miércoles, 22 de enero de 2025

AMANDO A URIBE, HINCADOS A TRUMP

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con el regreso de Donald Trump, su decadente masculinidad representada en su condición de putero y criminal se vuelve ejemplo a seguir para un mundo que transita sin límites y controles visibles hacia una crisis civilizatoria atada a la ética, la política, la moral y a la responsabilidad ecológica y ambiental que nos cabe como especie dominante.

El octogenario republicano rescata el ideario fascista asociado al homo sacer que indica que hay vidas que merecen y se pueden matar sin contemplaciones. Sin exagerar, en ese grupo de “desechables” incluyó a los inmigrantes, criminales o no, en particular a los latinos y a los miembros de la comunidad LGTBIQ+ cuyo lugar en el mundo acaba de ser sepultado bajo la binaria lápida de Hombre y Mujer como los únicos géneros reconocidos bajo territorio americano.

En Colombia la derecha aplaude a rabiar el regreso de este troglodita premoderno a pesar de que muchos de ellos, periodistas y políticos son declarados homosexuales o tienen hijos que también salieron del oscuro closet al que nuevamente los mandó a encerrar el protervo político republicano.

La diputada española Irene Montero, espetó que “hay un peligroso delincuente que es ya el primer presidente de Estados Unidos… y es la mayor amenaza para la democracia y los derechos humanos y la cuestión es que Trump y esa banda de superricos que lideran la ofensiva reaccionaria internacional no son locos, son hijos sanos de un sistema neoliberal que está destruyendo la vida y el planeta…”.

Asombra el nivel de obsecuencia de varios políticos de la ultraderecha colombiana en relación con la figura masculinizante de Trump. Lo aceptan como patrón político y deidad moral a pesar del público desprecio que siente por los latinos el presidente número 47 de los Estados Unidos. Entre esos políticos están los congresistas María Fernanda Cabal y Miguel Uribe Turbay, del Centro Democrático. Para estas figuras de la ultraderecha local adorar a Trump no representa ningún esfuerzo pues llevan años hincados ante la figura patriarcal, violenta y premoderna de Álvaro Uribe Vélez, expresidente y expresidiario.

La complacencia y el amor desbordado expresado por estos dos congresistas me hizo recordar el libro de Virginia Vallejo, Amando a Pablo, odiando a Escobar. Eso sí, con una evidente diferencia: los posibles autores no odian a Uribe y mucho menos a Trump. Amando a Uribe, hincados a Trump podría ser el título más preciso de esa novela que Cabal y Miguel Uribe podrían sentarse a escribir y publicar para las próximas elecciones en Colombia. De ganar en el 2026, bastaría una directiva presidencial para declarar como de obligatoria lectura lo que sería una magnifica obra literaria.

No creo que Cabal y el nieto de Turbay Ayala tengan la capacidad para sentarse a escribir un ensayo y mucho menos una novela. De lo que sí estoy seguro es que ese título de Amando a Uribe, hincados a Trump sería el abc de las relaciones bilaterales y el fundamento para su plan de gobierno.




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