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jueves, 9 de octubre de 2025

LOS TRES HUEVITOS DE VICKY DÁVILA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila está buscando con desespero que el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez la elija candidata única del Centro Democrático. Muy seguramente la comunicadora intuye que el exmandatario desechará a sus tres “tigresas”, Cabal, Holguín y Valencia, en las que claramente no confía como posibles huéspedes de la Casa de Nari, pues Uribe preferiría poner en el Solio de Bolívar a un hombre con el que pueda “dialogar” a los madrazos como le gusta al caballista y "rufián de esquina" como lo llamó Santos. Quizás por ello al ladino político se acercaron sumisamente los precandidatos Juan Carlos Pinzón Bueno y Abelardo de la Espriella Otero, dos chafarotes dispuestos a hincarse ante el Gran Patrón antioqueño con tal de ser ungidos por el Mesías nacido en Salgar (Antioquia).

Y para lograr convertirse en la “muñeca” preferida del exmandatario salió a decirle al país y al propio latifundista, machista y domador de bestias que ella tenía “tres huevitos”. Aunque la precandidata dijo que unos campesinos se los regalaron, no se atrevió a relacionarlos con los temas a los que hizo referencia en su momento Uribe cuando espetó la conocida metáfora: Seguridad Democrática, la Confianza en la Inversión y la Cohesión Social. Esos tres huevitos, Uribe se los entregó a Santos para que los cuidara. Como detractora y casi enemiga del expresidente Santos, Dávila se comprometió a cuidarlos y a no “totiarlos” como lo hizo Santos de acuerdo con la narrativa uribista.

En su desespero por mostrarse cercana al pueblo y alejada de la élite, Dávila apareció en un video ordeñando a una vaca; en otro, se metió a un cafetal a cantar como lo hacía Margarita Rosa de Francisco, en su papel de la “Gaviota”; igualmente se hizo grabar en galerías y saludando a policías y militares. Y ahora, apareció en las redes con tres huevitos, sobre los que solo atinó a decir que “son finos, originales y fundamentales para mi vida de ahora en adelante”. Sin duda alguna, acciones de una campaña vacía de ideas, insulsa y propia de una periodista farandulera.

La periodista-periodista se atrevió a proponer que una vez se instale en la Casa de Nariño mandará construir una mega cárcel en la selva amazónica. Sin duda alguna un despropósito ecológico y ambiental propio de una persona poco leída y acostumbrada, desde su rol de periodista, a decir pendejadas y espetar exabruptos. Como es incapaz de elaborar un discurso coherente, la periodista-periodista cada media frase solo atina  a decir Petro, Petro, Petro…

Por supuesto que estamos ante una estrategia de marketing político pensada para ocultar su nula experiencia en el manejo de asuntos del Estado. Dávila quiere hacerle creer a los colombianos que sus 30 años de periodismo (farandulero, poco riguroso y pro-establecimiento) son suficientes para gobernar a un país tan complejo como Colombia. En términos coloquiales, Vicky Dávila jamás administró una caseta de peaje, pero se siente en la capacidad de gobernar con “independencia y pulcritud” a pesar de ser muy cercana al expresidente Uribe y ser la ficha de los clanes Gnecco y Gilinski.





miércoles, 8 de octubre de 2025

CINCO FACTORES QUE EXPLICAN LA POLARIZACIÓN POLÍTICA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las condiciones en las que se firmó el Acuerdo de Paz de La Habana, el pírrico triunfo del No en el plebiscito de 2016, la conversión de la práctica paramilitar en una virtud sociopolítica, el sueño de consolidar un Estado militarista que ponga orden a una sociedad indisciplinada y la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño son los principales factores en los que se desarrolla la campaña electoral. Esos cinco factores por efecto de los medios de comunicación terminan reducidos a la polarización política y crispación ideológica, ideas que petristas y uribistas convirtieron en una especie de comodín lingüístico para atacarse, pero sobre todo para evitarse el trabajo de escudriñar de dónde vienen esas dos sensaciones que les impiden dialogar bajo condiciones de respeto.

Prueba de que esos cinco factores tienen su propio peso específico son las referencias a estos en la actual campaña electoral. Ya hay un grupo de personas que promueven un referendo para derogar el Acuerdo de la Paz de La Habana. El movimiento político Salvación Nacional está detrás de esa iniciativa que, por supuesto no tiene futuro jurídico, pero que sirve para confirmar la existencia de ese factor que después de tantos años aún genera conflictos, odios y divisiones entre los colombianos.

El segundo factor lo viene usando el precandidato presidencial Abelardo de la Espriella y otros agentes uribizados para atacar al expresidente Juan Manuel Santos. Lo acusan de desconocer el triunfo del No, de engañar al país y responsable de lo que se conoce como el “Petrosantismo”. Esos dos primeros factores aparecen como parte de la retórica electoral de los candidatos de una derecha desesperada por hacerse nuevamente con la Casa de Nariño (o de Nari).

Por el contrario, el factor número tres, esto es, la conversión del paramilitarismo en una virtud ético-política se expresó en la violenta arremetida de agentes civiles de la alcaldía de Medellín en contra de los manifestantes de pro-palestina. Los actos violentos ocurridos en la capital antioqueña dan cuenta del odio y de la inquina que siente el alcalde Fico Gutiérrez hacia todo lo que huela a Petro, agente político que animó las movilizaciones de rechazo al genocidio en Gaza justo cuando el 7 de octubre se cumplieron dos años de la masacre perpetrada por Hamas, grupo extremista y terrorista que desató la ira santa de Netanyahu.

De regreso a la retórica electoral, candidatos presidenciales como De la Espriella y Santiago Botero sueñan con un Estado militarista que los acerque a la figura de Nayib Bukele, referente moral y ético-político de la derecha uribizada que insiste en el pérfido lema Mano Firme, Corazón Grande, que no es más que una consigna aceptada por los dos señalados políticos que solo hablan de dar bala o balín, dar de baja, de someter, destripar e imponer. Sus violentos discursos no solo dan cuenta de su pobreza cultural, sino de un profundo machismo que en política se expresa en homofobia y transfobia.

El quinto factor, es decir, la llegada de Petro a la Casa de Nariño lo asume la derecha colombiana como una suerte de “pesadilla” a la que le queda poco tiempo de permanencia. El odio hacia Petro no lo justifican por la llegada del “castrochavismo” o el comunismo a Colombia, sino por su carácter subversivo que anima a cientos de miles de colombianos a salir a defender sus derechos y también causas lejanas como la suerte del pueblo palestino;  otros tantos,  agitan con rabia la bandera de Israel como símbolo del supremacismo con el que Uribe, Santos y Duque manejaron las relaciones con los pobres, población LGTBIQ+ indígenas, campesinos y negros. Baste con recordar la exhortación que le hizo Duque, el títere de Uribe, a la minga indígena: ¡regresen a sus resguardos!

La próxima vez que escuche hablar de polarización política y crispación ideológica recuerde estos cincos factores que son la base emocional, ética, étnica, política, social y política de ese par de comodines lingüísticos usados por los medios de comunicación y poderosos agentes de la sociedad civil para desvirtuar el camino alternativo que el progresismo propone para superar las infames condiciones en las que viene operando el orden establecido en un país como Colombia en el que efectivamente no cabemos todos por cuenta del clasismo, la aporofobia y del racismo.




Foto: Partido Comunista Colombiano, tomada del diario El País de Cali. 

sábado, 4 de octubre de 2025

ABELARDO DE LA ESPRIELLA: LA "BESTIA" QUE NECESITA COLOMBIA

 Por Germán Ayala Osorio

 

Abelardo de la Espriella está haciendo una campaña electoral efectista, patriotera y con un lenguaje violento que atrae a los uribistas que lo ven como el sucesor de Álvaro Uribe Vélez. Aunque hay diferencias en la pinta, ambos creen a pie juntillas en la universal doctrina de la violencia legítima del Estado que en Colombia el uribismo aplicó bajo las condiciones ilegítimas de un gobierno como el de Uribe que fue elegido con el apoyo de grupos paramilitares y reelegido gracias a que Yidis Medina y Teodolindo Avendaño vendieron sus votos al proyecto reeleccionista para “salvar a la Patria”.

Esa misma doctrina se aplicó entre 2002 y 2010 para señalar como enemigos de la patria a periodistas críticos y a ONG defensoras de los derechos humanos y del ambiente catalogados por Uribe como “terroristas vestidos de civil”, que les "sirven de fachada a las FARC" o "actúan como sus voceros políticos". Y para terminar de consolidar el Estado militarista que sueña operar De la Espriella a partir del 7 de agosto de 2026, Uribe presionó a los militares a que “dieran más y mejores resultados operacionales”. El país ya conoce las consecuencias de esa monstruosa presión: 6402 jóvenes inocentes fueron asesinados y presentados como “guerrilleros dados de baja en combates” y millones de desplazados y centenares de desaparecidos. Al final, Uribe logró “privatizar” al Ejército, institución a la que manejó como si se tratara de los peones de sus haciendas.

