domingo, 23 de julio de 2023

LUIGI ECHEVERRY Y CARRASQUILLA SUEÑAN CON DEFENESTRAR A GUSTAVO PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las evidencias indican que la apuesta de la derecha neoliberal, de la mano de los medios masivos tradicionales, está en “hacer invivible la República”. La articulación de sectores de poder económico y político-mediático, en torno a ese propósito, es evidente. No hay día en que periodistas como Néstor Morales y Julio Sánchez no dediquen parte de sus programas radiales a las proclamas de la derecha que aún no acepta que perdieron las elecciones y por tanto, el control del Estado. Se suman, por supuesto, medios como EL Espectador, El Tiempo, La República y Semana a la consolidación de la narrativa que indica que el “país va mal”, a pesar de los positivos indicadores macro económicos representados en la confianza de los mercados e incluso, en el apoyo internacional de agencias internacionales a las reformas pensionales, laborales y a la salud, a las que se oponen las bancadas de los partidos Conservador, Liberal, Cambio Radical, La U y el Centro Democrático, agentes políticos al servicio de la oligarquía neoliberal que no quiere perder privilegios y se opone a dejar de manejar el Estado como si fuera su caja menor.

En medio de esas circunstancias llaman la atención dos opiniones que calzan perfectamente con las estrategias desestabilizadoras aupadas por la derecha neoliberal, que confluyen en lo que se conoce como Golpe de Estado Blando. La primera opinión la dio el nefasto Alberto Carrasquilla, exministro de Hacienda de Iván Duque, y responsable de las crisis financieras de varios municipios con los tales Bonos de Agua y del estallido social, por cuenta de su arbitraria reforma tributaria. Carrasquilla, consumado neoliberal, dijo que “el gobierno está pasando aceite, porque ya se acabó”, dijo en la W de Julio Sánchez.

El acto de habla de Carrasquilla constituye una clara invitación a tomar acciones de hecho, puesto que, al no haber gobierno, la anomia social sería el escenario más adecuado para tramitar las diferencias y superar los vacíos de poder que deja un gobierno que ya no opera. Carrasquilla se alinea con la sediciosa invitación que les hizo el fiscal Barbosa a los generales de la República, encaminada a desobedecer las órdenes y directrices del presidente y comandante supremo, Gustavo Petro. Al no haber gobierno, como lo señala Carrasquilla temerariamente, entonces el único camino que queda es a que los militares se tomen el poder a través de la conformación de una junta cívico-militar de la que deberían hacer parte Carrasquilla e incluso, el propio fiscal Barbosa.

El otro acto de habla lo lanzó Luis Guillermo Echeverry, conocido como Luigi: “es hora de que el sector privado defienda esta democracia”. A diferencia de la opinión de Carrasquilla, dada en el marco de la carta que enviaron varios exministros y académicos al presidente Petro con la solicitud de retirar la reforma a la salud, la de Echeverry hace parte de un artículo que le publicó el diario económico La República. En opinión del ganadero y fino oligarca, “¡un presidente puede estar enfermo de la cabeza, pero más enfermo está el país que a sabiendas, lo elige! La problemática de Colombia se agravó con la conducta mafiosa que caracteriza al populismo aliado al narcoterrorismo, ese es un grave problema. Pero cuando un líder revolucionario destructor de valor llega al poder, es porque la que está enferma y narcotizada es nuestra sociedad y al que tenemos que curar de las consecuencias de conductas de insensibilidad, indiferencia y corrupción, es al país”.

El texto citado hace parte de la vieja narrativa de la derecha neoliberal que capturó el Estado y por esa vía consolidó una verdadera plutocracia en Colombia. Luigi acusa a Petro de estar enfermo, pero también establece una temeraria relación entre sus políticas de corte populista y el narcoterrorismo. Es decir, Echeverry asegura que desde el 7 de agosto de 2022 quienes están sentados en la Casa de Nariño son miembros de las guerrillas. O más claro: que fueron los terroristas, de la mano de más de 11 millones de colombianos enfermos que votaron, los que pusieron a Petro en la presidencia, lo que sin duda le quita toda legitimidad por cuanto el Estado colombiano en estos momentos debería de hacer parte de los listados internacionales de países terroristas. ¿A juzgar por lo dicho por Luigi, qué hace el gobierno de los Estados Unidos apoyando a un gobierno y a un Estado terrorista?

La anterior interpretación de esa parte del discurso del ganadero y economista, tiene asidero en el siguiente párrafo: “No subestimemos el hecho de que organizaciones terroristas como las Farc-EP, el ELN, llevan varias décadas queriendo tomarse el poder y mediante todas las formas de lucha imponernos un régimen narco-comunista. Aún estamos a tiempo de rectificar y corregir los errores, pero ello demanda unidad y un liderazgo colectivo de nuestros mejores hombres y mujeres, para ordenar institucionalmente el país dentro de un marco de legalidad y no de impunidad”.

En su precario “análisis” o en su retorcida doxa, Echeverry desconoce los problemas que ha tenido el gobierno de Petro para negociar con los grupos que nombra el columnista. Se trataría, entonces, de una pantomima, debido a que ya el Comando Central y los líderes de la Segunda Marquetalia co-gobiernan con Petro.

En su diatriba, Echeverry termina con una invitación que bien se acerca a la invitación de Barbosa y que calza perfectamente con el proyecto defenestrador que maquinan de tiempo atrás sectores de poder político que hacen resistencia, no oposición, al gobierno de Gustavo Petro. Este niño mimado habla de defender la democracia. Vaya uno a saber qué entenderá por democracia este fino ganadero. Quizás confunda el concepto de democracia con las realidades que el país ha vivido desde 1991, y que bien permiten el calificativo de Plutocracia o Kakistocracia.  Lo cierto es Luigi está invitando a los empresarios a defenestrar al presidente Petro.

Aún estamos a tiempo de defender la democracia. Este es el momento, hay que entender que cuando se presentan las grandes crisis surgen oportunidades de cambiar corrigiendo los errores, después, ya puede ser muy tarde. Es ahora o nunca. Si seguimos el camino destructivo que lleva la región, caeremos todos en la irreversibilidad de la miseria, perderemos la esperanza y la pobreza será el único lugar para migrar. Entendamos que sesenta años de revolución cubana y casi veinticinco de venezolana, nos enseñan que desde el exilio no se recupera la libertad de una nación, y que si no actuamos ahora, nos dividen, implantan un totalitarismo y se perderán 215 años de tradición democrática”.

Quizás Carrasquilla y Echeverry están esperando a que emerja un militar que, a grito herido, exclame: “Aquí, defendiendo la democracia maestro”. Sueñan estos dos irresponsables con ver llegar los tanques de guerra a la Casa de Nariño, para sacar de allí a Petro y a su familia, para instaurar un régimen de facto.

Para aquellos y aquellas que no conozcan quién es Luigi Echeverry, traigo a colación lo que en su momento dijo la también inefable María Fernanda Cabal, en una especie de “fuego amigo”: “Duque es puesto por Fabio Echeverri Correa porque Duque fue el muchacho inteligente y aplicado que mandó para acompañar al vago de su hijo, que no sirve pa’ un culo, que es Luigui Echeverri”.



Imagen tomada de EL TIEMPO 

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