Por Germán Ayala Osorio
La derrota de la Selección de Fútbol
de Mayores frente a su similar del Uruguay tiene al periodismo deportivo buscando
explicaciones de lo qué pasó en el accidentado partido en el Centenario. Más
allá de la falta de pundonor y jerarquía de los jugadores colombianos frente a la tradicional
garra charrúa, resulta llamativo lo que hace la prensa deportiva cada que juega
la selección: durante cinco o más días se dan a la tarea de ilusionar a
las audiencias con expectativas de un empate o de una victoria. Entonces,
hablan de hazañas y gestas para luego “graduar” a 11 jugadores de “héroes” en
un país en el que, por cuenta del conflicto armado interno, paramilitares,
guerrilleros y militares usaron el mismo apelativo para exaltar a sus miembros (hombres),
a pesar de haber violado los derechos humanos.
Esos cubrimientos periodísticos a
todas luces exagerados y con fines patrioteros están atados inexorablemente al
patriarcado y a su correlato el machismo que tienen en el fútbol a su mejor aliado
y exponente en la tarea cultural de mantener en el tiempo la supremacía
masculina.
Es tan evidente la preferencia
por el seleccionado de hombres (mayores) que las audiencias entienden cuando la
prensa titula “hoy juega la selección”. A pesar de la existencia de seleccionados
femeninos, la fiesta patriotera está asociada al fútbol masculino. Dicho favoritismo
se torna peor cuando al examinar los títulos conseguidos por la Selección masculina
de mayores se encuentra que poco o nada ganaron los venerados hombres del seleccionado.
Si miramos a las selecciones femeninas, estas, en poco tiempo y a pesar de
contar con una deficiente liga por decisión de los machos que dirigen la Federación
Colombia de Fútbol, ganaron más que todas las selecciones masculinas juntas en
más de 50 años.
No sé qué sentirán las jugadoras
y sus familias al ver los reverenciados tratamientos periodísticos que hacen medios
como Caracol y RCN, empresas que se disputan el rating cada que juega “mi selección”,
frente a los tímidos cubrimientos de los juegos de los combinados femeninos. Lo
cierto es que la predilección por la Selección (insisto: no es necesario decir
que es la de los hombres mayores) no está pensada exclusivamente para entretener
a las audiencias y despertar el manido sentimiento patriotero. No. También está
dirigida a mantener la vigencia del patriarcado sin que importen mucho las
derrotas y esa histórica escasez de títulos mundiales que no se compadecen con
esos tratamientos de “héroes” a quienes parece que se acostumbraron a conseguir
“triunfos morales” como aquel 5 a 0 contra Argentina en una eliminatoria, o el
2 a 0 contra Uruguay en el Mundial de 2014.
Eso sí, esa misma prensa hablará
de la derrota frente a Uruguay hasta horas antes del próximo partido contra
Ecuador en Barranquilla. Entonces, dirán sin vergüenza alguna que hay que “levantar
la cabeza, recomponer el camino y recuperar la confianza”. Y nuevamente
aparecerán las imágenes de hinchas furibundos apoyando a la Selección porque “es
lo único que une a los colombianos”. Esta
última, una mendaz narrativa con la que se intentan tapar los graves problemas de
convivencia social y política que arrastramos como Nación.
colombia perdio contra uruguay 3 a 2 - Búsqueda Imágenes
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