jueves, 8 de febrero de 2024

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: LA VOLVIÓ A HACER

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Sucedió de nuevo: la Corte Suprema de Justicia (CSJ) no eligió a la nueva fiscal general de la nación. En un contexto de presiones sociales y políticas y de denuncias periodísticas que ponen en tela de juicio la honorabilidad de Martha Mancera, las magistradas y magistrados del alto tribunal votaron y al final ninguna de las ternadas logró los votos suficientes para ser designada fiscal general de la nación. El voto en blanco volvió a triunfar.

El mecanismo de votación interna resulta caprichoso y permite que sobre los togados caigan toda suerte de sospechas y lecturas suspicaces. ¿Qué es lo realmente sucede? ¿Las candidatas aún no logran convencer a los y las magistradas o es que hay lobistas furtivos que ejercen presión con el objetivo de dilatar la decisión para favorecer a la pareja Barbosa-Mancera?

Sin duda alguna, el aplazamiento se entiende como un mensaje al presidente Petro y a quienes se movilizaron hoy exigiendo a la CSJ que eligiera a la fiscal general: no se aceptan presiones políticas y mucho menos, exigencias.

Volverán el 22 de febrero a reunirse para tratar de sacar adelante la elección. De no hacerlo, la señalada y cuestionada Martha Mancera quedará al frente de la Fiscalía más desprestigiada que haya existido en el país, desde que fue creada en 1991. Recordemos que Barbosa se va del cargo el 12 de febrero.  Estamos hablando de una fiscalía que bien puede superar a las escandalosas administraciones de Luis Camilo Osorio y Néstor Humberto Martínez Neira.

Lo que llama la atención es que de poco o nada han servido los informes que periodistas serios vienen publicando, en los que exponen hechos pútridos e impúdicos en los que aparece el nombre de Mancera, la actual vicefiscal.

Es de público conocimiento que, a raíz del agrio enfrentamiento institucional y personal entre el presidente Gustavo Petro y el fiscal saliente, Francisco Barbosa Delgado, el gobierno en pleno presiona a la CSJ para que adopte cuanto antes la elección y evitar que Mancera, mano derecha de Barbosa, siga al frente de una Fiscalía cuestionada y señalada de estar capturada por clanes políticos, mafiosos y por el Clan del Golfo. La politización de la Fiscalía es evidente. Baste con señalar dos casos: las 3 veces que el ente acusador solicitó la preclusión del caso Uribe Vélez por manipulación de testigos y fraude procesal y la no apertura de investigación contra Sarmiento Angulo, después de que reconociera ante las autoridades americanas, haber cometido actos de corrupción en la construcción de la Ruta del Sol 2.

Tanto las denuncias de golpe de Estado hechas por el presidente Petro, que circulan en Estados Unidos y España, entre otros países y los graves señalamientos en contra de Mancera y Barbosa, solo sirven para que la mala imagen del Estado colombiano y la de sus connacionales se extienda y se confirme. Si a la CSJ le importara lo que sucede con una Fiscalía politizada y capturada por mafias de todo tipo, revisarían las denuncias periodísticas de medios como la revista Raya, Daniel Coronell, Yohir Ackerman y Gonzalo Guillén en las que señalan las relaciones mafiosas que, según aquellos, tendrían Mancera y Barbosa con organizaciones al margen de la ley.

En últimas, las marchas y concentraciones masivas de hoy 8 de febrero tienen un valor ético-político importante en la medida en que se está rechazando la corrupción y la captura mafiosa del ente investigador. Ese genuino clamor social debería de ser suficiente para que la CSJ evite dejar a Mancera al frente de la Fiscalía.

Prolongar en el tiempo la elección del remplazo de Barbosa acrecentará el malestar social, las rencillas políticas y el alto nivel de crispación política e ideológica que desde ya convierten a las elecciones de 2026 en un delicado escenario en el que bien pueden aparecer peligrosas circunstancias y hechos políticos: por ejemplo, el de la reelección de Petro, la irrupción de un Bukele de las huestes de la extrema derecha que estaría detrás del golpe blando y por supuesto, los efectos jurídico-políticos que muy seguramente provocarán las actuaciones de la nueva fiscal general de la Nación en contra de los poderosos agentes políticos y económicos que Barbosa y Mancera vienen protegiendo de tiempo atrás. Será que hay temor en aquellos agentes de poder ante la llegada de una fiscal decente?

Adenda: rechazo los actos violentos en contra de la sede de la CSJ. Así no. 


Imagen tomada de Semana.com

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