Abelardo de la Espriella prometió que su “posesión no será en Casa de Nariño, en medio de banquetes y oropeles. Será en una guarnición del sur del país. Yo le voy a rendir ese día honor a los verdaderos héroes de la patria”. Esa promesa lo acerca como a ningún otro candidato uribizado, como Juan Carlos Pinzón, al mundo castrense a cuyos miembros Uribe les dio “carta blanca” para hacer y deshacer con los actores armados ilegales, la población civil y el manejo de asuntos de la seguridad nacional, incluido el presupuesto militar.

Como dije líneas atrás las mayores diferencias entre estos dos militaristas está en la pinta o en el outfit como dicen los gomelos: Uribe es un vulgar hacendado, un “rufián de esquina” y un tipo ordinario que habla como curita de vereda, de ahí su capacidad para engañar a incautos e ignorantes. Entre tanto, De la Espriella le quiere hacer creer al país que además de ser un hombre perfumado, es de gustos finos y de inmejorables modales, lo que lo hace proclive, de llegar a la Casa de Nariño, a sufrir durante y después de la presidencia del efecto Macbeth.

Uribe y De la Espriella son mesiánicos, de pulso armado y mano firme como diría Godofredo Cínico Caspa. En uno de los mensajes publicitarios se ve a De la Espriella arrodillado ante Dios como si la deidad lo estuviera ungiendo como el “tigre protector de Colombia”. Un peligroso tigre que “ruge, muerde y cumple”. Es decir, la indomable bestia que necesita el país, la misma que al sentir el látigo de su mentor, Álvaro Uribe se convierte en un dulce, juguetón y manso gatito. Más claro: si Duque fue el títere de Uribe, De la Espriella sería el tigre domesticado por el expresidente antioqueño, curtido domador de bestias.  

En su cuenta de X, el abogado que asegura que la ética nada tiene que ver con el derecho lanza consignas como esta: “En mi gobierno no habrá impunidad: los delincuentes irán a la cárcel. Presentaré una ley contra el vandalismo y el terrorismo urbano. Quien bloquee vías, destruya bienes o ataque a la Fuerza Pública será tratado como terrorista, igual que sus financiadores: condenas sin beneficios ni rebajas. Mano de hierro. ¡Firme por la Patria”!

Por estos días, el expresidente y condenado en primera instancia sigue deshojando la margarita, aunque ya descartó a sus tres “muñecas” (Cabal, Valencia y Holguín), tendrá que decidirse entre Pinzón y De la Espriella.  Años atrás el propio Uribe se refería al elegante abogado como “bandidito”. ¿Será por eso que Uribe lo necesita para sentarlo en el Solio de Bolívar?

Lo cierto es que el abogado de la Espriella sueña con llegar a la Casa de Nariño para “destripar a la izquierda”. Y de invitar a María Fernanda Cabal a ser una de sus ministras, intentará que se declare “ilegal ser de izquierda” como lo desea y lo propuso la precandidata presidencial. 



jueves, 2 de octubre de 2025

ELECCIONES, DEFENSA DE LA VIDA Y MARKETING POLÍTICO

 

Por Germán Ayala Osorio 


Las protestas pro palestina y de rechazo al genocidio en Gaza lideradas por el presidente Petro sirven para poner en evidencia el desprecio que por la vida  de los palestinos sienten los precandidatos presidenciales de la derecha uribizada y los que dicen pertenecer al fantasmal centro político. Por supuesto que no se trata de una novedad y mucho menos de un descubrimiento. Ya  los 6402 falsos positivos y la violenta respuesta del gobierno Duque a los bloqueos y manifestaciones en el marco del estallido social de 2021 demostraron el talante moral y ético de los más visibles voceros de la derecha colombiana. 

Desde esta tribuna llamo la atención a los asesores en marketing político que están trabajando para los candidatos progresistas a los cargos de elección popular para que usen electoral y políticamente esa actitud indolente y de claro menosprecio por el pueblo palestino que caracteriza a la derecha colombiana. Propongo que se hagan piezas publicitarias en las que la defensa por la vida, de los ecosistemas naturales  y de los pueblos vulnerables de Colombia y del mundo hagan parte del ideario de la izquierda progresista, en contraste con hechos como los falsos positivos y los efectos negativos que el cambio climático negados por los uribistas pura sangre como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia que amplifican la misma actitud negacionista de empresarios y del condenado expresidente Uribe Vélez.  

Hay que diseñar campañas electorales que sirvan para conectar los dolorosos hechos provocados en Gaza por el sionista ejército de Israel, con los millones  de desplazados que dejó la aplicación a rajatabla de la política de seguridad democrática y el Plan Colombia; aludir nuevamente a lo sucedido en el país durante el estallido social en dos perspectivas: insistir en la necesidad de pasar la página con énfasis en la reconciliación, sin dejar de señalar con el índice que ese Estado militarista que violó los derechos humanos debe quedar proscrito, lo que de inmediato debe llevar como consecuencia al rechazo de los violentos discursos de precandidatos como Abelardo de la Espriella, Santiago Botero y Vicky Dávila, entre otros agentes que comparten la idea de que a punta de bala el país supera los problemas de orden público en ciudades y en la Colombia profunda (rural y selvática). 




PROTESTAS PROPALESTINA EN CALI - Búsqueda Imágenes


La apuesta del marketing es clara: defender  la vida para superar las taras civilizatorias que arrastramos como sociedad  y que en gran medida son transversales a los "proyectos de país" que están exponiendo los precandidatos de la derecha uribizada y del medroso centro. Los mensajes publicitarios que se construyan deben estar pensados para poner a pensar al electorado sobre lo que  por más de 50 años sucesivos gobiernos de derecha naturalizaron para el país: racismo, clasismo, homofobia, misoginia, aporofobia y disímiles formas de sometimiento a nuestros pueblos ancestrales y ecosistemas naturales-históricos. 

Estoy seguro de que una campaña electoral que apunte a poner a pensar al electorado sobre las causas de los problemas del país y especialmente a identificar a los responsables de que estos se hayan extendido y naturalizado a lo largo del tiempo cuando fueron gobierno, podrá ayudar a superar el frenesí de un ambiente prelectoral caldeado, crispado y polarizado que sirve a los intereses de quienes insisten en mantener la discusión entre "buenos y malos", cuando lo que deberíamos de identificar que el proyecto político que necesita el "país de la belleza" es aquel que se invite a defender todas las manifestaciones de la vida, así como la dignidad humana. 

martes, 30 de septiembre de 2025

HABLEMOS DEL VIOLENTO LENGUAJE URIBISTA

 

Por Germán Ayala Osorio 


Los militantes y miembros del Centro Democrático son dados a usar un lenguaje violento para amenazar y estigmatizar a sus adversarios políticos. Su máxima figura y propietario de la señalada empresa electoral, el expresidente condenado en primera instancia, Álvaro Uribe Vélez, arrastra una historia de "frases célebres" que dan vida a lo que bien puede llamarse "violencia política". 

Esta columna está dedicada a recordar lo dicho por Uribe, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y el entonces senador Carlos Mejía, una especie de "perro rabioso" defensor a morir de su dueño. Inicio con las expresiones del expresidente y expresidiario. 

"Hay casos en que hay que matar por razones morales", dijo Uribe en el 2016 siendo congresista. Toda una joya que da pistas claras de su talante moral y ético. Ocho años atrás, el mismo vulgar caballista le dijo a "alias La Mechuda" que donde lo viera "le iba a dar en la cara marica". Una locución que todo el país escuchó  y que representa con excelsa claridad a eso que se conoce como el uribismo. 

Otra de las célebres proposiciones espetadas por el expresidente antioqueño se entendió como una especie de macabra confesión: "Yo di la orden de entrar a la Comuna 13, de sacar a la guerrilla y a los paramilitares de allá". La opinión pública ve por televisión que la JEP encontró el cuerpo número siete que corresponde a una persona violentada por miembros de las FFAA que entraron a esa comuna de Medellín a violar los derechos humanos. En otro acto ilocutivo, el mismo personaje exhortó a su bancada en el Congreso, investigada y procesada por vínculos con los paramilitares y otras acciones criminales. Les dijo: "Voten los proyectos del Gobierno mientras no estén en la cárcel". Otra oración digna de ser recordada la lanzó Uribe en una concentración pública en la que al parecer el público hacía ruido. Esto les dijo el expresidente: "Se callan o los callamos".




