domingo, 22 de junio de 2025

LA “SIONIZACIÓN” DEL MUNDO Y LA “CACERÍA” ÉTNICA EN ESTADOS UNIDOS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El genocidio en Gaza que ejecuta en estos momentos Israel contra el pueblo palestino hace parte de lo que aquí llamo la “sionización” de las relaciones internacionales, acompañadas del silencio cómplice de varios países europeos que tácitamente aprueban semejante atrocidad; a esa andanada deshumanizante se suma la persecución de los migrantes latinos por parte del fascista de Donald Trump.

En ambos casos subsiste una supremacía étnico-cultural que legitima la limpieza en la franja de Gaza y las actividades de “caza” de latinos ejecutadas con precisión por las autoridades migratorias estadounidenses. El desprecio hacia los migrantes africanos y sudacas en los mismos países europeos que guardan silencio frente a la barbarie israelí, termina validando la “cacería” que se adelanta en territorio americano, así como la limpieza étnica en Gaza.

A ese deshumanizante escenario se suma el provocador ataque estadounidense contra instalaciones militares iraníes en las que supuestamente el régimen del ayatolá Alí Jamenei estaría construyendo bombas nucleares. Las armas de destrucción masiva, de acuerdo con el mensaje entregado a Irán y al mundo solo pueden estar en manos de los “buenos” y de ese selecto grupo hacen parte Rusia, Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.

La decisión inicial de Israel de atacar a Irán y la posterior intervención militar de USA se explica por la sospecha de que ese país musulmán estaría enriqueciendo uranio para la fabricación de bombas atómicas que lanzaría contra Israel. Bajo esas mismas aprensiones se atacó y se invadió a Irak en marzo de 2003. Ya veremos si Estados Unidos le apunta a conformar una alianza militar parecida a la que derrocó a Sadam Hussein, para sacar del poder al ayatolá Jamenei. 

Lo cierto es que ningún Estado que fabrique armas nucleares puede autoproclamarse como defensor de la humanidad. Todos constituyen un peligro para el devenir de la humanidad, pero sobre todo son los mejores ejemplos para explicar aquello de la perversidad del ser humano y de su “estúpida inteligencia”.

Mientras que los más catastrofistas hablan de una eventual tercera guerra mundial, los fabricantes, comerciantes de armas y banqueros convierten el planeta en un “festival bélico” en donde los últimos gozan alborozados porque el negocio seguirá moviéndose por un largo periodo. Queda claro que a los Señorones de la Guerra no les conviene que el mundo llegue a una tercera guerra mundial. Los conflictos regionales para ellos son excelentes negocios; incluye por supuesto a quienes fabrican armas no letales usadas en refriegas callejeras como las que han ocurrido en los Ángeles (California) a raíz de la persecución y limpieza étnica ordenada por el convicto y presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

De inmediato, los pacifistas y los llamados a “desescalar el conflicto” aparecen como un bálsamo en medio de los miedos e incertidumbres generadas por las confrontaciones militares. Pero olvidan que en el mundo en estos momentos hay cientos de miles de seres humanos gozando de la guerra. En este punto es preciso recordar a Estanislao Zuleta cuando habló de la “felicidad de la guerra”.

En su ensayo Sobre la guerra, Zuleta dijo: “Porque si se quiere evitar al hombre el destino de la guerra hay que empezar por confesar, serena y severamente la verdad: la guerra es fiesta. Fiesta de la comunidad al fin unida con el más entrañable de los vínculos, del individuo al fin disuelto en ella y liberado de su soledad, de su particularidad y de sus intereses; capaz de darlo todo, hasta su vida. Fiesta de poderse aprobar sin sombras y sin dudas frente al perverso enemigo, de creer tontamente tener la razón, y de creer más tontamente aún que podemos dar testimonio de la verdad con nuestra sangre. Si esto no se tiene en cuenta, la mayor parte de las guerras parecen extravagantemente irracionales, porque todo el mundo conoce de antemano la desproporción existente entre el valor de lo que se persigue y el valor de lo que se está dispuesto a sacrificar”.

Quizás sea tiempo de aceptar que somos una plaga que fue poblando el planeta hasta convertirlo en un colosal botadero de basuras de todo tipo y en un infame, pero aplaudido escenario bélico. Los que en estos momentos oran y oran por la paz en el mundo deberían de leer a Zuleta, en particular cuando dijo que “para mí una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos. De reconocerlos y de contenerlos. De vivir no a pesar de ellos, sino productiva e inteligentemente en ellos. Que sólo un pueblo escéptico sobre la fiesta de la guerra, maduro para el conflicto, es un pueblo maduro para la paz”.

Mientras esa deseada condición de Zuleta se hace realidad, la “sionización” de las relaciones internacionales y la “cacería” étnico-cultural desplegada por Trump contra los migrantes latinos van abriendo el camino para que cualquier líder político gringo, europeo, asiático o chino el día de mañana declare a determinado pueblo y a su cultura como “inconvenientes” para la humanidad y se ordene su exterminio.




1 comentario:

  1. LA DEMENCIAL CARRERA ARMAMENTISTA CUESTIONA EL PAPEL EVOLUTIVO DEL HOMO SAPIENS, QUIZAS SOMOS EL VIRUS AUTOANIQUILADOR QUE ANIDA EN LOS COSMO CROMOSOMAS DEL UNIVERSO.

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