sábado, 22 de julio de 2023

PACTO HISTÓRICO PIDE MEDIDAS CAUTELARES POR PERSECUCIÓN POLÍTICA DE LA PROCURADURÍA

 

Por Germán Ayala Osorio

La solicitud de medidas cautelares a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA) que elevará la bancada del Pacto Histórico, desnuda la persecución política que desde la Procuraduría General de la Nación se impulsa en contra de los intereses y el proyecto político del gobierno del presidente Petro. Debilitar la bancada congresional del Pacto Histórico constituye una jugada maestra del uribismo y de uno de sus socios, el Clan Char, cuyos haberes defiende la procuradora Margarita Cabello Blanco.

Como autoridad administrativa, dicho ente de control no puede comprometer los derechos políticos de los funcionarios elegidos a través del voto. En conocidas sentencias de la propia Comisión y de la Corte (CIDH) se conminó al Estado colombiano a ajustar la actuación de la Procuraduría General de la Nación. Lo cierto es que Cabello Blanco viene haciendo caso omiso a la decisión judicial internacional.

En el comunicado emitido por la bancada se insiste en que la Procuradora no tiene la competencia para procesar a quienes fueron elegidos a través del voto. “Siendo este un órgano netamente administrativo, la Procuraduría ha abierto investigaciones que pueden terminar con la suspensión (como ya ha sucedido), destitución e inhabilitación de congresistas, cuando dicha competencia reside exclusivamente en órganos judiciales”. En este momento al menos seis congresistas están en esa situación: Alex Flórez, Wilson Arias, María José Pizarro, David Racero, Alexander López y Susana Gómez. El primero fue suspendido por insultar a varios agentes de policía y el segundo podría ir a juicio disciplinario por presuntamente responsabilizar a uniformados de torturar a manifestantes. Adicionalmente, quien preside la Procuraduría, la exministra de Justicia del gobierno de Iván Duque, doctora Margarita Cabello, no brinda garantías al derecho de defensa de los congresistas de la bancada de Gobierno por actuar, más que como cabeza del Ministerio Público, como integrante de la oposición”.

Pero la procuradora no está operando sola. En su acción política la acompaña el Consejo de Estado. Parece haber una confabulación política entre la Procuraduría General de la Nación y el alto tribunal. La doble militancia de los congresistas afines al gobierno de Petro constituye el artificio jurídico y la razón política para sacar del camino a quienes desde el Congreso buscan aprobar las reformas a la salud, pensional y laboral; dichas propuestas legislativas generan enormes resistencias en los sectores de poder económico y político que moral, económica, política y éticamente están conectados con lo que se conoce como el uribismo. Los casos de los congresistas Roy Barreras y César Pachón constituirían dos ejemplos claros en los que el rasero de la doble militancia le sirve al Consejo de Estado y a la Procuraduría de Cabello Blanco para debilitar políticamente a la bancada oficialista en el Congreso.

Mientras se definen las medidas cautelares, las actuaciones de Cabello Blanco la gradúan como opositora política del gobierno, en la medida en que al seguir las instrucciones del uribismo, convirtió a la Procuraduría en un partido político.

Son varias acciones y hechos que confirman que efectivamente existe una acción política coordinada desde sectores de la derecha, para hacer “invivible la República”, desestabilizar al gobierno de Gustavo Petro, afectar su proyecto político y consolidar la narrativa tremendista de que el país va mal y que “nos vamos a convertir en Venezuela”.

Se estarían sumando a ese proceso de hacer “invivible la República” la Corte Suprema de Justicia, el  Consejo de Estado  y la Corte Constitucional. El silencio de las tres altas Cortes ante las acciones y discursos desinstitucionalizantes del fiscal general, Francisco Barbosa, aporta a ese objetivo de la derecha de evitar a toda costa que el proyecto político de la izquierda se consolide en el tiempo. Mientras tanto, la procuradora Cabello Blanco aporta su granito de arena al enfrentamiento con el Ejecutivo.

Bajo el esquema de “fuego amigo” también se estaría  afectando el proceso de apuntalamiento del proyecto progresista.  A través de congresistas que lograron colarse en la lista cerrada y que hoy actúan del lado del uribismo, se estaría cumpliendo con el objetivo de debilitar la bancada oficialista.  Ejemplo de ello es el congresista conocido como Jota P Hernández, quien se hizo elegir con las banderas del cambio, pero hoy defiende los intereses de la oposición, de la derecha que se opone a las reformas laboral, pensional y al sistema de salud.

 

Imagen tomada de Youtube.com

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