Por Germán Ayala Osorio
“Salvemos a Colombia” es
una frase ya manida que, en boca de políticos profesionales y de los politicastros
de oficio le ha servido a la derecha para macartizar a quienes desde la
izquierda y el progresismo proponen llevar al país a estadios civilizatorios en
los que se superen todas las formas de violencia (estructural, simbólica y
física) que por más de un siglo naturalizamos y volvimos parte del paisaje
macondiano que copa el territorio colombiano.
Quienes apelan a esa sentencia o
a otras parecidas como “recuperar el rumbo y a Colombia”, exponen su molestia
y animadversión hacia esa otra opción de poder que les compite, porque se
sienten dueños absolutos de la verdad, pero, sobre todo, inmaculados y eternos
dueños de los destinos del país. Hace unos días, el expresidente iliberal, César
Gaviria Trujillo, invitó a la godarria nacional a hacer una coalición y ofreció
al partido Liberal como plataforma ideológica, lectoral y política para “recuperar
el rumbo” de un país como Colombia en el que justamente sus élites dominantes
jamás sufrieron derrota, hasta el 2022 cuando Petro llegó a la Casa de Nariño,
sin que ello haya significado un cambio sustancial en la correlación de
fuerzas. Ya el mismo Petro lo reconoció: “somos gobierno, pero no tenemos el
poder”. Por el contrario, el ejercicio controlado
de la política les ha permitido garantizar altos grados de certidumbre para
afianzar el perfil rentista de sus más visibles miembros.
Por todo lo anterior, “recuperar
el rumbo o a Colombia” significa hacerse nuevamente con la casa de gobierno,
para continuar sometiendo a la Naturaleza y a millones de colombianos y
colombianas a disímiles formas de violencia.
Como la memoria es frágil, recordemos
a quienes en el 2022 apelaron a ese tipo de locuciones para ganar adeptos,
asustar a ingenuos y naturalizar el proceso de estigmatización a todo lo que
huela a izquierda, progresismo e incluso, a propuestas de centro izquierda. “Salvemos
Colombia”: la propuesta de John Milton Rodríguez para formar una nueva
coalición. El titular es de la revista Semana. Rodríguez es un político de
derecha y predicador del movimiento Colombia Justa Libres quien en el pasado
fue ateo y comunista. Vaya giro ideológico el que dio el pastor Rodríguez.
En el 2002, con su arenga
salvadora y mesiánica invitó a las figuras representativas de la derecha
uribizada a firmar un acuerdo nacional. “Este Acuerdo Nacional permitirá
enfrentar con determinación la corrupción de la casta política colombiana, y
la amenaza que representa para el país un posible régimen PetroChavista y el
mal llamado “progresismo”, que llevarían al Colombia a la ruina y la misera,
tal como lo sufre nuestro apreciado vecino país de Venezuela”.
Hace dos años fue el ladino
pastor Jhon Milton Rodríguez quien propuso “salvar a Colombia” de las garras
del comunismo que jamás llegó; hace varias horas, el expresidente César Gaviria,
convertido en un lastimero carcamal, invita a lo mismo, pero con la frase “recuperemos
el rumbo”, que no es otra cosa que la reconquista de la Casa de Nariño para que desde de sus frías habitaciones la derecha corporativa siga sometiendo los ecosistemas
naturales-históricos a los caprichos de un desarrollo insostenible, en consonancia con su discurso negacionista del cambio climático.
Mientras llegan las elecciones de
2026, la derecha deberá contentarse con los gritos aislados de “fuera Petro” de
aquellos viudos del poder que sufrieron derrota en el 2022, lo que les significó
una pérdida importante en la contratación pública, así como un freno a las actividades
antrópicas altamente disruptivas y dañinas en términos socioambientales, paisajísticos
y ecológicos a las que venían
acostumbrados; o porque la política
antidrogas del actual gobierno les está afectando la economía ilegal a la que suelen
estar atados a varias de las etapas del proceso de producción de la cocaína.
El futuro del país se mueve
pendularmente entre falsos profetas, pastores, políticos mesiánicos, uno que
otro chafarote ofreciendo mano dura y envejecidos líderes políticos responsables
en buena medida de la violencia estructural que caracteriza a Colombia. Todos llamando
a la “unidad nacional” que no es otra cosa que la estratagema para gobernar con
las camarillas de siempre, cuyos
representantes más visibles se encargarán de mantener las históricas condiciones
de pobreza, miseria, exclusión y concentración de la tierra y la riqueza en pocas manos, para garantizar
la reproducción en el tiempo de aquellos salvadores furtivos que aparecen cada
cuatro años.
salvemos a Colombia dice la derecha - Búsqueda Imágenes
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