Por Germán Ayala Osorio
Los precandidatos presidenciales
del Centro Democrático se reunieron en Armenia para presentarle al dueño de esa
microempresa electoral sus propuestas, esperando a ver si le gustan a Uribe Vélez a
quien llaman “presidente” como si aún gobernara. Además de contar con la
presencia del “polémico empresario” conocido con el alias Calzones, todos los precandidatos hablaron de educación, pero en esta columna haré referencia a lo dicho por Andrés Felipe Guerra Hoyos y María Fernanda Cabal, en particular porque dejaron salir un par de perlas.
La señora Cabal, de 59 años,
confesó que su paso por el colegio fue amargo. Mientras que Guerra, aludió a la
necesidad de volver a los tiempos de la “letra con sangre entra”. Y exhibió la
correa como instrumento de formación que sobre él usaron sus padres con
resultados "positivos". A pesar de que Cabal y Guerra no ahondaron en sus
confesiones, la Escuela como institución está en las llamativas confidencias
que entregaron al público que asistió al “foro” entre los precandidatos que
buscan el guiño de su Gran Patrón, Álvaro Uribe Vélez.
A la escuela como institución disciplinante
se le reconoce un papel clave en el proceso de humanización y socialización y
arrastra, como es apenas lógico, los problemas connaturales a la perversa condición
humana. De allí que las experiencias no siempre serán positivas para todos los que
pasan por las aulas. Desde esa perspectiva, el odio que reconoció sentir por
el colegio la senadora María Fernanda Cabal confirma la complejidad que rodea a
ese escenario en el que el ser humano se construye y deconstruye bajo unos objetivos
atados a un modelo de dominación universal del que hacen parte sustantiva el
Estado, la Escuela y la Familia. A pesar de su frustrante experiencia, y de
acuerdo con la red internet la congresista del Centro Democrático pudo seguir dentro
del sistema educativo: es politóloga de la Universidad de los Andes y
Estudió Literatura e Historia en el Instituto Universitario de Investigación
Ortega y Gasset (IUIOG) en España.
Eso sí, la señora Cabal, en sus discursos e intervenciones en plaza pública deja entrever que no es propiamente una mujer leída y formada académicamente para discutir y discurrir de manera argumentada. Más bien, su agresivo e intemperante carácter le ayuda a ocultar sus falencias en la oratoria y en el arte de argumentar. Su célebre frase “estudien vagos” resulta a todas luces engañosa de acuerdo con las maneras en las que suele articular sus discursos.
Entre tanto, sobre Andrés Felipe Guerra Hoyos, hijo del político Bernardo Guerra Serna, la red internet dice que “es comunicador social de la Universidad Pontificia Bolivariana y especialista en Opinión Pública y Procesos Electorales de la Pontificia Universidad Javeriana”. Guerra, de 52 años, alude a la violenta práctica de darle correa a los hijos, muy asociada a la subcultura arriera antioqueña en la que los Machos no lloran. La “culebrita” como llama al cinturón el precandidato presidencial es el símbolo de la premodernidad en la que aún sigue anclado como político y padre. Quizás Guerra sueña con ser presidente de la República porque aún le suena la idea de Uribe plasmada en el punto 100 de su Manifiesto Democrático en el que dijo lo siguiente: “Miro a mis compatriotas hoy más con ojos de padre de familia que de político”. En palabras de Guerra, lo que hizo Uribe fue “darle correa” a los colombianos con su política de seguridad democrática y sus medidas económicas de claro favorecimiento a las élites económicas. 6402 falsos positivos y millones desplazados "aprendieron la dolorosa lección".
Después de escuchar a estas dos
lumbreras del uribismo, recordé a Estanislao Zuleta, el gran filósofo. Decía que
el “colegio le quitaba tiempo para pensar”. En la misma red se lee que Zuleta “abandona
el colegio a la edad de 16 años, cuando cursaba apenas cuarto de bachillerato, ya
que, según él, esto le quitaba tiempo para leer y estudiar, en especial “La
montaña mágica” de Thomas Mann, libro que marco su vida. El ambiente hostil que le producía la
educación tradicional basada en las instituciones y en la reproducción de datos
que otros habían pensado y que evitaban la angustia de pensar por uno mismo,
fueron sus argumentos para desconfiar de ese tipo de educación, y en su
reemplazo, se la pasaba horas en la biblioteca, leyendo temas de su interés y
estudiando por su cuenta”.
Sí, la Familia y la Escuela son instituciones
disciplinantes creadas para someter a la siempre compleja condición humana. Una
lástima lo que le pasó a la señora Cabal. De haber tenido una experiencia
positiva durante su paso por el colegio, quizás hoy tuviera una idea distinta
de lo que debe ser una educación destinada a enseñar a pensar, dudar y a
confrontar toda forma de poder y no solo para obedecer los designios de la cultura
dominante.
Mientras Cabal le da manejo a su frustrante
paso por el colegio y morigera un poco su discurso propio de la violenta y
retardataria derecha colombiana, Guerra Hoyos seguirá suspirando por el regreso
de la vieja escuela en la que muchos padres de familia en el país siguen
instalados. Eso sí, el país necesita de políticos leídos y ojalá con el talante académico de Zuleta, porque Cabal y Guerra, como millones de
colombianos siguen “deseando mal”.
El siguiente extracto del texto
de Zuleta Elogio de la dificultad recoge de muchas maneras el espíritu de Cabal
y Guerra y todos los miembros y simpatizantes del Centro Democrático: “…Puede
decirse que nuestro problema no consiste sola ni principalmente en que no
seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos
proponemos; que nuestra desgracia no está tanto en las frustraciones de
nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal. En lugar de
desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule
nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, deseamos un idilio sin sombras
y sin peligros, un nido de amor y por lo tanto, en última instancia un retorno
al huevo. En lugar de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario
trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, deseamos un
mundo de la satisfacción, una monstruosa sala-cuna de abundancia pasivamente
recibida. En lugar de desear una filosofía llena de incógnitas y preguntas
abierta, queremos poseer una doctrina global, capaz de dar cuenta de todo, revelada
por espíritus que nunca han existido o por caudillos que desgraciadamente si han
existido. Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos
liberado del paraíso, nuestro pecado es que queremos regresar a él”.
maría fernanda cabal estudien vagos - Búsqueda Imágenes
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