Por Germán Ayala Osorio
En su cuenta de X el expresidente
Álvaro Uribe Vélez confirmó que hizo presencia en el juzgado de Rionegro
(Antioquia) para formalizar su encarcelamiento, fruto de la condena a 12 años
de prisión domiciliaria que le impuso la jueza Sandra Heredia. En su acostumbrado tonito de cura pueblerino y
en uso de la habilidad discursiva de los conocidos paisas culebreros o buhoneros,
el Gran Condenado acaba de “inventar” la frase o fantasma con la que
hará campaña el Centro Democrático en el 2026: “mordaza neocomunista”.
Esto dijo el más grande vendedor
de mentiras y enredador de Antioquia: “…con la identificación de preso
continuaré y aumentaré la lucha para que Colombia, en el 2026, derrote la naciente
mordaza neocomunista porque si se consolida acabará con la nación y el
halago a los trabajadores se convertirá en un fracaso social total”.
Durante el plebiscito por la paz
y su maliciosa campaña por el No, Uribe Vélez acuñó el término “Castrochavismo”
con el que logró atemorizar a millones de ignaros que años después se tragaron
el cuento de que, de llegar Petro a la presidencia, “seríamos la segunda
Venezuela”. A falta de un año para terminar su mandato, no hubo expropiaciones
masivas, como tampoco nacionalizaciones y muchos menos la estatización de servicios
estratégicos como la salud. Colombia sigue haciendo parte de la OEA y acepta la
jurisdicción y la injerencia económica del Fondo Monetario Internacional. Mejor
dicho, no “nos convertimos en Venezuela” como pregonaban los uribistas.
Como buen paisa mentiroso,
exagerado y timador, capaz de vender una gata ciega y embarazada, el
expresidente antioqueño cree que es posible volver a enredar a millones de
colombianos con el cuentico de que de ganar el progresismo las elecciones del
2026 a Colombia llegará el comunismo, el castrochavismo o el neocomunismo, todas
juntas, una especie de “coco” con el que Uribe insistirá en asustar a sus fieles
y aconductados seguidores, vistos por el resto del país como unos verdaderos “atolondrados”.
Uribe crea vocablos o figuras retóricas
que la ciencia política no reconoce por tratarse, justamente, de invenciones del
temido “cucho” al que le falta salir con un megáfono y en tonito paisa a gritar
“cuidado ome que llegó el neocomunismo para acabar con los huesitos y las carnitas
de millones de neas”.
No creo que en la historia
reciente del país haya una persona que le haya hecho tanto daño a eso de “ser
paisa” como Uribe. Eso sí, lo realmente preocupante es que todavía hay colombianos
que creen a pie juntillas en lo que vocifera y en lo que, en tono de cura
recién salido del Seminario, proclama o susurra el Gran Culebrero.
“Este año, un buen número de
colombianos y colombianas, se han detenido frente a las pantallas para ver y
escuchar las audiencias de acusación contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Y no podría esperarse otra cosa, si consideramos que dichas audiencias son una
suerte de “novela negra” en la cual es posible internarse en tiempo real. La
“novela negra" se caracteriza, por la exploración de cuanto ocurre a
oscuras -de ahí proviene su nombre- y del envilecimiento humano; dos
elementos fundamentales en el mundillo del expresidente acusado. No
obstante, cabe subrayar que aparte de lo atractivo que resulta asistir con
asombro a un festín de mentiras y mentirosos, el interés
subyacente de los colombianos por el desenlace del mentado proceso está fundado
en algo muy serio para nuestra armonía social, como lo es la búsqueda del
conocimiento de la verdad. Esto, porque en Colombia la mentira reina
impunemente y, dependiendo de la resolución de este juicio, serán las
“consecuencias morales y sociales”. De ganar Uribe, sacaría pecho la
cultura traqueta, y de perder, triunfaría una cultura afín al
país de la belleza” (https://www.pares.com.co/post/la-mentira-y-los-mentirosos).
Termino con esto y por favor léase en "habladito paisa": Oye, Álvaro, dejá de decir bobadas ome, cuál mordaza neocomunista, te embobaste?
Foto: EFE - Luis Eduardo Noriega A. Tomada de El Espectador.com
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