domingo, 9 de febrero de 2025

DÍA DEL PERIODISTA Y LA “BANCARIZACIÓN” DEL PERIODISMO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Como es tradición en Colombia cada 9 de febrero se conmemora el Día del Periodista, para exaltar la labor de informativa y por esa vía aportar a la consolidación de la democracia como régimen político. Más allá de los mensajes de reconocimiento que suelen enviar empresarios y entidades gubernamentales a las salas de redacción de noticieros y medios impresos, es bueno confrontar ese trabajo informativo y de generación de estadios de opinión pública que vienen cumpliendo las grandes empresas mediáticas del país, en particular en la actual coyuntura política del país.

Colombia y otros países del mundo asisten a lo que bien se puede llamar la “bancarización” del periodismo que no es otra cosa que la operación de los medios masivos bajo el dominio de conglomerados económicos que compraron empresas mediáticas no necesariamente para mejorar los estándares de la democracia y mucho menos para cumplir lo consignado en el artículo 20 de la Carta Política que señala que “se garantiza a toda persona la libertad de expresar su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura”.

Por el contrario, la compra de medios tradicionales como El Tiempo, Semana y El País de Cali por parte de los banqueros Sarmiento Angulo y Gilinski está atada a los intereses políticos y económicos de esas poderosas familias, lo que confirma no solo la “bancarización” del periodismo, sino su uso superlativo e ilimitado para afectar la gobernabilidad y la viabilidad del actual gobierno. Los tratamientos noticiosos que vienen haciendo esos tres medios de hechos públicos relacionados con las maneras de gobernar y las decisiones tomadas por el gobierno Petro confirman el uso del oficio como instrumento generador de incertidumbres sociales y pánico económico en el marco de la decisión editorial adoptada por las tres empresas mediáticas de fungir como actores políticos en oposición al gobierno progresista.

Ese mismo papel vienen jugando El Espectador en manos de la familia Santodomingo y El Colombiano, medio regional ancorado al uribismo y a la defensa de las ideas conservadoras de esa parte de la sociedad antioqueña que sigue atada a las circunstancias propias de una premodernidad de la que se sienten orgullosos. Por los lados de la televisión y la radio sucede exactamente lo mismo. RCN y Caracol informan con los mismos intereses corporativos que desdibujan la función vigilante del poder que deben ejercer los periodistas y aquello de ser los “perros rabiosos de la democracia”.

Por el contrario, gracias a la “bancarización” del periodismo ya no hay quién ejerza la tarea de controlar al poder porque los poderosos compraron las más grandes empresas mediáticas justamente para evitar cualquier acción vigilante que ponga en evidencia aquellas actuaciones privadas y públicas susceptibles de revisión moral y ética.

Bajo las anteriores circunstancias conmemorar el Día del Periodista queda reducida a simple formalismo pues la verdad no hay mucho que exaltar cuando ya una parte de la sociedad y de la opinión pública se dieron cuenta de que la información es un negocio del que se benefician los banqueros y los grandes conglomerados económicos de Colombia y de otras partes del mundo.

Eso sí, mi más sincero reconocimiento a los colegas que hacen periodismo riguroso desde blog y otros medios alternativos; y también el mismo mensaje para aquellos que a pesar de trabajar en los medios arriba señalados intentan informar con rigurosidad. Lo cierto es que no son buenos tiempos para ejercer el periodismo en el país y en el resto del mundo que ya lidia con las falsas noticias y la construcción de relatos mentirosos desde los medios tradicionales con el firme propósito de ensuciar los hechos y de esa manera evitar que se conozca la verdad de lo acontecido.





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