Por Germán Ayala Osorio
El proyecto informativo de las
empresas mediáticas que se juntaron para hacerle oposición política al gobierno
Petro tiene como objetivo hablar mal, consolidar negativas sensaciones en la
opinión pública, desinformar y desestimar avances y logros en materia social y
económica, así como magnificar hechos públicos para generar incertidumbres y miedos
como un posible desabastecimiento de energía y gas.
El noticiero RCN es, de tiempo
atrás, un vocero del uribismo y de la derecha colombiana. La “mala leche” de
sus periodistas es evidente y recurrente. Quienes se destacan en esa innoble
tarea son Luis Carlos Vélez, en La FM y José Manuel Acevedo.
Este último, en reciente
entrevista con el comandante de las Fuerzas Militares, Francisco Hernando
Cubides, se atrevió a preguntar si todas las acciones emprendidas desde la
presidencia para garantizar bienestar en los uniformados, en particular en el
personal de soldados, patrulleros e infantes de marina podrían responder a la
intención del gobierno de “comprar a las fuerzas militares”. Así preguntó
Acevedo: “Oyéndolo, algunos suspicaces podrían decir lo que están es
comprando a las Fuerzas Militares desde el Gobierno".
El ladino periodista intenta atar
su insidiosa y malintencionada pregunta al “decir de unos suspicaces”, pero es
claro que al único que se le ocurre pensar que lo preguntado pueda ocurrir es a
él y no por su suspicacia, sino por su “mala leche”.
El interrogante obedece al objetivo
señalado líneas arriba: deslegitimar y ensuciar cualquier acción positiva realizada
por el gobierno Petro. Decir que el gobierno “está comprando a las fuerzas
militares” resulta ofensivo y niega la historia de sumisión de las FFAA al
poder civil que encarna un presidente de la República como comandante supremo
de las Fuerzas Armadas. Al comandante Cubides le faltó contundencia al negar el
directo señalamiento de Acevedo.
El bienestar de los miembros de las
Fuerzas Militares y de Policía siempre estuvo enfocado en pasados gobiernos en garantizárselos
a la cúpula y a la oficialidad, naturalizando las paupérrimas condiciones en
las que operan soldados, patrulleros e infantes de Marina. Mejorar la
asignación salarial, construir un casino de soldados en Tolemaida y aumentar la
ración de proteína en los ranchos de los soldados, entre otras acciones, hace
parte del respeto que siente el jefe del Estado hacia quienes están en la parte
más baja de la cadena de mando. Hay, sin duda, una lectura de clase a la
inversa, si se tiene en cuenta que, durante los gobiernos de Uribe, Santos y
Duque, las relaciones con las fuerzas militares estuvieron fincadas en el clasismo
que se genera desde los altos mandos y en la instrumentalización de los más vulnerables.
Sin duda alguna, Acevedo es un
periodista uribizado que con su “mala leche” siempre va a querer ensuciar
acciones positivas que se adelanten desde el alto gobierno, en particular cuando
estas tengan que ver con mejorar las condiciones de vida de los uniformados,
pues Acevedo sabe que su admirado y “eterno presidente Uribe” jamás se interesó
en esos asuntos, porque su intención siempre fue instrumentalizarlos
(explotarlos al máximo) para su proyecto guerrerista y deshumanizante.
Imagen tomada de Portafolio.co
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