viernes, 16 de agosto de 2024

FRENTE NACIONAL EN VENEZUELA

 

Por Germán Ayala Osorio 

La propuesta de diseñar una especie de Frente Nacional (FN) en Venezuela es, por decir lo menos, audaz. Cuando Petro propone semejante salida a la crisis política en el vecino país está reconociendo que efectivamente Maduro instauró un régimen violento que desconoce los mínimos institucionales de la democracia liberal. Incluso, diría que la democracia popular de la que llevan haciendo alarde 25 años está en un proceso de fracturación, a juzgar por el éxodo venezolano y por aquellos chavistas de tradición que en las pasadas elecciones votaron por el "cambio" ofrecido por la Oposición. 

Todos sabemos que el Frente Nacional (FN) en Colombia fue un sistema político caracterizado por el cerramiento democrático, fruto de los acuerdos burocráticos a los que llegaron Liberales y Conservadores para turnarse el poder cada cuatro años. Que le hayan puesto fin a la violencia bipartidista y a la Violencia, no alcanza para ocultar que se trató de una salida política con restricciones democráticas porque no permitieron la participación de otras fuerzas políticas. Colombia vivió en una democracia de papel, justificada por las fuerzas políticas que tardíamente entendieron que era necesario llevar algo de modernidad a un país sumido en la barbarie, fruto de procesos civilizatorios fallidos.  

Instaurar un FN en Venezuela es "abrir" el régimen hacia una salida democrática con limitaciones, pero que bien podría servir para minimizar las presiones internacionales que se ciernen sobre el país petrolero y mejorar la convivencia entre opositores y chavistas.

Le corresponderá a la Oposición, encarnada en María Corina Machado, leer en perspectiva de futuro la propuesta de Petro. Si se queda pensando en el "robo" de las elecciones, podrá quedarse eternamente reclamando el triunfo de su títere, Edmundo González. Nicolás Maduro deberá hacer lo propio, pues sabe que hay un evidente cansancio popular, incluso en las propias huestes chavistas. Quienes aún lo respaldan  están directamente conectados con la burocracia oficial y el poder de los militares, amplificado en esos 25 años de chavismo. 

Les quedan poco menos de 5 meses para sentarse a diseñar el FN con el que ambas partes, ávidas de poder, lleguen a acuerdos en materia económica y política. El problema de fondo está en que las partes enfrentadas defienden modelos distintos de país. Mientras que Maduro insiste en el estatismo, al que llaman socialismo del siglo XXI, María Corina Machado defiende a dentelladas el neoliberalismo. Esa es la mayor talanquera que enfrenta la posibilidad de que se instaure en el vecino país un Frente Nacional. 

Eso sí, antes de cualquier discusión en torno a la audaz propuesta de Petro el régimen de Maduro debe desmontar los colectivos chavistas, liberar a los presos políticos y ponerle fin a la violación de los derechos humanos. 


Imagen tomada de Youtube.com

jueves, 15 de agosto de 2024

LAS APUESTAS POLÍTICAS DE LOS CLANES GNECCO Y GILINSKI

 

Por Germán Ayala Osorio


La ultraderecha representada por los clanes Gnecco y Gilinski están jugando a ver si les cuaja la candidatura presidencial de Vicky Dávila. Aunque los líderes de esas dos cofradías conocen muy bien las limitaciones discursivas de la periodista, que se reflejan en su incapacidad para comprender factores propios de la economía, la macroeconomía y de la política menuda, mantenerla como posible candidata presidencial les permite tener niveles de conversación y negociación política con otros sectores de poder económico y político que igualmente no creen que Dávila sea capaz de dirigir un país tan complejo como Colombia. 

Los Gnecco y los Gilinski le apuntan a poner presidente en el 2026, pero ello no es garantía de que sea la directora de Semana. Eso sí, la algarabía que a diario genera la señora Dávila y en particular sus rifirrafes con Petro en la red X le van dando un protagonismo y una visibilidad importantes, que afectan negativamente los planes de María Fernanda Cabal, una de las "tigresas" del expresidente Uribe Vélez que sueña con el guiño del propietario de la secta-partido, el Centro Democrático. Aunque Cabal no es la más versada en el manejo de las variables económicas, políticamente le va mejor que a Dávila, sobre quien pesará siempre su perfil de periodista formada para producir escándalos, bochinches y no para generar acuerdos y transacciones políticas. 

La figura de Dávila puede ser el puente para una eventual alianza política entre Uribe y los dos señalados clanes, lo que representaría un alejamiento de aquellas fuerzas uribistas que insistirán en candidaturas de candidatos desgastados en  su imagen como Sergio Fajardo, Fico Gutiérrez, Claudia López Hernández, Germán Vargas Lleras y Alejandro Gaviria, entre otros. Bajo esas circunstancias, la candidatura de María Fernanda Cabal podría madurar bien para los intereses de la derecha y la ultraderecha. Vicky Dávila sería la jefa de debate, pues ha demostrado tener la habilidad para "cazar peleas" con la izquierda y el progresismo, e incluso, con la propia Claudia López que sagazmente se presenta como de centro-izquierda, cuando claramente es de derecha.

El país sabe que Vicky Dávila es incondicional con Uribe, lo idolatra como ninguna otra, lo que facilitaría las conversaciones entre el expresidente antioqueño y los dos clanes que harán todo lo que sea posible para poner presidente en el 2026.

Eso sí, tanto Cabal como Dávila saben que sus candidaturas se enfrentan al naturalizado machismo y al sistema político patriarcal que, de la mano de machitos como Uribe, desconfían de la capacidad de la Mujer para gobernar. Mientras los clanes Gilinski y Gnecco negocian con el uribismo, el expresidente y expresidiario, Álvaro Uribe tiene al abogado Abelardo de la Espriella como el "tigre" con el que podría darle el zarpazo a las aspiraciones del banquero y de la familia de Vicky Dávila. 

Cabal y Dávila apelarán al discurso feminista, en particular a la idea que señala que ya Colombia está lista para ver a una mujer presidenta. Eso sí, esa narrativa feminista evitará hacer referencia a que una eventual llegada de una mujer a la Casa de Nariño estaría asegurada bajo las condiciones que sabrán imponer los machos que pusieron el dinero y todo lo demás, para llevar a una mujer al Palacio Presidencial. 

El presidente Petro se equivoca al confrontar a la periodista Dávila en la  red X. De inmediato se victimiza y por esa vía busca graduar a Petro de "dictador", tal y como lo hizo cuando el presidente de la República le endilgó que su lectura equivocada del tema de las "inversiones forzosas" rayaba con el delito de pánico económico. Esa tarea  de desnudar las mentiras de la señora periodista la tendrían que asumir sus ministros y los congresistas del Pacto Histórico. 

A los viejos y nuevos enemigos de la izquierda, del progresismo y de Petro poco les importará quién se pueda sentar en el solio de Bolívar en el 2026. Ya en el pasado inmediato votaron por Iván Duque Márquez y Rodolfo Hernández; el primero, un fatuo mentecato que dejó la vara tan bajita que ya cualquier pelafustán se siente capaz de gobernar al país. Y el segundo, un político mañoso, corrupto y patán que de haber resultado electo presidente, la derecha lo habría manejado a su antojo, tal y como lo hizo Uribe con Duque, su títere predilecto.

Insisto en que después de Duque, cualquiera que vaya pasando por las sedes de la partidos políticos de derecha puede convertirse en candidato presidencial. Al establecimiento lo único que le interesa es recuperar la Casa de Nariño. Solo eso. 


Imagen tomada de Pulzo.com


miércoles, 14 de agosto de 2024

IVÁN DUQUE: ¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

 

Por Germán Ayala Osorio


Los expresidentes colombianos suelen usar los medios de comunicación para criticar o avalar las ejecuciones del presidente en ejercicio. También se prestan gustosos para que los periodistas afectos al establecimiento posicionen un hecho noticioso en la opinión pública, así sea a base de mentiras y exageraciones. 

