Por Germán Ayala Osorio
Mientras transcurren los Olímpicos de París, en Colombia, uno de los países más corruptos del planeta, la conquista de medallas por parte de los atletas colombianos sirve de pretexto para "mamar gallo" con memes que se vuelven virales en las redes sociales. En la acción humorística aparecen fotografías de políticos corruptos, con frases alusivas a las medallas ganadas por los deportistas nacionales: "Estos son los que se llevaron la plata, o estos fueron los que se quedaron con la plata".
Al tratarse de memes, dichos actos de habla propios del humor activan de inmediato los dobleces propios del lenguaje, así como procesos como los de la "doble articulación" y los de la "interpretación" del mensaje por parte de quienes estén en la capacidad comunicativa de develar su sentido. Si no hay la suficiente capacidad interpretativa e incluso la madurez cognitiva, ese tipo de memes no podrán interpretarse de manera adecuada, lo que supone entonces que la comunicación falló.
"Llevarse" o "quedarse" son dos verbos que, dentro del contexto de los juegos orbitales, hacen referencia a acciones legítimas y legales que no permiten mayor discusión, pues vienen investidas de una incuestionable eticidad, salvo que dentro de las instancias mismas de la organización de los Olímpicos se dé algún tipo de reclamación por parte de una delegación deportiva.
En el lenguaje deportivo es común hablar de que los deportistas se "quedaron" con la medalla, se "alzaron" o se "llevaron" una o varias de las preseas en disputa. Como está legitimado ese uso cotidiano de los dos verbos, a los humoristas furtivos de las redes sociales se les facilita la tarea gracias al naturalizado ethos mafioso que permite que la sociedad asocie a los políticos con corrupción y mafias. Si Colombia no tuviera los escandalosos indicadores de corrupción público-privada, "hacerse, "alzarse" o quedarse" serían acciones verbales solo aplicables al deporte y por lo tanto, improcedentes para hacer memes.
Y la plata, en un doble sentido, busca que el receptor entienda que se trata de las medallas que bajo ese valor se entregan a los deportistas que ocuparon el segundo lugar; y el mismo agente de la acción comunicativa puede entender que se hace referencia al dinero que normal y tradicionalmente se roban congresistas, alcaldes, gobernadores, contratistas y presidentes de la República.
Mientras que los atletas que compiten en las olimpiadas de París 2024 dedican años de esfuerzos y para el caso colombiano, deben superar toda suerte de obstáculos y limitaciones como las que imponen la pobreza, el biotipo y la falta de apoyo técnico, entre otros, los políticos corruptos solo tienen que hacer una llamada, apoyar a un gobierno o adherir a un partido político para hacerse con recursos del erario, que terminan casi siempre en sus bolsillos o en los de los contratistas que financiaron sus campañas.
Eso sí, no podemos olvidar que tanto deportistas de alto rendimiento como cientos de políticos comparten un mismo origen de clase atado a la pobreza y a la falta de oportunidades. Mientras que a los primeros hay que reconocerles que optaron por el camino del deporte para superar esa determinante condición, los operadores políticos normalmente se inclinan por jugar al límite del código penal, pues el sistema político se los permite por cuanto desviar recursos, comprar congresistas, o dejarse comprar; pagar deudas adquiridas con contratistas y caciques políticos, o hacer populismo con los recursos de la nación está más que legitimado, pues en todos los gobiernos siempre se presentarán casos de corrupción.
Claro que hay otros políticos que son hijos de familias adineradas que muy seguramente en el pasado se "alzaron" o se "hicieron" con billones de pesos o con la riqueza de la nación. Los políticos que nacieron en la pobreza les sirven a los más destacados miembros de esa clase política. Son sus mandaderos.
Cada cuatro años Colombia vivirá la fiesta de los Olímpicos y la conquista de medallas de oro, plata o bronce. Y bajo el mismo periodo, el mismo país sabrá por las noticias que políticos inescrupulosos se "quedaron" o se "alzaron" con billones de pesos. Por ejemplo, el robo continuado de los recursos de la salud por parte de las EPS, administradas por políticos a través de la creación de por lo menos 100 IPS fantasmas.
Lo curioso de todo es que hay millones de ciudadanos que le exigen triunfos y medallas a los deportistas, mientras que a los políticos les hacen la venia, se toman fotos con ellos, los aplauden, votan por ellos y los reeligen.
Imagen tomada de Youtube.com
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