Sin duda alguna dichas frases hacen parte de una retórica violenta con la que Uribe asume los asuntos del Estado, el ejercicio de la política y las relaciones interpersonales. Y quizás la más dolorosa para Mafapo y las madres de Soacha es la desafortunada expresión con la que se terminó de ensuciar el buen nombre de los jóvenes asesinados y reportados falsamente como "guerrilleros muertos en combate" (falsos positivos). Debe leerse en "tono paisa" para una mejor comprensión de su sentido: "esos jóvenes de Soacha no estarían cogiendo café".

Sigamos este recorrido de los brillantes actos ilocutivos de la congresista María Fernanda Cabal Molina. Recientemente dejó ver su talante democrático: "Ser de izquierda debería ser ilegal" escribió en su cuenta de X. Solo le faltó remedar los ademanes de Hitler o ponerse una capucha del Ku Klux Klan para acompañar su pérfido deseo de llegar a la Presidencia para usar el poder del Estado para perseguir a todo lo que huela a izquierda. Sin duda alguna, esa locución confirma que la señora Cabal es la demócrata que el uribismo necesita en la Casa de Nariño para limpiar al país de esa plaga de la izquierda. De la Espriella le podría ayudar desde la cartera de Defensa. Eso sí, la congresista uribizada no solo es una consumada demócrata, sino una mujer que defiende y admira a las comunidades negras del país. "Si uno pone a trabajar a los negros se agarran de las greñas" espetó en el 2014 la noble y refinada congresista. Nada más que decir, su Señoría. 

Sigamos con Paloma Valencia, reconocida por sus gritonas intervenciones en las que defiende a dentelladas a "su presidente Uribe". Sin duda alguna una defensa y admiración ciega y enfermiza de la congresista caucana defensora, como María Fernanda Cabal, de las comunidades ancestrales. Esto dijo esta nueva encomendera y hoy precandidata presidencial: "Hay que dividir el Cauca entre indios y mestizos". Estamos ante una expresión que hace parte del proyecto segregacionista aplicado en varias ciudades capitales de Colombia, resultado del racismo estructural del que habló Eduardo Restrepo. A la congresista Valencia y en general a todos quienes hacen parte de las mesnadas uribistas les queda muy bien el cinismo. Recientemente dijo que "el gobierno (de Petro) activa sus bodegas para incentivar acciones violentas contra los opositores. Hacer política es defender ideas, no instigar violencia contra quienes piensan diferente". Como dicen por ahí, Paloma, Cabal y Uribe son de manual. 

Termino ese corto recorrido con lo que dijo en su momento el senador Carlos Mejía, personaje que se enfrentó a los también congresistas Gustavo Petro y Armando Benedetti. Así lo registré en una columna del 19 de marzo del año en curso, bajo el título Congresistas domadores de bestias, sin primaria y bachilleres. 

Mejía, por ejemplo, fue caricaturizado por Matador como un “perro rabioso” que, en lugar de dar discusiones técnicas y políticas, terminaba descalificando a sus contradictores por el simple hecho de ser de izquierda o progresista. Se hizo viral el enfrentamiento con Gustavo Petro cuando este último fungía aún como senador de la República. Recordemos apartes de ese encontronazo:

Carlos Fernando Mejía: “Jamás ha salido este senador con una amenaza para nadie. Aquí son los violentos, los que, como el senador Petro, salen a decir que se acabe la violencia e invitan a los jóvenes colombianos a incendiar la patria. Usted es el que sobra, aquí, senador Petro, usted es el que sobra en este Congreso”.

Gustavo Petro: “usted cree que aquí solo deben estar los que piensan como usted, y ese piensan lo pondría entre comillas. Cree que solo se tiene que uniformar la sociedad y encuadrarla, incluso, de manera militar para decir que aquellos encuadrados son la sociedad de bien y que los demás no lo somos. Los que excluyen han provocado que millones de personas salgan a las calles, pues llegó la hora de reformas democráticas y la respuesta del Gobierno ha sido no escuchar, taparse las orejas, hacer como el avestruz, decir que sobran y mandar las armas del Estado para contenerlos. El día que nosotros seamos Gobierno no le diremos a usted, ni a los que son como usted, que sobran, les tenderemos la mano. Lo necesitamos igual de vociferante, pero ojalá más leído”.

También fue viral el enfrentamiento entre Mejía y el senador Benedetti. Este último le dijo lo siguiente al agrónomo con Maestría en Gobierno y Gestión Pública, Carlos Fernando Mejía: “Quiero decirle algo, que hay un consenso entre los 100 senadores, 108, hasta de su partido, de que usted es el tipo más bruto de este Congreso de la República (...) No se ha leído un libro, habla todo el día huevonadas, cosas tontas, que castrochavismo, se murió Chaves y Castro y usted sigue hablando de esa huevonada…”





lunes, 29 de septiembre de 2025

MACHISMO EN LA IZQUIERDA Y EN LA DERECHA

 

Por Germán Ayala Osorio


La izquierda democrática, el progresismo y la derecha comparten un mismo miedo: que por primera vez una mujer llegue a la presidencia de la República. A los dirigentes y voceros de esas tres mesnadas les aterra esa posibilidad. Por el lado de las dos primeras corrientes de pensamiento y de acción política es evidente que al interior del Pacto Histórico y el frente amplio le están apostando al triunfo bien sea de Iván Cepeda o Daniel Quintero. Este último bien podría resultar un verdadero "caballo de troya", a pesar de la postura populista con la que está haciendo campaña. 

Es tal la fuerza del machismo al interior de la izquierda que en el camino quedaron las precandidaturas de María José Pizarro, Susana Muhamad y Gloria Flórez que de manera abnegada renunciaron a sus aspiraciones para terminar apoyando la candidatura de Cepeda. Las presiones internas recaen hoy sobre Carolina Corcho Mejía, a quien le están proponiendo -más bien exigiendo- que abandone sus sueños para que sea la fórmula vicepresidencial de Cepeda. A casi nadie se le ocurre proponer lo contrario porque lo aceptado social y políticamente es que la vicepresidencia es  a lo máximo que pueden aspirar las mujeres en Colombia. La exministra y psiquiatra les ha contestado con un rotundo No  a los que insisten desde las huestes del petrismo, la izquierda y el progresismo que acepte esa propuesta que deviene con una inocultable carga machista aupada incluso por féminas que aceptan como un designio divino que a la presidencia solo pueden aspirar hombres (machos cabríos). 





Por el lado de la derecha sucede prácticamente lo mismo. El Gran Patrón y condenado en primera instancia por graves delitos casi todos los días les manda mensajes a María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín: prefiero que sea un macho el que enfrente a Cepeda, Quintero o cualquier otro candidato presidencial que aspire a dar continuidad al proyecto petrista. El expresidente, caballista, consumado patán y latifundista antioqueño se reunió con Juan Carlos Pinzón y Abelardo de la Espriella, dos machitos que "hablan como varones". En el pasado, Uribe llamó "bandidito" a De la Espriella, pero ello no es óbice para juntarse para "salvar a la Patria". 

Realmente Pinzón y Abelardo de la Espriella hablan como chafarotes y eso le encanta al expresidente Uribe: transpiran testosterona y lo más importante es que "dicen amar a la adolorida patria y son capaces de hacerse moler por ella". En términos programáticos e ideológicos ese amor patriótico de este par de civiles con voz militronche le confirman a Uribe que darle la oportunidad a Valencia, Cabal u Holguín para que asuman las riendas del país es un riesgo que no pueden correr pues una mujer jamás será reconocida por los miembros de las fuerzas como su comandante suprema. 

Esos dos machitos le han hecho repasar a Uribe su Manifiesto Democrático, en particular le recuerdan el punto 98: "Me haré moler para cumplirle a Colombia. En mis manos no se defraudará la democracia. Insistiré que el País necesita líneas estratégicas de continuidad...". 

Al final, a la izquierda democrática, el progresismo y a la derecha les gusta ver a mujeres en los roles de alcaldesas, gobernadoras y congresistas y por supuesto en el decorativo cargo de vicepresidenta, pero jamás aceptarán la posibilidad de que una de ellas llegue a la Casa de Nariño. Lejos estamos del salto que dio México al poner por primera vez en el Palacio Nacional a una mujer. Corcho tiene todo para ser un especie de Claudia Sheinbaum, pero el sistema patriarcal, el machismo, pero sobre todo el miedo de millones de mujeres y hombres, incluidos Uribe y los dirigentes de la izquierda y el progresismo se lo van a impedir. 

