Por Germán Ayala Osorio
El gobierno de Gustavo Petro radicó
ayer el proyecto de ley a través del cual se modificará la ley de Orden
Público, para darle sustento jurídico-político y un carácter estatal a la
maximalista idea de la Paz Total. De la propuesta se destaca el establecimiento
de “Regiones de Paz”, lo que implica la descentralización del poder que recae
en el Presidente de la República, como máximo responsable del orden público.
Aunque se niega la posibilidad de declarar zonas de distensión o despeje para
procesos de desmovilización y desarme de estructuras delincuenciales, con o sin
estatus político, en la práctica podría volverse a esa figura al momento en que
un grupo armado ilegal lo plantee. Incluso, es posible que tácitamente, ante un
pacto de cese bilateral o multilateral al fuego, ciertas zonas de las regiones de paz puedan operar
bajo esa condición, sin que así sea declarada.
La apuesta de la Paz Total de la
actual administración es arriesgada por cuanto hay municipios PDET y otros que
hacen parte de las Zomac, con presencia narco paramilitar y guerrillera. Dichos
grupos cuentan con el control político y financiero de dependencias de las
alcaldías o incluso, de toda la administración local. Es decir, podrían esos
esfuerzos de pacificación por la vía dialogada, terminar en acuerdos que si
bien servirán para mejorar las condiciones de vida de la población civil,
estarían fundados en la legitimación de las actividades ilegales. Por lo
anterior, es importante que antes de que sean declaradas esas “regiones de
paz”, se inicie desde ya un proceso de consolidación estatal, basado no solo en
la presencia armada y legítima del Estado, sino en lo que tiene que ver con
actividades propias de la administración pública, conducentes a identificar las
redes y los mecanismos de captura de las instituciones oficiales. De igual
manera, lograr que el Estado se gane la confianza de la población civil y sus
miembros comprendan que a la larga es mejor someterse a la autoridad estatal y
no a la que ejercen los actores ilegales.
Insisto, no puede caerse en la trampa
de pacificar regiones sobre la base de extender en el tiempo viejos procesos de
captura del Estado, por parte de grupos armados ilegales, con la anuencia de
las élites locales que guardan de tiempo atrás perniciosas relaciones, en
particular con estructuras paramilitares.
De la mano de esos esfuerzos, el
Estado, de la mano de la Academia, podrían adelantar procesos de intervención
social y económica que permitan reconocer los factores generadores de
violencia, cuyas lógicas puedan ser revisadas y revertidas. Hablo en particular
de modelos de desarrollo y de los aparatos productivos locales y regionales que
alimentan de alguna manera las expresiones de violencia armada, por cuanto no
aquellos no responden de manera adecuada a las expectativas de vida de los
habitantes.
El carácter transversal con el que se
plantea la modificación a la ley de Orden Público exigirá de todas las
dependencias del Estado, de los partidos políticos, del aparato judicial y de
agentes de la sociedad civil un particular comportamiento, caracterizado no
solo por la eficacia y la eficiencia en solucionar problemas urgentes de la
vida societal, sino por el convencimiento de los funcionarios públicos de que
es el Estado y nadie más, la figura responsable de guiar la vida de sus asociados,
en esos territorios asumidos bajo la estrategia PDET y los que hacen parte de
las zonas más afectadas por el conflicto (Zomac).
Ya veremos cómo pasa la propuesta en
su trámite por el Congreso de la República. Mientras tanto, hay que estar
atentos a las acciones que ya están emprendiendo las fuerzas legales e ilegales
simpatizantes con el uribismo, cuyo objetivo es desestabilizar las regiones que
mañana serán consideradas dentro de las regiones de paz.
Adenda: el
proyecto de ley contempla la transformación del servicio militar obligatorio en
un servicio social- ambiental. Aplausos. Debe ponerse fin a la exigencia y
expedición de la libreta militar, documento que en muchas ocasiones impide la
contratación de los jóvenes.