jueves, 26 de junio de 2025

EVA REY Y SU INTERÉS POR SABER CÓMO “TIRABA” EMILIO TAPIA EN LA CÁRCEL (II)

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La malograda, farandulera, irresponsable, inconveniente y lujuriosa entrevista que Eva Rey le hizo a Emilio Tapia y a su esposa la congresista Saray Robayo Bechara es un buen ejemplo de lo que no se debe hacer en periodismo.  

Hay unas líneas rojas que el periodista-entrevistador está obligado a trazar al momento de dialogar con politicastros e incluso con miembros de las “guerrillas” o de otras estructuras armadas ilegales. La primera de línea roja y quizás la más importante es evitar risitas, coqueteos e incluso aprobaciones que le permitan a las audiencias pensar que la periodista aprueba o minimiza los delitos cometidos por el político o los miembros de las organizaciones al margen de la ley.

Para el caso del diálogo entre Eva Rey y el corrupto de Emilio Tapia el trato afable, las risitas y el tono cercano y familiar de la periodista resultaron grotescos en la medida en que el entrevistado fue hallado culpable de corrupción y lo que menos se espera es que esas conductas dolosas terminen validadas por el tratamiento farandulero que Rey le dio al encuentro con la curiosa pareja que da cuenta de la estrecha relación entre crimen y política. “Aunque sigue estando vigilado por el Inpec, Emilio Tapia se da la gran vida en Montería mientras planea su siguiente movida. Conocida su ambición, está asfaltando el camino para las elecciones de 2026 donde aspira que su esposa Saray de el gran salto al Senado y por la puerta grande con 200 mil votos, que quedaron marcados en la torta de la celebración de la celebración privada que le festejó en plena Feria Ganadera”.

Las circunstancias que aparecen en el texto citado debieron ser tenidas en cuenta por Eva Rey antes de contactar al putrefacto contratista y a su esposa la congresista del partido de la U.  Darle semejante vitrina a un ladrón, como si se tratara de un artista, resulta a todas luces imperdonable. Invitar a un corrupto para conversar de temas “calientes” es una conducta periodísticamente irresponsable, propia de una periodista que parece naturalizar el ethos mafioso que guía la vida de Emilio Tapia.

Al preguntar por las condiciones en las que la pareja tuvo relaciones sexuales durante el tiempo en el que Tapia estuvo preso, Eva Rey intentó distraer a la audiencia que ocasional o tradicionalmente consume sus ridículas entrevistas, por la imagen de corrupto de Emilio Tapia, la misma que arrastrará hasta el final de sus días. Al ver que no lo logró y de recibir una andanada de críticas la periodista farandulera optó por retirar los cortos de la entrevista, al tiempo que reconoció que la “cagó”.

Para hacer periodismo serio y riguroso no se necesitan 70 mil millones de líneas rojas. Basta con mantener una prudente distancia con los entrevistados, pues cualquier risita, coqueteo o gesto de asentimiento por parte del periodista corren el riesgo de ser leídas como conductas cómplices con quienes han violado la ley. Haría bien que Eva Rey revise con cuidado la deontología del oficio porque su estilo farandulero de entrevistar claramente va en contravía del deber ser. 




Imagen tomada de Con parranda, el corrupto Emilio Tapia anunció que su esposa Saray Robayo será la baronesa electoral de la Costa

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