intentan arañar ganancias cada cuatro años a través de contratos de prestación de servicios?




FAJARDO DICE NO A LAS CONSULTAS - Búsqueda Imágenes

lunes, 8 de diciembre de 2025

LAS PRECANDIDATAS QUE QUIEREN “SACAR ADELANTE A COLOMBIA”

 

Por Germán Ayala Osorio

 

“Sacar adelante a Colombia” es una promesa de campaña usada y compartida por Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Vicky Dávila de Gnecco y Claudia López, representantes de la ultraderecha.

Más allá del sentido electorero de la frase, el tácito reconocimiento de que el país vive en un estado de postración, abandono, atraso, dejadez y subdesarrollo debería de concitar en cada una de las precandidatas presidenciales una revisión de los proyectos políticos que han defendido a lo largo de sus carreras políticas; para el particular caso de Vicky Dávila, de su ejercicio del periodismo durante más de 30 años en los medios.

Miremos lo que han espetado las precandidatas presidenciales. La exalcaldesa de Bogotá dijo en su momento que "Nos vamos a inscribir, vamos a competir y a ganar, porque las mujeres y las familias de este país queremos enderezar el cambio y sacar adelante a Colombia." Y finalmente, la periodista-periodista, Vicky Dávila de Gnecco, señaló que "con los colombianos valientes, berracos y trabajadores vamos a sacar adelante a Colombia."

Paloma Valencia por ejemplo dijo "Si gano, uniré a todos los que defienden nuestro país para sacar adelante a Colombia. No se trata solo de ganar las elecciones, se trata de hacer un buen gobierno." Su compañera María Fernanda Cabal usó la expresión en respuesta a un tuitero: "Contar con amigos como tú en todo el país es la clave para sacar adelante a Colombia."

Los casos de Valencia y Cabal resultan emblemáticos porque han hecho parte de lo que se conoce como el uribismo, una fuerza política y social retardataria, premoderna y violenta que le apuesta a la concentración del poder económico en pocas manos, la privatización del Estado y la aplicación a rajatabla de la receta neoliberal, extendida al campo societal fomentando la insolidaridad y el individualismo. Por lo anterior, eso de “sacar adelante a Colombia” resulta poco creíble y falaz por cuanto desde sus curules hicieron ingentes esfuerzos para evitar que el país avanzara hacia estadios de modernidad.

En cuanto a Claudia López Hernández, la exalcaldesa de Bogotá tiene una menor responsabilidad política frente a Cabal y Valencia en la medida en que su llegada a la política es reciente. Eso sí, llama la atención el sustancial cambio entre la López Hernández investigadora y académica y la López Hernández oficiando como política. Por supuesto que se trata de una transformación negativa pues se volvió, de acuerdo con Carlos Carrillo, como el río Cauca: “unas veces tira a la izquierda y otras a la derecha.”. 

López cometió demasiados errores durante su administración de la capital del país: insistir en el colapsado sistema de transporte masivo (Transmilenio) y apostarle a un “métrico”, la puso en el radar de los agentes económicos y políticos a los que jamás les importó aquello de “sacar adelante a Bogotá y a Colombia” porque siempre estuvieron interesados en extender sus intereses de clase. Por el contrario, mantener los estados de cosas inconstitucionales y por ese camino las condiciones de abandono y subdesarrollo de Bogotá ha sido su norte. 

Y en lo que respecta a la periodista Vicky Dávila de Gnecco, sus responsabilidades frente a las realidades que se esconden detrás de la frase “sacar adelante a Colombia” están atadas al propósito con el que hizo periodismo durante 30 años: servir de caja de resonancia a los sectores de poder a los que les vienen sirviendo Cabal, Valencia y López. Dávila de Gnecco siempre fue una ficha del Establecimiento colombiano. Defendió y defiende aún al expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez, uno de los más eficaces agentes de todas las formas de atraso social, político, cultural y económico que han impedido que Colombia salga adelante.


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jueves, 4 de diciembre de 2025

UN ÁLVARO PREOCUPADO POR LAS GUEVAS DE SERGIO FAJARDO

 





Por Germán Ayala Osorio

El video en el que aparece el precandidato presidencial Sergio Fajardo contestándole a un fulano llamado Álvaro que lo cuestionó por “no tener guevas” fue usado por los periodistas y analistas de Blu radio para dejar claro que el exgobernador de Antioquia es del gusto editorial y político de la cadena radial. El suceso ocurrió en una hacienda en Galapa, Atlántico.

La respuesta de Fajardo fue también recogida por los panelistas de Mañanas Blu radio: “que, si tengo o no guevas, le voy a contestar al señor que está preocupado por las guevas mías. Para ser valiente, para tener carácter hay que gritar, maltratar, hay que agredir, atropellar al que no piensa como usted…En Colombia lo que necesitamos es todo lo contrario: reivindicar la decencia, el respeto, la transparencia, la condición humana, la empatía para transformar este país.  Cuántos corruptos gritan, son valientes y son unos ladrones; esos valientes no los queremos en Colombia: tengo la valentía de la transparencia, la valentía de los principios”.

Tengo dudas de si la aparición de ese Álvaro fue realmente espontánea o si se trató de una puesta en escena, estrategia muy común en los actuales escenarios electorales afectados por las dinámicas de los likes y los videos que se vuelven virales. Pero más allá de eso, hay que reconocer que Fajardo fue hábil en voltear el sentido del reclamo machista con el que un Álvaro le dijo que no tenía la suficiente capacidad, berraquera, carácter y decisión para asumir la desgastante y desafiante tarea de gobernar a un país complejo como Colombia.

Esto de “no tener guevas” para gobernar a los colombianos se suma al señalamiento de “tibio” que acompaña a Fajardo por haberse ido a ver ballenas en la segunda vuelta presidencial en la campaña de 2018 en la que un sector del país esperaba que asumiera una postura política clara en momentos en los que un poderoso y bien conocido Álvaro iba a poner en la Casa de Nariño a Iván Duque Márquez. El desastroso gobierno del “títere” de Uribe terminó por naturalizar el mote de “tibio” con el que hoy se reconoce a Sergio Fajardo Valderrama. Un motete que le calza muy bien.

Aquí el problema no es si el exalcalde de Medellín tiene o no las gónadas suficientes para gobernar al país. Lo que se le cuestiona a Fajardo es que, en dos columnas de opinión publicadas en El Colombiano, periódico uribista, haya expresado su admiración por el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez. El gobernador Uribe es el título de uno de los textos de opinión en los que Fajardo le echa flores al político, hacendado y domador de bestias.

El asunto de fondo es que Fajardo no confronta a los agentes privados (empresariales) responsables de la corrupción en el sistema de salud; Fajardo Valderrama se presenta como un político conciliador y decente, pero la verdad es que su cercanía con los agentes económicos del Establecimiento, lo convierten en una ficha e instrumento con el que, de llegar a convertirse en presidente de la República, estará obligado a extender en el tiempo la captura el Estado lograda de tiempo atrás por miembros de la élite empresarial y bancaria.

Haberse reunido con Álvaro Uribe Vélez es otra razón para dudar de su independencia y de su capacidad para gobernar, llegado el caso, sin la injerencia del expresidente y expresidiario. Esto dijo cuando se le confrontó por ese encuentro con el cuestionado expresidente: “Estoy conversando con muchos líderes de distintas orillas. ¿Saben a qué me reúno? A escuchar, a entender diferentes miradas. Este país tiene que aprender a dialogar de verdad”.

El no tomar distancia del expresidente Uribe y el estar en su radar para aquello de un frente amplio que “va desde el doctor Abelardo de la Espriella hasta el doctor Fajardo” confirma que de resultar electo presidente en el 2026 no tendrá las guevas suficientes para gobernar sin el uribismo. Así las cosas, el Álvaro que supuestamente le cuestionó sus testículos habrá tenido la razón. Llegado ese momento, el país entero sabrá que además de tibio y falto de guevas, sería por cuatro años el segundo títere del vulgar y ladino hacendado, expresidente, expresidiario y domador de bestias que anda muy orondo con tres envejecidos huevitos. 



miércoles, 3 de diciembre de 2025

LAS COSTOSAS AMBIVALENCIAS DE JUAN MANUEL GALÁN

  


Por Germán Ayala Osorio

 

El precandidato presidencial Juan Manuel Galán, hijo del inmolado Luis Carlos Galán Sarmiento, por varios minutos legitimó la amenaza que lanzó contra Colombia el convicto presidente de los Estados Unidos. En una actitud cipaya compartida por los presidentes de las altas cortes, periodistas, partidos políticos y agentes económicos de la sociedad civil que aún no rechazan la peligrosa intimidación de Trump, Galán se acercó al talante de la premio Nobel de Paz, María Corina Machado, quien en el pasado exhortó a las autoridades de Estados Unidos a intervenir militarmente en Venezuela para sacar del poder al ilegítimo presidente Nicolás Maduro Moros.

