Por Germán Ayala Osorio
Bastó que Margarita Rosa de Francisco soltara un trino referido a la fe y a la existencia de Dios para que la candidata presidencial Vicky Dávila, de los clanes Gilinski y Gnecco y en general de la ultraderecha colombiana, montara en cólera en contra de la “Gaviota”, la misma que la inspiró a grabarse cantando en medio de cafetales como parte de su efectista, pero poco clara campaña presidencial de la que aún no se conocen propuestas serias. Lo único que hasta ahora se le ha escuchado decir es “Petro, Petro, Petro”.
Esto posteó la “niña mencha”: “Dios
es el peor político que hay, por eso está bajando en las encuestas”. Y
esto espetó la periodista-candidata: “Margarita, respetable
que no creas en Dios. Nadie debe hostigarte por ello. Pero respeta a quienes
creemos, que somos millones. Tu insolencia, cuando presumes de ser una intelectual,
contrasta con tu provocación innecesaria, dañina, lesiva, en un país creyente
como Colombia…Pero es claro que no tienes límites y que tu Dios es Petro, a
quien defiendes con fe ciega, haga lo que haga…A tu Dios y a su gente los vamos
a derrotar en primera vuelta el 31 de mayo del 26”.
Tratemos de escudriñar qué hay
detrás de lo dicho por Vicky Dávila. Es claro que la candidata presidencial del
uribismo funge desde ya como una defensora de la fe católica, lo que constituye
un peligro para el ejercicio del poder en la medida en que con ella en la Casa
de Nariño la población atea y agnóstica y los furtivos “blasfemos y pecadores” como
Margarita Rosa de Francisco, podrían resultar ignorados e incluso atacados
desde la presidencia de la República. Das miedo, Vicky.
La respuesta dada por Dávila al
provocador trino de la recién graduada en Filosofía de la UNAD deviene con un
tufillo anti academicista muy propio de periodistas que aborrecen a
quienes, desde el pensamiento crítico, confrontan las narrativas y los valores
de una derecha que cree en Dios pero que disfruta violar los DDHH y restringir
libertades, como la de opinar sobre cualquier tema o asunto público como este
de creer o no creer en una deidad.
Dávila de Gnecco apela a los
universales “somos millones” y “Colombia es un país creyente” para presentarse como
la única líder espiritual capaz de derrotar al “Dios Petro” de Margarita. Según
concluyó la candidata periodista, los que votaron por Petro lo veneran tanto como
ella lo hace con su amado Dios.
Resulta muy fácil sacar de
casillas a la señora candidata presidencial por varias razones: es intemperante
como cualquier otro uribista recalcitrante que cree tener siempre la razón; es
obstinada y poco dada a discutir con argumentos pues durante sus 30 años de
ejercicio periodístico Dávila se acostumbró a difundir versiones oficiales, negándose
a pensar con rigor, usando categorías políticas o filosóficas. Sus vagas ideas
políticas sobresalen en modo “amarillista” como lo fue el periodismo que
practicó por tanto tiempo.
Vicky Dávila no es una mujer formada
para discutir asuntos públicos. Su cuadriculada mente está en función de las
discusiones acaloradas pensadas más para montar espectáculos mediáticos, que
para encontrar consensos y soluciones a los sempiternos problemas de un país
complejo como Colombia. Le pediré a mi
Dios que jamás llegues a la presidencia, estimada Vicky. Y si me toca ir de rodillas hasta Buga, lo haré.
margarita rosa de francisco y vicky davila se trenzan en una pelea - Búsqueda Imágenes
No hay comentarios:
Publicar un comentario