Por Germán Ayala Osorio
Sin conocerse aún la imagen del
registro ante el Inpec de su comparecencia en condición de condenado, el
expresidente Álvaro Uribe Vélez posteó en su cuenta de X la fotografía
en la que aparece en compañía de Andrés Pastrana Arango, a quien le agradeció haberlo ido a visitar a su hacienda, lugar de
reclusión en el que pagará los 12 años de condena que le impuso la jueza Sandra
Heredia, siempre y cuando el Tribunal Superior de Bogotá confirme el fallo de
primera instancia proferido por la juez 44 de conocimiento.
Lo más probable es que el temido
condenado siga exponiendo fotografías con los políticos y empresarios que se sentirán
“obligados” a pasarse por el lugar de reclusión del expresidente antioqueño si quieren
en el 2026 contar con el apoyo político del Centro Democrático y de lo que se conoce
como el uribismo.
Ya veremos cuán nutrido será el desfile de “personalidades” de la vida pública
del país por el hogar del penado.
La comparecencia del expresidente
Pastrana Arango a la tierrita de Uribe llama la atención no por la “solidaridad
de cuerpo” del hijo de Misael, sino porque en el inmediato pasado el “niño
Andrés” señalaba a Uribe de tener vínculos con los grupos paramilitares. En
este enlace está el momento exacto en el que Pastrana señala a Uribe, durante
una entrevista que le concedió al periodista mexicano Jorge Ramos, de esas
perniciosas relaciones: https://www.youtube.com/shorts/8rdMs-B0c7w?feature=share
No creo que Pastrana haya
cambiado de opinión frente a los graves cuestionamientos que hizo en contra del
expresidente Uribe Vélez, pues como “hijos siameses” del Establecimiento
colombiano están obligados a mantenerse unidos para defender sus intereses personales,
familiares y por supuesto los de los poderosos agentes económicos que los
pusieron en su momento en la Casa de Nariño. Y más ahora que en el gobierno
está Gustavo Petro,
los dos expresidentes deben desestimar la “sacada de trapitos” del pasado para avanzar
en el único objetivo que los une: recuperar la Casa de Nariño para desde allí
volver al proyecto neoliberal (privatización del Estado) que ambos encarnaron y ejecutaron con lujo de detalles en el pasado.
Solo falta que el expresidente
iliberal, César Gaviria Trujillo también visite al alicaído Mesías. El país recuerda
ver y escuchar al neoliberal pereirano gritarle “Uribe mentiroso, Uribe
mentiroso...”.
La “política no solo es dinámica”,
sino que en ella confluyen la hipocresía y las lealtades negociadas con puestos
y contratos. “Entre bomberos no nos pisamos las mangueras” es el refrán
que mejor explica ver a Pastrana visitando a su “enemigo” político no tanto
para solidarizarse por la ejemplarizante y penosa condena, sino para enviarle
un mensaje claro a los mecenas del Establecimiento que patrocinaron sus
campañas en el pasado: estamos unidos más que nunca para enfrentar al “neocomunismo
y al petrosantismo” y recuperar el Estado para la élite neoliberal. Uribe y
Pastrana juntos se ven patéticos, infantiles, hipócritas e interesadamente
leales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario