Por Germán Ayala Osorio
Marco Rubio, secretario de Estado
de los Estados Unidos se entromete en los asuntos internos de Colombia y por
esa vía irrespeta al poder judicial al defender al expresidente y expresidiario
Álvaro
Uribe Vélez, encontrado culpable por la jueza 44 de los delitos de fraude
procesal y soborno en actuación penal. Esto dijo Rubio: “el único delito del
expresidente colombiano ha sido luchar incansablemente y defender su patria. La
instrumentalización del poder judicial colombiano por parte de jueces radicales
ha sentado un precedente preocupante”.
Acostumbrados a mirar con
desprecio al país, gracias a la derecha local que mostró siempre una actitud dócil
y abyecta frente al poder de USA, Marco Rubio cree que puede presionar a los jueces
en beneficio de su pérfida política internacional, basada en el sometimiento de
gobiernos a lo largo y ancho del planeta. Ya lo hizo recientemente con el presidente de Panamá, José Manuel
Mulino, quien optó, presionado por Rubio, por no extender el memorando de
entendimiento con China, conocido como la Ruta de la Seda. Al final, Rubio
sometió a Mulino.
Después de la intrusión de Rubio,
la Canciller de Colombia, Yolanda Villavicencio y el propio presidente de la
República, Gustavo Petro al unísono le respondieron, en su orden, al entrometido
secretario de Estados: “Rechazamos las declaraciones de Marco Rubio sobre la
condena a Álvaro Uribe. Su intromisión en asuntos judiciales colombianos
vulnera nuestra soberanía y desconoce la independencia de la justicia”. En
la misma línea lo hizo Petro: “Una intromisión en asuntos judiciales de otro
país, es una intromisión a la soberanía nacional. El mundo debe respetar los
jueces de Colombia, muchos y muchas han caído asesinado[a]s, por ayudar al
mundo”.
La actuación del “emperador” o del "Virrey" Marco Rubio hace parte del proyecto político de la derecha colombiana que
consiste básicamente en generar el ambiente propicio para que el presidente
Trump incremente los aranceles a los productos que Colombia exporta a la nación
del norte y descertifique al gobierno Petro por su “ineficaz” lucha contra el
narcotráfico. Medidas estas que serían el resultado de las ya tensas
relaciones políticas y diplomáticas entre Bogotá y Washington provocadas en
gran medida por congresistas republicanos y sus homólogos del Centro
Democrático interesados en deslegitimar al actual gobierno colombiano y afectar
la economía. El objetivo es claro: poner en la agenda electoral de 2026 las
relaciones bilaterales y el reposicionamiento de la ideas y fantasma del “castrochavismo”
como una amenaza para los intereses de USA en una región en la que crece la
influencia China, por la torpe política internacional de los Estados Unidos,
sostenida en la violación de los derechos humanos, en la intrusión en los
asuntos internos de Estados soberanos y la intervención militar.
Se podrían venir días difíciles
para el país si las altas cortes y otros actores de la sociedad civil colombiana
no salen en bloque a rechazar la vulgar e inaceptable injerencia gringa en
nuestros asuntos. Ya la jueza 44 falló y encontró culpable
a Uribe. Solo les queda, a propios y a extraños respetar la independencia de
la justicia colombiana. Un corto pero sustancial resumen de la vida pública de
Uribe lo pueden ver aquí: https://www.youtube.com/watch?v=WZoVKr-MhHs&t=58s
Ojalá el expresidente Uribe Vélez
reflexione y entienda que su tiempo en la política ya pasó. Casi 25 años de reinado
llegaron a su fin. Lo más sensato es que se retire de la política. Los daños
que le hizo al país son inconmensurables.
Usted, señor Uribe, jamás fue un Gran Colombiano. Usted es una burda invención
mediática.
La gran prensa bogotana podría
también aportar su grano de arena evitando exaltar la intromisión en los
asuntos internos del país de Marco Rubio. La dignidad de un pueblo y la solidez
de la democracia están conectadas con las maneras como actúa la prensa
hegemónica. Un periodismo progringo constituye un riesgo cultural y político.
Ya el presidente Petro llamó la
atención sobre el papel de la prensa: “La labor de una parte de la
prensa ha sido terrible en estos días. Presionar a la juez para
obtener un resultado político, y no jurídico, casi hasta amenazar a la juez
como hacen las mafias. Hay una falta de vocación profunda de los códigos
mínimos de la democracia en estos comportamientos. Parece que hubiera
pasado nada desde que algunos medios radiales y escritos, arrojaron a
campesinos conservadores y liberales a matarse entre sí, por centenares de
miles. Es la existencia de la justicia fuerte lo que permite salir de
la violencia, por tanto, permitan que esa justicia actúe, no la silencien, no
la amenacen, porque hunden la sociedad en la violencia. Simpatizantes o no del
expresidente Uribe, deben respetar esa justicia. Lo demás es la bestialidad. Y
Colombia debe ser sabia”.