miércoles, 23 de julio de 2025

JUAN MANUEL SANTOS: UN TIBIO NOBEL DE PAZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Lo que está haciendo el Estado de Israel en Gaza es un genocidio. Quienes insisten en llamar “guerra” a lo que sucede en este territorio hacen parte de la pérfida estrategia de los Estados Unidos y del propio Netanyahu de consolidar el proyecto de limpieza étnica que supone dos objetivos claros: el primero, diezmar o desaparecer al pueblo palestino. Matar de hambre a niños es la última fase de ese cruel propósito; y el segundo, consolidar las condiciones socio ambientales para gentrificar la zona en beneficio de las cadenas de hoteles interesadas en invertir millonarios recursos en la recuperación de las infraestructuras para entrar a operar una vez se elimine por completo al pueblo palestino o se logre su concentración en un gueto controlado por Israel.

Y frente a semejante atrocidad, hay silencios atronadores de figuras como la del Nobel de Paz de Colombia, Juan Manuel Santos, quien a pesar de que el 24 de mayo del año en curso se refirió a las acciones criminales de Netanyahu en nombre de la organización The Elders, ha evitado calificar de genocidio la intervención militar en Gaza y el control de la ayuda humanitaria con el fin de matar de física hambre a los bebés palestinos.  

En estos términos se refirió al asunto el Nobel de Paz: “la estrategia de Netanyahu es abominable…Es hora de poner fin al sufrimiento de los palestinos. Es necesario que otros países adopten medidas eficaces para prevenir el genocidio de conformidad con las sentencias de la Corte Internacional de Justicia…Debe cesar el envío de armas a Israel…Estamos con los israelíes y con los miembros de la diáspora judía que se oponen a las acciones del gobierno de Netanyahu y que desean una paz duradera con los palestinos”.  

Santos se cuidó en ese momento de calificar como genocidio lo hecho por Israel, entregándole la responsabilidad a “otros países”. De un Nobel de Paz se esperaría actos de habla más contundentes y permanentes. Ya transcurrieron dos meses de ese pronunciamiento en nombre de la organización The Elders y el Nobel de Paz no se atreve aún a calificar directamente de genocida a Netanyahu y al Estado que representa.

Este tipo de tibiezas son propias de quienes al poner por encima de los sufrimientos de los palestinos las “buenas maneras”, buscan a toda costa ser señalados como militantes de la causa palestina por miedo a poner en riesgo relaciones políticas y diplomáticas que aseguran invitaciones a conferencias y la financiación de proyectos de alcance regional o global. Bajo esas circunstancias es mejor pasar como un cobarde y medroso, antes de ganarse de enemigos a agentes de poder que desde los Estados Unidos le apuestan a que Israel logre la limpieza étnica, en la medida en que la política de odio y persecución implacable contra los inmigrantes latinos desatada por Trump en la tierra del Tío Sam está íntimamente ligada al supremacismo étnico que impulsa a Netanyahu a buscar eliminar hasta el último palestino.

Los hechos deshumanizantes perpetrados por Israel en Gaza ameritarían que un Nobel de Paz acuse de genocidio a Israel todos los días, hasta lograr incomodar a Netanyahu. El presidente Gustavo Petro ha fustigado varias veces las atrocidades cometidas por el Estado sionista de Israel, hecho que contrasta con la tibieza de Santos. El país recuerda la respuesta del primer ministro israelí, publicada el 11 de mayo en su cuenta de X: “Israel no va a recibir lecciones de un antisemita que apoya a Hamas, una organización terrorista genocida”. De los Nobel de Paz incapaces de cuestionar el orden internacional y las atrocidades cometidas por Israel, líbranos, Señor.


Nota: el 14 de agosto el expresidente calificó de genocidio lo que sucede en Gaza, después de mucho tiempo y cuando entendió que había hambruna en ese territorio. 


juan manuel santos nobel de paz y el repudio de lo que sucede en Gaza - Búsqueda Imágenes


No hay comentarios:

Publicar un comentario

COLOMBIA: EL PAÍS DEL ABSURDO, LA ESTOLIDEZ Y LA BELLEZA

  Por Germán Ayala Osorio   Colombia es el país del absurdo y de la belleza. En el 2016 el triunfo del No en el plebiscito por la paz co...