En su cuenta de X, el político bogotano dijo lo siguiente: “Colombia no puede seguir negando lo evidente: los cultivos de coca están disparados y el país sigue en riesgo. El presidente Donald Trump vuelve a evidenciar un problema que este gobierno nunca logró controlar: el crecimiento desbordado de los cultivos de coca…”.

La inmediata y violenta reacción que generó lo dicho en esa red social obligó a Galán a borrar el trino. Su eliminación no apaciguó a sus detractores y críticos. Por el contrario, la nueva andanada llegó acompañada de epítetos como cobarde y cipayo. Sin dar explicaciones por el sentido del primer trino y su posterior eliminación, el precandidato presidencial por el Nuevo Liberalismo publicó otro diametralmente distinto: “¡Colombia no se bombardea! Rechazamos con toda la fuerza cualquier ataque de EE. UU. en nuestro territorio. La soberanía se respeta, la vida se defiende y la dignidad no se negocia”.

La pregunta que pueden estarse haciendo sus seguidores y posibles electores es: ¿Hay un Galán cipayo y hay otro igual de contestatario al presidente Petro? ¿Por cuál de los dos Galán hay que votar? Esa ambivalencia del precandidato presidencial terminará por enterrar su aspiración presidencial, ancorada en el buen nombre que aún conserva la memoria de su padre.

Esa ambigüedad en los criterios y posturas políticas terminará por hundirlo en las encuestas. En la más reciente, publicada por Invamer, marcó el 1,6%, negativo guarismo que se explica por su total desconexión con las realidades del país y de los colombianos, su nulo carisma, pero sobre todo porque su condición de hijo de Luis Carlos Galán una parte del electorado le exige que recoja las ideas progresistas de su padre, visto en su momento como el líder político capaz de lograr los cambios y las reformas que hoy intenta consolidar el gobierno Petro.

Llevar el apellido Galán es una pesada carga que muy seguramente Juan Manuel no podrá sobrellevar. Quizás por cobardía, Juan Manuel ha preferido acercarse a la derecha tradicional e incluso al uribismo para intentar cumplir el sueño de gobernar a Colombia. Haberse acercado a la campaña del corrupto Rodolfo Hernández, en lugar de apoyar a Petro fue un error electoral y político que cientos de miles de colombianos jamás le perdonarán. Estos no son tiempos para asumir posturas pro-gringa. Por el contrario, defender la soberanía y la dignidad de la Nación puede resultar electoralmente beneficioso siempre y cuando esa defensa se haga sin ambages, pero, sobre todo, sin la ambivalencia que dejó ver en el primer trino.


Nota: imagen tomada de Semana.com

martes, 2 de diciembre de 2025

¿JUAN CARLOS PINZÓN SERÁ EL UNGIDO DE DONALD TRUMP?

 


Por Germán Ayala Osorio

 

El indulto dado por Trump al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico y corrupción en su país y su denodado apoyo al virtual ganador de las elecciones en el país centroamericano, Nasry Asfura naturaliza la intrusión de USA y exhibe sin pudor la doble moral y el interés en poner en las casas de gobierno de los países de América Latina a juiciosos mandaderos y ejecutores de la particular política antidrogas diseñada por los Estados Unidos caracterizada por el control del negocio, esto es, la no persecución a los empresarios y políticos proamericanos que hagan ingentes esfuerzos por mantener sometidos a sus países a los intereses gringos que van más allá de la producción de la droga: explotación de oro y otros minerales; para el caso de Colombia,  extender en el tiempo las dinámicas del “conflicto armado interno” en beneficio de los Señores de la Guerra, exploración y  producción de hidrocarburos y  conservación de ecosistemas naturales para fines de investigación genética, entre otras actividades.

Para el caso del escenario electoral que se avecina en Colombia se espera que Trump haga lo mismo señalando a quien le gustaría que llegara a la Casa de Nariño. Juan Carlos Pinzón Bueno podría ser el ungido de Trump, decisión que, consultada o no con el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez, confirmaría al presidente norteamericano como una variable electoral a tener en cuenta en las elecciones de 2026. El tío de Pinzón Bueno, Jorge Bueno Sierra, condenado a cadena perpetua por narcotráfico en los Estados Unidos y la actitud cipaya del precandidato presidencial pueden ayudar a que Trump le diga a la derecha colombiana que ese es su candidato preferido. ¿Estará de por medio la propuesta de indultar al tío de Pinzón?

Abelardo de la Espriella parece no contar con la total simpatía del gobierno gringo por sus relaciones con Alex Saab y por esa vía con el régimen de Nicolás Maduro Moros. En la actual campaña electoral en Colombia, precandidatos presidenciales como Abelardo de la Espriella, Juan Carlos Pinzón y Vicky Dávila han dejado ver una incontrastable actitud cipaya que termina legitimando y naturalizando la intromisión de USA en nuestros asuntos internos. Recordemos que Pinzón Bueno dijo que en una "sentada" - Petro le preguntó si en una "arrodillada"- arregla las relaciones con Washington. 

Eso sí, ese virtual “dedazo” de Trump hace parte de un proceso injerencista en Colombia del que hacen parte decisiones como la descertificación y la inclusión del presidente Petro en la Lista Clinton. Se trata de disposiciones jurídico-políticas ambientadas por los agrios enfrentamientos entre Trump y el mandatario colombiano.  La llamada “guerra contra las drogas” es la fachada con la que se encubren los procesos de intervención americana en Colombia con los que se pretende controlar la llegada de millones de dólares al país por cuenta de la venta de la cocaína en el enorme mercado norteamericano, así como la producción y distribución del alcaloide en manos de agentes locales (políticos y traquetos) que cuentan con el aval de la CIA y por ende de la Casa Blanca.

Las finas relaciones entre la derecha colombiana con el gobierno republicano en cabeza de Donald Trump están atadas a la vieja agenda narcotizada con una variación reciente: la llegada por primera vez a la Casa de Nariño de una fuerza progresista es vista por el uribismo, congresistas gringos de origen colombiano y el propio Trump como un riesgo castrochavista o neocomunista al que hay que enfrentar política y electoralmente. Lo anterior permite concretar acciones injerencistas que para el caso colombiano se han movido entre los esfuerzos de la prensa local hegemónica por deslegitimar al gobierno Petro, descertificar al país y calificar al presidente colombiano como “líder de organizaciones del narcotráfico”.

Las acciones injerencistas de los Estados Unidos en los procesos electorales y en la política interna de los países de América Latina son de vieja data. Con la CIA, por ejemplo, planearon el derrocamiento de Salvador Allende y el inicio de la dictadura militar al mando de Augusto Pinochet Ugarte. Los Contras en Nicaragua y los intentos de golpes contra Chávez en Venezuela y diversos planes político-militares en Colombia confirman el poder injerencista de los gringos en las dinámicas domésticas de los países que componen su “patio trasero”. La Alianza para el Progreso, el Plan Laso y el Plan Colombia son formas de intrusión aprobadas por las élites locales y presidentes en ejercicio que disfrutan de los beneficios de haber entregado la soberanía estatal al Tío Sam y por esa vía extender en el tiempo la dependencia económica y política frente a lo que hagan y digan los gringos. De esa manera, se garantiza las condiciones de un sistémico subdesarrollo provocado por los Estados Unidos y aceptado por el Establecimiento colombiano. 



lunes, 1 de diciembre de 2025

ATACAR A PETRO NO PARECE SEDUCIR AL ELECTORADO

 



Por Germán Ayala Osorio

 

Los resultados de la reciente encuesta de Invamer sobre la intención de voto de los colombianos manda un mensaje claro a las campañas y precandidatos presidenciales que insisten en la narrativa en la que sobresalen ataques personales contra el presidente Petro y las consignas ideologizadas con las que se afirma que el “país va mal por cuenta de la llegada del comunismo”, cuando el DANE informa que baja el desempleo, crece el consumo en los hogares, se tiene controlada la inflación y el dólar, y los bancos reportan billonarias ganancias.

