lunes, 7 de agosto de 2023

UN AÑO DE PETRO: SE ENTERRÓ EL CASTROCHAVISMO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Por estos días, siguen los balances del primer año del gobierno de Gustavo Petro. Los medios no hablan de “un año de aprendizaje” porque no solo están en contra del gobierno, sino porque saben que en el Solio de Bolívar no está sentado un títere, homúnculo o un incapaz. Por el contrario, está sentado un político con una gran capacidad oratoria y de análisis sistémico de los hechos locales y de los que rodean al mundo. También, un presidente contestario que usa su cuenta de Twitter para enfrentar las narrativas mediáticas adversas, mentirosas y la maledicencia que se fabrica en los laboratorios de marketing político y propaganda sucia: los medios de comunicación.

Hay un logro simbólico que vale la pena destacar en este primer año del gobierno de Petro:  haber enterrado la narrativa mentirosa e infantil que construyó el uribismo, en cabeza del Gran Imputado, Álvaro Uribe Vélez, que señalaba que nos íbamos a convertir en Venezuela porque había llegado el castrochavismo.

El castrochavismo apareció de la tenebrosa mano derecha de Uribe Vélez y fueron los medios de comunicación afectos a este nefasto político los que permitieron su posicionamiento social y político, hasta casi convertir el término en una categoría política.

Una y otra vez Uribe y sus áulicos usaron el vocablo para meter miedo en sectores societales ignaros. Ese lamentable estado de ignorancia de millones de colombianos en buena medida se debe a los tratamientos periodístico-noticiosos de una prensa que se hincó al poder intimidante del hijo de Salgar y expresidiario y se dedicó a mentir, tergiversar los hechos y a lavarle la imagen al régimen mafioso que opera en Colombia de tiempo atrás, lo que permite señalar que en este país funciona un “doble Estado”.

La escasa lectura y capacidad de análisis de esos cientos de miles de connacionales les facilitó a los uribistas la tarea de crear ese “coco” con el que más de uno se asustó al ver la llegada a la Casa de Nariño del primer presidente de izquierda.

En una rápida búsqueda en la red, encontré varios titulares en los que aparece el término castrochavismo, en boca del inefable expresidente de la República y hoy procesado por los delitos de fraude procesal y manipulación de testigos.

1.      Hay peligro de "Castro-Chavismo" en Colombia.

2.      Álvaro Uribe: «Santos abre la vía del castrochavismo al pactar con las FARC»

3.      Álvaro Uribe: rechazamos el castro-chavismo

4.      Castrochavismo en Colombia, sube tono

5.      Cuidado con esa izquierda, ellos empiezan muy queriditos. Chávez empezó muy amable y acabó Venezuela. Cuidado con los Chávez de aquí: Uribe.

6.      Uribe: acuerdo con las FARC promueve «castro chavismo en Colombia»

 

Quizás este logro no sea tenido en cuenta en los análisis económicos de los expertos y mucho menos, en quienes insisten, con razón, en mostrar las debilidades y las malas decisiones que el presidente tomó en este tiempo. Porque hay que decirlo: Petro se equivocó, por ejemplo, al haber permitido la entrada de gente como Benedetti y otros políticos.

Haber sepultado esa narrativa del uribismo constituye un enorme triunfo simbólico y cultural, porque detrás de esta victoria temprana está el desprestigio y la pérdida de credibilidad de los grandes medios masivos y por supuesto, la decadencia moral de eso que se conoce como el uribismo.

 

 

Imagen tomada de Youtube

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