Con el asunto de las "inversiones forzosas" planteado por el actual gobierno como estrategia para reactivar específicos sectores económicos, empresas mediáticas como Semana y Caracol optaron por generar un mal ambiente social y político a la propuesta  a través de mentiras y erróneas interpretaciones alrededor de los alcances de las tales inversiones forzosas. Esos medios de información decidieron amplificar la lectura maliciosa y mentirosa que hizo el ex-títere de Uribe y expresidente Iván Duque Márquez. El fatuo exmandatario dijo que se trataba de una "expropiación del ahorro de los colombianos". Nuevamente la narrativa de la derecha de insistir en que la izquierda y el progresismo son sinónimo de expropiación, cuando en dos años de la administración Petro a nadie le han quitado la casa y mucho menos se nacionalizó la banca o exitosas empresas privadas, como lo aseguraban en la campaña presidencial de 2022. 

El exministro de Hacienda, Antonio José Ocampo, invitado por Semana para hablar del espinoso asunto contradijo  a Duque y lo exhortó indirectamente a que se auto corrigiera porque las inversiones forzosas están lejos de ser una medida expropiatoria como lo señaló de manera irresponsable y politiquera el mandadero del uribismo. Sin duda alguna, una inesperada respuesta para la candidata presidencial y directora de Semana, Victoria Eugenia Dávila. 

Casi de inmediato el presidente Gustavo Petro confrontó al pusilánime  expresidente al que calificó de torpe y mentiroso. En su cuenta de X, el escenario predilecto del jefe de Estado para contradecir y desmentir a la Oposición política y mediática, dijo que "el expresidente Duque de nuevo le miente al país. Difunde la calumnia con su red de extrema derecha haciendo ver que la inversión forzosa, que deben hacer los bancos en créditos a la producción y no con créditos a la especulación o la economía fósil, es una forma de expropiación. Mentiroso”.

En un anterior enfrentamiento, esa vez por cuenta del sobreendeudamiento en el que incurrió Duque cuando pernoctó en la Casa de Nariño entre 2018 y 2022, el presidente Petro calificó esa decisión económica en particular, como "tonta". De acuerdo con todo lo anterior, Iván Duque, además de mentiroso y torpe, es un tonto económicamente hablando.  

Duque ataca la propuesta, pero "olvida" que Álvaro Uribe Vélez, su titiritero, lanzó la misma propuesta de Petro. Y lo que es peor, que el mismo gobierno de Duque apeló a esa medida. Así se lo recordó el presidente Petro: 

"Tan cínica y mentirosa es la extrema derecha que en su gobierno, el gobierno de los falsos positivos encubiertos, de los ojos arrancados, de las niñas violadas en manifestaciones, de las decenas de muertos por protestar y de los miles de jóvenes detenidos, hicieron lo mismo. Proponer inversiones forzosas invirtiendo el ahorro en crédito, que es lo que hace todo banco, pero ahora lo critican irradiando la falsa información que se trata de expropiación. La falsa derecha de Duque y Vicky es un Fake News. Quienes le siguen tienen un grave problema de educación y de información". 

Con la mala leche de la señora Dávila y las mentiras de Iván Duque el debate político y económico de cara a las elecciones de 2026 pierde altura, quedando en manos de inexpertos que al desconocer el manejo macroeconómico y los mínimos principios de la economía, terminarán engañando a la opinión pública. La derecha parece decidida a volver a las mentiras con las que buscaron afectar la imagen y la candidatura presidencial de Petro. Volver a insistir en el "Castrochavismo y en la llegada del comunismo" les puede dar réditos electorales porque aún hay cientos de miles de colombianos y colombianas que creen a pie juntillas en lo que dicen Semana, RCN, Caracol, La FM, La W, Blu Radio, El Tiempo, El Colombiano y El País de Cali. 

Iván Duque está obligado moral y éticamente a retirarse de la vida política. Su desastrosa y violenta administración sirve para constatar su ineptitud, su pobreza de criterio y  discurso falaz. Como ya sabe que desplazó a Andrés Pastrana del negativo lugar que la opinión pública le supo dar al hijo de Misael, Iván Duque parece sentirse  cómodo haciéndole mandados al uribismo y buscando protagonismo mediático a pesar del ridículo en el que lo hicieron caer Gustavo Petro y el exministro Ocampo. Así actúan los mentecatos. 

Parafraseando al Rey de España, Juan Carlos I: ¿Duque, por qué no te callas? O mejor en tono caleño: Ve, Duque, por qué no te callás?


Imagen tomada de EL TIEMPO.COM

martes, 13 de agosto de 2024

GARZÓN: 25 AÑOS DESPUÉS Y NADA CAMBIÓ

 

POR GERMÁN AYALA OSORIO

        Por estos días se conmemoran 25 años del crimen de Jaime Garzón Forero. Mientras cientos de miles de colombianos aún lloran la desaparición del humorista, varios políticos y periodistas, amigos y simpatizantes de los paramilitares que lo asesinaron, volverán a celebrar el haberle quitado la risa al país y sacado de encima a un insoportable crítico.  

Un año más para lamentar su asesinato y otro más para insistir en la idea de que el humor político que practicó el abogado y periodista, de poco sirvió para cambiar el país, pues la invitación que el humorista le hizo a los "jóvenes para asumieran la dirección del país, porque nadie vendría a salvárselos", se quedó en eso, en una invitación. 

No sé si Garzón esperaba mucho de sus compatriotas o si él mismo creía que con su incisivo humor político podría concientizar a una sociedad escindida, mal informada, poco leída y sin referentes éticos, que sigue votando por la misma clase política corrupta, mafiosa y criminal que Garzón cuestionó y de la que se burló a través de sus personajes. 

Garzón dijo en una conferencia en Cali en 1995 que "Uribe es peligrosísimo" y sin embargo, millones votaron por el exgobernador de Antioquia. Me pregunto: ¿Cuántos de esos millones de compatriotas que votaron y reeligieron a Uribe, gozaron con las "ocurrencias" de Garzón? 

Y aunque Godofredo Cínico Caspa dedicó varios minutos a caracterizar a Uribe políticamente como un "pacifista, cooperativo, hombre de mano firme y pulso armado, que inspirado en los soles de Farouk, llamó Convivir" a las cooperativas que terminaron siendo estructuras paramilitares, esos mismos muy seguramente lo eligieron y reeligieron. 

Garzón también lo calificó como una "neolumbrera neoliberal, él vislumbra este país como una zona de orden público total...y harán de Uribe Vélez el dictador que necesita este país". A pesar de  semejante caracterización tan precisa, salieron a votar por el político antioqueño. Quizás ese hecho político sea la prueba de que el humor político de Garzón muy pocos lo entendieron y que a millones de colombianos les sirvió solo para reír a carcajadas, evitando así la toma de conciencia individual y colectiva.

Asesinaron a Garzón y ese hecho criminal hay que entenderlo como una acción y un mensaje ejemplarizante de unos sectores de la derecha que al no soportar el humor político y la crítica, se acercaron al comportamiento fascista. 

El noticiero Caracol Noticias dedicó varios minutos a recordar el crimen de Garzón. En la extensa y emotiva nota periodística no apareció Godofredo Cínico Caspa hablando de Uribe Vélez. Eso es un indicador de que a pesar de ya no estar entre nosotros, su crítica política a través de un fino e inteligente humor sigue siendo mal vista por las empresas mediáticas responsables de haber creado políticamente a Uribe y haberle dado ese carácter de Mesías en el que confiaron cientos de miles de colombianos. 

Quizás algún día aprendamos como sociedad a conectar el humor y la sátira política con aquello de la conciencia de clase, la responsabilidad ciudadana y sobre todo, con la necesidad de negarle los votos a la clase política y dirigente que lleva por lo menos 200 años robándose el país, mientras nos distraemos viendo partidos de fútbol e incluso consumiendo chistes racistas y clasistas tipo Sábados Felices y La Luciérnaga. 

Cuando llegue el momento de conmemorar los 50 años del crimen, esta misma columna podrá servir para pedirle perdón a Jaime Garzón Forero por no haber comprendido su mensaje porque solo nos alcanzó para "cagarnos" de la risa cada que aparecía en la "televisora".




lunes, 12 de agosto de 2024

¿100 SOLDADOS SECUESTRADOS, RETENIDOS O CONSTREÑIDOS?

 

Por GERMÁN AYALA OSORIO


La "retención" o el "secuestro" de 100 militares por parte de la Guardia Campesina en San José del Guaviare es otro episodio que confirma la complejidad de las circunstancias en las que sobreviven los campesinos, y en las que operan miembros del Ejército y toda suerte de grupos armados ilegales que delinquen a discreción.  

