miércoles, 2 de octubre de 2024

EN MODO VENGANZA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La ideologización de las rutinas informativas de los medios tradicionales o hegemónicos constituye un riesgo para la ya frágil democracia colombiana, la misma que se mueve entre las pasiones, ideas y la ignorancia de los electores, los intereses corporativos de los mecenas que aportan millonarias sumas de dinero para imponer sus candidatos presidenciales y congresistas-lobistas y el ya naturalizado clientelismo auspiciado desde todos los partidos políticos. Aunque ese proceso de ideologización viene de tiempo atrás, es evidente que desde el 7 de agosto de 2022 cuando se posesionó Gustavo Petro como presidente de la República, no solo se aceleró, sino que se hizo más intenso, lo que ha permitido la naturalización de la violencia discursiva en redes sociales y en ámbitos privados y políticos (públicos). Hay una clara animadversión, verdadero odio, entre quienes defienden a una derecha neoliberal y privatizadora de las funciones del Estado y aquellos que le apuestan, desde la izquierda y el progresismo, a un modelo de Estado de Bienestar alimentado por una ciudadanía moderna y con altos estándares de civilidad.

El miedo y odio que siempre se promovió desde el establecimiento colombiano hacia todo lo que oliera a izquierda se acrecentaron de tal manera, que la derrota política y electoral sufrida por la derecha en el 2022 tiene a los sectores más conservadores y violentos del país en “modo venganza” de cara a las elecciones de 2026. Y ese “modo venganza” va más allá de recuperar la Casa de Nari (no la de Nariño), para regresar al país a los estadios antidemocráticos que vivimos desde el 2002, hasta junio de 2022, con la puesta en marcha de la seguridad democrática y la extensión del principio del “enemigo interno” a periodistas, académicos, intelectuales, librepensadores y a simpatizantes de izquierda.

A esa realidad mediática y política se suma la ideologización de los gremios económicos, actores de la sociedad civil que, al actuar más desde valores plutocráticos, el clasismo y el racismo, abandonan cualquier posibilidad de construir una agenda política que le sirva al colectivo y por ese camino apostarle a profundizar la democracia.

Lo sucedido hace poco durante el congreso de Fenalco es la expresión más clara de esa exacerbación ideológica de la dirigencia gremial en el país, lo que afecta desde ya las dinámicas y los principios democráticos en una sociedad como la colombiana en la que millones compatriotas exhiben posturas intolerantes, irrespetuosas y estigmatizantes muy propias de agentes sociales, políticos y económicos que simpatizan con ideas fascistas.

Dice Gonzalo Mallarino en su columna Los gremios ideológicos que “la postura de muchos empresarios y dirigentes económicos es tan preocupante, están tan ideologizados ellos mismos –como el propio presidente al que atacan–, que ya están apertrechados, acuartelados, esperando las próximas elecciones a ver si el péndulo vuelve y pueden “recuperar la confianza inversionista” y actuar. Como si nuestros problemas de pobreza, desigualdad y violencia dieran espera. Muchos empresarios y dirigentes solo están contando los meses para que el gobierno por fin termine. Mala cosa para Colombia”.

Así entonces, el “modo venganza” en el que ya entraron los gremios económicos y las empresas mediáticas hegemónicas terminará poniendo en riesgo la convivencia social, política y electoral que se necesitará para dar cuenta, civilizadamente, de la jornada electoral que se avecina.



congreso de fenalco y vicky davila - Búsqueda Imágenes (bing.com)

 

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