El primer lugar de Iván Cepeda (31,9%) en la intención de voto y el rezago de las candidaturas de Vicky Dávila (3,7%), Miguel Uribe Londoño(4,2), Claudia López(4,1%), Juan Carlos Pinzón (2,9), Vargas Lleras (2,1); e incluso los alejados resultados alcanzados por  Sergio Fajardo (8,4%)  y de Abelardo de la Espriella (18,2%) soportan la validez del llamado de atención a quienes desde la derecha y la ultraderecha insisten en hablar  mal del gobierno Petro en lugar de presentar propuestas que superen los avances logrados por la actual administración en materia de reforma agraria, mejoramiento de condiciones laborales, dignificación de la vida de policías y militares, aumento significativo de la producción agrícola, recuperación del sistema férreo y las intervenciones en vías secundarias y terciarias, entre otros.

Pinzón, De la Espriella, Fajardo y Vicky Dávila han dedicado sus campañas a atacar al presidente y en particular a insistir en el fracaso de la Paz Total. Por ser los tres cercanos a las mesnadas uribistas, la seguridad es el principal tema con el que intentan seducir a un electorado que asume con preocupación actividades como el secuestro y los ataques de los grupos armados ilegales, sin que ello sirva para negar o invalidar los significativos avances alcanzados por el gobierno Petro en las materias y asuntos señalados líneas atrás.

Abelardo de la Espriella, por ejemplo, espetó que “la Fuerza Pública está al servicio de narcos”, conclusión que sacó del informe periodístico publicado por Noticias Caracol, el mismo que poco a poco viene siendo desmentido por el propio presidente Petro y la Fiscalía. Si el señalamiento contra los miembros de la Fuerza Pública es real, es con ellos mismos que deberá cumplir su promesa de “destripar” a los grupos al margen de la ley. Reducir el tamaño del Estado, ley de punto final para superar la crisis del sistema de salud y salvar la democracia realmente no son propuestas que apunten a superar lo hecho por el actual gobierno y mucho menos mejorar las condiciones de vida de los colombianos más vulnerables.

En lo que respecta a lo dicho por Pinzón Bueno, el candidato que realmente convence a Uribe y que finalmente reciba la bendición de Donald Trump, dijo que en una “sentada” arregla las relaciones con los Estados Unidos. También dijo que Petro tiene una “estrategia calculada para destruir la economía". Este último señalamiento resulta falso a juzgar por los buenos resultados financieros de las empresas más grandes y las billonarias ganancias reportadas por los bancos. Entre sus “propuestas” más sobresalientes está en seguir luchando contra el narcotráfico. “Puño de hierro" contra el crimen y derrotar el narcotráfico hace parte de la retórica uribista progringa.

En cuanto al eterno candidato presidencial, Sergio Fajardo Valderrama también ha dedicado su campaña a atacar a Petro, sin presentar propuestas consistentes y serias que superen lo hecho por el actual gobierno en los temas señalados líneas arriba. En el tema de la salud, el exgobernador de Antioquia prometió que establecería un “Puesto de Mando Presidencial con actores (pacientes, EPS, IPS, médicos); recalcular UPC, aclarar deudas, proveer medicamentos esenciales, reabrir servicios clausurados, auditorías externas a EPS intervenidas”. Todo el país sabe que Fajardo es cercano a los dueños de las EPS y que su interés no estaría realmente en hacerle ajustes estructurales al corrupto sistema de aseguramiento en salud, sino en mantener la intermediación financiera de las EPS, responsable en gran medida de los billonarios desfalcos reconocidos por la propia Contraloría General de la República.

Finalmente, Vicky Dávila es la precandidata que menos propuestas coherentes y novedosas ha presentado al país por su odio visceral hacia el presidente Petro. Su candidatura se estancó por su nulo conocimiento de cómo funciona el Estado, su debilidad conceptual y por su postura cipaya que supera a las asumidas por De la Espriella, Pinzón y Fajardo.


Nota: imagen tomada de Infobae. 

sábado, 22 de noviembre de 2025

EL EVENTUAL FRACASO DE LA CAMPAÑA DE VICKY DÁVILA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Recientes encuestas señalan que la campaña de la precandidata uribista, Vicky Dávila de Gnecco se estancó, o se puede decir que jamás arrancó a pesar de los videos en los que apareció en cafetales cantando como si fuera la “nueva” Gaviota, ordeñando a una vaca para mostrarse cercana a la causa campesina, saludando a policías y militares y comiendo empañadas en la calle. Todas, apariciones alejadas del perfil arribista y clasista de la periodista-periodista que siempre fue vista como una ficha del Establecimiento.

Explicar esos negativos resultados es relativamente fácil si el análisis se centra en decir que su discurso de odio contra el presidente Petro le negó la posibilidad de convertirse en una real alternativa política para el 2026. Creo que hay algo más. Propongo la siguiente hipótesis:

La derecha, en particular la uribizada, no valida candidaturas en las que con incontrastable vehemencia y odio se proponga “acabar con todas formas de corrupción” como tema preferente, dejando por fuera asuntos como la inseguridad, la lucha contra el terrorismo y el comunismo que vienen atados a consignas generales, engañosas y etéreas como “vamos a recuperar el país, la democracia y la libertad”. La inquina hacia Petro expresada por Dávila de Gnecco es vista por sectores políticos de aquel espectro ideológico como un asunto propio de una “mujer dolida y escandalosa”, lo que le resta credibilidad en las huestes uribistas que prefieren que quien se enfrente a Petro sea un “macho” como Abelardo de la Espriella e incluso, el tibio de Fajardo. 

Si se revisan las consignas y los discursos del expresidente Uribe no hay expresiones altisonantes referidas a dar una lucha frontal contra la corrupción. El exgobernador de Antioquia y exdirector de la Aerocivil se cuida de proponer una “guerra frontal contra los corruptos” porque sabe que no tendría mayor sentido hacerlo cuando hay un imaginario colectivo consolidado que señala a sus dos administraciones como una de las más corruptas de los últimos tiempos. Baste con examinar sus procesos penales y las condenas a varios de sus más cercanos colaboradores por la compra de su reelección y las relaciones con grupos paramilitares. Por eso prefiere hablar de “recuperar la economía, beneficiar a los jóvenes y brindarles oportunidades; de enfrentar a los terroristas y al neocomunismo”. Ni siquiera se atreve a recoger la risible propuesta de su admirado Julio César Turbay Ayala de “reducir la corrupción a sus justas proporciones”.

El mal final que se augura a la campaña presidencial de Dávila también obedece a circunstancias propias del sistema patriarcal, su correlato el machismo y por supuesto a las preferencias del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez. Es claro que el Gran Capataz desconfía de las mujeres y asume que sus cuatro precandidatas, incluida Dávila, son, per se, débiles e incapaces de coger con criterio las riendas de un país casi ingobernable como Colombia.

En recientes declaraciones, casi siempre altisonantes de Dávila de Gnecco se aprecian dos frases que podrían darle validez a la hipótesis aquí propuesta: “La corrupción es la causa principal de todos nuestros males como país. “Los corruptos se han robado todo, la seguridad, la salud, y las oportunidades de los más pobres. Por eso, la consigna debe ser declararles la guerra a los corruptos y dar una lucha frontal contra todas las estructuras de la corrupción, que va desde la politiquería y las mafias, hasta los peores criminales que han unido intereses con una parte de la clase gobernante. La opción no puede ser elegir a otro Gobierno corrupto para el 26, sea del espectro político que sea. Luego lloraremos lágrimas de sangre. Tenemos la opción de tomar otro rumbo."

Así las cosas, a pesar de la explosión de precandidatos presidenciales y de una aparente división al interior de la derecha, todo parece indicar que a la final clasificarían Fajardo, De la Espriella y Juan Carlos Pinzón. Cabal, Valencia, Holguín y Vicky Dávila quedarían como fieles y obedientes animadoras pues el Gran Patrón prefiere manejar “títeres” y no tener que lidiar con “muñecas”.