Bajo esas difíciles y complejas circunstancias contextuales, la aplicación de conceptos como "secuestro, retención, cerco humanitario, constreñimiento, protesta social, legitimidad y legalidad, entre otros,  se torna igual de difícil para quienes tratan de explicar lo sucedido desde categorías cuyos límites y alcances suelen venir atados a la ortodoxia legal y académica que mantiene su vigencia y alcances, hasta que aparecen particularidades y condicionantes que resquebrajan la solidez epistémica de esos conceptos o categorías. 

La estricta funcionalidad legal y académica de conceptos como "secuestro o retención" aleja cualquier posibilidad de que los hechos contingentes y las particularidades que florecen en territorios como el Guaviare, sirvan para reconocer las limitaciones de esas categorías que suelen aplicarse a situaciones sui generis en territorios como el Guaviare en donde subsiste una histórica disputa entre actores armados, legales e ilegales. Los enfrentamientos político-militares allá ocurridos suelen darse porque tanto el Ejército como las "guerrillas" buscan ganarse la aceptación social de las comunidades campesinas que en momentos muy precisos les ha tocado hacer resistencia pasiva y activa tanto a las "guerrillas, como a las propias tropas estatales. 

Así las cosas, las valoraciones y explicaciones que dan las fuentes comprometidas en los hechos registrados comparten las limitaciones que los condicionantes locales le hacen a los conceptos que gravitan en territorios convulsionados como el Guaviare en donde nociones como Estado, legalidad y autoridad se tornan difusas y confusas. 

Quizás sea tiempo de crear nuevas categorías que recojan la complejidad de lo que sucede en ese territorio sin reñir de manera directa con marcos legales nacionales e internacionales desde los cuales se intenta dar nombre a situaciones y eventualidades como las que vivieron los 100 soldados que fueron "víctimas" de una Guardia Campesina organizada, cansada de los actores armados y quizás instrumentalizada por grupos al margen de la ley. ¿Cómo explicarle a países europeos que una Guardia desarmada pueda "secuestrar" a 100 soldados armados?



Imagen tomada de EL ESPECTADOR.COM

domingo, 11 de agosto de 2024

LOS RITUALES DE LA ATROCIDAD

 

Por Germán Ayala Osorio

Continúan las audiencias de reconocimiento de responsabilidades por las ejecuciones extrajudiciales, mal conocidas como "falsos positivos". Nuevos oficiales y suboficiales reconocieron que hicieron parte de la política oficial de asesinar civiles para consolidar la narrativa impulsada y recreada por el gobierno de Álvaro Uribe que señalaba que estaban ganando la guerra contra las Farc-Ep. 

Las recientes audiencias, como las anteriores, constituyen rituales de la atrocidad que apenas si llaman la atención de empresas mediáticas que en el pasado convirtieron a Uribe Vélez en un fenómeno mediático  y en el presidente "irremplazable". Medios como Caracol y RCN  estuvieron  más pendientes de distraer a la opinión pública con los hechos deportivos de los Juegos Olímpicos, dejando de lado el registro de las responsabilidades asumidas por uniformados que de un momento a otro se convirtieron en sicarios, en simples criminales, a cambio de recibir bonificaciones, ascensos, medallas, traslados, felicitaciones a los folios de vida, la asistencia a bacanales y por disfrutar platos de arroz chino. 

Mientras que las audiencias transcurren en medio de un gran esfuerzo comunicativo por parte de la JEP, la vida social, política y económica del país sigue su marcha, sin que el conjunto de la sociedad haya todavía asumido y comprendido que los falsos positivos dan cuenta de un proceso de desintegración moral, ético y misional del Ejército nacional, que se consolidó con la aplicación a rajatabla de la política de defensa y seguridad democrática de Uribe. Eso sí, la ocurrencia de falsos positivos viene de tiempo atrás, desde los mismos orígenes del conflicto armado interno, pero durante la administración de Uribe Vélez esa práctica criminal e ignominiosa alcanzó los más altos indicadores que hacen pensar en que son más de 6402 los civiles asesinados entre 2002 y 2010, cifra entregada por la JEP. 

Los esfuerzos del alto tribunal de paz y de justicia transicional por generar espacios en los que victimarios y víctimas puedan mirarse a los ojos se perderán si la sociedad colombiana no asume la tarea de darle a los falsos positivos la dimensión atroz que los medios masivos le niegan cada vez que ignoran el registro de las audiencias o cuando a pesar de hacer los cubrimientos de las mismas, evitan ubicar esos hechos atroces en un contexto ético-político, moral  y en señalar la responsabilidad de un Estado que hace rato se graduó como un orden criminal. 

Al dejar solas a las víctimas y a los victimarios intercambiando reclamos y perdones tardíos, la sociedad colombiana convertirá los falsos positivos en episodios que ocurrieron por cosas del azar o del destino, cuando queda claro que su ocurrencia está inexorablemente atada a decisiones políticas de un gobierno como el de Uribe que instrumentalizó a los militares y los fue llevando, de la mano de la Seguridad Democrática, hacia un inocultable proceso de vaciamiento moral, de destrucción del honor y de naturalización de la perfidia, que terminó en el más oscuro túnel en el que finalmente oficiales, suboficiales y soldados monetizaron la vida de civiles inermes, para luego asesinarlos. 

Bien por la JEP en su trabajo de construir verdad y de abrir espacios para que las víctimas intenten superar el dolor, conociendo de los victimarios los detalles de las desapariciones y de los asesinatos a sangre fría de sus familiares. Insisto en que le corresponde al resto de los colombianos ubicar a los falsos positivos en  el marco inmoral al que pertenecen. Hablar de esos crímenes, sin señalar a los responsables políticos, constituye una forma de mentira que impedirá la reconciliación y el perdón. El mejor castigo que pueden recibir de la sociedad los sujetos políticos que crearon la política de seguridad democrática es el señalamiento colectivo. Las ideas políticas de los que se conoce como el uribismo deben quedar sepultadas o proscritas por ser propias de una sociedad que arrastra una historia de barbarie y deshumanización que es urgente dejar atrás.



Imagen tomada de EL ESPECTADOR.COM


sábado, 10 de agosto de 2024

ESTOS SON LOS QUE SE LLEVARON LA PLATA

 

Por Germán Ayala Osorio


Mientras transcurren los Olímpicos de París, en Colombia, uno de los países más corruptos del planeta, la conquista de medallas por parte de los atletas colombianos sirve de pretexto para "mamar gallo" con memes que se vuelven virales en las redes sociales. En la acción humorística aparecen fotografías de políticos corruptos, con frases alusivas a las medallas ganadas por los deportistas nacionales: "Estos son los que se llevaron la plata, o estos fueron los que se quedaron con la plata". 

Al tratarse de memes, dichos actos de habla propios del humor activan de inmediato los dobleces propios del lenguaje, así como procesos como los de la "doble articulación" y los de la "interpretación" del mensaje por parte de quienes estén en la capacidad comunicativa de develar su sentido. Si no hay la suficiente capacidad interpretativa e incluso la madurez cognitiva, ese tipo de memes no podrán interpretarse de manera adecuada, lo que supone entonces que la comunicación falló. 

"Llevarse" o "quedarse" son dos verbos que, dentro del contexto de los juegos orbitales, hacen referencia a  acciones legítimas y legales que no permiten mayor discusión, pues vienen investidas de una incuestionable eticidad, salvo  que dentro de las instancias mismas de la organización de los Olímpicos se dé algún tipo de reclamación por parte de una delegación deportiva. 

En el lenguaje deportivo es común hablar de que los deportistas se "quedaron" con la medalla, se "alzaron" o se "llevaron" una o varias de las preseas en disputa. Como está legitimado ese uso cotidiano de los dos verbos, a los humoristas furtivos de las redes sociales se les facilita la tarea gracias al naturalizado ethos mafioso que permite que la sociedad asocie a los políticos con corrupción y mafias. Si Colombia no tuviera los escandalosos indicadores de corrupción público-privada, "hacerse, "alzarse" o quedarse" serían acciones verbales solo aplicables al deporte y por lo tanto, improcedentes para hacer memes. 

Y la plata, en un doble sentido, busca que el receptor entienda que se trata de  las medallas que bajo ese valor se entregan a los deportistas que ocuparon el segundo lugar; y el mismo agente de la acción comunicativa puede entender que se hace referencia al dinero que normal y tradicionalmente se roban congresistas, alcaldes, gobernadores, contratistas y presidentes de la República. 