Desde esta tribuna propongo esta dupla: Carolina Corcho, presidenta y Cepeda, vicepresidente. A más de uno le debe dar urticaria el solo imaginar que un presidente esté bajo el mando de una mujer. En universidades y en otras empresas abundan los ejemplos de hombres que expresaban su molestia por tener que trabajar bajo las órdenes de una mujer. 

viernes, 26 de septiembre de 2025

¿FIRME POR LA PATRIA O SOLO PETRO EN ESTA MONDÁ?

 

Por Germán Ayala Osorio 


El caldeado ambiente preelectoral en Colombia va dejando en las retinas y oídos de los usuarios de las redes sociales eslóganes interesantes, otros insulsos, así como unas campañas que a pesar de ser efectistas dejan muchas  dudas sobre si los precandidatos presidenciales desarrollaron el pensamiento sistémico y si comprenden el paradigma de la complejidad para desde allí exponer propuestas serias y viables que de verdad apunten a transformar a una sociedad como la colombiana y un país como Colombia que arrastran y alimentan de tiempo atrás lo que en esta tribuna he llamado "taras civilizatorias" y el ya naturalizado ethos mafioso. 

Desde el engañoso eslogan de la derecha uribizada "Vamos a recuperar a Colombia", pasando por el "Recuperaremos el rumbo", hasta llegar a frases patrioteras como la que intenta posicionar Abelardo de la Espriella, "Firme por la Patria". Este último es uno de los "muñecos" de Uribe. El otro es Juan Carlos Pinzón, un político acartonado que solo habla de "recuperar la seguridad", lo que lo convierte en monotemático, a lo que se suma que es poco carismático. 

En estos tiempos del Tik Tok, al histriónico y violento precandidato Abelardo de la Espriella le salió al paso un usuario de esa red con una pregunta-anzuelo que el controvertido abogado mordió con algo de  ingenuidad: ¿Cuál es la frase del año? A lo que el pintoresco precandidato de la ultraderecha respondió con su lema de campaña: "Firme por la Patria". Su interlocutor lo interpela y niega que esa frase sea la del año. Tímidamente De la Espriella balbucea  y espera que le diga cuál es la expresión del año, a lo que le contesta: "Solo Petro en esta mondá". Los dos ríen a carcajadas, mientras los detractores del profesional del derecho se burlan por la "mamada de gallo" de la que fue víctima el "defensor de bandidos" como lo llamó la también precandidata uribista, Vicky Dávila, cuya campaña se estancó porque en las dos ideas que medio logra hilar, la palabra Petro le sirve para caer en los lugares comunes propios de una mujer que cree conocer el país por su rol de periodista. Uribe en su cuenta de X lo llamó "bandidito". 

La campaña de Daniel Quintero es quizás una de las más efectistas, con videos cortos y ataques directos contra el uribismo, que el exalcalde de Medellín e imputado por la Fiscalía de graves delitos lo convirtió  en un "blanco electoral" con el que puede conquistar a quienes sienten que "no es comunismo, sino asco al uribismo" lo que los haría confiar en que después de la P de Petro, sigue la Q de Quintero. 




Susana Muhamad, la hasta hace pocas horas precandidata del Pacto Histórico se la estuvo jugando con vallas digitales con frases bien logradas como Coca Cola mata agua en alusión directa al crimen ambiental y ecológico que habría cometido la multinacional en La Calera (Cundinamarca), al recubrir con cemento siete manantiales, tributarios de la Quebrada San Lorenzo. Coca Cola mata tinto y al agua, parece decirnos Susana. 


Otra frase con la que salió al ruedo electoral antes de renunciar a su precandidatura y decidir apoyar a Cepeda, Susana Muhamad le pega de manera directa a Daniel Quintero: "Menos imputados, más emputados". La expresión o sentencia resulta contundente y con un tono moralizante, aunque tiene el problema que retrotrae lo vivido durante la sucia campaña del No en el plebiscito por la paz, con la que el uribismo logró que cientos de miles de colombianos "salieran berracos" a decirle no a la firma del Acuerdo de Paz de La Habana. 

De todas maneras el marketing político termina diciendo mucho del talante de los precandidatos. Ya veremos qué sucede en las consultas internas de los partidos y quienes finalmente pasarán a la gran final para que los colombianos voten porque se dejaron cautivar de las frases y eslóganes,  vendieron el voto o sufragaron desde el odio que les genera la expresión "solo Petro en esta mondá". Lo que parece que va quedando claro es que el país llegará dividido y polarizado en torno al amor y la firmeza por la patria que ofrece el uribismo o la continuidad del proyecto progresista que echó a andar Petro en esta mondá de país. 

Adenda: Cepeda, Corcho y Quintero finalmente serán los tres precandidatos de los cuales el progresismo deberá elegir el candidato presidencial. 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

PETRO Y SU ÚLTIMO DISCURSO EN LA ONU (I)

 

Por Germán Ayala Osorio 


El último discurso de Gustavo Petro en las Naciones Unidas en condición de presidente estuvo marcado, nuevamente, por la rebeldía, la sinceridad y la confrontación política de un mandatario del Sur global que asumió la defensa de la soberanía de los pueblos, de la democracia y de la naturaleza desde un poderoso axioma que las guerras y el modelo universal de desarrollo económico extractivo se encargaron de proscribir: la dignidad humana, que incluye por supuesto a las relaciones étnico-culturales construidas por los pueblos milenarios con los ecosistemas naturales. 

Desde los pensamientos sistémico y crítico Petro logró congregar en su diatriba contra el Norte opulento y los fascistas de Trump y Netanyahu factores identitarios, climáticos, religiosos, políticos y económicos recreados por una condición humana aviesa, alimentada y sostenida en el tiempo por el poder del dinero y la codicia de los Señores de la Guerra, de los banqueros y de familias ricas responsables en gran medida de haber convertido el planeta en un colosal dealer en el que se exhiben la estupidez, se negocia la dignidad humana, al tiempo que se lavan en Wall Street las ganancias del narcotráfico y se aplauden la arrogancia y la maldad. Eduardo Galeano dijo que  "los dueños del mundo lo están convirtiendo en un matadero y en un manicomio. Ellos dicen que la condición humana es así. Puede ser. No sé. No me convencen...". 

En medio de la más evidente crisis de legitimidad de la ONU, incluida su misionalidad, millones de seres humanos saben que en las Asambleas regulares de ese organismo multilateral los estridentes discursos de los presidentes de los países del sur global, como Petro, rechinan por un rato para luego ser pulverizados por la inercia de un manicomio gerenciado por atorrantes megalómanos como Donald Trump y Netanyahu, convertidos hoy en genocidas defendidos por millones de seres humanos que de manera obsecuente y estúpida creen en que hay un pueblo elegido por Dios, razón suficiente para validar la aniquilación de pueblos como el palestino cuya presencia en la franja de Gaza es el mayor obstáculo para la gentrificación urbana propuesta por el propio presidente de los Estados Unidos. Petro espetó que "no hay raza superior, señores. No hay pueblo elegido de Dios. No lo es Estados Unidos ni Israel. El pueblo elegido de Dios es la humanidad entera”.

Quizás le faltó decir al presidente colombiano que las religiones envilecen a quienes creen que hay pueblos superiores o una raza de particular belleza e inteligencia que por derecho divino debe imponerse sobre aquellas comunidades "genéticamente inferiores y feas" para la estética hegemónica dominante que, de la mano de la moda, la acción mediática, el cine americano y relatos religiosos les dijeron  a los pueblos del sur global que debían sentirse avergonzados por el color de ojos y de la piel. 

A Petro le alcanzó hasta para pedir acciones legales contra el cachondo carcamal de Donald Trump, un machito decadente convertido en el "puto amo" del mundo por cuenta de la derecha internacional. Mientras Trump debilita los cimientos de la democracia gringa, en Colombia la derecha uribizada aplaude su cruzada contra el pueblo palestino, porque saben que al interior del "País de la Belleza" sobreviven comunidades afros, campesinas e indígenas que les resultan incómodos para sus proyectos de sometimiento a los ecosistemas naturales. Uribe, Paloma Valencia, Abelardo de la Espriella, Vicky Dávila, María Fernanda Cabal y David Luna, entre otros más, aplauden a rabiar a Trump porque comparten con el fascista gringo la idea de que hay gente que no merece vivir. Además, niegan los efectos del cambio climático. 

El presidente colombiano habló duro en una ONU que se tambalea frente a un sostenido proceso de estupidización y sionización del mundo. Los efectos sociales, políticos y mediáticos de su intervención durarán unos días más. Mientras tanto, Israel seguirá ejecutando su limpieza étnica en Gaza para despejarles el camino a los urbanizadores y cadenas de hoteles que sueñan con la gentrificación urbana que justifica el genocidio. Trump dará continuidad a su persecución contra los migrantes latinos mientras observa la posibilidad de imponer sobre toda América Latina los designios del Dios que lo guía. "Entonces, ahora estamos ante una situación diferente, quizás más global. La barbarie hoy es del planeta, hoy cae sobre la humanidad entera. Los misiles sobre 17 jóvenes desarmados en las aguas del mar Caribe, quizás algunos colombianos. La persecución, aprisionamiento, encadenamiento y expulsión de millones de migrantes". 

