Por Germán Ayala Osorio
El Nobel de Paz entregado a María
Corina Machado se suma a la lista de reconocimientos otorgados por el Comité
Noruego del Nobel que en el pasado despertaron fuertes críticas en amplios
sectores de la opinión pública global. Desde el entregado a Henry Kissinger,
pasando por el que exaltó a Yasser Arafat, hasta llegar al de Barack Obama. La
historia del Premio Nobel de Paz confirma que dicho galardón deviene con un carácter
político y veleidoso, fruto de lecturas ligeras e irresponsables de coyunturas
internacionales en las que el concepto de paz y su búsqueda se diluyen por
políticas intervencionistas de potencias militares pensadas más para escalar conflictos
políticos internos y otros de dimensiones regionales.
A las negativas reacciones al
premio otorgado a la venezolana y líder opositora al régimen de Nicolás Maduro
Moros se suma la nominación no oficial al mismo galardón del convicto y
pederasta presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Si su discutible plan
de paz en Gaza se
concreta, no se descarta que el mandatario de los estadounidenses resulte nominado
en el 2026 y termine haciendo parte del “salón de la fama”, junto a Kissinger y
Obama.
Machado se solidarizó con Israel cuando
el grupo extremista y terrorista Hamas masacró a por lo menos 1200 civiles que
disfrutaban de un concierto en territorio israelí.
En adelante, la líder venezolana guardó silencio cómplice frente al evidente genocidio
que el ejército sionista de Israel viene perpetrando en contra del pueblo
palestino, en venganza por la acción criminal de Hamas.
La Nobel de Paz 2025 en varias ocasiones
exhortó a los Estados Unidos a presionar la salida de Miraflores del ilegítimo
presidente de la Bolivariana República de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. María
Corina Machado ha pedido públicamente una “mayor presión internacional para
sacar a Maduro del poder”; también dijo en su momento que “Venezuela es
un problema de seguridad hemisférica" y frente a las últimas
decisiones de Trump, incluida la presión militar en aguas del mar Caribe, la
política venezolana espetó que el “régimen está al borde del colapso"
y que "los días de esa organización criminal están contados".
Una cosa es que Machado luche por
liberar a los venezolanos que no comparten la línea ideológica y política
del régimen de Maduro Moros y otra muy distinta es apostarle a una salida sangrienta
del presidente de Venezuela. Lo cierto es que las acciones políticas
adelantadas por María Corina Machado poco están conectadas con ejercicios y
apuesta de paz en la medida en que en territorio venezolano no se libra una guerra
civil o un conflicto armado interno como el que sufre Colombia desde los años 60.
Lo que hay ciertamente es una crisis política interna y unos intereses muy
grandes de los Estados Unidos y otras potencias por hacerse con las reservas
de petróleo.
Si USA decide finalmente intervenir
militarmente en Venezuela para derrocar a Maduro, el premio Nobel a María
Corina Machado y ella misma terminarían convertidos en meros instrumentos políticos
con los que el mundo seguiría aprobando las aventuras militares del gran Sheriff
de las Américas.
Con la decisión del Comité Noruego
del Nobel la invitación a dar golpes de Estado y a intervenir en asuntos
internos de otros países entran a hacer parte de los criterios con los que dicho
conclave define quién merece el Nobel de Paz. El Comité Noruego del Nobel tomó
una decisión política que debilita la concepción de la paz como anhelo y
estadio en el que trabajan mujeres, hombres y organizaciones en aras de mitigar
el dolor, evitar la muerte de inocentes y hasta de “humanizar” las guerras y
los conflictos. Lo mejor habría sido declararlo desierto y esperar a ver cómo
evolucionan los conflictos en Gaza
y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Hemos humanizado la guerra a todos los niveles y en cualquier instancia ya lo hacemos regalando Nobel con tinte muy politizado!
ResponderEliminarMachado salió manchando lo que quedaba de honor en el mundo, el Nobel, la ONU, la otan y similares son INÚTILES
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