Mientras que los atletas que compiten en las olimpiadas de París 2024 dedican años de esfuerzos y para el caso colombiano, deben superar toda suerte de obstáculos y limitaciones como las que imponen la pobreza, el biotipo y la falta de apoyo técnico, entre otros, los políticos corruptos solo tienen que hacer una llamada, apoyar a un gobierno  o adherir a un partido político para hacerse con recursos del erario, que terminan casi siempre en sus bolsillos o en los de los contratistas que financiaron sus campañas. 

Eso sí, no podemos olvidar que tanto deportistas de alto rendimiento como cientos de políticos comparten un mismo origen de clase atado a la pobreza y a la falta de oportunidades. Mientras que a los primeros hay que reconocerles que optaron por el camino del deporte para superar esa determinante  condición, los operadores políticos normalmente se inclinan por jugar al límite del código penal, pues el sistema político se los permite por cuanto desviar recursos, comprar congresistas, o dejarse comprar; pagar deudas adquiridas con contratistas y caciques políticos, o hacer populismo con los recursos de la nación está más que legitimado, pues en todos los gobiernos siempre se presentarán casos de corrupción.

Claro que hay otros políticos que son hijos de familias adineradas que muy seguramente en el pasado se "alzaron" o se "hicieron" con billones de pesos o con la riqueza de la nación. Los políticos que nacieron en la pobreza les sirven a los más destacados miembros de esa clase política. Son sus mandaderos. 

Cada cuatro años Colombia vivirá la fiesta de los Olímpicos y la conquista de medallas de oro, plata o bronce. Y bajo el mismo periodo, el mismo país sabrá por las noticias que políticos inescrupulosos se "quedaron" o se "alzaron" con billones de pesos. Por ejemplo, el robo continuado de los recursos de la salud por parte de las EPS, administradas por políticos a través de la creación de por lo menos 100 IPS fantasmas. 

Lo curioso de todo es que hay millones de ciudadanos que le exigen triunfos y medallas a los deportistas, mientras que a los políticos les hacen la venia, se toman fotos con ellos, los aplauden, votan por ellos y los reeligen. 



Imagen tomada de Youtube.com


viernes, 9 de agosto de 2024

ASESINAR A PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

Sin mayor aspaviento mediático, social y político se conoció de un plan para asesinar al presidente Gustavo Petro. Según el propio mandatario, detrás estaría el criminal alias Iván Mordisco, aliado con una red internacional de narcotraficantes. Más allá de la certeza o no del plan sicarial, lo cierto es que narcos, señores de la guerra, ex militares y "guerrillas" habría suficientes "razones" para "bajarse" al jefe del Estado.  De hecho, trascendió que habría un ex general detrás del macabro plan criminal. 

El gobierno actual enfiló baterías contra los más poderosos narcotraficantes, incluidos los dueños de las redes de contrabando. A lo que hay que sumar una purga nunca antes vista al interior de las fuerzas armadas permeadas de tiempo atrás por el narcotráfico, el negocio de las armas y municiones. 

En lo que deben ahondar la Embajada Americana y los organismos de inteligencia y contrainteligencia de Colombia y USA es en el develamiento de las posibles conexiones entre los líderes de la narcoguerrilla de Iván Mordisco, la red de traquetos y mafiosos, los señorones de la guerra y agentes políticos que se verían beneficiados con la salida de "circulación" del presidente Petro. 

En el portal la Silla Vacía se lee que "el presidente Petro fue informado sobre el plan del atentado por el cuerpo diplomático de Estados Unidos en Colombia. Iván Velásquez, ministro de Defensa, confirmó el pasado 8 de agosto que sí recibieron información sobre el posible atentado. Agregó que no es el único caso, pues en distintas ocasiones el equipo de inteligencia del Estado se ha enterado de planes para atentar contra el presidente y han actuado de manera oportuna". 

No tengo dudas de que hay sectores sociales, mediáticos y políticos que aplaudirían a rabiar la muerte de Gustavo Petro. De hecho, la poca visibilidad del plan hace pensar en que ese desenlace beneficiaría a más de un poderoso, así no estén conectados de manera directa con quienes están detrás de la planeación del atentado que iba a producirse el 20 de julio. Se habrían contratado francotiradores para asesinar al presidente de la República. 

La poca trascendencia del develado plan sicarial hace pensar en que el odio hacia Petro es de tal magnitud, que su crimen no sería asumido por la gran prensa y los círculos de poder político atados al establecimiento colombiano  como una tragedia nacional, sino como una simple consecuencia de una política anti drogas que por primera vez le apostó a sacar de la ecuación al campesinado y a romper las conexiones entre actores políticos, militares y económicos, con narcotraficantes, contrabandistas y "guerrillas". 

 Los anteriores gobiernos se limitaron a cumplir con las órdenes emanadas por el departamento de Estado de los Estados Unidos, consistentes en criminalizar campesinos, asperjar glifosato sobre el monocultivo de coca y por esa vía envenenar cultivos de pan coger y las aguas superficiales, incautar alijos de droga y pare de contar. Petro se la jugó por romper conexiones entre la institucionalidad oficial y los grupos de mafiosos, incluidos en estos a contrabandistas, de ahí la enorme molestia de sectores con poder económico para financiar el crimen del presidente. 

Esperemos que la Embajada Americana valore la nueva política anti drogas de Petro y ayude a los organismos de inteligencia no solo a evitar que otro plan sicarial se diseñe y ejecute, sino a entregar la información que poseen de las históricas  y naturalizadas relaciones entre ilegales y agentes legales afines al establecimiento colombiano.  


 


 Imagen tomada de Cuestión Pública


HOSPITAL MILITAR, FIRMANTES DE PAZ Y EL SARGENTO LENIS

 

Por Germán Ayala Osorio

El sargento (r) Luis Lenis, en nombre de los veteranos que son atendidos en el Hospital Militar, rechaza que en dicho centro asistencial se atiendan a excombatientes de las Farc-Ep, o firmantes de paz, hoy en proceso de reintegración social, económica y política, gracias al proceso de paz de La Habana. El sub oficial se opone con vehemencia e incluso amenaza con bloquear la entrada al centro asistencial. Argumenta el sargento que atender a quienes atentaron contra la vida de los soldados y los dejaron mutilados, constituye un daño moral que asegura un tratamiento indigno a la tropa. Asegura también que la directriz presidencial termina por revictimizar a los uniformados heridos en combate.

Ante varios medios, el combativo sargento señaló que "estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias. Si tenemos que bloquear la entrada y salida del Hospital Militar para que estas personas no ingresen, lo haremos. No se puede negociar con la dignidad y seguridad de los usuarios".

Lo dicho por el exmilitar y su oposición a la medida merecen ser miradas con detenimiento. Vamos por partes, como diría Jack el destripador. Luis Lenis estaría dispuesto a violar la ley, con tal de hacer "respetar la dignidad" de los militares activos. El sargento parece sentirse aún parte de la fuerza, lo que le impide ponerse en el modo en el que está una parte del país y los comparecientes: de la transición de la guerra a la paz.

El exmilitar sigue atado a la doctrina del enemigo interno lo que no le permite ponerse en "modo reconciliación". El sargento Lenis se aferra ideológica y militarmente a un pasado en el que curiosamente lo que menos le importó a sucesivos gobiernos fue la dignidad, la seguridad y los derechos de los uniformados que combatieron a las Farc-Ep y a otras guerrillas.

No hay escenario más indigno que el de la propia guerra. Bajo esas circunstancias, los políticos y en particular los presidentes Uribe, Santos y Duque siempre miraron a los militares como meros instrumentos militares, usados para vender la mentirosa idea de que el Estado estaba ganando la guerra contra la subversión. Durante la aplicación de la Seguridad Democrática, si algo se mancilló fue el honor militar y la dignidad de los soldados. Los falsos positivos confirman que la cúpula de la época, esto es, oficiales de alta graduación convirtieron a soldados, suboficiales y oficiales subalternos en sicarios que, a cambio de cajas de arroz chino, bacanales, permisos, medallas y ascensos, asesinaron por lo menos a 6402 civiles. Y tenga en cuenta, mi estimado Sargento, que sus compañeros de armas que torturaron y asesinaron civiles también los atienden en el Hospital Militar Central que usted quiere bloquear para evitar que ingresen los firmantes de paz.

