Por Germán Ayala Osorio
Las más recientes declaraciones
del expresidiario y expresidente, Álvaro Uribe Vélez en contra de la Justicia
Especial para la Paz (JEP), a raíz del reconocimiento de responsabilidades del
general del Ejército, Henry Torres Escalante por los crímenes de lesa humanidad
cometidos por hombres bajo su mando, no solo buscan deslegitimar al alto tribunal
de paz, sino enredar a esa parte de la opinión pública que aún le come cuento
al desacreditado expresidente de la República.
La postura editorial y política
asumida por el diario EL ESPECTADOR frente a las temerarias declaraciones del
inefable y oscuro personaje del poder político en Colombia constituye un buen
ejemplo del papel que debe jugar la prensa al momento de confrontar hechos
públicos de trascendencia nacional como los falsos positivos o ejecuciones
extrajudiciales. Señor expresidente Uribe: no pretenda confundir es el título
del editorial con el que el diario bogotano “pone en su sitio” al temido
exmandatario.
Dice el diario, manejado periodísticamente
por los Cano, que “la batalla del expresidente Álvaro Uribe Vélez por
destruir la necesaria labor de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es un
error histórico que enloda su legado como líder político. Su
respuesta al reconocimiento que dos decenas de militares hicieron ante los
tribunales de paz sobre ejecuciones extrajudiciales cometidas durante su
administración está llena de tergiversaciones y argumentos problemáticos;
pero, sobre todo, se trata de un acto de agresión al intento por construir una
justicia transicional que le aporte al país”.
Pongo la atención, sobre todo, en
la primera idea subrayada. No comparto lo dicho por EL ESPECTADOR cuando habla
de “legado político” de Uribe, si se está entendiendo como un hecho positivo aquello
de dejar o transmitir algo a la sociedad, sea material o inmaterial. Aquí no
hay hechos positivos que la prensa seria deba reconocer a la trayectoria
política del expresidente y súb judice ciudadano. ¿Cuál legado político, si las
más de 300 investigaciones que reposan en la inservible Comisión de Acusaciones
de la Cámara de Representantes, Fiscalía y Corte Suprema de Justicia,
justamente, dan cuenta de hechos negativos que enlodan la vida pública y
privada de Uribe Vélez?
Aquí no hay legado, señores, lo
que deja el 1087985 es todo lo contrario: deja un ethos pernicioso y nocivo
para la operación del Estado y para el trámite de los conflictos sociales; con
ese mismo ethos, su política de seguridad democrática convirtió al Estado en
un aparato criminal, operado por militares que fungieron como “perros ferales” liberados de unidades castrenses con el objetivo de cazar civiles inermes, para hacerlos pasar como guerrilleros caídos en combate. El feroz
olfato de los uniformados se acrecentaba al momento de escuchar mentiras y
arengas desde la Casa de Nari: “estamos ganando la guerra; por la patria, todo
se vale; vamos a acabar con el terrorismo y el comunismo; más y mejores resultados
operacionales y los que no, que vayan pasando la carta de renuncia”.
De igual manera, ese ethos dañino
no solo les facilitó a los militares perpetrar crímenes de lesa humanidad con las
armas de la República, sino que se extendió a las maneras como desde el 2002 se
entiende lo público, es decir, aquello que nos interesa y conviene a todos. El
resultado no puede ser más negativo y nefasto: la corrupción público-privada se naturalizó
y se volvió paisaje en Colombia. El Estado fue capturado por clanes políticos
mafiosos, articulados a intereses corporativos nacionales e internacionales. El
caso de Odebrecht es el mejor ejemplo para confirmar que efectivamente durante su
gobierno la corrupción, el ethos mafioso, fueron el pan de cada día. Los hechos
son tozudos y siempre tocan de manera indirecta y directa al expresidente Uribe
Vélez.
Creo, entonces, que a la postura
editorial del diario bogotano le faltó un poquito de contundencia para decirle
al país que Uribe Vélez es, después de Pablo Escobar, el personaje público que
más daño le hizo y le hace aún al país.
Imagen tomada de Canal 1
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