Por
Germán Ayala Osorio
En
el ejercicio de la política hay una práctica muy común entre los políticos
profesionales: manosear los conceptos. Y en Colombia, por estos días los más ajados,
deslucidos, palpados, ensuciados y opacados son el constituyente primario
o pueblo, legitimidad e institucionalidad.
Se trata de vocablos o categorías que en su uso cotidiano y dentro de las dinámicas
del poder aportan a la construcción de una idea más o menos clara de lo que significa
la democracia
como régimen de poder.
Esas
tres ideas y nomenclaturas confluyen en la siniestra coincidencia representada
en la salida de la cárcel del congresista del Centro Democrático, Ciro Ramírez
y la captura de los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, Iván
Leonidas Name Vásquez y Andrés Calle Aguas, justo antes de comenzar las
discusiones al interior del Congreso
en torno a la viabilidad o no de la Consulta Popular del gobierno
Petro.
Todos
tres investigados por casos de corrupción. Ramírez, llamado a juicio por la
Corte Suprema de Justicia (CSJ) por el caso conocido como el de las Marionetas
y Name y Calle por los hechos relacionados con el escándalo de la UNGRD, dan
cuenta de una situación jurídico-política que toca los intereses del gobierno y
de las bancadas de los partidos que deberán votar si le dan vía libre a la Consulta
Popular.
Que
la CSJ haya dejado en libertad a Ciro Ramírez por no “representar un peligro
para la sociedad y el proceso penal en su contra” despierta todo
tipo de suspicacias porque al recuperar su curul podrá participar de la
votación de la Consulta Popular, asunto político que por estos días ocupa el
interés nacional. Es probable que la votación a favor o no de la Consulta Popular
se defina por unos cuantos votos. Es allí en donde nacen gran parte de las suspicacias
alrededor de la libertad otorgada al procesado Ciro Ramírez, quien desde su
curul espetó que logró probar su inocencia ante los magistrados del alto tribunal,
cuando aún la Corte no define de fondo su situación jurídica. Es decir, Ciro
Ramírez mintió.
El congresista dijo: “Si estoy aquí parado es porque en el juicio pude
demostrar mi inocencia”.
Así
registró la prensa la decisión judicial: “este viernes 02 de mayo la Sala
Especial de Primera Instancia tomó una decisión crucial en la investigación
contra el exsenador Ciro Ramírez, investigado por presunta corrupción en el
entramado conocido como “Marionetas II”.
Ya
el sub júdice ciudadano anunció que votará No siguiendo la directriz de
su congregación el Centro Democrático. Justamente, por tener esa condición en
la que su inocencia está en entredicho hasta que su juez natural no tome una
decisión de fondo, la legitimidad de su curul queda en entredicho, así como las
posturas que decida asumir y expresar a través del voto dentro de las dinámicas
al interior del Congreso.
Estamos
ante una situación ético-política y jurídica que además de restarle legitimidad
a sus pronunciamientos dentro de sus actividades como congresista, afecta
negativamente la ya maltrecha imagen del Legislativo en la medida en que su responsabilidad
en los hechos punibles por los que la CSJ ordenó enviarlo a prisión durante 15
meses no está aún probada o desechada. Así las cosas, sobre la institucionalidad
asociada y derivada de las reglas y actuaciones del Congreso recae una enorme
carga negativa dado que la ya comprometida legitimidad de la curul de Ramírez
por su condición sub júdice, deviene inexorablemente ligada a las formas
regladas
y protocolos dentro y fuera de la Ley 5 de 1992 (Ley del Congreso).
Sobre
el último vocablo, el pueblo o el constituyente
primario, el manoseo es histórico, cotidiano y acomodaticio de acuerdo con
los intereses de quienes lo invoquen. Los sectores de la derecha y la izquierda
cada uno parecen tener su “propio pueblo”. Lo único claro en los tres casos penales
que enfrentan Ramírez, Name y Calle es que ninguno de los congresistas
aquí señalados representa los intereses del pueblo colombiano, a pesar de haber
sido elegidos
a través del voto popular.
Ciro Ramírez reaparece en el Senado y dice que “pude demostrar mi inocencia, el juicio ya se acabó”
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