viernes, 27 de diciembre de 2024

VOLVIERON LOS TOROS A LA CAÑAVERALEJO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Volvió la fiesta brava a la Cañaveralejo. A pesar de que la plaza no se llenó, el grotesco espectáculo taurino autorizado por el alcalde de Cali Alejandro Eder constituye un acto de rebeldía de clase frente al gobierno y los congresistas que lideraron y aprobaron la ley que prohíbe las corridas de toros.  Eso sí, con dicha decisión política se le cayó el capote de ambientalista que usó Eder durante la COP16. Se trató, sin duda alguna, de un engaño, de una pose, que jamás le quedó bien a quien representa al gremio azucarero que con el monocultivo de la caña de azúcar provocó enormes daños ecológicos y socio ambientales en el valle geográfico del río Cauca.

Los tres años de transición que la norma concedió a la cadena productiva asociada a la tauromaquia es aprovechada por Eder y sus amigos de la élite caleña que disfrutan como niños chiquitos como se tortura a un animal, mientras beben whisky y posan para los periodistas de la farándula local que publicarán sus fotos exaltando el sofisticado gusto de ver morir a los toros de lidia. Se trata de una revancha ideológica y de clase frente a aquellos que como el presidente Petro desaprueban dicha forma de diversión y se atrevieron a proscribir la fiesta brava de una élite tan tradicional como anacrónica.

Las corridas de toros, en particular las que solían realizarse en el marco de la Feria de Cali,  siempre estuvieron atadas a la presencia de traquetos exhibiendo a sus voluptuosas mujeres, sus enormes prótesis mamarias y cinturas esculpidas por talentosos cirujanos plásticos. De igual manera, la fiesta brava estuvo ancorada al poder político y económico de aquellos privilegiados que, alienados con la supremacía de la condición humana sobre los otros animales, sintientes, pero no hablantes, convirtieron el cruel espectáculo en una práctica cultural atávica. Unos y otros siempre compartieron las graderías de la plaza de Cañaveralejo.

Mientras la Corte Constitucional revisa la demanda que instauró el uribista Cristian Garcés del Centro Democrático, el regreso del brutal espectáculo taurino y las protestas de los antitaurinos volvieron a ser noticia en la ciudad y en el país. Ojalá los magistrados y magistradas del alto tribunal no tumben la norma, para ver si como sociedad empezamos a transitar por fin hacia estadios de modernidad dejando atrás la agonizante práctica cultural.



Foto: Colectivo Antiespecista Libertad Animal (Coala).

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