Por Germán Ayala Osorio
Andrés Gustavo Ricci García,
condenado a más de 40 años de cárcel por el feminicidio de Luz Mery Tristán pidió
perdón a la familia de la patinadora y a la sociedad por el “error, el
accidente y la irresponsabilidad” que cometió y que terminó con el deceso
de la campeona mundial de patinaje. El acto de arrepentimiento lo hizo a través
de YouTube, plataforma en la que abrió su propio canal al que llamó Una
verdad por contar. El primer episodio lo dedicó a responder la pregunta ¿Quién
es realmente Andrés Gustavo Ricci?
Cuidándose de usar los términos homicidio,
crimen, muerte, desaparición o asesinato, Ricci logró llamar la atención de los
medios masivos que ya registraron periodísticamente su irrupción en el mundo de
las redes sociales en las que intenta hacer viral su primer capítulo y los
subsiguientes, en los que muy seguramente despertará todo tipo de reacciones y
por supuesto el morbo societal y periodístico del mediatizado asesinato.
Quizás sin darse cuenta, Andrés
Ricci García esté cayendo en lo que Bauman llamó la “trampa de las redes
sociales”. Esto dijo el prolífico sociólogo: “Las redes sociales no
enseñan a dialogar porque es tan fácil evitar la controversia…
Mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus
horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort,
donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que
ven son los reflejos de su propia cara. Las redes son muy útiles, dan servicios
muy placenteros, pero son una trampa”.
Por ese camino, Ricci está buscando
crear una comunidad digital o virtual que le ayude a sobrellevar su larga
condena y a “remplazar” a los amigos que se alejaron una vez se dieron cuenta
del “tamaño error o accidente que cometió y que produjo el deceso” de la
patinadora.
Es posible también que el
naciente YouTuber de 60 años esté buscando dos objetivos: el primero, contrarrestar
la imagen de “feminicida despiadado y poderoso” que según él varios medios masivos
construyeron. Ricci dice que “se ha dicho que soy un hombre, un
riquito, poderoso, eso no soy yo. Se ha dicho que yo compro a la
Policía. Se ha dicho literalmente, ahí está en los medios. Se ha dicho que yo
compro la política, se ha dicho que yo tengo una vida de lujos, licor y drogas”;
y el segundo, poner en cuestión la sentencia exponiendo en los próximos
capítulos aspectos de su vida matrimonial que le permitirán consolidar la
narrativa de que se trató de un “accidente” y no de un crimen premeditado.
Dos medios en particular registraron
la “presentación en la sociedad digital de Andrés Ricci”, el hombre que
por error produjo el “deceso” de Tristán- La revista Semana de estos tiempos se
consagró como un medio amarillista y sensacionalista. Así tituló la aparición
en YouTube y en otros espacios digitales del afamado feminicida: “Andrés
Ricci habla por primera vez del asesinato de Luz Mery Tristán y envía mensaje a
los hijos: “Un accidente”.
El Tiempo, otrora referente de
periodismo, tituló así la petición de perdón del empresario caleño: “Andrés
Ricci habla desde la cárcel, tras condena por feminicidio de Luz Mery Tristán:
¿quién autorizó plataformas?”
Llama la atención que Ricci
García se refiere a la patinadora como Luz María y no como Luz Mary Tristán como
era reconocida por los colombianos como un valioso ícono del deporte nacional. Quizás
al venir el nombre de Luz Mery con ese enorme peso mediático, social y deportivo
Ricci prefiera llamarla Luz María para alivianar la carga que le puede producir
ser reconocido como el ¡asesino de la Campeona Mundial de Patinaje! (1990).
El condenado está luchando contra el tono y todo lo que se desprende de las
narraciones periodísticas con las que se registró el sonado crimen: “El
feminicidio de Luz Mery Tristán, una de las deportistas más queridas y
reconocidas de Colombia, conmocionó al país en el 2023. Este martes 4
de marzo, se conoció la sentencia que condena a su expareja Andrés Ricci a 45
años y 9 meses de prisión por el crimen. El fallo se produjo después de
que Ricci fuera declarado culpable el pasado 11 de febrero de 2025. La condena
también incluye la prohibición de solicitar la medida de aseguramiento
domiciliaria, lo que significa que Ricci deberá cumplir su pena en una cárcel”.
De los 27 minutos que dura el video, Ricci dedicó menos de dos a pedir perdón a la sociedad, a Dios, a sus amigos y sus hijos, hermanos y nietos; a Luz María, padres e hijas. En el resto del tiempo expuso detalles de su vida tratando de hilvanar la narrativa con la que buscará en lo consecutivo contrarrestar la negativa imagen que las empresas mediáticas construyeron de él. Bajo esas condiciones, la petición de perdón fue un simple acto de cortesía.
Es de esperarse que los mismos medios que registraron la aparición en redes sociales de Ricci García, busquen a los miembros de la familia de Luz Mery Tristán para que reaccionen ante lo que bien pueden ellos asumir como un acto de revictimización. Ya veremos si caen en la “trampa” de las redes sociales y en la que le estaría “tendiendo” Ricci García. En una sociedad como la colombiana que deviene moralmente confundida, a lo mejor el asesino de Tristán, en unos años, será recordado más como un YouTuber o influenciador en temas de alcoholismo, consumo de drogas y el manejo a posteriori de "actos de irresponsabilidad" como en el que incurrió Ricci García.
luz mery tristán - Búsqueda Imágenes
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