martes, 19 de agosto de 2025

ORDENAN LIBERTAD DEL CONDENADO EXPRESIDENTE URIBE VÉLEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con el fallo de tutela que ordena la libertad inmediata del condenado expresidente Álvaro Uribe, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá le “echa gasolina” al ya caldeado ambiente político y electoral en el país. Esa decisión puede ser leída de muchas maneras. He aquí algunas de esas posibles perspectivas orientadas a entender la trascendental decisión.

Con la orden de libertad los magistrados reviven la ya raída presunción de inocencia del político antioqueño hasta que tomen una decisión de fondo de la condena de primera instancia proferida por la jueza Sandra Heredia. Eso sí, los togados ponen un manto de duda sobre el criterio jurídico de la operadora judicial que condenó a Uribe a 12 años de prisión domiciliaria y lo privó de la libertad en razón a su incontrastable poder de intimidación sobre la propia justicia y en claro beneficio de las víctimas.

Después de leer el sentido del fallo condenatorio y posteriormente la cuantía de la condena y la orden de arresto domiciliario, la jueza 44 fue objeto de numerosas amenazas y descalificaciones en las redes sociales. Ya la revista Semana había “perfilado” a la juez Sandra Heredia, a través de un ejercicio periodístico a todas luces tendencioso y temerario. Las marchas del 7 de agosto en contra de la decisión de la jueza y en favor del condenado dan cuenta no solo de los niveles de polarización política y crispación ideológica en el país, sino de la naturalización de un ethos mafioso que lleva a muchos a defender hechos y actos inmorales.

Al ordenar reversar la medida, de inmediato se activaron las bodegas uribistas en contra de la operadora judicial, lo que claramente eleva los riesgos de que sufra algún atentado criminal por considerar los áulicos de Uribe y naturales enemigos de la juez que actuó “llevada por el odio” hacia el Mesías de Salgar (Antioquia).

El fallo, sin embargo, sirve para desmontar la narrativa que el uribismo puso a circular con la ayuda de la prensa hegemónica que indicaba que al expresidente Uribe se le “habían violado las garantías procesales”. Pues bien, la orden de libertad al condenado por delitos no políticos desmiente lo expresado por la defensa del exdirector de la Aerocivil y sus áulicos.

Los magistrados de la Sala Penal del Tribunal Superior optaron por desconocer el carácter ejemplarizante del fallo de la jueza 44 y lo que es peor, no entendieron que esa decisión en sí misma era y sigue siendo un triunfo del aparato judicial sobre un expresidente de la República que durante 13 años se burló del país, de las víctimas y de la justicia. Lo que hicieron fue poner por encima de los derechos de las víctimas la temida figura política de un exmandatario que jamás actuó con el decoro y la responsabilidades morales y éticas que le demandan su condición de expresidente de la República. En esta ocasión los togados se pusieron del lado del victimario y se olvidaron de los derechos de sus víctimas.

Veremos qué sucede con la impugnación que muy seguramente interpondrá el equipo jurídico que defendió los intereses del senador Cepeda como figura relevante entre las víctimas de Uribe Vélez.

Eso sí, medio país espera que esta discutible decisión de la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá no sea el preludio de un fallo de segunda instancia que eche para atrás la condena de 12 años proferida por Sandra Liliana Heredia.

 



Imagen tomada de El Espectador.com 

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