martes, 26 de diciembre de 2023

PETRO, MARÍA FERNANDA CABAL, MILITARES Y POLICÍAS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Detrás del nuevo rifirrafe entre la senadora de derecha, María Fernanda Cabal y el presidente de la República, Gustavo Petro, está la aspiración de la congresista de convertirse en la primera mujer en gobernar a Colombia. En su crítica a los evidentes problemas de inseguridad que afronta el país en sus zonas rurales y urbanas, Cabal busca ganarse electoralmente a los militares y policías, en particular a los altos oficiales (generales) que Petro sacó del Ejército y la Policía, por razones ideológicas, políticas, sospechas de corrupción, así como actitudes que al interior del mundo castrense se conocen como propias de soldados disociadores, ancladas a la huella que dejó dentro de la institución el hoy exgeneral Enrique Zapateiro.

De manera temprana, la señora Cabal quiere ganarse la simpatía de los militares y policías retirados por el presidente Petro en uso de su poder discrecional para llamar a calificar servicios a los integrantes de la fuerza pública. Cabal pretende recoger el malestar de esa oficialidad para convertirse en su redentora y defensora, para alinearla con vociferantes de la Reserva activa que han propuesto dar un golpe de Estado.

La congresista de derecha señaló que “ustedes destruyeron la moral de la fuerza pública; desarticulada por despidos y paranoia, por irrespeto a la jerarquía militar y policial…”. La lectura maliciosa que hace Cabal de las medidas adoptadas por el gobierno oculta lo que realmente está haciendo Petro como comandante supremo de las fuerzas armadas. El presidente pretende erosionar y desmontar la doctrina del enemigo interno que por más de 50 años guió la formación y el actuar de militares y policías, a pesar de la operación de grupos que aún insisten en llamarse como guerrilleros y con los que el gobierno habla de paz. El presidente de la República posiciona la idea de que el conflicto armado interno, tal y como lo conocimos hasta la firma del tratado de paz de La Habana, ya desapareció, para dar cabida a una lucha entre grupos armados ilegales por el control de las economías ilícitas y los territorios en los que estas se reproducen.

En su respuesta a la señora Cabal, Gustavo Petro confirma que “el objetivo es desactivar las economías ilícitas y las organizaciones armadas que sostienen”. Así las cosas, Petro se alinea con el tradicional discurso castrense con el que los uniformados descalificaron en el pasado a las llamadas “guerrillas”, cada vez más untadas de narcotráfico y minería ilegal. Bajo esa premisa, el presidente, sin pretender construir una relación patronal con los militares y policías, como la que construyó Uribe Vélez en sus ocho años de mandato, lo que está haciendo es dignificar la vida castrense y devolverle lo que el uribismo les quitó a cientos de policías y militares: dignidad y mística. Cabal habla de destrucción de la moral militar, cuando lo que creció en los ocho años de gobierno de Uribe fue el comportamiento inmoral de los uniformados que violaron los derechos humanos, participaron de masacres, patrullaron de la mano de los paramilitares; asesinaron civiles (6402) para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate; y protegieron narcotraficantes, entre otras conductas contrarias al honor militar.

En su tempranero y comprensible desespero electoral, María Fernanda Cabal quiere convertirse en la defensora y madrina de exmilitares y expolicías que por diferentes razones fueron llamados a calificar servicios. A la congresista le sugiero que aproveche el tiempo para consolidar un discurso propositivo y sólido conceptualmente. Dedíquese a leer. La opinión pública cambió, señora Cabal. Esa actitud vociferante poco le ayudará a ganarse el respeto de los colombianos. Y recuerde que Álvaro Uribe Vélez, su patrón, desconfía de las capacidades de las mujeres para gobernar. Salvo que Usted quiera remplazar a Iván Duque, siendo la “títere” del expresidente y expresidiario, entonces continúe con sus peleas en tuiter, porque lo que menos querrá escuchar el latifundista antioqueño son propuestas de una mujer.




Imagen tomada de Pulzo. 


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