No, señor sargento Lenis, usted no está defendiendo la dignidad, la moral y el honor de los soldados heridos en combate. Lo que realmente está haciendo con su actitud y amenazas es oponerse a que por fin haya una reconciliación entre combatientes legales e ilegales. Soldados y guerrilleros son víctimas de un modelo económico, social y político y un sistema cultural que los obligó a matarse entre hermanos, justamente, por no haber sabido tramitar las diferencias.

Estimado Sargento, haga un verdadero uso de su retiro. Vaya depure su conciencia y olvídese de la doctrina del enemigo interno. Usted, como todos los reservistas, también son víctimas. Usted defendió a una Patria manejada por una élite que toda la vida subvaloró su existencia. No sea necio y atienda el sentido de la respuesta que le dio el presidente Petro: "todo hospital público está al servicio de su ciudadanía. Todo el oficio médico está al servicio de la vida. Lo público no puede ser instrumento del egoísmo social".




Imagen tomada de Hospital Militar.


jueves, 8 de agosto de 2024

PETRO, ESPEJO RETROVISOR Y LA RESPUESTA DE DUQUE

 

Por Germán Ayala Osorio

En su más reciente alocución, el presidente Petro dispuso del espejo retrovisor para señalar responsabilidades económicas y políticas que debería de asumir el expresidente Iván Duque Márquez. Petro criticó y calificó como "tonta" la decisión de Duque de endeudar al país con el FMI por 5.600 millones de dólares usados para subsidiar las nóminas de los empleados de empresas poderosas. Un costoso empréstito para pagar en dos años, deuda que por supuesto ya asumió el actual gobierno. 

El espejo retrovisor constituye una estrategia legítima siempre y cuando esta sirva para exponer públicamente los desaciertos cometidos por la administración anterior e incluso, para señalar políticas de Estado que hayan afectado negativamente la dinámica macroeconómica y la real capacidad de la administración que "denuncia", de manejar las variables económicas para el logro del equilibrio fiscal y el crecimiento económico.

La molestia de varios periodistas afectos al régimen uribista por el uso del espejo retrovisor por parte de Petro se explica porque se hizo costumbre que los presidentes de la derecha siempre les cuidaban la espalda a los salientes mandatarios para conservar las buenas relaciones, mantener los niveles de legitimidad y evitar que las decisiones económicas quedaran al desnudo. Los centros o tanques de pensamiento económico, como Fedesarrollo, jugaron siempre a taparles las maniobras financieras y económicas de sucesivos gobiernos y todo porque había que mantener las buenas relaciones con los poderosos agentes que hacen parte del régimen de poder o el establecimiento colombiano y un buen ambiente político al interior del país para no asustar a las calificadoras de riesgo y a los inversionistas.

Horas después de que el presidente Petro usara el cristal para señalar los desaciertos  o las "tontadas" en las que incurrió el fatuo, obsecuente e infantil del Iván Duque, el expresidente uribista le salió al paso con un discurso en el que prefirió no dar las razones por las que optó por un préstamo de 5,600 millones de dólares pagadero tan solo a dos años. Por el contrario, Duque se fue lanza a ristre  contra el actual gobierno. 

Duque descalificó por ejemplo la reforma pensional. Considera el expresidente y ex títere de Uribe Vélez que con esa reforma pensional lo que logró Petro es edificar un "corralito o en la caja menor o el cajero automático del gobierno para financiar muchas locuras como el tal puente elevado entre Barranquilla y Buenaventura". Duque olvida que lo ahorrado por millones de colombianos en los fondos privados durante las dos administraciones de su tutor y titiritero, se destinaron para financiar vías 4G y puentes que luego se cayeron. Y también para apalancar negocios privados como por ejemplo los centros comerciales que construyeron los hijos del expresidente y expresidiario, Álvaro Uribe Vélez. "Esta es una inversión que se apalanca con fondos de pensiones”, señaló Tomás Uribe en la inauguración del Centro Comercial Nuestro Cartago.

Y sobre el sistema de salud, espetó el lugar común que posicionaron los medios masivos: Petro nos regresaría al modelo del Seguro Social. Iván Duque calla y evita hacer referencia al robo continuado de los recursos de la salud de varias EPS, que terminaron por afectar la viabilidad del propio sistema de aseguramiento en salud y la atención oportuna y de calidad de los usuarios. 

Insisto en que el uso del espejo retrovisor siempre será una estrategia legítima, siempre y cuando no se pretenda ocultar la falta de ejecución e incluso la incapacidad de un presidente y de su administración para solucionar problemas que no necesariamente dependen o están atados a decisiones de política económica de gobiernos anteriores. 

Eso sí, Petro contribuye de manera directa a la consolidación de la narrativa que indica que Iván Duque Márquez cometió errores graves como el querer gravar artículos de la canasta familiar con la mal recordada reforma tributaria de su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, responsable del estallido social y de los  problemas de cientos de acueductos y municipios por culpa de sus famosos "bonos de agua". 

Ya quedó grabado en la conciencia colectiva la idea de que el gobierno de Duque fue nefasto, violento y entregado a satisfacer la avaricia de los más ricos. Lo único que hizo Petro en su alocución fue asegurarle la legitimidad social y política suficiente por asumirse lo dicho por el presidente de la República como un "argumento de autoridad".  


Imagen tomada de EL ESPECTADOR.COM 



miércoles, 7 de agosto de 2024

ALOCUCIÓN PRESIDENCIAL CON SABOR A AREPA Y ESPEJO RETROVISOR

 

Por Germán Ayala Osorio

La alocución presidencial del 7 del agosto no solo sirvió para que Gustavo Petro hiciera un balance de sus dos años de mandato, sino para consolidar la narrativa que indica que el gobierno del uribista Iván Duque Márquez fue nefasto económica, política, ambiental y socialmente. 

En un lenguaje sencillo y desde una tienda de Ventaquemada, el presidente Petro volvió a usar el espejo retrovisor para señalar que la administración de Duque es responsable en gran medida del crecimiento de la pobreza en el país, durante el tiempo de la pandemia del covid19. Así mismo, Petro calificó de "tonta" la decisión tomada por Iván Duque de endeudarse con el FMI, para que fuese el siguiente gobierno el que asumiera el pago tan solo en dos años. Así se expresó el jefe del Estado: 

"No hemos logrado todo, pero sí hemos más, pero la situación fiscal que encontramos no fue la más favorable. Al país lo sobre endeudaron, al país lo esquilmaron innecesariamente. Los dineros recaudados con la reforma tributaria que se aprobó en mi primer año de gobierno y que no grabó a las personas naturales de escasos recursos, no le puso el impuesto a los pobres, no le puso impuesto a la sopa, se destinaron esos recursos para el pago de una deuda pública que adquirió el  expresidente Iván Duque de una manera que me pareció, en realidad, tonta. Un crédito por 5.600 millones de dólares al FMI pagadero en dos años, que estoy comenzando a pagar  y que se dedicó a subsidiar las nóminas de los empleados de las empresas más poderosas de Colombia". 

Más allá de los 15 logros que el presidente expuso en su alocución, hacer referencia a la nefasta administración de Duque y calificarlo de "tonto", constituye un hecho político con el que Petro, usando la imagen del fatuo e infantil de Iván Duque, le endilga a la derecha toda la responsabilidad de los graves problemas que su gobierno está intentando solucionar o por lo menos paliar sus efectos en particular sobre los colombianos más vulnerables. De cara a las elecciones de 2026, los candidatos progresistas podrían usar las palabras de Petro para erosionar la idea naturalizada y legitimada por los medios masivos de que la derecha sí sabe administrar el Estado. 

Ojalá los asesores políticos de los candidatos progresistas recojan lo dicho por Petro en esta alocución del 7 de agosto para acabar de consolidar la narrativa que hizo posible darle a Iván Duque el deshonroso lugar del "peor presidente de Colombia", en la historia reciente, superando con creces al también infantil y nefasto de Andrés Pastrana Arango. 

Ya sabemos que dentro del mismo uribismo se critican las acciones y las maneras como gobernó Duque. Baste con recordar lo expresado por María Fernanda Cabal cuando dijo que "Duque fue puesto- en el partido CD- por Fabio Correa porque Duque fue el muchacho inteligente y aplicado mandó para acompañar al vago de su hijo, que no sirve para un culo, que es Luigi Echeverry".