Imagen tomada de: vicky davila en un cafetal cantando como La Gaviota - Búsqueda Imágenes

viernes, 21 de noviembre de 2025

SE ACABA EL GOBIERNO PETRO Y TRES ESCENARIOS QUE NO SE DIERON

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Falta poco para que se acabe el gobierno Petro y tres escenarios jamás se consolidaron: el primero, la apocalíptica sentencia de periodistas, empresarios y políticos  con la que decían que nos convertiríamos en Venezuela y que el castrochavismo nos dejaría igual o peor que Cuba; el segundo, el cacareado Acuerdo Político Nacional entre el presidente Petro y las fuerzas políticas tradicionales que asumieron la pérdida del control de la Casa de Nariño como una verdadera catástrofe; y el tercero, la disminución de la pugnacidad política y la violencia verbal. Así las cosas, es apenas lógico suponer que el ambiente electoral de 2026 podrá ser de los más caldeados de los últimos años pues hay expresiones de odio que circulan en las redes sociales y que podrían concretarse en riñas callejeras y atentados criminales.

Los reportes de billonarias ganancias de los bancos y de otros sectores económicos anulan cualquier asomo de veracidad de aquellos actores políticos que insisten en que hay que derrotar al “socialismo, al comunismo, al narco comunismo o narco socialismo”, nomenclaturas que suelen usar desde los hijos del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe, la ignara precandidata Vicky Dávila y otros tantos que solo saben decir la insulsa frase “vamos a recuperar al país” con la que ocultan que sus reales intereses están exclusivamente en reconquistar la casa de gobierno.

En lo que toca al segundo escenario, el único acuerdo que parece que sí se va a consolidar es el de Todos Contra Petro o la Selección Antipetro creada recientemente por la campaña al Senado de Ingrid Betancur. Llama la atención el uso de los mismos colores y la tipografía de la gaseosa Colombiana, marca que pertenece al grupo empresarial de Ardilla Lulle. ¿Acaso el empresario está financiando la campaña de la excongresista que cada cuatro años deja la fría París y regresa a su patria para ver cuántos votos logra alcanzar y qué transacciones burocráticas logra concretar con la derecha?

La atomización de la derecha en virtud de la explosión de precandidatos presidenciales da cuenta de un fenómeno sociopolítico: la naturalización de la política como negocio de la que se desprende el hambre burocrática de varios aspirantes que, sin maquinaria, propuestas y carisma, mantienen el “cañazo” de sus precandidaturas para ver si de pronto en el 2026 les ofrecen una embajada, unos contratos o un ministerio.

Y en lo que corresponde al tercer escenario, quedará para la historia política y mediática los llamados a bajarle el tono y a la violencia verbal de agentes económicos y políticos. El país recordará que el presidente de la Andi, Bruc Mac Master propuso una “paz verbal” por allá en agosto de 2023 durante el Congreso gremial al que no fue invitado el presidente Petro. Y no podemos olvidar los buenos oficios de la Conferencia Episcopal cuando convocó a varios actores políticos a una reunión a la que asistieron el jefe del Estado, Gustavo Petro, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, así como la fiscal general, la defensora del pueblo, el registrador nacional, el procurador y los presidentes de las altas cortes. Dicha reunión se dio el 16 de junio de 2025 y el mensaje de la Curia fue claro y contundente, pero ignorado: “invitamos a todo el país a valorarnos y respetarnos como hermanos, a desarmar y armonizar la palabra, y a rechazar todo tipo de violencia como forma de resolver los conflictos políticos y sociales”.

Al final, no hubo consenso político porque todos los sectores enfrentados asumen la Casa de Nariño como un botín que cada cuatro años convoca a verdaderas “guerras electorales”. Y porque las diferencias entre unos y otros son irreconciliables entre quienes le apuestan a veces con algo de “ingenuidad cultural” a que vivamos bajo las condiciones de un Estado de Bienestar; y otros que insisten en mantener los ya aceptados Estados de Cosas Inconstitucionales, resultado de su visión neoliberal del Estado.

Y no nos convertimos en Venezuela y no llegó el comunismo porque quienes pintaron ese escenario se aprovecharon de la ignorancia de cientos de miles de colombianos que creen a pie juntillas lo que dice la prensa hegemónica, responsable en gran medida de la pugnacidad política y la crispación ideológica.

No se bajó el tono, no hubo “paz verbal” y mucho menos reconciliación porque no es posible reconciliar políticamente a una sociedad clasista, racista, aporofóbica, misógina, homofóbica, pacata, farandulera, morbosa, mojigata, gazmoña, puritana, morronga, machista, atontada, mafiosa, corrupta, goda, ignorante, violenta, incivilizada y a veces con altos e incontrastables visos de estolidez.




GOBIERNO PETRO - Búsqueda Imágenes

miércoles, 19 de noviembre de 2025

INGRID BETANCUR Y SU SELECCIÓN ANTIPETRO




Por Germán Ayala Osorio

 

El país ha visto a candidatos presidenciales en lugares populares comiendo tamales, tomates y empanadas en gestos populistas poco creíbles; incluso, se les ha visto bailando junto a trabajadores y saludando a miembros de la fuerza pública. Vicky Dávila, María Fernanda Cabal y Juan Carlos Pinzón, entre otros ya pusieron su cuota de ridículos electorales por culpa de sus asesores.

Ahora el turno le correspondió a Ingrid Betancur, la ciudadana colombo-francesa que cada cuatro regresa al país para ver qué puede pescar en materia burocrática. Pues bien, los asesores de Betancur creen que apelar al fútbol y al sentimiento patriótico que despierta la Selección de Fútbol de mayores les dará la fuerza política suficiente para hacer alianzas con la derecha para derrotar a Petro en el 2026.

La exsenadora, fungiendo como directora técnica, convoca a los colombianos a conformar lo que ella llama la “Selección Antipetro”. La estrategia publicitaria de Betancur apela al mismo sentido patriotero con el que Abelardo de la Espriella le habla a los militares y a los defensores de la Patria. En el video aparecen hombres y mujeres adultos, lo que hace suponer que el público objetivo es justamente esa población etaria. Quizás por ahora no estarían convocados los jóvenes en ese combinado nacional Antipetro que quiere conformar la ladina política. Lo que si queda claro es que el rival a vencer, el único, es Petro o el petrismo. Rival o enemigo por vencer viene siendo lo mismo en este ambiente de polarización política y crispación ideológica.

Tampoco queda claro si Betancur está pensando en ser candidata presidencial, aspirará a regresar al Congreso o simplemente la pasajera directora técnica de ese soñado seleccionado y la única capaz de unir a la derecha, convocando a otros directores técnicos (precandidatos presidenciales) para armar una “Selección capaz de ganarle a Petro por goleada”.

En el pegajoso estribillo se escucha decir “la selección Antipetro, por la gente, por el pueblo, la selección Antipetro, marca Oxígeno, para vencerlo”. En el bien logrado video aparecen 12 jugadores, 8 hombres y 4 mujeres. El primero en aparecer es Frank Pinchao, el policía que se les voló a las Farc del penoso e inhumano cautiverio al que sometieron, junto a otros uniformados y a la propia Ingrid Betancur durante varios años.

Llama la atención la tipografía usada para la frase Selección Antipetro, cuyos colores permiten asociarla directamente con la Selección de Fútbol y con la imagen de la gaseosa Colombiana, producto Postobón en manos del empresario Ardila Lulle. Si el magnate está dispuesto a jugársela con Ingrid Betancur como candidata presidencial o como cabeza de lista al Senado, el próximo spot publicitario podría decir: Ingrid, la Nuestra.




Definitivamente los asesores de Betancur y De la Espriella, para nombrar apenas a las dos campañas con atractivos videos, le están apostando a los básicos sentimientos patrióticos- patrioteros- que se despiertan con facilidad en una sociedad escindida que cree en falsos Mesías y en que la Selección de Fútbol realmente es la única capaz de unirnos, aunque no se tenga claro el propósito de esa unión por una razón elemental: la derecha le habla a un pueblo y la izquierda a otro muy distinto.



martes, 18 de noviembre de 2025

DEMOCRACIA EN LOS PARTIDOS O "DEDOCRACIA"

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La democracia, como régimen de poder, tiene en los partidos políticos a una parte importante de sus cimientos, por lo menos desde el punto de vista institucional (electoral). En una democracia formal y procedimental como la colombiana, dichas colectividades han servido para confirmar que operan - vaya contradicción- alejadas de principios elementales de un régimen democrático: elecciones libres, discusiones públicas con la participación de las bases sociales, respeto a los estatutos o reglamentos construidos colectivamente y la generación de una opinión pública cualificada y defensora de las libertades de prensa y de opinión.

