Por Germán Ayala Osorio
Por cuenta de la consulta popular
y los problemas con el sistema de salud, al target de los candidatos a la
presidencia y al Congreso se sumarán los usuarios-clientes-víctimas de las EPS.
Aunque para este grupo poblacional no habrá el sempiterno kit electoral que
cada cuatro años suelen entregar los partidos y los políticos en campaña, las
promesas de un mejor servicio aparecerán como por arte de magia. De hecho, la
candidata presidencial de los clanes Gilinski y Gnecco, Vicky Dávila ya empezó
a explotar electoralmente la penosa situación de los pacientes con enfermedades
catastróficas. Su populismo ramplón y vergonzante está directamente conectado a
su pasado como “periodista-periodista” pues la señora sabe muy bien qué es eso de
la porno miseria mediática. Eso sí, dudo mucho que entienda cómo opera el pérfido
modelo de salud en el país, que incluye la integración vertical en la que se
gastaron millones de pesos y por esa vía desmejoraron la atención de los
pacientes y por supuesto se perdieron billonarios recursos públicos en la
sempiterna corrupción privada.
Hay en las redes sociales una
enconada disputa entre bodegas y perfiles alrededor del establecimiento de
responsabilidades en la crisis de un modelo de aseguramiento diseñado a la
perfección para el desvío de dineros públicos y el enriquecimiento de unas
cuantas familias y políticos metidos en el lucrativo negocio. La narrativa de
la derecha neoliberal que defiende a dentelladas el perverso sistema de salud
es fácil de usar en contra del actual gobierno: cuentan sus más visibles
voceros con la prensa bogotana y regional y los noticieros nacionales
dispuestos todos a explotar el dolor y las angustias de los enfermos, vistos
por los periodistas como víctimas del gobierno y no de las EPS y de las
empresas encargadas de dispensar los medicamentos. Por lo anterior, debe el
gobierno Petro, de la mano de la Supersalud, hacer ingentes esfuerzos
administrativos y logísticos para mejorar la prestación de los servicios de
salud. Ya la prensa tradicional aprendió cómo hacer para que la gente salga
berraca a votar.
De continuar la exhibición
mediática de las angustias de los pacientes, es fácil imaginar las ofertas de
los candidatos al congreso y a la presidencia amigos y defensores a muerte de
la Ley 100 del 93: “acabaré con las filas para recibir los medicamentos”; en mi
gobierno se girarán los recursos a tiempo y se aumentarán los pagos por
capitación y reservas técnicas”; “volveremos a ser uno de los mejores sistemas
de salud de todo el continente americano”; “no permitiremos la estatización del
modelo de salud, no volveremos a los tiempos del Seguro Social”.
Mientras el gobierno escribe las
preguntas que los colombianos deberán responder la consulta popular, las notas
periodísticas de las empresas mediáticas aumentarán considerablemente con los
fines electorales ya señalados. Esa es, desde ya, la estrategia política y
electoral de las EPS para mostrarse como víctimas del gobierno Petro. Insistir
en ralentizar la entrega de medicamentos y el asegurarse que siempre haya interminables
colas a las afueras de las entidades prestadoras de salud ayuda a los medios
hegemónicos a hacer la tarea compartida de señalar como el único culpable del
colapso del sistema de salud al gobierno de Gustavo Petro. Estamos ante una sinuosa
estrategia que beneficia a los propietarios de las EPS y a los medios masivos
que le hacen oposición al actual gobierno.
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