lunes, 18 de noviembre de 2024

PLEBISCITO POR LA PAZ Y EL TRATADO DE LA HABANA, OCHO AÑOS DESPUÉS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Se conmemoran por estos días los 8 años de la firma del tratado de paz que le puso fin al conflicto armado entre el Estado y la entonces guerrilla de las Farc-Ep. No haré un balance del proceso de implementación de lo acordado en La Habana. Dedicaré esta columna al plebiscito por la paz convocado de manera innecesaria por el presidente Juan Manuel Santos con el objetivo aparente de que el “pueblo” fuera a las urnas a refrendar lo firmado entre las partes.

El proceso de paz, pero específicamente el contenido de ese tratado de paz fue una concesión que específicos agentes del establecimiento le hicieron a Juan Manuel Santos de cara a dos objetivos estratégicos: el primero, consolidar la narrativa alrededor de la idea de que el país por fin viviría en las mieles de la paz, lo que atraería inversión extranjera, turismo y la reconciliación nacional después de 50 años de guerra interna; también, la posibilidad de que después de que las Farc abandonaran los territorios selváticos en los que permanecieron por largo tiempo, esas tierras quedaran en manos de ganaderos, terratenientes y narcotraficantes; y el segundo, facilitarle el camino diplomático y político para que en virtud de esa paz firmada, Santos se hiciera merecedor  del Nobel de Paz, tal como finalmente aconteció.

Está claro que la entrega de ese galardón constituye un acto político alejado de consideraciones y criterios humanitarios capaces de evaluar con rigor las circunstancias bajo las cuales el premio se “solicita”, se ofrece y se entrega. En los casos de Kissinger (1973), la Madre Teresa de Calcuta (1979) y Obama (2009), por ejemplo, quedó claro que no se examinaron a fondo las decisiones políticas adoptadas y las responsabilidades que debieron asumir los dos americanos durante las administraciones bajo las cuales el primero fue secretario de Estado y el segundo, presidente de la Unión Americana; y en el caso de la religiosa, las versiones que daban cuenta de un lado oscuro en la vida de la famosa monja.

Aceptarle a Santos la idea del plebiscito a pesar de los riesgos que implicaba que terceros civiles (empresarios ricos) pudieran ser procesados por apoyar o financiar a grupos paramilitares, tal y como quedó escrito en el primer acuerdo de paz, fue una decisión política precipitada que solo podía ser revertida permitiendo que los voceros del No, con el concurso de los medios masivos, hicieran una campaña sucia y mentirosa, pero eficaz, frente a la deficiente campaña por el Sí.

La desaprobación de la gestión de Santos para el 2016 era de un 72%, elemento que resultó decisivo para millones de colombianos al momento de votar en el plebiscito. Aunque se aceptó la idea de que hubo una excesiva confianza de Santos alrededor de que  la victoria del Sí estaba prácticamente garantizada por tratarse de  un bien moral y ético como la paz, en perspectiva histórica creo que la pedagogía academicista que se desarrolló en universidades privadas y públicas, a lo que se sumó la falta de creatividad del gobierno para usar códigos cívicos en la televisión nacional y otras maneras discursivas para contrarrestar la andanada de mentiras que construyó el uribismo alrededor de lo firmado en La Habana, obedecieron a una consciente y muy bien pensada decisión política de Santos de facilitarle las cosas a los del No y de esa manera garantizarle a sus amigos del establecimiento la renegociación de ese primer Acuerdo de Paz. El país sabe que la segunda versión de dicho tratado de paz eliminó la posibilidad de que terceros civiles terminarán compareciendo ante la JEP por haber financiado o cohonestado con los grupos paramilitares.

Tenga o no asidero la anterior hipótesis, lo cierto es que el tratado de paz de La Habana, pero en particular el plebiscito por la paz fracturó y escindió aún más a la sociedad colombiana. O como canta Morat, en su canción Las cometas siempre vuelan en agosto, El Sí y el No partieron a las víctimas en dos



Había que sacar berraca a la gente a votar si en el plebiscito - Búsqueda Imágenes

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