La crisis globalizada de los partidos políticos de la que no escapa Colombia allanó el camino al debilitamiento de históricas colectividades como los partidos Conservador y Liberal, responsables y auspiciadores de las estructurales debilidades de la “democracia más antigua de América” y por supuesto de la violencia partidista; con ese imaginario colectivo se ha querido ocultar los violentos y antidemocráticos periodos presidenciales protagonizados por los gobiernos de Turbay Ayala, Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque Márquez. Baste con recordar el Estatuto de Seguridad y la Política de Seguridad Democrática para señalar que se acercaron en violencia política a las que ejercieron las dictaduras de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

Después de la captura mafiosa del régimen democrático que perpetraron conservadores y liberales durante el Frente Nacional, los sueños por ampliar la democracia que durante 16 años secuestraron los líderes de los partidos Liberal y Conservador fueron recogidos por colectividades que nacieron de negociaciones de paz entre el Estado y agrupaciones guerrilleras y paramilitares, unas atadas al ambientalismo y otras tantas a divisiones y disidencias marcadas muchas por rebeldes líderes carismáticos que decidieron montar tolda aparte. Por supuesto que esa explosión de partidos jamás ayudó a superar los problemas estructurales que arrastra la formal y procedimental democracia colombiana.

Por el contrario, los más de 50 partidos y movimientos[1] creados después del Frente Nacional dan cuenta de una especie de gamonalización de la política ancorada en liderazgos de políticos profesionales interesados exclusivamente en capturar el Estado, usando sus colectividades como plataformas ideológicas y burocráticas para lograr ese cometido.

Ahora que se avecinan las elecciones presidenciales y parlamentarias en Colombia, la crisis de los partidos y de la democracia se agudizan gracias a que por lo menos 100 candidatos se inscribieron con movimientos por firmas, una de las estratagemas con las que el sistema electoral alimenta los problemas de la democracia colombiana. Otra demostración del precario sentido de la democracia que subiste al interior de partidos y movimientos políticos lo da el Centro Democrático y su propietario, el expresidiario y expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Ante las peleas intestinas entre sus cinco precandidatos presidenciales y después de eventos públicos en los que cada uno de los aspirantes buscaba afanosamente agradar y seducir al Patrón, el expresidente antioqueño, dueño de esa microempresa electoral, decidirá a dedo (dedocracia) entre Abelardo de la Espriella y Juan Carlos Pinzón el candidato que representará los intereses de Uribe, del llamado uribismo y de la derecha y la ultraderecha.

Las precandidatas Paloma Valencia, María Fernanda Cabal y Paola Holguín deberán conformarse con haber cumplido el rol de bastoneras, animadoras y fieles enamoradas del Gran Gamonal que tiene una muy reducida comprensión del concepto de la democracia y unas evidentes dudas de las capacidades de las mujeres para gobernar. La Dedocracia, para ungir a su próximo títere, arrastra los negativos resultados económicos y sociales del gobierno de Iván Duque Márquez; eso sí, ese mismo dedo con el que finalmente investirá a su nuevo "juguete" le sirvió para estigmatizar a sus críticos y perseguir a sus detractores durante sus aciagos ocho años de mandato. No importa si proclama al “Tigre” o al “General sin soles” como su candidato presidencial para recuperar a la Casa de Nari. Lo realmente importante es que se confirma que su desprecio por la democracia se origina en su propia microempresa electoral.

 



[1] M-19 (Alianza Democrática M-19). Unión Patriótica (UP). Partido Verde Oxígeno. Movimiento de Salvación Nacional. Laicos por Colombia / Partido Nacional Cristiano. Movimiento Independiente de Renovación Absoluta (MIRA). Partido Polo Democrático Alternativo (PDA). Partido Verde (original). Movimiento Alas Equipo Colombia. Centro Democrático. Opción Centro (luego Alianza Verde). Fusión de Progresistas y Verde. Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS). Colombia Humana. Fuerza Ciudadana. Pacto Histórico (coalición que se convirtió en partido). Liga de Gobernantes Anticorrupción. Nuevo Liberalismo (recuperado), En Marcha (de Daniel Quintero), etc.


viernes, 14 de noviembre de 2025

¿Y QUÉ TIENE DE MALO ACABAR CON EL PÁRAMO DE SANTURBÁN?

 





Por Germán Ayala Osorio

 

Los precandidatos presidenciales Abelardo de la Espriella y Santiago Botero Jaramillo representan a la violenta (ultra) derecha colombiana. En su afán de presentarse como machos cabríos más berracos que el expresidente Uribe, terminan diciendo pendejadas, cometiendo errores o simplemente dejando ver su supina ignorancia en temas ambientales y ecológicos: el primero, admira a Bukele y propuso dar de baja a los malos y meterlos presos en cárceles de verdad. Esto dijo: “Bandido que no se someta, tiene que ser dado de baja, y si es dado de baja, tiene que ser encarcelado en una cárcel de verdad…”. En medio de la risa que generó su particular lapsus, hay que recordar que también planteó la necesidad de “destripar a la izquierda”.

Mientras tanto el segundo, Botero Jaramillo, dice que va a romper con el sistema y al igual que el corroncho cordobés, ofrece “balín”. Las “bellísimas ideas” de estos dos demócratas han sido recogidas y apoyadas por tuiteros y hasta por la Señorita Antioquia. Incluso, un "cuenta chistes" se preguntó en voz alta: “¿Y qué tiene de malo destripar a la izquierda y que no existan más?”

En el afán por ganar simpatías en los sectores más fachos de la sociedad colombiana, Botero Jaramillo estaría dispuesto a afectar a valiosos y estratégicos ecosistemas naturales como el Páramo de Santurbán. Esto dijo el ignaro empresario: "Si tenemos que acabar el páramo de Santurbán para que 100 o 1000 familias vivan bien, que se traguen ese páramo de Santurbán. A mí me importa un culo el páramo de Santurbán, porque yo no puedo tener un páramo de Santurbán y la gente mía aguantando hambre y muriendo de sed”.

En su procaz lenguaje y su actitud chabacana, el empresario paisa y ahora político quizás esté pensando en liderar actividades propias de la Colonización Antioqueña como la deforestación, los cambios disruptivos en los paisajes, la expansión agrícola, las “mejoras” hechas a zonas selváticas y la destrucción de ecosistemas naturales.

Esa forma de asumir el desarrollo de Botero Jaramillo es la misma de hacendados, ganaderos, urbanizadoras, constructoras, paramilitares y guerrillas metidas en el negocio de la minería y agroindustriales (azucareros y palmicultores), entre otros agentes más que asumieron la biodiversidad como un obstáculo para desarrollar el país. El desprecio que dejó ver Botero por el valioso y frágil ecosistema natural no es nuevo. Por el contrario, hace parte de las lógicas y dinámicas del poder económico, social y político que viene alentando un desarrollo económico a todas luces insostenible porque está sostenido únicamente en las variables económica y política, esta última sometida a los intereses de poderosos actores económicos y financieros a los que siempre les importó un culo afectar ecosistemas estratégicos que hoy resultan claves para minimizar los impactos negativos del cambio climático.

Menos mal Botero no llegará jamás a la Casa de Nariño. En el catastrófico caso de resultar electo presidente, sería recomendable que en la cartera de ambiente nombrara a Vicky Dávila, otra indocta y enemiga de los ecosistemas naturales. El país recuerda que la periodista-periodista propuso construir una mega cárcel en la Amazonia para encerrar en esta a los corruptos.  Por el contrario, si  de llegar a la casa de gobierno Abelardo de la Espriella, quizás el próximo ministro de Ambiente y Sostenibilidad sea Santiago Botero. El desprecio por todas las formas de vida es propio de los agentes de la derecha, y eso incluye, la vida de los gatos, perros, páramos, selvas y comunidades ancestrales. No podemos olvidar que De la Espriella asesinó a un gato en su adolescencia. 

