Por Germán Ayala Osorio
Con la entrada al juego electoral
de Juan Manuel Galán y del eterno candidato del GEA, Sergio Fajardo Valderrama los
posibles eslóganes de estas campañas “mejoran” un poco en relación con los
catastrofistas que lanzaron de manera temprana David
Luna, candidato en la sombra de Vargas Lleras y la ficha de los clanes
Gnecco y Gilinski, Vicky Dávila,
así como María Fernanda Cabal,
una de las “generalas o muñecas” del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe
Vélez. Luna, por ejemplo, habló de “recuperar moralmente a Colombia”,
mientras que la periodista-candidata y la congresista del Centro Democrático hablaron
de “salvar y recuperar a Colombia”.
Parece que Luna, Dávila de Gnecco
y Cabal están decididos a presentarse a las elecciones de 2026 como los nuevos “salvadores”
o “mesías” de una derecha incapaz de hacer ejercicios de autocrítica por los negativos
efectos que dejaron 30 años de uribismo y neoliberalismo. Insisten en la peregrina
idea de que “el comunismo de Petro acabó con la Suiza de América”
que con tanto esfuerzo construyeron César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés
Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque Márquez. Luna, por
ejemplo, habla de moral cuando viene de hacer parte de Cambio Radical, uno de
los partidos con más políticos investigados, procesados y condenados por
diversos delitos. Mientras que Cabal y Dávila de Gnecco insisten en recuperar
el carácter mesiánico con el que su patrón, Álvaro Uribe,
conquistó a millones de ingenuos
e ignaros que creyeron a pie juntillas en los beneficios de la Seguridad Democrática, la Mano Firme y el Corazón
Grande.
Entre tanto, Juan Manuel Galán
ya dejó ver el sentido de lo que podría ser su eslogan de campaña. Propuso el hashtag
#ColombiaNueva; mientras que el enclosetado uribista y
exgobernador de Antioquia Sergio
Fajardo Valderrama inició su candidatura llevando a las universidades la
pregunta “cómo construir un mejor país”.
La etiqueta propuesta por Galán bien podría cambiarse en el futuro por la frase Vamos por una “Nueva Colombia”, en la que se recogería la idea del cambio con la que Gustavo Petro se presentó y cautivó a cientos de miles de los que votaron su proyecto político en el 2022. Pensar en que es posible liderar y construir una “Nueva Colombia” alejaría a Galán del sentido revanchista, negativo y catastrofista de las frases que hasta el momento expusieron Cabal, Dávila de Gnecco y Luna, aspirantes de la derecha y la ultraderecha. Eso sí, tengo dudas de la capacidad y el interés de Galán de tomar distancia de los sectores de poder tradicional que lo acompañan en su aspiración presidencial. Juan Manuel Galán hace rato es un defensor del Establecimiento colombiano.
En lo que respecta a la pregunta con
la que Sergio
Fajardo estaría orientando sus charlas en espacios universitarios hay que
señalar que con el interrogante los asesores del exalcalde de Medellín insisten
en recuperar el perfil de profesor universitario y posicionar a Fajardo como un
político que escucha a la juventud y con el que es posible construir consensos y “unir”
al país. Eso sí, la pregunta “cómo construir un mejor país” resulta
demagógica, con un tinte academicista y esperanzadora en la medida en que el único
capaz de (re) construir un mejor país sería el profesor Sergio Fajardo y nadie
más por cuanto el político antioqueño sería el vocero del estudiantado que participa
de las charlas con el eterno candidato presidencial del medroso Centro
político.
Ya veremos cómo se decantan estas
primeras ideas. Lo que parece inamovible en varios de los candidatos de la
derecha uribizada es su insistencia en descalificar al gobierno Petro, a pesar
de que al final el presagio aquel de que nos “volveríamos como Venezuela”
no se cumplió por una razón fundamental: el actual presidente de Colombia es
progresista y no representa a la izquierda con la que la derecha neoliberal suele
asociar el modelo socialista de Cuba, Venezuela e incluso el viejo régimen socialista
de la antigua URSS.
Al haber desaparecido el fantasma
del “Castrochavismo y el comunismo”, a los asesores de campaña de Cabal, Dávila
de Gnecco y Luna les queda más fácil apelar al odio, a la mentira, la
tergiversación de la realidad y al catastrofismo para tratar de cautivar a ese
electorado que aún consume la sesgada información que entregan los medios
hegemónicos. La pregunta de Fajardo y la idea de una Nueva Colombia o de una
Colombia Nueva de Juan Manuel Galán pueden mejorar el debate electoral en la
medida en que superan las miradas aciagas, desastrosas, calamitosas, devastadoras,
trágicas e infortunadas con las que “evalúan” la gestión del gobierno de Gustavo
Petro por el solo hecho de haberles arrebatado la Casa de Nariño y debilitado
las redes clientelares que la derecha tejió durante más de 30 años.
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