sábado, 18 de noviembre de 2023

NUEVO ENCUENTRO PETRO-URIBE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las reformas laboral, pensional y a la salud son apuestas políticas y sociales que el presidente Petro no abandonará fácilmente, a pesar de las evidentes acciones de sabotaje emprendidas por congresistas de la Oposición, de la mano de otros que se hicieron elegir con las banderas del cambio o hicieron parte, en un principio, del Pacto Histórico. Me refiero puntualmente a congresistas del Partido Verde.

La anunciada reunión con el expresidente y expresidiario, Álvaro Uribe Vélez y el jefe del Estado para abordar el tema de la reforma al sistema de salud constituye un hecho político que, en lugar de resultar benéfico para la imagen del gobierno, podría afectarla aún más.  El encuentro será este 22 de noviembre.

Valentina Parada, analista de EL ESPECTADOR, considera que la reunión se explica y da cuenta del “reencauche” de Uribe Vélez, en medio de viejos-nuevos señalamientos que hizo recién Salvatore Mancuso contra el expresidente por sus relaciones con los grupos paramilitares y en particular, con la masacre del Aro, de la que, según el confeso jefe de las AUC, el entonces gobernador de Antioquia sabía que se iba a perpetrar.

La reunión Petro-Uribe se programa en medio de un tenso ambiente político provocado en buena medida por la apuesta moralizante que mantiene el gobierno de Petro, ayudado por filtraciones, procesos penales vigentes e investigaciones periodísticas que comprometen a miembros del clan Char con el cartel de Sinaloa y corrupción electoral. De igual manera, hay miedos dentro del establecimiento colombiano ante la posibilidad de que la nueva fiscal general de la Nación termine por desarchivar procesos contra el banquero Sarmiento Angulo, que el ladino fiscal Francisco Barbosa ordenó maliciosamente cerrar. Huelga recordar que los hechos corrupción en la Ruta del Sol 2, cometidos por miembros de la familia Sarmiento Angulo, fueron confesados a las autoridades americanas.

Alfredo Saade, cercano al presidente Petro, le mandó el siguiente recado, a través de su cuenta de X: “presidente Gustavo Petro la ultraderecha recalcitrante no merece su mano extendida. En nombre del pueblo que lo Eligio LE PIDO QUE NO SE VUELVA A REUNIR CON ÁLVARO URIBE. Le aseguro que nos vamos a sentir humillados, mucho más de lo que humillaron a su hija hoy en el metropolitano de Barranquilla. Ya basta. Es hora de la mano dura n contra de los corruptos. Ellos no saben de decencia”.

Escuchar a los detractores e incluso, a quienes se auto definen como “enemigos” del presidente y de la izquierda, siempre será importante para la tarea de construir consensos que le beneficien al país. En el caso del encuentro Petro-Uribe aparecen consideraciones jurídicas, ético-políticas y morales que invalidan la pertinencia de dicha reunión. La condición sub júdice que arrastra de tiempo atrás el caballista y latifundista antioqueño debe asumirse como un obstáculo para que nuevamente Petro se reúna con el expresidiario y expresidente. Recordemos que por lo menos van dos encuentros a puerta cerrada entre Petro y Uribe.

La vigencia política o el “reencauche” de Uribe podría leerse como una especie de “perdón político” en las instancias judiciales en las que reposan cientos de expedientes en los que aparece Uribe Vélez en calidad de señalado de haber tenido relaciones con estructuras paramilitares y responsabilidad en la comisión de masacres como la del Aro y La Granja. Así como el crimen del defensor de DDHH, Jesús María Valle Jaramillo. La misma lectura podría darse en diversos grupos de la sociedad y en la propia élite que usó a Uribe como punta de lanza para beneficiarse económicamente de la implementación de la Seguridad Democrática.

De igual manera, a nivel internacional este nuevo encuentro entre los dos políticos podría mandar un negativo mensaje y construir una narrativa contraria a la que el presidente de la República venía posicionando en torno a combatir la corrupción y las perniciosas relaciones entre políticos, empresarios y militares con las estructuras paramilitares. Petro, como quizás nadie, tiene muy claro el mapa de relaciones mafiosas y criminales que diversos grupos de poder establecieron con las AUC. Sus debates en el Congreso, en sus tiempos de congresista, dan cuenta de ello.

Qué bueno sería que la Corte Suprema de Justicia, ante lo expresado por Mancuso Gómez, desempolvara el expediente de las masacres del Aro y La Granja, en los que se menciona al expresidente Álvaro Uribe. Ya es tiempo de procesar y ojalá condenar al expresidente Uribe Vélez. La sociedad colombiana, que deviene confundida moral y éticamente, necesita de decisiones judiciales ejemplarizantes que proscriban de una vez por todas la narrativa que confluye en la expresión “la justicia es para los de ruana”.



Imagen tomada de EL ESPECTADOR.COM 

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