En un audio revelado por Cuestión Pública, Cabal termina descalificando a Duque, de esta manera: "Zapateiro es un desastre, todo el mundo lo sabe menos este gobierno, que usted sabe que este gobierno nos tiene ad portas de una catástrofe, con ese gordo marica viajando por el mundo con 150 personas de comitiva (…) todo vuelto mierda"

Es claro que el país, económicamente, va bien y que podría ir mejor si el gobierno de Duque no le hubiese entregado un país sobre endeudado y con niveles superlativos de pobreza y miseria. Y si la Junta del Banco de la República  no hubiese dilatado la baja de la tasa de interés, en un proceso a cuenta gotas que ha frenado la reactivación de la economía.  

Al actual gobierno le tocó "darse la pela" de acabar con el subsidio a la gasolina y pagar una billonaria cifra por cuenta de que el gobierno de Iván Duque no subió el precio, aunque era consciente del crecimiento del déficit del fondo de estabilización de los precios de los combustibles.



Imagen tomada de EL TIEMPO.COM




Vea la alocución en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=JeLTfSeZDF0




ELN: DE GRUPO SUBVERSIVO, A GRUPO ARMADO ORGANIZADO

 

Por Germán Ayala Osorio


La historia política dice y dirá en lo consecutivo, que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) es un grupo complejo en su estructura operativa y complicado a la hora de conversar de paz. Sus máximos voceros siempre se mostraron ante el país y la prensa arrogantes, caprichosos, sagaces, tercos y con una férrea convicción ideológica y política que hace posible pensar en que realmente, como organización, jamás les interesó dejar las armas. 

La metodología planteada para llevar a cabo las conversaciones de paz constituye un claro obstáculo si se piensa en la obligada transición hacia un partido político.  A no ser que estén pensando en que el Estado los reconozca como parte de las estructuras armadas legales, con presencia en los territorios en los que siempre han hecho operado y ganado algo de legitimidad social, sobre la base de la intimidación y el miedo. 

Eso de querer jugar como mediadores entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil para resolver problemas estructurales que están inexorablemente conectados con el vigente modelo económico y político, suena más a una estrategia dilatoria, que a una seria y viable para superar la pobreza y los problemas de infraestructura social y física en extensos territorios. Así las cosas, jugar a ser mediadores terminará por mostrar que no tienen una real voluntad de firmar un armisticio. De hecho, han dicho que no les interesan las curules  y mucho menos dedicarse a sembrar comida, como lo aceptaron los firmantes de las entonces Farc-Ep. ¿Entonces, qué será lo que quieren los señores del ELN?

Ahora están pegados del remoquete con el que la doctrina castrense los reconoce, a pesar de estar sentados en la mesa de diálogo con el gobierno: los GAO, Grupos Armados Organizados. Los voceros del ELN exigen que el gobierno expida un decreto en el que no solo se deje de llamar así al grupo al margen de la ley, sino que les den el estatus político que su historia político-militar les entrega de forma "natural". 

Que las FFMM, el enemigo natural del ELN los llame GAO, tiene la clara pretensión de eliminarles cualquier espíritu revolucionario y político que ponga en crisis la neutra identidad política del Ejército y el resto de las fuerzas. Y eso está dentro de la lógica militar del conflicto armado interno. ¿Por qué justamente ahora que el régimen venezolano afronta graves problemas de legitimidad social y electoral les indigna el uso de esa nomenclatura?

Realmente los voceros del ELN no están interesados en firmar ningún acuerdo de paz con el primer gobierno de izquierda que ha tenido Colombia. En la lectura maliciosa que hacen del mote con el que los militares los reconocen emerge un espíritu revolucionario que hace rato perdieron. Sesenta años levantados en armas borra de un plumazo cualquier lucha social, política y económica. Deberían más bien sentarse a pensar en que el uso del vocablo GAO realmente constituye una crítica no expresada por agentes políticos y una parte importante de la sociedad que hace rato los dejaron de ver como una guerrilla o un grupo subversivo, para verlos en su santa dimensión: como un Grupo Armado Organizado (GAO) como el Clan del Golfo y las disidencias de Iván Mordisco y la Segunda Marquetalia. Al final, y en la práctica, en eso se convirtió el ELN. Todos secuestran civiles, trafican con drogas, atacan objetivos civiles y violan los derechos humanos. 

La fractura interna que se expuso con la facción Comuneros del Sur confirma lo que hace rato se venía ventilando: el carácter federal de su operación terminaría en una disidencia. A lo mejor los comandantes del frente que hoy dialoga con el Gobierno entendieron que una lucha armada de 60 años poco o nada tiene de revolucionaria, pero si mucho de anacrónica. 

Imagino que los sempiternos voceros del ELN ya aceptaron que van a morir de viejos haciendo la guerra y hablando de paz, pues saben que allí siempre estarán los gobiernos y los medios para dar cuenta de los hechos bélicos y los que hacen posible pensar en pacificar el país a través del diálogo y la desmovilización de los grupos al margen de la ley. Señores García y Gabino, entre otros, tienen la oportunidad de pasar a la historia como unos verdaderos revolucionarios que entendieron que jamás pudieron tomarse el poder a tiros, si hacen dejación de las armas y se reincorporan a la sociedad. La sociedad colombiana les reconocerá siempre la dejación de las armas como un gesto gallardo, valiente y consecuente. Hacer lo contrario, hará que esa misma sociedad los mire como simples Grupos Armados Organizados, destinados a joderle la vida a los colombianos y colombianas, porque, simplemente, les dio la gana hacerlo. 



Imagen tomada de EL TIEMPO.COM


EL RÉGIMEN DE MADURO Y EL RÉGIMEN DE COLOMBIA

 

Por Germán Ayala Osorio


Llevan los medios masivos tradicionales de Colombia más de 10 días dedicados a hablar del "régimen de Nicolás Maduro". No niego la existencia de ese régimen oprobioso que consolidaron civiles y militares con el firme propósito de restringir libertades y derechos. Esta columna apunta a señalar el silencio que guardaron en el pasado esas mismas empresas mediáticas y sus periodistas-estafetas y por esa vía, no referirse a la existencia de un régimen en Colombia. 

Durante los gobiernos de Turbay Ayala, Álvaro Uribe Vélez y el de Iván Duque operó en el país un régimen tan criminal y oprobioso como el venezolano. Comparten los tres gobiernos acciones como la violación de los derechos humanos, la estigmatización y persecución  de los defensores de los derechos humanos y del ambiente y en general, toda suerte de restricciones de libertades y derechos. Al tratarse de gobiernos de derecha, la prensa afecta evitó a toda costa hablar del régimen de Turbay, el de Uribe y el del títere de este último, Iván Duque Márquez. Esos señalamientos los hacía la izquierda.

Con la llegada de Petro a la Casa de Nariño los agentes económicos, sociales y políticos que llevan años permitiendo la operación en esos tres gobiernos de un régimen neoliberal, violento y criminal, varios se replegaron y casi que se fueron a la "clandestinidad" para desde allí incomodar y evitar que el primer gobierno de izquierda lograra cumplir sus objetivos y metas de campaña. Claro, mediada esa toma de distancia de Petro por una lucha de clases alimentada tanto por Petro, como por esos poderosos agentes acostumbrados a poner en el solio de Bolívar a mandatarios obsecuentes y genuflexos con la pobre visión de país y los mezquinos intereses de unas cuantas familias que insisten en manejar a Colombia como una finca.   

Desde el 7 de agosto de 2022 hay una disputa política entre esos agentes económicos, políticos y sociales que hacen parte del "régimen colombiano" y el gobierno de Gustavo Petro. Razón tiene Petro cuando dijo que "había ganado la presidencia, pero no tenía el poder". Esa conclusión, por demás lapidaria, permite concluir que efectivamente en Colombia hay un régimen de poder que en la sombra, le viene haciendo contrapeso al actual gobierno progresista. 

Las diferencias entre los regímenes de Colombia y Venezuela radican en que para el caso nuestro, ese régimen de poder lograba matizar su imagen y su operación con los gobiernos que sus más poderosos agentes económicos lograban poner en la Casa de Nariño. Y claro, al ser dueños de las gran prensa, los colombianos en general no logran identificar la existencia de un "régimen".  No. Solo les alcanza para reconocer que hay un gobierno. Y la más evidente de esas diferencias está en que el régimen colombiano está atado a los intereses de los Estados Unidos y de la derecha internacional. Por el contrario, el régimen venezolano está ancorado a los que tienen Rusia y China en esta parte del hemisferio. En particular los intereses chinos asociados a las "nuevas rutas de la seda". 