Si el cuenta chistes que en la red social “bautizaron” como “Hitler Albeiro” lee la gran propuesta de Santiago Botero, quizás pueda preguntarse: ¿Y qué tiene de malo acabar con el páramo de Santurbán?, pues quienes suelen defender a la naturaleza están más cerca de la izquierda y el progresismo, que de la ultraderecha en la que militan todos los aquí reseñados. 

jueves, 13 de noviembre de 2025

FAJARDO O PINZÓN: ¿CUÁL DE LOS DOS SERÁ EL NUEVO “TÍTERE” DE URIBE?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el actual escenario electoral hay dos precandidatos presidenciales que inexorablemente terminarán pareciéndose o acercándose a la malograda e insulsa figura de Iván Duque Márquez, el consagrado títere de Uribe Vélez, responsable del estallido social y la llegada de Petro a la Casa de Nariño: se trata de Juan Carlos Pinzón Bueno y Sergio Fajardo Valderrama. Los dos tienen en común que el primero ya se reunió con el expresidente antioqueño y el segundo, de acuerdo con Ingrid Betancur, “habla mucho” con el dueño del Centro Democrático, único responsable de decidir cuál será, finalmente, el candidato del uribismo.

En los mentideros políticos y periodísticos se dice que Abelardo de la Espriella y Vicky Dávila dejaron de ser figuras elegibles para el uribismo por las maneras en las que vienen desarrollando sus actividades proselitistas, sobrecargadas de una violencia discursiva y simbólica que aporta al ya caldeado ambiente de polarización y crispación ideológica. De allí que los agentes más poderosos del Establecimiento estén pensando en candidatos “más moderados”, pero sobre todo más cercanos a la ética empresarial corporativa con la que se manejaron los asuntos del Estado durante los 20 años de uribismo.

Así las cosas, resulta razonable pensar que al expresidente Uribe le tocará deshojar la margarita entre Fajardo y Pinzón, lo que significa que las aspiraciones de los precandidatos y precandidatas del Centro Democrático quedan anuladas o postergadas.

Entre el profesor y matemático y el exministro de Defensa de Santos no hay mayores diferencias al momento de tener que aceptar ser conducidos o manejados por el expresidente antioqueño. En el pasado, Fajardo expresó su total admiración hacia Uribe Vélez cuando este fungía como gobernador de Antioquia, en dos columnas de opinión publicadas en El Colombiano. A lo que se suma que jamás el profesor cuestionó a las EPS responsables de la crisis del sistema de aseguramiento en salud.

En cuanto a Pinzón Bueno, su cercanía con las huestes castrenses Uribe la asume como una ventaja comparativa para recuperar a las fuerzas armadas con el fin de regresarlas a los tiempos de la seguridad democrática y por esa vía revivir la doctrina del enemigo interno, extensiva por supuesto a quienes piensen distinto y a todo lo que huela a izquierda y progresismo. Más claro: con Pinzón le quedaría más fácil a Uribe Vélez volver a “privatizar” a las fuerzas armadas tal y como lo hizo durante sus ocho años de mandato.

El país recordará que la imagen de títere del entonces presidente Duque se volvió viral en buena medida por una caricatura del genial Matador, legitimada por el propio mandatario quien dijo en su momento que él no era el títere de Uribe. Esto dijo: “No soy títere, ni Uribe es titiritero”.

Eso sí, fue la periodista Ángela Patricia Janiot quien terminó de “graduarlo de títere”. Esto le preguntó en una entrevista en 2021: “Varias veces lo han caracterizado a usted como un títere del expresidente Álvaro Uribe y ahora el propio exmandatario dijo que quieren llevarlo a usted como un títere al próximo proceso electoral para que ganen ellos, decía Uribe refiriéndose al régimen chavista. A eso le están jugando, dijo Uribe. ¿Qué opinión le merece que hasta el propio Uribe se refiera a usted como un títere?”

¿Se atreverán los periodistas afectos al uribismo a preguntarles a Fajardo y Pinzón si están dispuestos a comportarse como los “muñecos” de Uribe? Lo que si parece claro es que ninguno está en capacidad de tomar distancia de lo que se conoce como el uribismo por una razón compartida: los dos desean llegar a la Casa de Nariño, cueste lo que cueste.

Adenda: si finalmente es Abelardo de la Espriella el ungido del procesado expresidente antioqueño, no le quedará fácil lidiar a este último con la imagen chabacana que arrastra el político cordobés. Eso sí, al igual que Fajardo y Pinzón, De la Espriella será el "muñeco" de Uribe y el "elegante y fino" abogado se sentirá feliz de obedecer al expresidente y exdirector de la Aerocivil. 



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martes, 11 de noviembre de 2025

A JUAN DANIEL OVIEDO LE PREOCUPA QUE "NO HAY MUJERES PARA PARIR"

Por Germán Ayala Osorio

 

Al precandidato presidencial, Juan Daniel Oviedo Arango le preocupa que Colombia será “en el 2050 un país inviable demográficamente porque desde el 2018 ya hay menos mujeres para parir”. Añade el exconcejal de Bogotá que “Colombia va para vieja, pobre e informal. Y sí, llegó el momento de unidad, ¡pero hay que ponerle un propósito a la unión! ¿Quiénes están dispuestos a reconocer que el enemigo en Colombia no es una persona, sino un gran problema que es el envejecimiento, la pobreza y la informalidad?

Oviedo evita referirse a las fuentes que generan de tiempo atrás esas  circunstancias de pobreza, informalidad y envejecimiento que terminan desmotivando a las y los jóvenes a tener hijos: la concentración de la riqueza en pocas manos, la inseguridad en las calles, la privatización del Estado y su captura mafiosa por parte de grupos de poder, legales e ilegales; a lo que se suma la sempiterna corrupción público-privada que de alguna manera está conectada con la decisión de Oviedo de aceptar la curul en el Concejo Distrital a sabiendas de que estaba inhabilitado, tal y como lo demostró el Consejo de Estado. Ese alto tribunal anuló su elección como concejal por haber suscrito un contrato con una entidad estatal dentro del año previo a los comicios.

Volvamos a esas condiciones estructurales que el exdirector del DANE no se atreve a tocar y que desaniman a quienes, en edad de reproducirse, optan por estudiar, trabajar y disfrutar de la vida lejos de las imposiciones de un sistema social, económico y político patriarcal que asume en particular a las mujeres como objetos sexuales y de reproducción de mano de obra barata y por lo tanto explotable bajo deplorables condiciones laborales. De ese patriarcalismo se desprende un aparato judicial que protege a violadores, acosadores y potenciales feminicidas.

Oviedo se cuida de hacer referencia a esas condiciones estructurales y culturales, pero convierte la disminución de la tasa de natalidad en el país en un problema casi exclusivo de las mujeres que están en edad de engendrar hijos que alimentarán un sistema político que no las protege como madres, un sistema social que las cosifica y violenta física y simbólicamente y el económico que las remunera mal si se compara con los salarios de los hombres.

En la red social X en donde Oviedo Arango dejó dichas “preocupaciones” varias cuentas de mujeres le contestaron lo siguiente: “Hay menos mujeres para parir y menos retoños para producir, así es como ven a las mujeres. Cuando les digo que hay que cuidarse de las maricas misóginas es justamente por esto”. Otra expuso lo siguiente: “Hacen que la educación, la salud, el aire limpio, el agua potable, el silencio, el ocio y la cultura, sean cosas a las que solo pueden acceder las personas con altos ingresos, y luego se preguntan: ¿por qué las mujeres no queremos tener hijos?

Es tiempo de repensar la vida y las condiciones que imponen las guerras, las disímiles formas de violencia en Colombia, el sistema económico capitalista y las prácticas culturales atadas al machismo y la misoginia. Las incertidumbres que genera el sistema financiero internacional van vaciando de sentido la vida y empobrecen la experiencia de vivir; tener hijos bajo esas inseguridades y perplejidades dejó de ser una opción de vida para cientos de miles de mujeres y hombres en Colombia que hoy prefieren convivir con perros y gatos, mientras que políticos como Oviedo Arango quieren llegar a la Casa de Nariño a seguir reproduciendo esos factores de dominación.







viernes, 7 de noviembre de 2025

VICKY ANHELA “CONSENTIR” A TRUMP

 





Por Germán Ayala Osorio

 

La crisis diplomática, los enfrentamientos verbales entre Trump y Petro, el retiro de la visa y la inclusión del presidente en la Lista Clinton han servido para que los más visibles y mediáticos miembros de la derecha exhiban sin pudor alguno sus incontrastables niveles de indignidad y servilismo, fruto de ese carácter cipayo consolidado durante las históricas relaciones de dominación de los Estados Unidos sobre Colombia.

