lunes, 3 de febrero de 2025

DAVID LUNA Y VICKY DÁVILA QUIEREN “SALVAR A COLOMBIA”

 

Por Germán Ayala Osorio

Con las candidaturas presidenciales confirmadas de David Luna y Vicky Dávila de Gnecco aparecen narrativas que se suman a las ya lanzadas por voceros de la derecha como los carcamales expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe y la congresista María Fernanda Cabal. Esos tres agentes del establecimiento colombiano ya gritaron a voz en cuello que se proponen “recuperar y a salvar a Colombia”. Una frase efectista y populista con la que quieren ocultar lo que hicieron durante 30 años César Gaviria y el propio Álvaro Uribe: concentrar la riqueza y la tierra en pocas manos, socializar la pobreza, empobrecer y eliminar física y simbólicamente al campesinado y consolidar un modelo de desarrollo económico insostenible.

David Luna, de las entrañas de Cambio Radical y alfil del afable exvicepresidente Germán Vargas Lleras ya lanzó su propia consigna: “el país hay que reconstruirlo moral, física y económicamente”. Con evidentes diferencias semánticas, el manzanillo David Luna se presenta ante los colombianos como un líder moral capaz de “salvar al país” de la debacle moral en la que cayó la nación, según él, por culpa de Petro.

Entre tanto, la periodista uribista Vicky Dávila de Gnecco, con un discurso lleno de lugares comunes se presenta como la anti-política, anticorrupción y como salvadora del país porque Colombia va hacia el abismo, hacia el caos.

Luna y Dávila de Gnecco se caracterizan por tener discursos básicos. A pesar de haber obtenido títulos universitarios al hablar se les nota a leguas una incontrastable debilidad conceptual. Eso sí, hábil y sinuosamente intentan ocultar sus vacíos conceptuales apelando a una narrativa moralizante que insiste en dividir el país entre “buenos y malos”. Y los buenos son ellos y quienes se les acercarán al momento de conformar las alianzas que de todas maneras tendrán que hacer así insistan en presentarse como “independientes”.

La exdirectora de Semana y el excongresista de Cambio Radical se presentarán por firmas, estratagema de uso común en Colombia para engañar al electorado fingiendo independencia y autonomía para tomar decisiones en un país en el que desde hace más de 100 años opera y gobierna un establecimiento retardatario y mafioso en el que hay agentes de poder económico y político que estarán dispuestos a patrocinar sus campañas “independientes”. Más claro: Luna y Dávila de Gnecco mienten porque el primero es ficha de Vargas Lleras y de los conservadores; y la segunda es la “muñeca” que comparten los clanes Gilinski y Gnecco.

Encuentro similitudes entre lo expresado por la exdirectora de Semana en La W con lo consignado en los 100 puntos del Manifiesto Democrático de su admirado expresidente Uribe. Por ejemplo, en el punto 43, Uribe declaró que gobernaría “sin corrupción ni politiquería los recursos tienen que alcanzar para erradicar la miseria y construir justicia social”.  Al igual que Uribe, la periodista dice “amar a Colombia”, lo que la acerca al expresidente y expresidiario antioqueño en los puntos 97, 98 y 100. Es decir, sin vanidad de poder, Dávila de Gnecco se “hará moler por Colombia”.

Si en su momento Uribe, gracias a la prensa hegemónica que lo apoyó se presentó como el “salvador” del país, Vicky Dávila aspira a ser la “heroína” en un país plagado de cocaína, fuente de la corrupción público-privada que ella sueña con acabar. 



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