sábado, 20 de septiembre de 2025

PEDRO VIVEROS: DE ANALISTA POLÍTICO A "BODEGUERO URIBISTA"

 

Por Germán Ayala Osorio


Inicio esta columna con una imagen que empobrece el debate político al tiempo que crea falsos y moralizantes dilemas  electorales, montados sobre el siempre engañoso patriotismo que suele la derecha uribizada enarbolar con el fin de presentar a sus candidatos como los "salvadores de la Patria", esto es, políticos probos, patriotas, respetuosos de la institucionalidad y defensores del pueblo

En el pasado fue la imagen de Uribe con su mano en el corazón y la fingida pero temida frase patriotera Mano Firme, Corazón Grande; ahora, el "tigre" Abelardo de la Espriella, conocido por sus amigos como "Papucho", aparece como el "nuevo Mesías" capaz de "destripar a la izquierda", esto es, derrotar en las urnas a Iván Cepeda Castro, el precandidato presidencial del Pacto Histórico señalado por el uribismo de ser el "candidato de las Farc".

Estamos ante una  temeraria insinuación que se explica por dos razones: la primera, por el odio que  profesan contra Cepeda desde las mesnadas uribistas por el hecho de ser el congresista que denunció penalmente a Uribe por tres graves delitos que lo tienen hoy condenado en primera instancia; y la segunda, porque contra todos los pronósticos, Cepeda Castro produce miedo por su impoluta trayectoria política  fundada en un ejercicio político respetuoso de las diferencias. A lo que se suma su compromiso con las víctimas de las dinámicas del conflicto armado, su defensa del proceso de paz de La Habana y en particular de las madres de los jóvenes asesinados en el marco de la política de seguridad democrática, aplicada entre el 2002 y 2010 y en gran medida animadora institucional para presentar como bajas en combate a jóvenes inermes, hechos que se conocen como los "falsos positivos". 

La imagen en sí misma es provocadora, estigmatizante y grotesca, pero "normal" dentro de las lógicas de las redes sociales, convertidas en trincheras y calderas ideológicas en las que no hay límites éticos. Pues bien, el analista político de Caracol y Blu radio, Pedro Viveros, en su cuenta de X puso a circular la imagen con el siguiente texto: "Ninguna de las dos. Nos quieren sacar a “votar emberracados” por eso valoremos que muchas opciones para escoger bien y mejor, no caigamos en la trampa de los extremos". Viveros creyó que al tomar distancia electoral y política del mensaje era suficiente para matizar el garrafal error que cometió al divulgar la fotografía (se trata de un montaje) con la que se insiste en alinear a Cepeda Castro con las Farc, situación sobre la que no existen pruebas que demuestren que efectivamente el congresista hizo o hace parte de esa estructura armada ilegal. 

Viveros termina legitimando el señalamiento contra Cepeda. El analista pro establecimiento se alineó con los hijos de Uribe que insisten en decir que el congresista es el candidato presidencial de las extintas Farc. Como el país sabe, Cepeda Castro instauró acciones legales contra los vástagos del condenado expresidente antioqueño por injuria y calumnia. La misma decisión acaba de tomar el precandidato presidencial del Pacto Histórico en contra de Pedro Viveros. Así lo anunció en su cuenta de X: 

"Denuncia Penal contra Pedro Viveros. Señor Viveros: El uso arbitrario de mi imagen manipulada para endilgarme falsamente la pertenencia a un grupo armado ilegal es injurioso y calumnioso. Por tanto, será ante la Fiscalía que deberá explicar si este fotomontaje es suyo o no. En todo caso, le recuerdo que el artículo 222 del Código Penal contempla el delito de injuria y calumnia indirectas, para quienes publican, reproducen y repiten falsas imputaciones hechas por otros". 

Más allá de si la demanda interpuesta prospera, aquí hay que cuestionar la actitud de Viveros. Es apenas lógico pensar que Viveros defenderá su "acción informativa" basada en su derecho a la libre expresión e incluso a la libertad de prensa que le otorga el hacer parte de un equipo periodístico y de ser generador de estados de opinión pública desde Blu radio. Aquí lo reprochable es que el analista político no cuestionó la imagen y su dañino mensaje. Al reproducirla, le dio sentido de realidad a una insinuación calumniosa. Además, validó los sentimientos y los mensajes de odio que desde las huestes uribistas se vienen lanzando en contra del precandidato presidencial, lo que claramente cuestiona su rol de analista político. Varios tuiteros, incluso, lo rebajaron a la condición de "bodeguero" por divulgar la señalada imagen. No, Pedro Viveros, así no. 

El montaje pone al electorado a escoger entre Abelardo de la Espriella e Iván Cepeda Castro; el primero, un civil que piensa y habla como un chafarote, mascarada con la que se presenta como un patriota tal y como en su momento lo hizo ante la opinión pública Álvaro Uribe; y el segundo, un comandante guerrillero (un terrorista) que desconoce la autoridad del Estado y odia a la Patria, razones suficientes para no solo negarle el voto, sino eliminarlo físicamente. Además, se le niega la condición civil a Cepeda. Este tipo de disquisiciones y otras más posibles debió hacer Viveros antes de poner a circular la indignante imagen. 

¿En dónde quedó el analista político, señor Viveros? Usted reproduce no solo una imagen perversa, dañina y mentirosa, sino que promueve la desinformación, el matoneo y la violencia política. Vergonzoso.


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