Al igual que la canción Cambalache de Santos Discépolo, Petro dijo verdades, pero la vida debe continuar. Nada cambiará en este matadero, en este manicomio. 


Imagen tomada de https://www.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Intervencion-del-presidente-Gustavo-Petro-en-el-80-Periodo-Ordinario-de-Ses-250923.aspx


sábado, 20 de septiembre de 2025

PEDRO VIVEROS: DE ANALISTA POLÍTICO A "BODEGUERO URIBISTA"

 

Por Germán Ayala Osorio


Inicio esta columna con una imagen que empobrece el debate político al tiempo que crea falsos y moralizantes dilemas  electorales, montados sobre el siempre engañoso patriotismo que suele la derecha uribizada enarbolar con el fin de presentar a sus candidatos como los "salvadores de la Patria", esto es, políticos probos, patriotas, respetuosos de la institucionalidad y defensores del pueblo

En el pasado fue la imagen de Uribe con su mano en el corazón y la fingida pero temida frase patriotera Mano Firme, Corazón Grande; ahora, el "tigre" Abelardo de la Espriella, conocido por sus amigos como "Papucho", aparece como el "nuevo Mesías" capaz de "destripar a la izquierda", esto es, derrotar en las urnas a Iván Cepeda Castro, el precandidato presidencial del Pacto Histórico señalado por el uribismo de ser el "candidato de las Farc".

Estamos ante una  temeraria insinuación que se explica por dos razones: la primera, por el odio que  profesan contra Cepeda desde las mesnadas uribistas por el hecho de ser el congresista que denunció penalmente a Uribe por tres graves delitos que lo tienen hoy condenado en primera instancia; y la segunda, porque contra todos los pronósticos, Cepeda Castro produce miedo por su impoluta trayectoria política  fundada en un ejercicio político respetuoso de las diferencias. A lo que se suma su compromiso con las víctimas de las dinámicas del conflicto armado, su defensa del proceso de paz de La Habana y en particular de las madres de los jóvenes asesinados en el marco de la política de seguridad democrática, aplicada entre el 2002 y 2010 y en gran medida animadora institucional para presentar como bajas en combate a jóvenes inermes, hechos que se conocen como los "falsos positivos". 

La imagen en sí misma es provocadora, estigmatizante y grotesca, pero "normal" dentro de las lógicas de las redes sociales, convertidas en trincheras y calderas ideológicas en las que no hay límites éticos. Pues bien, el analista político de Caracol y Blu radio, Pedro Viveros, en su cuenta de X puso a circular la imagen con el siguiente texto: "Ninguna de las dos. Nos quieren sacar a “votar emberracados” por eso valoremos que muchas opciones para escoger bien y mejor, no caigamos en la trampa de los extremos". Viveros creyó que al tomar distancia electoral y política del mensaje era suficiente para matizar el garrafal error que cometió al divulgar la fotografía (se trata de un montaje) con la que se insiste en alinear a Cepeda Castro con las Farc, situación sobre la que no existen pruebas que demuestren que efectivamente el congresista hizo o hace parte de esa estructura armada ilegal. 

Viveros termina legitimando el señalamiento contra Cepeda. El analista pro establecimiento se alineó con los hijos de Uribe que insisten en decir que el congresista es el candidato presidencial de las extintas Farc. Como el país sabe, Cepeda Castro instauró acciones legales contra los vástagos del condenado expresidente antioqueño por injuria y calumnia. La misma decisión acaba de tomar el precandidato presidencial del Pacto Histórico en contra de Pedro Viveros. Así lo anunció en su cuenta de X: 

"Denuncia Penal contra Pedro Viveros. Señor Viveros: El uso arbitrario de mi imagen manipulada para endilgarme falsamente la pertenencia a un grupo armado ilegal es injurioso y calumnioso. Por tanto, será ante la Fiscalía que deberá explicar si este fotomontaje es suyo o no. En todo caso, le recuerdo que el artículo 222 del Código Penal contempla el delito de injuria y calumnia indirectas, para quienes publican, reproducen y repiten falsas imputaciones hechas por otros". 

Más allá de si la demanda interpuesta prospera, aquí hay que cuestionar la actitud de Viveros. Es apenas lógico pensar que Viveros defenderá su "acción informativa" basada en su derecho a la libre expresión e incluso a la libertad de prensa que le otorga el hacer parte de un equipo periodístico y de ser generador de estados de opinión pública desde Blu radio. Aquí lo reprochable es que el analista político no cuestionó la imagen y su dañino mensaje. Al reproducirla, le dio sentido de realidad a una insinuación calumniosa. Además, validó los sentimientos y los mensajes de odio que desde las huestes uribistas se vienen lanzando en contra del precandidato presidencial, lo que claramente cuestiona su rol de analista político. Varios tuiteros, incluso, lo rebajaron a la condición de "bodeguero" por divulgar la señalada imagen. No, Pedro Viveros, así no. 

El montaje pone al electorado a escoger entre Abelardo de la Espriella e Iván Cepeda Castro; el primero, un civil que piensa y habla como un chafarote, mascarada con la que se presenta como un patriota tal y como en su momento lo hizo ante la opinión pública Álvaro Uribe; y el segundo, un comandante guerrillero (un terrorista) que desconoce la autoridad del Estado y odia a la Patria, razones suficientes para no solo negarle el voto, sino eliminarlo físicamente. Además, se le niega la condición civil a Cepeda. Este tipo de disquisiciones y otras más posibles debió hacer Viveros antes de poner a circular la indignante imagen. 

¿En dónde quedó el analista político, señor Viveros? Usted reproduce no solo una imagen perversa, dañina y mentirosa, sino que promueve la desinformación, el matoneo y la violencia política. Vergonzoso.


martes, 16 de septiembre de 2025

PRIMERAS SANCIONES DE LA JEP A EXCOMANDANTES DE LAS FARC-EP

 

Por Germán Ayala Osorio 


La primera sentencia de la JEP contra los miembros del Secretariado de las Farc-Ep por una constelación de delitos graves (secuestro, homicidio, violencia sexual, tortura y tratos crueles) cometidos en el marco del conflicto armado interno llega en un mal momento para el país, a pesar de la connotación histórica de las sanciones que el alto tribunal de justicia transicional oficializó hoy 16 de septiembre de 2025 contra Timochenko, Pastor Alape, Pablo Catatumbo y Carlos Antonio Lozada, entre otros comandantes de esa guerrilla. 

Las circunstancias en las que la JEP se pronuncia de fondo están dadas por el hostil ambiente de polarización política y crispación ideológica que nacieron con el proceso de paz de La Habana y el plebiscito por la Paz de 2016 con el pírrico triunfo del No. Se suman por supuesto las expectativas electorales de millones de votantes divididos entre quienes piden a gritos que regrese el uribismo y la seguridad democrática, e incluso, que se diseñe un nuevo Plan Colombia, y los que le apuestan a que el proyecto progresista siga instalado en la Casa de Nariño cuatro años más; y claro que no se puede quedar por fuera de ese listado la descertificación de los Estados Unidos al gobierno Petro, los ataques indiscriminados de las disidencias farianas a estaciones de Policía,  centros poblados y carreteables, y el aumento de los secuestros.  

Los problemas de orden público y el fracaso de la Paz Total sirven a los detractores del Acuerdo Final de La Habana para recabar en la idea de que las sanciones de ocho años, sin cárcel y sin restricciones a la libertad de los procesados por la JEP constituyen una burla a las víctimas y el descrédito para la majestad de la justicia. De eso se encargó muy bien Noticias Caracol que editó varias notas con políticos y expolicías de alta graduación  que las Farc-Ep secuestraron y torturaron durante varios años. 

En lugar de destacar el sentido de la histórica sentencia, el noticiero privado revive la discusión política que suscitó en su momento lo acordado en Cuba en materia de justicia transicional entre los plenipotenciarios de la guerrilla fariana y los del gobierno de Juan Manuel Santos en representación del Estado. Desmantelar a esa máquina de producción de víctimas en la que se convirtieron las Farc-Ep fue vista en su momento como una apuesta ética de quienes votaron Sí al plebiscito por la paz y aceptaron "tragarse el sapo" que significaba que ninguno de los máximos responsables de crímenes atroces pagaría un solo día de cárcel, puesto que en la discusión jurídica triunfó el modelo de la justicia transicional con los elementos de verdad, justicia, reparación y no repetición y con estos la imposición de penas alternativas. Entonces, los ochos años de sanción los pagarán con el desarrollo de actividades como siembra de árboles, reconstrucción de infraestructura afectada durante las hostilidades y construcción de bibliotecas, entre otras. A dichas acciones se conocen como las TOAR (Trabajos, Obras y Actividades con contenido Reparador o Restaurativo). 

