Por Germán Ayala Osorio
En su más reciente alocución, el presidente Petro dispuso del espejo retrovisor para señalar responsabilidades económicas y políticas que debería de asumir el expresidente Iván Duque Márquez. Petro criticó y calificó como "tonta" la decisión de Duque de endeudar al país con el FMI por 5.600 millones de dólares usados para subsidiar las nóminas de los empleados de empresas poderosas. Un costoso empréstito para pagar en dos años, deuda que por supuesto ya asumió el actual gobierno.
El espejo retrovisor constituye una estrategia legítima siempre y cuando esta sirva para exponer públicamente los desaciertos cometidos por la administración anterior e incluso, para señalar políticas de Estado que hayan afectado negativamente la dinámica macroeconómica y la real capacidad de la administración que "denuncia", de manejar las variables económicas para el logro del equilibrio fiscal y el crecimiento económico.
La molestia de varios periodistas afectos al régimen uribista por el uso del espejo retrovisor por parte de Petro se explica porque se hizo costumbre que los presidentes de la derecha siempre les cuidaban la espalda a los salientes mandatarios para conservar las buenas relaciones, mantener los niveles de legitimidad y evitar que las decisiones económicas quedaran al desnudo. Los centros o tanques de pensamiento económico, como Fedesarrollo, jugaron siempre a taparles las maniobras financieras y económicas de sucesivos gobiernos y todo porque había que mantener las buenas relaciones con los poderosos agentes que hacen parte del régimen de poder o el establecimiento colombiano y un buen ambiente político al interior del país para no asustar a las calificadoras de riesgo y a los inversionistas.
Horas después de que el presidente Petro usara el cristal para señalar los desaciertos o las "tontadas" en las que incurrió el fatuo, obsecuente e infantil del Iván Duque, el expresidente uribista le salió al paso con un discurso en el que prefirió no dar las razones por las que optó por un préstamo de 5,600 millones de dólares pagadero tan solo a dos años. Por el contrario, Duque se fue lanza a ristre contra el actual gobierno.
Duque descalificó por ejemplo la reforma pensional. Considera el expresidente y ex títere de Uribe Vélez que con esa reforma pensional lo que logró Petro es edificar un "corralito o en la caja menor o el cajero automático del gobierno para financiar muchas locuras como el tal puente elevado entre Barranquilla y Buenaventura". Duque olvida que lo ahorrado por millones de colombianos en los fondos privados durante las dos administraciones de su tutor y titiritero, se destinaron para financiar vías 4G y puentes que luego se cayeron. Y también para apalancar negocios privados como por ejemplo los centros comerciales que construyeron los hijos del expresidente y expresidiario, Álvaro Uribe Vélez. "Esta es una inversión que se apalanca con fondos de pensiones”, señaló Tomás Uribe en la inauguración del Centro Comercial Nuestro Cartago.
Y sobre el sistema de salud, espetó el lugar común que posicionaron los medios masivos: Petro nos regresaría al modelo del Seguro Social. Iván Duque calla y evita hacer referencia al robo continuado de los recursos de la salud de varias EPS, que terminaron por afectar la viabilidad del propio sistema de aseguramiento en salud y la atención oportuna y de calidad de los usuarios.
Insisto en que el uso del espejo retrovisor siempre será una estrategia legítima, siempre y cuando no se pretenda ocultar la falta de ejecución e incluso la incapacidad de un presidente y de su administración para solucionar problemas que no necesariamente dependen o están atados a decisiones de política económica de gobiernos anteriores.
Eso sí, Petro contribuye de manera directa a la consolidación de la narrativa que indica que Iván Duque Márquez cometió errores graves como el querer gravar artículos de la canasta familiar con la mal recordada reforma tributaria de su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, responsable del estallido social y de los problemas de cientos de acueductos y municipios por culpa de sus famosos "bonos de agua".
Ya quedó grabado en la conciencia colectiva la idea de que el gobierno de Duque fue nefasto, violento y entregado a satisfacer la avaricia de los más ricos. Lo único que hizo Petro en su alocución fue asegurarle la legitimidad social y política suficiente por asumirse lo dicho por el presidente de la República como un "argumento de autoridad".
Imagen tomada de EL ESPECTADOR.COM
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