domingo, 26 de enero de 2025

SUPERADA LA CRISIS USA-COLOMBIA: HORA DE HACER EL BALANCE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con los anuncios de ambos gobiernos, la crisis diplomática entre USA y Colombia se dio por superada. Esas tensas horas vividas por el cruce de trinos entre Trump y Petro dejaron lecciones, pero sobre todo evidencias de que en Colombia hay colombianos dispuestos a exigir respeto y un trato digno, mientras que otros disfrutan siendo cipayos dispuestos a abandonar cualquier asomo de dignidad al momento de reclamar respeto por los derechos humanos.

Las posturas asumidas por políticos de la derecha colombiana como Federico Gutiérrez, Alejandro Eder, Iván Duque, Claudia López,  Juan Manuel Santos, Alex Char; periodistas como Ricardo Ospina de Blu radio y el propio Daniel Coronell, voceros empresariales como Bruce Mac master y la actitud del senador republicano de origen colombiano, Berny Moreno, explican con claridad que ellos hacen parte de ese selecto grupo de lacayos dispuestos a mantener puestas las rodilleras frente al arbitrario presidente americano. Y no se trata de enarbolar aquí el discurso antiyanqui o antiimperialista para reconocer que efectivamente, en semejante crisis diplomática le demostraron al país que disfrutan siendo los pajecitos del Departamento de Estado y del anacrónico y condenado presidente estadounidense.

Las actitudes asumidas por unos y otros resultan a todas luces vergonzosas e indignas. Si bien hay que llamarle la atención al presidente Petro para que controle sus impulsos y morigere un tanto su discurso antiyanqui, también urge que los colombianos comprendan que las amenazas proferidas por Donald Trump son, además de inaceptables, humillantes y arbitrarias.

Trump pisoteó la dignidad de los migrantes ilegales que quiso devolver en dos aviones militares como si fueran reos y por esa vía, la de todos los colombianos y latinoamericanos. Petro salió en defensa de los derechos humanos de los compatriotas que regresarán al país en condición de deportados porque entiende muy bien que esos derechos, junto al honor, la libertad, la honra y el orgullo confluyen en el concepto de dignidad.

Hasta el momento es el primer presidente colombiano, en la historia reciente, que se les planta duro a los americanos en su intención de exhibir una supremacía étnica e identitaria que los señalados cipayos aceptan sin chistar. Comete un error el presidente Trump al creer que podrá “devolverle la grandeza a su país” pisoteando los derechos y las identidades de los pueblos que sobreviven en su patio trasero.

Eso sí, después de este primer pulso político, la molestia en ambos lados se mantendrá hasta que nuevamente el gobierno del Norte intente pisotear la dignidad de los colombianos y de los latinoamericanos. Trump reculó y eso es innegable. Petro, sin bajar la moña, recibirá a los deportados en las condiciones dignas exigidas. En términos futbolísticos se puede hablar de un empate con sabor a victoria para Petro y la de los colombianos que entienden los alcances de aquello que se llama dignidad.

Es tiempo de acelerar la búsqueda de nuevos mercados y socios dispuestos a establecer relaciones diplomáticas bajo condiciones de dignidad, decoro, pero, sobre todo, civilizadas. Trump, por varias horas, le dio a Colombia un trato de enemigo político, como si se tratara de Irán, Cuba o Irak.




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