Por Germán Ayala Osorio
Hacer oposición política y ser alternativa
de cambio son dos cosas totalmente diferentes. En Colombia, la derecha, el
sector de poder que sufrió derrota en el 2022, a manos del progresismo, se vio obligada
a hacer y ser oposición política. Sus más visibles agentes lo están haciendo de
la peor manera: poniendo todas las trabas posibles para que Colombia supere
el modelo de desarrollo económico de corte extractivista y precapitalista, que
de la mano de un Estado privatizado sirvió de fuente de millonarios ingresos
para unas cuantas familias ricas. Baste con señalar la privatización de las
carreteras con las concesiones viales y sus peajes carísimos para entender que
esos niveles de avaricia y de estupidez económica les niega de manera natural
la posibilidad de ser una legítima alternativa de poder para el 2026. ¿A quién
se le ocurre que se puede desarrollar un país con la frecuencia de peajes caros
que deben pagar transportadores y turistas? Y lo que es peor: sin un sistema de
trenes eficiente y ecológicamente sostenible. Es ahí en donde la avaricia y la
estolidez económica se juntan.
Los expresidentes Uribe Vélez,
Andrés Pastrana, Juan Manuel Santos, César Gaviria e Iván Duque Márquez son las
figuras públicas que representan a ese derrotado sector de poder político.
Estaban tan acostumbrados a mandar y a disponer a discreción de la operación
selectiva del Estado, que las decisiones que en materia económica viene tomando
el presidente Petro los llevó a usar a sus congresistas-lobistas para frenar las
más importantes iniciativas legislativas presentadas por el gobierno en un
intento por modernizar a Colombia. El modelo de aseguramiento en salud sirve de
ejemplo para ilustrar que lo único que les interesa es mantener vigente el redondo
negocio que les facilitó crear la ley 100 de 1993 con las famosas EPS, operadas
por políticos inescrupulosos que desde las juntas directivas desviaron los
billonarios recursos públicos. ¿Se acuerdan de Saludcoop?
A esos cinco agentes del neoliberalismo no les interesa presentarse como una alternativa política y electoral capaz de mejorar las políticas y decisiones adoptadas por Petro y de cambiar aquellas que consideren equivocadas. En eso se parecen mucho a la oposición venezolana que le hace oposición al régimen autoritario que lidera Nicolas Maduro Moros: solo les interesa recuperar el poder para seguir saqueando el erario y concentrando la riqueza en pocas manos. Hasta apelan a las mismas frases: "vamos a recuperar a Colombia" y "vamos a recuperar a Venezuela". No les interesa realmente convertir a esos dos países en potencias económicas. Se contentan con que vuelvan a ser los feudos o las fincas que les aseguraron por años beneficios y privilegios.
Así las cosas, quienes le hacen
oposición a Petro y en particular aquellos que se oponen a las ideas
progresistas podrían verse abocados a sufrir nueva derrota en el 2026 si el actual
gobierno logra corregir los errores cometidos, sentar las bases sociales y
políticas que mantengan la vigencia e importancia el progresismo, pero sobre
todo, comunicar los avances en materia de transición energética, el regreso del
tren como sistema de transporte y mejoramiento de las condiciones de vida de
los millones de colombianos que durante años fueron víctimas de sucesivos gobiernos
neoliberales.
Para enfrentar a la oposición
política y mediática no es suficiente con el trabajo desempeñado por youtubers
y el sistema de medios públicos de RTVC. No. Quedan dos años para corregir
errores, pero sobre todo para comunicar como se debe los logros alcanzados.
PASTRANA, URIBE, SANTOS, GAVIRIA Y PASTRANA - Búsqueda Imágenes
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