sábado, 20 de julio de 2024

JERRY MINA, EL "NUEVO JORGITO" DE ÁLVARO URIBE VÉLEZ

 

Por Germán Ayala Osorio


Circula en redes sociales un video en el que aparece el caballista, expresidente y expresidiario, Álvaro Uribe Vélez, montando un fino caballo y a Jerry Mina, jugador de la Selección Colombia. En la imagen se aprecia al popular y vulgar caballista exhibiendo un dominio excepcional del equino. Montado sobre el animal, Uribe convierte la cabeza de Mina en un eje y con su mano derecha hace girar al caballo en torno a la figura espigada del defensa del equipo nacional. Mina mide 1.95 de estatura.  

La imagen fue calificada como grotesca y esclavista por quienes la postearon en sus cuentas de X. Y al parecer, quien la hizo pública fue el mismo caballista. Vamos por partes, como diría Jack el destripador. No es la primera vez que el popular expresidiario hace alarde de su capacidad para dominar bestias. Ya lo había hecho con "Jorgito", un trabajador de su finca El Ubérrimo al que sometió a la misma figura, diciéndole "estese quieto Jorgito", mientras giraban, caballo y jinete, sobre el menudo cuerpo del empleado. "Jorgito" no debe medir más de 1.70. Muy seguramente Uribe Vélez aprovechó la visita de Mina a su enorme hacienda para "superar" lo hecho con su trabajador. Así suelen divertirse los caballistas.   

La publicación del video por parte del expresidente es premeditada. A pesar de la pérdida de popularidad y de su creciente imagen negativa por el lío judicial en el que se encuentra inmerso en calidad de procesado en etapa de juicio, Uribe sigue siendo una figura admirada por millones de colombianos, incluidos jugadores de fútbol, como el Tino Asprilla, James Rodríguez y ahora Jerry Mina. Por lo anterior, al expresidente le fascina que hablen de él. Su evidente narcisismo lo obliga a mantener su vigencia política (pública), así sea usando a su favor la positiva imagen que suelen tener entre los aficionados los jugadores del combinado nacional.

Ya expuesto el video, entonces los aficionados y tuiteros calificaron la imagen como esclavista y fustigaron a Jerry Mina por haberse prestado para que Uribe lo usara para demostrar sus destrezas en el dominio del caballo. La molestia de esos aficionados se expresa en esta frase: se trata de un "negro inconsciente, ignorante y sometido aún a los deseos de su amo. O un "esclavo domesticado", como calificó en su momento Francia Márquez al Tino Asprilla, exjugador de la Selección". Recordemos el origen del rifirrafe entre Márquez y Asprilla. El vallecaucano, también afrocolombiano como Jerry Mina, dijo en su cuenta de X que  "Apoyar a Álvaro Uribe es un acto de responsabilidad social. Fue quien le devolvió la fe y la esperanza a un pueblo que estaba rodeado por la criminalidad. Guerrilleros y paramilitares fueron arrinconados luego de años de someter a Colombia".

A este choque de visiones se sumó en ese mismo momento, Gustavo Petro: "uno de los movimientos que más discriminación ha producido en el pueblo afrocolombiano, después de los esclavistas, es el uribismo”. 

Creo que los tuiteros y millones de colombianos esperan demasiado de los jugadores de la Selección. Algunos recordaron la claridad política de Mbappé y hasta se atrevieron a establecer diferencias entre Mina y el crack francés, por ser hombres afrodescendientes. Los contextos socio culturales en los que se levantaron el 10 del seleccionado francés y el defensa del combinado nacional  son tan distintos que no caben comparaciones, en particular en lo que tiene que ver con aquello de la "conciencia de clase". Mbappé es hijo de padres inmigrantes, mientras que Mina es hijo de Guachené (Cauca), un territorio dominado por terratenientes de la caña de azúcar en el que, además de la pobreza económica, la cultural es la más evidente y dominante. No olvidemos que Uribe también es un terrateniente. 

En las luchas de una parte del pueblo caucano contra los azucareros existe la figura de los "capataces negros", que no son más que hombres  afros serviles a los intereses de los latifundistas. Guardando las proporciones, esos "capataces negros" cumplen la función de los Kapos en los campos de concentración nazis en donde maltrataron y asesinaron a por lo menos 6 millones de judíos durante el Holocausto. Esos Kapos eran prisioneros judíos serviles a los guardias de la SS. 

Mina tiene el derecho de reunirse con quien le dé la gana y eso incluye prestarse para que, este caso, el reconocido caballista se divirtiera. A lo mejor, Mina también gozó del momento con el Patrón. Así como Asprilla tiene el derecho a admirar a quien desee. 

A los miembros de los pueblos afros de Colombia no se les puede exigir que asuman luchas que territorial e identitariamente no tienen para ellos ningún sentido. La esclavitud como sistema económico y de dominación étnica no tiene por qué ser una carga histórica, ético-política y moral para los afrocolombianos que han logrado salir adelante (conseguir plata, mas no conciencia de clase) gracias al fútbol. 

Quizás para Asprilla y Mina una manera de enfrentar el racismo estructural sea acercarse a los poderosos, así estos sean o hayan sido agentes responsables de procesos de discriminación y racismo. Estar del lado de los "amos" es también una opción de vida. 

Insisto en que los aficionados al fútbol caen en un error al exigirle a los jugadores de fútbol que asuman posturas políticas o identitarias contrarias a las formas de dominación hegemónicas en Colombia. Hace parte del fuero individual de Mina reunirse con el patán de marras. 

 

 


Imagen tomada de Semana.com


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