jueves, 27 de noviembre de 2025

ANTONELLA PETRO, BLANCO DE UN SUCIO PERIODISMO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los estudiosos de la historia del periodismo colombiano darán cuenta de la conversión del interés periodístico por la vida de los miembros de la familia presidencial en hostigamiento ideológico y político investido erróneamente de un inexistente carácter noticioso.

Lo que la prensa hegemónica viene haciendo desde el 7 de agosto de 2022 a la fecha con las hijas y la esposa del presidente de la República consolida el surgimiento de lo que aquí llamo hostigamiento ideológico y político, definido como una práctica inmoral en la que incurrieron periodistas, en particular mujeres, que por decisión propia o siguiendo instrucciones editoriales de sus empresas mediáticas desecharon la sororidad, los criterios tradicionales de qué es noticia y por esa vía a la ética periodística para entrar en las turbias actividades del acoso, seguimiento y persecución de las hijas  del presidente de la República, en particular de Antonella Petro, convertida por los comunicadores en un blanco o “presa” que debía, sí o sí, ser acorralada con el único objetivo de golpear moral y políticamente al presidente Petro, víctima de un generalizado odio, originado en el clasismo, el racismo y los efectos políticos, periodísticos y económicos que generó la pérdida de la Casa de Nariño para los agentes del Establecimiento que guardan una relación de correspondencia con los tratamientos periodísticos de los hechos relacionados con la vida privada del presidente y la de los miembros de la familia presidencial.

Los periódicos y noticieros de radio y televisión y los periodistas-bodegueros que participaron del hostigamiento ideológico y político en contra de la familia del jefe del Estado se olvidaron de los principios básicos del oficio periodístico y de esa manera convirtieron las salas de redacción y sus cuentas en X en hogueras en donde escaldaron la intimidad del presidente con el fuego de la homofobia y la transfobia, así como la apariencia física de las hijas de Petro.

La explicación que dio Petro en su cuenta de X en torno al desplazamiento de Antonella le da vida política y un lugar en la historia del periodismo al hostigamiento ideológico y político que viene sufriendo su hija Antonella:

“Qué pasó en Estocolmo con mi familia.1. Envié mi hija Antonella, acompañada para que visitará a su mamá hace dos días. 3. Mi hija que es menor de edad, fué seguida desde Colombia por su itinario. 4. En el aeropuerto donde llegó, comenzaron a seguirla hasta donde vive su madre. 5. En los videos que grabaron los periodistas suecos, aperece mi hija menor de edad. No salían de una tienda de lujo, salían donde se aloja mi hija menor que recién acaba de llegar de Bogotá. Así va la persecusión a mi familia, hasta a menores de edad en un país democrático”.[1]

Frente a la gestión del presidente puede haber todos los reparos posibles, pero lo que los colegas periodistas han hecho con su vida íntima, pero sobre todo con la corta existencia de su hija Antonella no se puede llamar periodismo. Aquí lo llamo hostigamiento ideológico y político, pero seguramente habrá otros nombres para calificar a esa nociva, vergonzosa, sucia y rastrera práctica que enloda la historia del periodismo y deslegitima el “oficio más bello del mundo”, como lo llamó en su momento Gabriel García Márquez.







[1] Se cita tal cual se publicó, por ello los errores de ortografía y de “tipiado”.

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