Ese régimen oprobioso, calificado así por la prensa colombiana, le apostó a mantenerse en el poder reeligiendo primero a Chávez y luego a Maduro, a través de procesos electorales sobre los que recaen serios señalamientos de fraude. Llevan 30 jornadas electorales (a la Asamblea y presidenciales, entre otras), lo que hace pensar que se trata de una democracia que funciona a la perfección. Una democracia electoral y popular, muy propia de las apuestas socialistas. 

Para nuestro caso, el régimen colombiano, hasta el 7 de agosto de 2022, siempre puso en la Casa de Nariño a los genuflexos presidentes de la República que simplemente ejecutaron los proyectos de ley y las consignas económicas que favorecieran a la élite que los sostuvo en el poder. Hay que reconocer que algunos agentes económicos que hacen parte de ese régimen vienen trabajando de la mano del actual gobierno, pero hay otros que no ven la hora de volver a poner en el Palacio Presidencial a quien obedezca sin chistar sus deseos, propuestas y caprichos. 

Las elecciones de 2026 serán definitivas para aquellos agentes de poder económico, social y político que hacen posible identificar la operación ignominiosa de un régimen de poder en Colombia que logró hacer invisibles los hilos con los que hacen mover a sus financiadas y costosas marionetas llamadas presidentes de la República. 

Lo cierto es que los  regímenes de Colombia y Venezuela operan bajo un inocultable ethos mafioso, responsable en buena medida de la pobreza estructural y la concentración de la riqueza que comparten las dos naciones. 



 

Imagen tomada de El Cronista. 


lunes, 5 de agosto de 2024

FRANCISCO BARBOSA: ¿PRESIDENCIABLE?


Por Germán Ayala Osorio


Volvió a la palestra pública el nefasto exfiscal general de la Nación, Francisco Barbosa para anunciar que será candidato presidencial. Aunque lo negó al diario conservador El Heraldo, en reciente entrevista, todos sabemos que Barbosa tiene afán y ganas de dirigir al país. Como buen ególatra, dirá que solo le falta gobernar a Colombia para reiterar "que es el hombre más preparado del país". Y estoy seguro que hará lo que sea para intentar llegar a la Casa de Nariño. Lo que sea.

La verdad es que después de Iván Duque cualquier pelafustán se siente con el derecho a aspirar convertirse en jefe del Estado. Recordemos siendo aún fiscal general, en un evento organizado por Fenalco, fue aplaudido por empresarios que muy seguramente lo patrocinarán para que cumpla su sueño.  

En su reaparición, el narciso exfuncionario se fue lanza en ristre contra el gobierno de Gustavo Petro. Ese será, sin duda, su caballito de batalla electoral. La narrativa que intentará posicionar con el apoyo de Semana, RCN y Caracol y las revistas radiales de las dos últimas cadenas, señalará que "van a recuperar al país del desastre de la izquierda". Es más, lo dijo en la señalada entrevista. Barbosa sigue el guión que le entregaron en El Ubérrimo. 

De esa manera, Barbosa buscará conquistar las simpatías del viejo establecimiento colombiano, interesado en recuperar la Casa de Nari, único bastión que perdieron con la izquierda en las pasadas elecciones. Eso sí, mantuvieron el control de altas cortes como el Consejo de Estado y la Corte Constitucional, instancias de control que afectaron varias decisiones institucionales tomadas por el gobierno de Petro. Nombro solo dos: los contratos de asociación con las JAC para construir las placas huellas en las vías secundarias y terciarias y la declaración de inexequibilidad del decreto de emergencia para La Guajira.  

Dos objetivos comparten los agentes del vetusto régimen y Barbosa: el primero, echar para atrás los avances que en materia de reforma agraria logre consolidar el actual gobierno, bien a través de acciones institucionales, incluidas las judiciales, o por medio del terror que puedan infundir estructuras paramilitares que muy seguramente estarán dispuestas a torpedear los procesos comunitarios que Petro alentó y que dejará en un claro fortalecimiento. Y el segundo, volver a las prácticas clientelistas y al manejo discrecional de entidades como la UNGRD para aceitar las maquinarias en el Congreso. El sistema político colombiano está podrido, pero les funciona a los agentes del establecimiento colombiano, y eso es lo que cuenta. 

Barbosa como los demás candidatos que lo acompañarán en la nueva aventura electoral repetirán las mismas propuestas de soluciones presentadas por otros en el pasado inmediato, incluida la campaña Petro presidente. Al diario El Heraldo, periódico de derecha, dijo lo siguiente:  "Buscar acuerdos entre todos los sectores para recuperar el estado de Derecho, para lograr el equilibrio social que saque a la gente de la pobreza, de la informalidad que está por encima del 60 % y sin solución. El índice Gini demuestra una desigualdad real, pese a que tengamos algunos avances, producto de los recursos que llegan de fuera. En eso sí que nos empezamos a parecer a El Salvador o a Honduras. El año preelectoral que se avecina será muy particular porque se llegará a las urnas con temor, miedo, dolor y tristeza. Tenemos que votar por un proyecto que trate de unir a Colombia, en vez de fracturarla porque, insisto, no debemos elegir vengadores". 

"Unir al país y buscar consensos" son consignas vacías que solo sirven para engañar al electorado. Ni Barbosa tiene la capacidad y mucho menos el interés de cambiar nada en Colombia. Lo curioso es que en la entrevista dada a El Heraldo dijo que no tendría en cuenta a los petristas en un eventual acuerdo político. Barbosa sería el nuevo candidato presidencial que de llegar a la Casa de Nariño, liderará un nuevo cerramiento democrático contra la izquierda. En la nota periodística se lee lo siguiente: "asegura que las regiones serán definitivas para encauzar el rumbo del país de cara a las elecciones de 2026, pero reconoce que se hace imprescindible un acuerdo entre partidos con flexibilidad política, pero sin tener en cuenta a los sectores petristas". 

Barbosa, el "salvador", ya debe tener lista las soluciones para sacar adelante a Colombia. En la misma entrevista, este homúnculo con ínfulas de intelectual señaló que "El proyecto político que gobierna no puede volver a ser elegido ni siquiera mirado con simpatía por los colombianos. Tenemos que sacar al país adelante entre todos para que vuelva a crecer, a tener certidumbre, seguridad, y para que entienda que no se pueden repetir los errores del pasado. No solo los de este gobierno, sino los de todos los presidentes, no podemos volver a los gobiernos de Duque, Santos, Uribe, ni de ningún otro. Ni traer modelos ‘Bukeles’ ni ‘Mileis’, tampoco caer en la extrema derecha o extrema izquierda". 

Francisco Barbosa le apuesta a una "tercera vía" en un país en el que el centro político es medroso y espectral. Sin proclamarse aún como precandidato o candidato presidencial, Barbosa se adelanta para agitar la invisible bandera del centro. Usted es de derecha, señor Barbosa. No intente engañar al electorado. Usted es el candidato de Uribe. 



Imagen tomada de Semana.com





domingo, 4 de agosto de 2024

DOS AÑOS DE PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

Gobernar a Colombia es quizás una de las tareas más difíciles para aquellos que sueñan con ser presidentes de la República. Diría que este país es ingobernable, por varias razones: la pobreza estructural en la que sobreviven millones de compatriotas y los truncos procesos civilizatorios derivados de esa condición; la incapacidad de sus élites de consolidar un proyecto de Nación en el que quepamos todos, su insaciable avaricia, que terminó por impedir que el país alcanzara condiciones modernas en su desarrollo; el naturalizado ethos mafioso, practicado y aceptado por el grueso de la sociedad; y finalmente, el no tener idea alguna de qué hacer con una prodigiosa biodiversidad  y una diversidad cultural que en lugar de asumirla como algo positivo, se entendió siempre como un problema y como una vergüenza, fruto  del clasismo y el racismo de la élite "blanca".

Édgar Revéiz lo puso en estos términos: "Mediante ensayos de prueba y error, el Estado se connvirtió en el asegurador de amplios sectores que lograron la institucionalización de los riesgos, la socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias...la vieja tradición de concesiones y privilegios, rezago de la colonia, que en Colombia ha imperado hasta hoy, la ambigüedad entre el interés público y el privado, llevó a largo conflicto en la construcción del Estado: la democracia política y económica son formales, no hay reglas para la organización de la competencia política y económica. Se consolidó la ética de la cooptación y de la transacción, que se trasladó a la economía en forma milimétrica como modelo de competencia no económica". 