Muy seguramente la sentencia que la JEP acaba de proferir contra los integrantes del entonces Secretariado de las Farc será usada por los candidatos presidenciales de la derecha para insistir en el desmonte de la JEP o por lo menos en su debilitamiento como tribunal de una paz que los militaristas jamás aceptaron como legítima para castigar a los comandantes guerrilleros por la comisión de delitos atroces cometidos en el marco de un conflicto armado que se degradó. Abelardo de la Espriella, por ejemplo, asegura que de llegar a la presidencia no entablará negociaciones con los grupos al margen de la ley y mucho menos con aquellos que incumplieron lo acordado en La Habana. 

Aceptar los principios de la justicia transicional y restaurativa exige de las víctimas y del resto de la sociedad haber transitado por el dolor, hasta llegar al máximo sentido de humanidad al que podemos llegar como especie: perdonar a quienes violaron la dignidad de sus familiares. Se trata de una apuesta ética y moral, individual y colectiva, que debe enfrentarse a la narración periodística proclive al populismo punitivo y al discurso de la derecha que cree posible acabar militarmente con todos los grupos al margen de la ley. 

Más allá de las críticas a las sanciones que hoy expone la JEP, escuchar y documentar las voces de las víctimas y los episodios en los que los victimarios (militares y guerrilleros) fueron confrontados constituye un valioso trabajo de construcción de memoria histórica para una sociedad desmemoriada y selectiva a la hora de reconocer las responsabilidades de los victimarios que participaron de las hostilidades. 

Quizás sea tiempo de amplificar la idea de que la guerra no fue para el caso colombiano el camino para hacer las transformaciones sociales que la sociedad demanda. Y también quizás sea el momento para gritar que todo hombre en armas, sin importar la causa que defienda y de quién escriba la historia, es un potencial asesino o uno ya consumado. 



Mauricio Alvarado / El... - Mauricio Alvarado

Tomada de El Espectador.

TRUMP DESCERTIFICÓ A COLOMBIA (II)

 

Por Germán Ayala Osorio 


Conocidas la inamistosa, irrespetuosa, arbitraria e ilegítima decisión del gobierno norteamericano y la fuerte reacción del presidente Petro, es fácil concluir que la descertificación de los gringos no se produjo por la falta de resultados positivos en la lucha de Colombia contra los cultivos de coca y la producción de cocaína, sino por la postura crítica del presidente colombiano frente a temas como el genocidio israelí en Gaza que los Estados Unidos viene legitimando, la limpieza étnica que viene haciendo Trump en la tierra del Tío Sam persiguiendo y expulsando migrantes latinos y por supuesto frente a la lucha antidrogas que no es otra cosa que la patente de corso de los gringos para someter a pueblos en donde se cultiva "la mata que mata" con su hipócrita y fallida política con la que su sistema financiero se sostiene a través del lavado de activos. 

El no haber impuesto sanciones económicas a Colombia permite pensar que  en el fondo los gringos reconocen la lucha librada por el país, con todo y sus víctimas y costos económicos, pero por estar en la Casa de Nariño un hombre crítico de la inmoral y fallida política antidrogas lo mejor es descertificar y de esa manera mandar un mensaje político que sea usado por la derecha en la campaña electoral para generar miedo en agentes económicos y políticos que necesitan del mercado norteamericano. 

Por supuesto que también le están cobrando a Petro sus acercamientos con China a través de la firma del acta de entendimiento en el marco de la Nueva Ruta de la Seda. Los gringos ven en el gigante asiático como un peligro para mantener y extender su política exterior en las Américas, pensada para expoliar recursos genéticos y mantener las sempiternas relaciones de dominación sobre gobernantes cipayos que negocian las soberanías popular y estatal con visas para visitar a Mickey Mouse, con el compromiso de jamás atreverse a criticar las políticas de la inmoral potencia militar del norte del continente americano. Uribe, Duque y Santos fueron y son lacayos que cuentan con el respaldo de las autoridades gringas. Ahora que se vienen las elecciones en Colombia, a esa lista se suman ya Abelardo de la Espriella, Juan Carlos Pinzón, Santiago Botero, Vicky Dávila, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria, agentes serviles de los gringos. 

Pero hay quizás un factor que para Trump y Marco Rubio, entre otros les resulta molesto: el reclamo de respeto por la soberanía de Colombia y el trato digno que viene exigiendo el presidente colombiano. Para el Secretario de Estado de USA esa postura de Petro le resulta "errática" porque están acostumbrados a manosear a los jefes de Estado colombianos, que de manera subordinada asienten todas las acciones que el decadente país del norte desee emprender en el territorio nacional. Nunca antes como hoy actuar con dignidad, valor civil y con sentido de humanidad se asume como una apuesta política inamistosa por quienes como los Estados Unidos  promueven y ejecutan guerras, genocidios, invasiones y el sometimiento de pueblos a sus caprichos imperiales. Y aunque no se trata de ser de izquierda o de derecha, los acomplejados cipayos locales reducirán toda actitud soberana y digna de los "zurdos" o "rojos" a una postura altanera, grosera y equivocada frente al poder hegemónico. 

Adenda: la decisión del presidente Petro de no comprar más armas a USA constituye una respuesta digna. Eso sí, habrá que buscar otros proveedores. 


Imagen tomada de EL TIEMPO

domingo, 14 de septiembre de 2025

EL "QUINTETO FASCISTA" EN COLOMBIA

 

Por Germán Ayala Osorio 


Mientras el fascismo hace sus demostraciones de fuerza en la franja de Gaza, asesinando niños, niñas y mujeres palestinas de la mano del ejército de Israel y en los Estados Unidos persigue y expulsa a migrantes latinos y estigmatiza a las poblaciones afro y LGTBI+, en Colombia parece estarse consolidando lo que bien se puede llamar el "Quinteto fascista" del que harían parte los precandidatos presidenciales uribizados Abelardo de la Espriella, Santiago Botero y Juan Carlos Pinzón, el expresidente Uribe y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras. Y por supuesto, los agentes gremiales que no están dispuestos a soportar cuatro años más sin beneficiarse de la "puerta giratoria" que siempre operó entre los gremios económicos y los gobiernos anteriores. Esa viudez de poder los tiene realmente fastidiados. 

Hace ya casi un año el  eterno candidato presidencial Germán Vargas Lleras espetó lo siguiente: "...envío un mensaje clarísimo de unidad a todos los dirigentes que hoy se encuentran en la oposición o que comparten nuestras preocupaciones, tenemos que llegar unidos con una candidatura única a la Presidencia de la República...". El diario El Espectador registró la eventual alianza entre las dos prominentes figuras de la ultraderecha colombiana y consagrados neoliberales que saben muy bien qué es eso de capturar el Estado para el beneficio de unos pocos. El titular es claro y genera miedo: Uribe y Vargas cocinan fórmula electoral para atajar reelección del proyecto petrista. 

Varias de las consignas lanzadas por estos y otros miembros de la derecha colombiana, como "vamos a recuperar el país", "hay que frenar al neocomunismo", "destripar a la izquierda" y "dar balín" devienen con un tufillo fascista, fundado en sentimientos aporofóbicos, clasistas, racistas y en la profunda molestia -rabia- que les produce que el gobierno Petro esté entregando tierras al campesinado que tanto le costó perseguir, estigmatizar, asesinar y desplazar a las fuerzas paramilitares que en su momento cumplían con la tarea de "limpiar" los campos para ampliar el modelo agrario que le gusta a Uribe y a otros actores políticos y económicos: el de la gran plantación, los monocultivos de caña de azúcar y palma africana, la minería, legal e ilegal,  la agricultura sin campesinos, pero con siervos y la ganadería extensiva de baja producción para fines de especulación con el valor de la tierra. 

El miedo -verdadero terror- que ya expresan figuras públicas frente a la posibilidad de que la derecha recupere la Casa de Nariño en el 2026 se explica por la animadversión que genera en las huestes de la derecha uribizada todo lo que huela a reivindicación de los derechos de los más vulnerables, la protección de los ecosistemas naturales-históricos, los llamados de atención sobre los efectos del cambio climático y la desprivatización del Estado en los sectores de la salud y la energía eléctrica. El progresismo, para los más visibles agentes de las mesnadas uribistas es sinónimo neocomunismo, que no es otra cosa que el nuevo "coco" con el que asustan a incautos, ignorantes y en general a las audiencias que creen a pie juntillas lo que dicen los medios hegemónicos. 