Pero los estándares de Vicky Dávila de Gnecco son de olimpiada. Sus niveles de “entreguismo” a la causa y los intereses gringos en este hemisferio devienen insuperables. En un video grabado, al parecer durante su intervención en un evento político la periodista-periodista dijo: “yo sí le mando a Trump extraditados a todos los narcos de manera exprés. Yo sería una consentida de Trump, y si yo lo tengo que consentir, también lo consiento. Hay que hacer lo que le convenga a Colombia”.

De llegar a la Casa de Nariño, la uribizada precandidata presidencial, una de las “tigresas” del expresidente Álvaro Uribe Vélez, Dávila de Gnecco no se comportaría como presidenta de los colombianos sino como “cortesana” de Trump interesada más en “consentirlo” que, en hablar de asuntos bilaterales como el TLC, la lucha contra las drogas y los acercamientos de Petro a la China, entre otros asuntos más. En su condición de esbirra del presidente norteamericano, no se podría descartar el diseño de un nuevo Plan Colombia para atacar las organizaciones narcoguerrilleras (terroristas), e incluso para desestabilizar al régimen venezolano desde territorio colombiano.

Su deseo-propuesta de consentir a Trump puede explicarse por el desespero que siente al ver que su campaña se estancó justamente porque su discurso es básico, precario en ideas y conceptos, a lo que se suma que sus actividades proselitistas devienen infantiles, ridículas y risibles; a lo mejor piensa que de esa forma logrará convencer a millones de colombianos que ella es la mujer que el país necesita. Justamente, esa forma de actuar es propia de una periodista que se acostumbró a cubrir los hechos políticos desde una actitud farandulera proclive al escándalo y a la divulgación de bochinches. Como agente de los correveidiles de la vida política del país, Dávila de Gnecco le está alcanzando para ser apenas una “animadora” electoral pues sabe que Uribe Vélez jamás le dará el aval para competir en la primera vuelta presidencial.

El vocablo consentir tiene una generosa lista de sinónimos que sirven para imaginar los alcances de Dávila de Gnecco con su deseo de “mimar” al octogenario político gringo: “Permitir, autorizar, tolerar, aceptar, admitir, condescender, acceder, conceder, asentir, facultar, malcriar, maleducar, regalonear, achechar, apechichar y achichiguar”. ¿En qué estará pensando la periodista-periodista?



La foto es de la agencia EFE. 

jueves, 6 de noviembre de 2025

CEPEDA, PINZÓN O DE LA ESPRIELLA EN LA CASA DE NARIÑO: TRES POSIBLES ESCENARIOS DE FUTURO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La jornada presidencial de 2026 está como para alquilar balcón. La derecha uribizada deberá decidir entre Abelardo de la Espriella y Juan Carlos Pinzón, dos “tigres” que le gustan a Uribe, con enormes diferencias con las que deberá lidiar el expresidente antioqueño al momento de decidirse entre el estilo bukelista-guerrerista de Abelardo de la Espriella o el diplomático y menos violento de Pinzón Bueno. Al final, el hacendado, caballista y exdirector de la Aerocivil terminará señalando quién de los dos será el candidato que se enfrente a Iván Cepeda y a quien resulte de la coalición de la centro derecha que está tratando de organizar el expresidente Santos a la que podrían llegar Fajardo si de verdad quiere desmarcarse del uribismo, Claudia López, y Juan Fernando Cristo. Todo en el escenario de la primera vuelta pues como van las cosas ninguno de los tres candidatos aquí referidos tendría la suficiente fuerza para ganar la presidencia en esa etapa de las elecciones.

En cuanto a las precandidatas del Centro Democrático, incluida Vicky Dávila, ellas seguirán jugando el papel de “animadoras” de la fiesta electoral porque en el fondo saben que su Patrón, el expresidente Uribe, deshojará la margarita entre el abogado cordobés y admirador de Bukele, Milei y Trump y el “general sin soles”, el poco carismático exministro Juan Carlos Pinzón Bueno.

Mientras se producen los resultados de las coaliciones y se oficializan las candidaturas, imaginemos tres escenarios posibles en los que Cepeda, Pinzón o Abelardo de la Espriella logran llegar a la Casa de Nariño.

Cepeda, presidente

Si las huestes petristas logran poner a Iván Cepeda en el Solio de Bolívar, la continuidad de las reformas sociales se da por descontado, lo que supondrá la extensión en el tiempo del tira y afloje entre el Ejecutivo y las altas cortes y el Congreso si la izquierda no logra las mayorías. Sin la reforma a la salud y muy seguramente sin la pensional, Cepeda ocupará gran parte de su mandato a negociar con el legislativo los nuevos proyectos de ley sobre esos dos temas en particular y otros que permitan profundizar los cambios que necesita este país para operar como una verdadera República.

Muy seguramente Cepeda le apostará a consolidar la reforma agraria iniciada por Petro, la recuperación de la SAE para seguir poniendo al servicio de las comunidades los recursos y las propiedades confiscadas a las mafias.

En materia de paz, Cepeda deberá lidiar con el fracaso de la Paz Total, pero sobre todo con un hecho político que resultó definitivo para la frustrada negociación con las guerrillas: en varias ocasiones el presidente Petro desconoció y deslegitimó la lucha “revolucionaria” de los elenos y las disidencias farianas. El país recuerda que les dijo a las disidencias de Iván Mordisco: “Ustedes no son revolucionarios, son traquetos vestidos de camuflado. [...] Invocan a Manuel Marulanda, pero siguen el camino de Pablo Escobar, no el de Camilo Torres." A los señores del ELN les dijo algo similar: La nueva generación del ELN decidió manchar la bandera del ELN con cocaína y ya no la entiende [...]. Ustedes permitieron que los traquetos levanten la bandera roji/negra y no les importó la sotana de Camilo Torres Restrepo."

Cepeda deberá decidirse entre mantener esa lectura precisa e incontrastable con la que Petro desnudó a esas organizaciones postguerrilleras o si les “devuelve” el perfil revolucionario a pesar de las evidencias históricas que señalan que hace rato vienen actuando como ejércitos mafiosos. Su experiencia como negociador y defensor de los derechos humanos hace pensar que tendrá mejor tacto al momento de replantear y retomar las negociaciones; eso sí, como a todos los presidentes, le tocará lidiar con unas “guerrillas” más interesadas en usar las mesas de diálogo para ganar tiempo y expandir sus bloques, que en las plataformas para reintegrarse a la vida social, económica y política. Sobre esto último, no podemos olvidar lo dicho por Antonio García, comandante del ELN: "la paz no es sinónimo de dejación de las armas ni de cupos en el Parlamento".




Relaciones con los Estados Unidos

Con Cepeda en la Casa de Nariño, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump tendría suficientes motivos para prolongar en el tiempo las amenazas de castigar al país con la elevación de aranceles. Dependerá de la postura que asuma Cepeda frente a las narcotizadas relaciones con el país del norte y por supuesto de la continuidad de los proyectos de infraestructura adelantados con la China en el marco de la Nueva Ruta de la Seda.

No se puede descartar que Trump se apropie de la narrativa con la que la derecha colombiana intenta desde ya deslegitimar a Cepeda llamándolo el “candidato de las Farc”. La estolidez del presidente gringo y de Marco Rubio, su secretario de Estado podría ponerse al servicio de la derecha uribizada que insistirá en desestabilizar el país como lo intentaron hacer con el gobierno Petro, con la ayuda de la prensa hegemónica.

De la Espriella, presidente

Con llegada de Abelardo de la Espriella a la Casa de Nariño, el uribismo se pondría en “modo venganza” con todo y lo que ello significa en materia de respeto a los derechos humanos, en consideraciones ecológicas y socio ambientales, de seguridad y soberanía alimentarias, orden público y contrarreformas sociales. Su promesa de “destripar a la izquierda” aseguraría el regreso a los tiempos de la seguridad democrática. El retorno a la doctrina del enemigo interno obligaría a revisar cada caso que en el marco de la purga que Petro hizo al interior de las fuerzas armadas (en particular en la policía y Ejército). Lo más probable es que los “hijos de Zapateiro” llamados a calificar servicios retornarían con la misma actitud vindicativa con la que De la Espriella gobernaría. El discurso patriotero estaría a la orden del día.

