Por Germán Ayala Osorio
El genocidio en Gaza,
perpetrado por el sionista ejército israelí, debería de superar con creces las
crisis civilizatorias
y las lecturas pesimistas que sobre el futuro de la humanidad generaron el Holocausto
nazi, las dos guerras mundiales y el criminal lanzamiento de las bombas
atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados
Unidos. Pero no, parece que las dinámicas de cada país,
más la guerra de aranceles entre USA y China, la universalización del fútbol como
deporte espectáculo y el poder distractor, envilecimiento, estupidización y de
entretenimiento de las redes sociales y la IA impiden consolidar una sola
narrativa que bajo el título de genocidio convoque al mundo entero a rechazar
los vejámenes, la tortura, persecución y la eliminación del pueblo palestino a
manos del sionista ejército de Israel.
El genocidio en Gaza se torna
invisible porque hay un escenario cultural que facilita su inmaterialidad. “Como
está establecida nuestra cultura, con ancestros colonizados y un marco
económico y político de corte capitalista, la educación, a través de mecanismos
de alienación masiva (los medios, la moderna tecnología, la televisión, la
prensa, el entretenimiento), se ha convertido en herramienta útil para
mecanizar los comportamientos de los individuos, para quitarles el tiempo para
reflexionar en su misión en la tierra, para no pensar en los problemas de su
entorno ni en los suyos, para mantener unos niveles de ignorancia que facilite
su manipulación con los espejitos, las recompensas, los premios y halagos
mentirosos que crea la fantasía en las mentes pobres.”[1]
La transmisión en vivo y en
directo de las prácticas genocidas implementadas por Israel, legitimadas por los
Estados Unidos y otras potencias del mundo
desarrollado, convirtió la salvaje persecución étnica contra el pueblo palestino
en un entretenido espectáculo atado a las lecturas amañadas de empresas mediáticas
de carácter universal que evitan a toda costa calificar de genocidio lo hecho
por Israel en la franja de Gaza. Los términos guerra, muertes, masacres[2],
ataques y enfrentamientos sirven a los propósitos mediáticos y políticos de
los gobiernos cómplices de las prácticas genocidas perpetradas por Israel. El objetivo
es claro: evitar a toda costa calificar de genocidio lo que evidentemente constituye
un genocidio. La BBC Mundo habla de “guerra”. El País[3]
de España hizo lo propio. En Colombia, la prensa hegemónica sigue temerosa de
calificar de genocida al Estado de Israel. Estas corporaciones mediáticas
titulan “Israel mató”, cuando el titular más preciso, para no hablar de
objetividad, sería Israel asesinó, por cuanto la muerte y la acción de matar
puede producirse de manera accidental.
El Papa
Francisco habló de “guerra” en referencia a los acontecimientos de Gaza, al
igual que su sucesor, León XIV. Todos
esos vocablos son usados de manera cobarde como eufemismos por quienes dicen
guiar la vida de por lo menos 1400 millones de católicos que oran por la paz en
la martirizada región, sin asumir la postura política requerida para asumir la
defensa consciente de la vida en medio de las diferencias étnicas.
Se suma a todo lo anterior la
irrupción de un factor económico cuya semilla quizás empezó a germinar dentro
de procesos de reconstrucción en escenarios postbélicos como el Plan Marshall:
la gentrificación, fenómeno neoliberal que le permite a Israel y a los Estados
Unidos rediseñar, repensar o reinventar a la franja de Gaza entregándola a las
multinacionales de la construcción y de la hotelería para convertir sus playas
en atractivos turísticos en donde quizás los viejos oficiales sionistas, sus
hijos y nietos puedan viajar para descansar. Para lograrlo, urge eliminar hasta
el último palestino y gazatí. Y el único proceso que puede garantizar la gentrificación
de ese territorio es con el genocidio y la diáspora.
Las tímidas reacciones contra el
genocidio en Gaza validarán hacia el futuro las prácticas genocidas contra
otros pueblos previamente señalados de ser obstáculos para el desarrollo económico
y los procesos hegemónicos que suponen lo que bien se puede llamar como “estandarización
étnica”. Si en un futuro no muy lejano la pluricrisis climática golpea a potencias
militares del norte global, muy seguramente mirarán hacia el sur para poner en
práctica lo hecho por Israel en Gaza
y de esa manera iniciar los procesos de ocupación, captura de recursos y gentrificación
de territorios. Por lo anterior, el sistema mundo capitalista necesita
de genocidas como Netanyahu.
genocidio en gaza - Búsqueda Imágenes
[2]
Hoy, por primera vez, el noticiero privado de Colombia, Noticias Caracol habla
de masacre, en referencia a la estrategia de Israel de usar el hambre
como estrategia de eliminación de los gazatíes, provocando la muerte por inanición
de cientos de miles de bebés.
[3]
En una nota de 2024, el título fue “Claves culturales para comprender la guerra
de Gaza”. https://elpais.com/babelia/2024-08-10/claves-culturales-para-comprender-la-guerra-de-gaza.html
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