Los integrantes del "Quinteto fascista" no se atreven a criticar lo sucedido en Gaza y en USA, pero parecen inspirarse en las figuras de Netanyahu y Trump para afianzar su proyecto antiprogresista. El objetivo es claro: regresarnos a los tiempos de la Seguridad Democrática, al Estado militarista "saca ojos", eso sí, afinando las estrategias y las formas para depurar étnica, periodística, cultural y políticamente a los sectores societales a los que Petro les devolvió las tierras, los reconoció identitariamente y les despertó la conciencia de clase con la que hoy creen entender y comprender de una mejor manera qué es eso de militar en la derecha.

Mientras el fascismo criollo de manera pragmática se congrega a pesar de los mutuos cuestionamientos éticos y morales entre sus más visibles figuras, las fuerzas progresistas y de la izquierda democrática se enredan en acuerdos políticos y programáticos y se tranzan en una lucha intestina en la que sobresalen los más ególatras. Parecen no comprender estos últimos que los cuatro años de Petro, con todo y errores, despertó en sectores populares urbanos y rurales la esperanza de superar un desarrollo económico que promueve la concentración de la riqueza en pocas manos, somete a la Naturaleza a procesos de transformación insostenibles y afianza la operación de un Estado que además de militarista, actúa bajo los parámetros que impone el ya naturalizado ethos mafioso que distingue a la derecha  con el que auspició la corrupción público-privada en el sistema de salud y lo que es peor, en el mundo castrense. 

De triunfar la derecha en el 2026, no se puede descartar que reaparezcan los paramilitares para echar para atrás la valerosa pero incipiente reforma agraria que viene impulsando Petro. No habrá fuerza pública para defender a los campesinos que hoy siembran comida en sus parcelas, pues lo primero que hará la derecha de regresar a la Casa de Nari es hacer una purga en el Ejército y la Policía y por esa vía regresarnos a la doctrina del enemigo interno, extendida por supuesto al campesinado y a todo aquel que se atreva a exigir el cumplimiento de sus derechos. 



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miércoles, 27 de agosto de 2025

CABAL, VALENCIA Y HOLGUÍN, LAS SOMETIDAS “MUÑECAS” DE ÁLVARO URIBE VÉLEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Álvaro Uribe Vélez es quizás la figura que mejor representa a la sociedad patriarcal, misógina y machista que promueve y defiende el violento sistema de dominación que impuso a la Mujer los roles de Madre, Esposa, Cuidadora de Hijos y del Marido. Es desde ese lugar de enunciación y representación que el condenado expresidente asume la presencia de sus decorativas y combativas precandidatas presidenciales, María Fernanda Cabal, Paola Holguín y Paloma Valencia.

Es evidente que el exdirector de la Aerocivil y exgobernador de Antioquia las prefiere como bastoneras y animadoras de la fiesta electoral, y no como serias candidatas presidenciales. Tanto así, que a su leal y vociferante Paloma Valencia ya le ofreció ser cabeza de lista para el Senado. Una forma clara de decirle que “no está preparada para gobernar al país por su condición de mujer”.

Al parecer, la única de las tres que está montada en la película de creer que podrá ser presidenta de la República por el Centro Democrático es María Fernanda Cabal. O por lo menos la candidata única de la señalada secta-partido, pues con De la Espriella y Pinzón de por medio, lo más probable es que se quede viendo un chispero. Holguín, Cabal y Valencia no son capaces de contrariar al Patrón y mucho menos están en la capacidad de entender que ellas como mujeres no están realmente en los planes del expresidente para hacerse nuevamente con la Casa de Nariño. Todo el mundo sabe que el Gran Condenado preferiría poner en el Solio de Bolívar a otro Iván Duque, es decir, le gustan más los “títeres” que las “muñecas”. Quizás se sienta más cómodo diciéndole a otro macho, “donde lo vea le voy a dar en la cara marica”. Como posa de “caballero”, no le gustaría tener que “putiar” a su presidenta de la República. ¿Cuántas veces Uribe habrá tratado mal al homúnculo del Iván Duque Márquez?

Margarita Rosa de Francisco exhortó a Cabal y Valencia - desconoció a Paola Holguín quizás porque es la menos opcionada de las tres- para que se liberaran del yugo político al que están sometidas, ahora que Uribe Vélez le hace “ojitos” a Juan Carlos Pinzón Bueno para que sea su nuevo títere, esto es, un “Duque 2”: “Si yo fuera María Fernanda o Paloma me daría mucha rabia que el patriarca del partido me ninguneara de semejante forma porque le han trabajado sin descanso a la causa. Ni siquiera se pueden quejar públicamente del jefe, porque les va peor. El patriarcado que ellas mismas defienden es traicionero. Emancípense, mujeres”.

Cabal, Valencia y Holguín le hacen un enorme daño a los procesos y movimientos de liberación femenina que pretenden que como sociedad dejemos atrás esa “tara civilizatoria” en la que confluyen el machismo, la misoginia y el sistema patriarcal. Cabal, Valencia y Holguín representan a la Mujer sumisa, dócil y entregada que le pasa todo al Macho de la casa porque éste cumple con su histórico  rol de proveedor: lleva el dinero para la comida, sostiene a la familia y lo más importante en este caso: les regala visibilidad y algo de  poder político. No creo que sean capaces de emanciparse como se los sugirió que lo hicieran Margarita Rosa de Francisco. Ellas dirán: con el Patrón, hasta donde él diga. 



cabal, paloma valencia y paola holguín - Búsqueda Imágenes

domingo, 24 de agosto de 2025

PATRIA Y MUERTE

 

Por Germán Ayala Osorio

 Las próximas elecciones en Colombia girarán en torno a dos fuerzas políticas diametralmente contradictorias: el uribismo y el petrismo. Eso nadie lo discute. Como tampoco parece haber discusión en torno a que la primera representa un oscuro pasado al que unos pocos privilegiados y cientos de despistados e ignorantes quieren regresar; mientras que la segunda, en proceso de consolidación, simboliza los deseos de construir por fin una verdadera República que supere el tenebroso sistema feudal y feudatario que impuso el condenado expresidente antioqueño, de la mano de una élite rentista que supo capturar el Estado para su propio beneficio y en contravía de lo prescrito en la carta de 1991 en torno a que Colombia debería de ser y operar como un Estado Social de Derecho.

La campaña presidencial arrancó de manera temprana y ya exhibe los derroteros éticos y morales de los precandidatos de la derecha uribizada ancorados a la presencia de Dios, al discurso patriotero y a la explotación política y electoral de la muerte del forzado mártir, Miguel Uribe Turbay.

Es tal el desespero por recuperar la Casa de Nari, que les falta poco para acercarse a la consigna lanzada en los años 60 por Fidel Castro Ruz, Patria o Muerte. Por supuesto que se trata de una acercamiento al inversa del sentido que el revolucionario de entonces le dio a la frase. Con los años, Castro Ruz se acercó al perfil del sátrapa al que derrocó en 1959.

Claro que desde la perspectiva del precandidato Abelardo de la Espriella, a quien Uribe alguna vez lo llamó “bandidito”, lo dicho por Castro Ruz cambiaría sustancialmente a Patria y Muerte, pues el abogado que al parecer no necesita de la ética para ejercer el derecho prometió “destripar a la izquierda”. La apuesta de la Espriella es compartida por cientos de seguidores de eso que se conoce el uribismo que suelen ofrecer bala o balín; o acabar con la “plaga de la izquierda”.

La explotación político-electoral del crimen de Uribe Turbay empezó desde el preciso momento en el que se produjo el atentado sicarial que meses después le costó la vida. Y se hizo de la mano de la fe religiosa y las peticiones al Señor (a Dios) no solo para que le salvara la vida, sino para que les diera fuerza a los uribistas para “recuperar el país, defender la democracia y recuperar el rumbo”, guiados por Miguel Uribe Turbay, quien  de seguro ya ocupa en lugar privilegiado en el reino de los cielos.

La despedida de estadista, héroe y mártir brindada a Uribe Turbay es posible por una combinación de factores mediáticos, religiosos y morales brindados por un pueblo creyente que colectivamente llora la partida de unos “líderes inmolados” creados y recreados en las salas de redacción de noticieros privados al servicio del uribismo y en contravía de los derechos del colectivo. Sobre el féretro del congresista asesinado, su propio padre, Miguel Uribe Londoño, depositó las ideas -dicen que el legado- del desaparecido político conservador, en las manos del condenado expresidente para que él “salvara la Patria”. Una vez recuperó la libertad el expresidente antioqueño su presencia en el lugar en el que cayó gravemente herido Uribe Turbay se daba por descontado.