Relaciones con Trump

Con De la Espriella en el poder, Trump contaría con un cipayo de armas tomar, capaz de pasar por encima del fallo de la Corte Constitucional que prohíbe las aspersión del glifosato para erradicar los cultivos de uso ilícito. Las narcotizadas relaciones con USA consolidarían la imagen de Colombia como una especie de estado libre asociado al servicio de la fallida política antidrogas diseñada desde Washington.

En materia de paz, no se descarta que se diseñe un nuevo Plan Colombia, esta vez pensado para dar la batalla final contra las organizaciones narcoterroristas y guerrilleras que producen y exportan drogas hacia los Estados Unidos. Las actitudes chabacanas de Trump y De la Espriella podrían llevar las relaciones bilaterales a insospechados escenarios en los que la moral y la ética prácticamente quedarían proscritas. Recordemos que Abelardo dijo que “la ética no tiene que ver con el derecho”.





Pinzón Bueno, presidente

Una vez instalado Juan Carlos Pinzón Bueno en la casa de gobierno lo primero que haría después de posesionarse es reestablecer las relaciones entre Bogotá y Washington en una “sola sentada” como lo aseguró en su cuenta de X. Una vez reparadas, Pinzón se dedicaría a cumplir al pie de la letra todas las indicaciones que en materia económica, social y política le entregue el expresidente Uribe Vélez. Por su cercanía al mundo castrense, Pinzón Bueno estaría atento a revisar muy bien las orientaciones ideológicas naturalizadas e institucionalizadas por Petro y los miembros de su cúpula militar. En asuntos macroeconómicos y políticos, este “general sin soles” aplicaría a rajatabla y sin miramientos éticos, morales e institucionales las recetas neoliberales.

Las diferencias entre Pinzón y el corroncho Abelardo de la Espriella no implican grietas en la derecha uribizada; son más bien cuestiones de estilo. El primero, más institucional y procedimental; el segundo, muy en la lógica desinstitucionalizantes de Milei en la Argentina y de Bukele en El Salvador.



ivan cepeda, Abelardo de la espriella y juan carlos pinzon - Búsqueda Imágenes

lunes, 3 de noviembre de 2025

DEL CASTROCHAVISMO AL NARCO COMUNISMO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Fue Álvaro Uribe Vélez quien dio vida al vocablo “Castrochavismo”, una especie de “subcategoría” que le sirvió a la derecha colombiana para descalificar los diálogos de paz de La Habana que terminaron en el Acuerdo final de Paz y el plebiscito por la paz con el que el presidente Santos buscó legitimar socialmente lo firmado entre el Estado y las Farc-Ep.  Sin duda alguna, un garrafal error político que terminó en el pírrico, tramposo, pero efectista triunfo del No en el plebiscito que dividió al país entre los amigos y enemigos de la paz, escenario con el que los estados de ánimo de esas dos nacientes huestes siguen siendo la fuente de la actual polarización política y crispación ideológica, aumentada por supuesto por la llegada de Petro a la Casa de Nariño, un exguerrillero comunista, socialista y enemigo del capital y de la propiedad privada.

 Lo curioso es que a pocos meses para que entregue el poder, Colombia no se convirtió ni en Cuba y mucho menos en Venezuela como lo vaticinó la derecha uribizada. A pesar de ello, varios periodistas, las bodegas uribistas, precandidatos presidenciales y congresistas gringos insisten en generar miedo en la población colombiana por la eventual llegada o “continuidad” de lo que ellos llaman “comunismo, neocomunismo o narcomunismo”.

El ladino hacendado y domador de bestias supo aprovechar el miedo al comunismo que los norteamericanos instalaron en Colombia y en América Latina en los años 60 a través de la lucha contra esa especie de enemigo hemisférico y global al que había que derrotar con intervenciones militares, planes como la Alianza para el Progreso, el Plan Colombia, así como la imposición de regímenes democráticos operados bajos las consignas del neoliberalismo.

El 26 de noviembre de 2021 el ladino expresidente Uribe dijo que “Colombia puede llegar a tener el peor neocomunismo de la región porque el doctor Petro es mucho más inteligente que Chávez, el doctor Petro es mucho más inteligente que Castillo, que el presidente Fernández de Argentina, el doctor Petro es mucho más inteligente que Daniel Ortega de Nicaragua. Por eso yo he dicho muy reflexivamente que el maestro no fue Chávez, fue Petro el que le enseñó a Chávez." Al final es posible pensar que la animadversión hacia Petro se explica por haberse levantado en armas, venir de abajo, haber confrontado a la mafiosa oligarquía colombiana y por ser más inteligente que los adversarios políticos de la derecha colombiana.

Obligados a mantener la vigencia de ese relato, ahora uno de los vástagos del caballista y exdirector de la Aerocivil ya no habla de Castrochavismo como su padre. El vocablo que usa para asustar a millones de cenutrios que creen a pie juntillas en todo lo que les dice la derecha uribizada es narco comunismo. En su cuenta de X, Thomas Uribe Moreno espetó que “o nos unimos o nos derrota el narco-comunismo”.  Como era de esperarse el presidente Petro le respondió en la misma red social: “La narcopolítica, Tomás, ya los derrotó hace tiempo a ustedes. El narco comunismo es imposible porque el comunismo se define como una sociedad sin mercado, y el narco necesita muchísimo mercado”.

Uribe Moreno deja ver sus enormes vacíos conceptuales en torno a la nueva nomenclatura que busca posicionar en su inocultable afán de parecerse a su padre. Por supuesto que su mención a ese “peligroso coco” constituye una contradicción si revisamos la aparición de su padre en un informe de una agencia federal gringa como el narcotraficante número 82[1] y los casos de políticos procesados por narcotráfico como el entonces embajador de Colombia en el Uruguay, Fernando Sanclemente Alzate, durante el gobierno de Iván Duque Márquez. Según Grok, “en febrero de 2020, autoridades colombianas descubrieron laboratorios de procesamiento de cocaína en una finca de su propiedad familiar, ubicada en el municipio de Guasca (Cundinamarca), a unos 50 km de Bogotá. La finca, llamada "Haras de San Fernando" o gestionada por la sociedad "Las Colinas de Guasca Ltda.", tiene aproximadamente 175 hectáreas y se dedicaba tradicionalmente a la cría de caballos, lechería y ganadería. Sanclemente compartía la propiedad al 50% con la familia Spiwack (dueños de la cadena de hoteles Dann)”.

A la desesperada tarea de generar miedo en los colombianos se unió Germán Vargas Lleras, dueño de Cambio Radical, microempresa electoral que, junto al Centro Democrático, son partidos políticos que tienen el mayor número de políticos procesados y condenados por corrupción.

En su cuenta de X, el exvicepresidente de Santos y eterno candidato presidencial dijo que en relación con la elección de Iván Cepeda como candidato presidencial del Pacto Histórico que “el comunismo llega para no irse jamás. Que lo digan en Venezuela, en Cuba, en Nicaragua, para solo referirme a Latinoamérica, tantas veces azotada por esta tragedia. Por fortuna, con Cepeda no hay espacio para equivocaciones. No más tablas de mármol con juramentos mentirosos, uno a uno incumplidos por el señor Petro. Con este candidato no hay tintas medias ni zonas de encuentro, el país se juega el todo por el todo”.








[1]El informe fue elaborado en marzo de 1991 por la Defense Intelligence Agency (DIA), una agencia de inteligencia militar de EE.UU., y desclasificado en 2004 por el National Security Archive (una organización sin fines de lucro que promueve la transparencia gubernamental). La lista enumera 104 "narcotraficantes colombianos importantes" y sus colaboradores, contratados para seguridad, transporte, distribución y enforcement de operaciones de narcóticos en EE.UU. y Colombia. Uribe aparece en el puesto 82, descrito como: "un político colombiano y senador dedicado a la colaboración con el Cartel de Medellín en altos niveles del gobierno. Uribe ha trabajado para el Cartel de Medellín y es un amigo personal y cercano de Pablo Escobar Gaviria. Su padre fue asesinado en Colombia por sus conexiones con narcotraficantes. Uribe ha estado atacando todas las formas del tratado de extradición". Consulta a Grok, 3/11/2025.

 

 

 

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