Bajo esas circunstancias, tardíamente llegó a la Casa de Nariño el primer presidente de izquierda a tratar de cambiar circunstancias y costumbres, lo que supuso, por supuesto, meterse con los intereses de unos cuantos "intocables" que se acostumbraron a poner presidentes para imponerles su racionalidad económica, fincada en el perverso espíritu del neoliberalismo. 

Inicio con los logros, esto es, con las acciones positivas del gobierno de Petro. Y luego expondré los desaciertos, muchos de estos compartidos con actores económicos, sociales y políticos a los que no les interesa cambiar al país. 

LOGROS

El más importante a nivel político y electoral es el de haber pulverizado el fantasma del "Castrochavismo" con el que la derecha construyó la narrativa que indicaba que nos "convertiríamos en Venezuela y que el Comunismo acabaría con el país". A dos años de terminar, Colombia sigue haciendo parte de la OEA, sigue las recomendaciones-recetas obligatorias- del FMI y del Banco Mundial (BM) y  mantiene relaciones comerciales, diplomáticas y políticas con los Estados Unidos, lo que supone estar instalados en las dinámicas propias del capitalismo salvaje. La economía va bien, aunque podría haber mejores indicadores si la Junta del Banco de la República no hubiese actuado con la exagerada y calculada cautela en el manejo de las tasas de interés.

Así las cosas, los candidatos del progresismo y la izquierda para el 2026 no tendrán que luchar contra ese miedo que la derecha inoculó en millones de colombianos desinformados e ingenuos que le siguen creyendo a empresas mediáticas como RCN y Caracol. Tan efectista fue la mentira, que aún hay gente que dice que a Colombia llegó el comunismo. 

En cuanto a la lucha contra el narcotráfico el logro más importante es haberle ganado el pulso a los Estados Unidos con el asunto de seguir criminalizando al campesinado que sobrevive de la siembra de la coca. Los gringos entendieron que era mejor golpear a los empresarios de la cocaína, y sacar de la ecuación a  los campesinos que se ven obligados a sembrar la mata de coca, por presiones de los grupos al margen de la ley, y en razón al sempiterno abandono del campo por parte de sucesivos gobiernos neoliberales a los que solo les interesó potrerizar las selvas y jugársela por los monocultivos de caña de azúcar y palma aceitera, para alimentar los vehículos con el jugoso negocio de la producción de alcohol carburante. Si algo hicieron Gaviria y sus sucesores fue atacar al campesinado y arruinar el campo y la soberanía alimentaria.

Otro logro importante del gobierno es haber puesto a hablar al país de reforma agraria, del regreso del tren y de haberle dado un giro político y de clase a la lucha contra el narcotráfico. Si bien no habrá logrado hacer la reforma agraria que tiene en su mente el presidente Petro, revivió el sueño del campesinado organizado, lo que supondrá que las reclamaciones y la lucha agraria continuarán. Las razones del "fracaso" agrario pasa por la avaricia y el carácter rentista de ganaderos, terratenientes y latifundistas que se oponen tanto a la industrialización del campo, a la posibilidad de hacer convivir el minifundio con el latifundio y a conservar los ecosistemas frágiles que hacen parte de la biodiversidad. 

Haber compartido la responsabilidad de mejorar las vías terciarias y secundarias con las JAC constituye un hecho positivo, a pesar de la equivocada intervención del Consejo de Estado que terminó anulando los contratos de asociación, por las demandas y presiones de las firmas privadas de contratistas. Si el asunto de fondo era técnico (en la construcción de las placas huellas), bien pudieron acercarse al gobierno y a las JAC para brindar asesoría. Al final, el mejoramiento de la red de vías secundarias y terciarias beneficia a todos los colombianos que viven en veredas y corregimientos. 

Otro acierto es el de haber puesto al país a hablar de transición energética, a pesar de las reticencias y de la no existencia de una institucionalidad suficiente para asumir con rigor y seriedad los procesos de transición derivados de esa apuesta medio ambiental. No será fácil lograrlo porque aún seguimos apegados a la idea de conseguir un desarrollo sostenible, cuando el camino que la actual crisis climática está determinando va en otro sentido. 

Sin duda alguna, haber llegado al poder de la mano de una mujer afro, como Francia Márquez, dispuso que el país empezara a revisar lo que social y étnicamente ha significado años y años de racismo estructural. La narrativa anti racismo logrará consolidarse gracias a este gobierno. Eso sí, la vicepresidenta tiene la responsabilidad de acelerar las acciones simbólicas y las institucionales que hagan posible que los propios pueblos afros e indígenas asuman el control de sus territorios desde el orgullo, evitando que al interior de estos florezcan "capataces negros e indígenas" que erosionen sus procesos comunitarios.   

Un acierto más político es haber desnudado a la prensa uribizada que le sirvió por años al "viejo" régimen de poder. La gran prensa bogotana fue confrontada por un presidente tuitero que desmintió a periodistas- estafetas, y pudo develizar las intenciones de la prensa de deslegitimar su mandato. 

DESACIERTOS

Haberse aliado con la clase política tradicional es quizás la mancha más grande con la que saldrá Petro de la Casa de Nariño. Al inicio buscó co-gobernar con los viejos agentes del Establecimiento colombiano, pero salió mal. Aún así, mantuvo relaciones con políticos como Armando Benedetti, cuestionado moral y éticamente y en particular, por sus comportamientos propios de un misógino. La corrupción que afloró deja un mal sabor en un candidato presidencial que juró combatirla y que siendo congresista, denunció los entramados criminales de más de un corrupto. 

En términos comunicacionales, Petro no sabe comunicar porque concentra, pero sobre todo amarra el manejo de las acciones de gobierno a su imagen, a su enorme ego. Se suma a lo anterior, que desconfía de los periodistas, incluso de aquellos cercanos a su causa. Tardíamente acudió a los medios alternativos, en medio de una muy bien organizada oposición mediática jamás vista en el país. Todos los grandes medios masivos se unieron para deslegitimarlo y el presidente de la República jamás entendió la importancia de tener un vocero de la Casa de Nariño para desmentir a la prensa afecta al viejo régimen. 

Su manejo de la red X, aunque efectista por momentos, al final termina siendo negativo porque no supo articular sus respuestas y la exposición de sus decisiones, con programas en radio, prensa y televisión y otros, que destacaran sus aciertos en política económica y social. 

No haber logrado consolidar consensos políticos es un desacierto que debe ser compartido con la clase política y empresarial del país. Las dos partes ideologizaron las relaciones, las diferencias y las apuestas institucionales privadas y las estatales. Petro los atacó en razón a su origen de clase y del lado de la élite tradicional, jamás le perdonaron el haberse levantado en armas contra el Estado, a pesar de haber sido indultado y de jugar con las reglas de la democracia, las mismas que lo llevaron a la presidencia de la República. Quizás a Petro y a los empresarios, banqueros y demás les faltó grandeza para entender que lo primero era trazar los caminos para transformar al país. Y ello implicaba ceder poder, bajarle a la avaricia y proscribir el ethos mafioso que los miembros de la clase social, política, militar y empresarial validaron desde siempre, en particular desde el 2002, con la llegada de Uribe al poder.    

Al final, el cambio prometido, no llegó porque Petro lo vendió desde un carácter maximalista. Y cualquiera otro candidato presidencial que lo prometa, caerá en un engaño porque al país nada lo podrá cambiar hasta tanto no haya una revolución cultural que nos haga cambiar ese perverso ethos mafioso que guía nuestras vidas. Y eso incluye, la avaricia  de una élite empresarial racista y clasista. Mientras  no superemos la tara cultural que encarna el uribismo, jamás avanzaremos como sociedad y Estado, hacia estadios modernos y civilizados. Estaremos condenados a la corrupción y a matarnos entre nosotros. 




Imagen tomada de Semana.com

PERIODISMO EN COLOMBIA: ENTRE “VIEJAS” Y “NUEVAS” BODEGAS

    Por Germán Ayala Osorio   Dos hechos sociopolíticos y comunicativos sirvieron para poner en crisis la hegemonía mediática en Colom...