En un lenguaje muy propio del paisa camandulero y rezandero, Álvaro Uribe Vélez espetó que “…en este lugar se simbolice una llama eterna, como el amor eterno de Miguel por Colombia, que quienes concurramos no veamos aquí un lugar de venganza, tampoco de falsa paz. Que nos comprometamos a animar la fe en Colombia y a estimular que germine la esperanza que no puede estar rota y que en el paso por este lugar Miguel inspire seguridad para que alguna haya paz”.

Ese discurso cifrado del condenado expresidente va y viene entre la política electoral, el sentido del poder y la religiosidad de quien sabe cautivar a esa Colombia puritana, gazmoña, clasista, racista, homofóbica y mezquina que todos los días se persigna y pone en las manos de Dios la vida de todos los colombianos.

Uno de los precandidatos presidenciales y ficha del uribismo neoliberal, Mauricio Cárdenas Santamaría también dejó ver que él está con Dios y con el pueblo creyente. Esa es la única manera que encuentra el hijo del vetusto establecimiento para acercarse al pueblo: “Ilumíname Señor de los Milagros. Dame la sabiduría para unir a esta gran familia que es Colombia y acertar en el rumbo que requiere”.

Es en esa Colombia feudal, premoderna, camandulera y patriotera en la que cobran sentido la película y la novela la Virgen de los Sicarios porque dan cuenta de las paradojas en las que se mueve aún el creyente pueblo colombiano, el mismo que practica la homofobia y la transfobia y otras formas de violencia que lo hace proclive a creer en falsos Mesías y en lo que a diario les dice la prensa hegemónica. Quizás por ello quienes creen gritan la consigna Patria y Muerte sienten que cuentan con la bendición de la Virgen y del Todopoderoso. ¡Ajúa!



alvaro uribe velez visitó el lugar del atentado contra miguel uribe - Búsqueda Imágenes


sábado, 23 de agosto de 2025

ME SUENA CORCHO PRESIDENTA; CEPEDA, VICEPRESIDENTE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con la entrada de Iván Cepeda Castro a la baraja de precandidatos presidenciales del Pacto Histórico, la izquierda y el progresismo suman a una figura política que acumula simpatías políticas por haber enfrentado con serenidad, sin miedo y convencimiento al temido expresidente Álvaro Uribe, condenado por delitos no políticos gracias a la templanza del senador, la valentía de la jueza Sandra Heredia y la estrategia jurídica de su equipo de abogados que logró llevar a juicio y vencer en primera instancia al político antioqueño.

La experiencia congresional de Cepeda, sumado a una trayectoria política sin tacha, lo acerca a los pergaminos con los que llegó Petro a la presidencia de la República: la lucha contra la corrupción público-privada, la entronización del paramilitarismo en las correlaciones de fuerza y las acciones legislativas y el control político conducentes a minar el proyecto privatizador del Estado por parte de la derecha uribizada, hacen de Iván Cepeda un candidato de peso de cara a enfrentar a los débiles candidatos presidenciales que se asoman desde la derecha.

Los 5 precandidatos[1] del Centro Democrático, más Juan Carlos Pinzón Bueno, De la Espriella y un par de exministros de Hacienda poco carismáticos y además consumados neoliberales, confirman que la derecha llega al escenario electoral de 2026 en “desventaja”  frente a los candidatos del progresismo por varias razones a saber: de un lado, porque el país no se derrumbó como lo vaticinaba el uribismo, esto es, no nos convertimos en Venezuela, y del otro lado, porque parece haber un aprendizaje en las audiencias y en los sectores poblacionales históricamente golpeados por las prácticas neoliberales.

Diana Carolina Corcho Mejía e Iván Cepeda Castro se erigen como una interesante fórmula presidencial: el aplomo del senador y el vigor de Corcho, entre otras características, los convierten en una pareja que recoge las banderas del proyecto progresista y las de una izquierda democrática golpeada en el pasado por los poderes criminales de un Establecimiento colombiano que enfiló baterías para borrar a la izquierda del panorama político. Es más, si los demás precandidatos por el Pacto Histórico aceptan de buena manera la fórmula electoral Corcho presidenta y Cepeda, vicepresidente, esa colectividad podría ahorrarse el desgaste político que supondrá la consulta interna que se avecina. A todas luces, Corcho-Cepeda es la mejor combinación posible.

Gustavo Bolívar, Susana Muhamad, María José Pizarro, Daniel Quintero, Gloria Flórez, Alí Bantú Ashanti y Camilo Romero podrían hacer parte del equipo de gobierno de la pareja Corcho-Cepeda, lo que sin duda alguna aseguraría la consolidación desde los ministerios del proyecto que lidera el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego. En el caso de Quintero, puntualmente, sería la oportunidad para despejar las dudas que sobre el exalcalde de Medellín recaen desde la izquierda y el progresismo.

Ya veremos qué sucede, pero esta pareja y en ese estricto orden en los cargos a desempeñar podría atraer a más de un indeciso e incluso de la propia derecha por la inteligencia, el fuerte carácter y la formación académica de Carolina Corcho. El país sabe que la primera mujer presidenta está más cerca de darse del lado del progresismo, que de la derecha uribizada que sigue inspirada en el machismo, el sistema patriarcal y en eso que la escritora Carolina Sanín llamó el “cacorraje nacional”.

El progresismo y la izquierda deben ser pragmáticos a la hora de tomar decisiones políticas y electorales. La derecha da “cátedra” de pragmatismo. Enredarse en discusiones filosóficas y conceptuales es propio de la izquierda y el progresismo. Es tiempo de darle mayor relevancia a la utilidad práctica.



Imagen tomada de Semana.com 




[1] Miguel Uribe Londoño, padre del senador asesinado, es desde ya el quinto precandidato presidencial del Centro Democrático.

viernes, 15 de agosto de 2025

EL ABOGÁNSTER DIEGO CADENA: ¡CULPABLE!


 Por Germán Ayala Osorio

 

El fallo condenatorio contra el abogado Diego Cadena Ramírez confirma la tesis que hace un tiempo lanzó ese gran filósofo, animalista y jurista colombiano: “La ética nada tiene que ver con el derecho”.

Diego Cadena, más conocido como el “abogánster”, acaba de ser encontrado culpable del delito de soborno a testigos y de esa forma favorecer a su cliente el expresidente de la República y reo Álvaro Uribe Vélez, en el caso conocido como el “juicio del siglo”. Sin duda alguna, la situación jurídica que enfrenta hoy  Cadena Ramírez debería de ser analizada en las facultades de derecho del país por el proceso mismo, el material probatorio recogido por la Fiscalía y los alegatos presentados durante el juicio, pero sobre todo porque la conducta de Cadena constituye una vergüenza que de manera clara afecta la imagen de los profesionales del derecho que, apegados a la deontología jurídica, se la juegan a diario por convencer a los jueces, con argumentos y pruebas cargadas de validez, de la inocencia de sus clientes o por lo menos para sembrar la duda razonable para sacarlos airosos de procesos penales, administrativos o de otra índole.

La célebre frase del expresidente Uribe “proceda doctor Diego que usted hace las cosas bien hechas” no solo daba cuenta de la cercanía y el conocimiento del exmandatario antioqueño de las “diligencias” que su abogánster realizaba en las cárceles para torcer testimonios de exparamilitares, sino que resultó ser falsa en la medida en que tanto el temido y reconocido cliente, como su apoderado resultaron condenados por dos jueces distintos.

La admiración y casi veneración que siente Diego Cadena hacia Uribe le permitió al exmandatario antioqueño “instrumentalizarlo”, aprovechándose de la condición de extrema subordinación que el abogánster aceptó desde el preciso momento en el que dejó ver que el “mayor honor de su vida” era servirle- defender- a su ídolo, a su Dios. Cadena Ramírez, de acuerdo con lo expresado por la jueza 44 Sandra Heredia se dejó “instrumentalizar” de Uribe, quien supo manipular a su incondicional abogado, acción esta que la jueza Sandra Heredia calificó como una “interferencia psíquica” atada por supuesto a que “Cadena estaba motivado por la codicia”.

El juez tercero penal con función de conocimiento de Bogotá, Fabián Moreno encontró culpable a Diego Cadena, mientras que la jueza 44 Sandra Heredia hizo lo propio con Álvaro Uribe Vélez. En ambos casos, la justicia se puso por encima del poder intimidante del expresidente de la República y la intención de Cadena de engañarla. Al final, y sin necesidad de que los operadores judiciales hicieran disquisiciones sobre el lugar de la ética en el derecho, quedó más que ratificado que la ética sí tiene que ver con el derecho, dejando a la folclórica, ligera e irresponsable tesis lanzada por el abogado Abelardo de la Espriella con la que se inicia esta columna, como un bufido hético del hoy precandidato presidencial por el uribismo.



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